Anastasio-Lovo

El poder de la escritura deconstructora de culturas de Erick Blandón Guevara

27 enero, 2021

Anastasio Lovo

– Poesía, relato y crítica son las formas que toma la escritura de Erick Blandón Guevara (Matagalpa, 1951), para producir textos únicos, valiosos e imprescindibles para la literatura nicaragüense.


1. Poesía, relato y crítica son las formas que toma la escritura de Erick Blandón Guevara (Matagalpa, 1951), para producir textos únicos, valiosos e imprescindibles para la literatura nicaragüense. Textos nacidos de la bitácora íntima, el diario comunitario, la historia nacional, la arqueología de nuestra cultura. Textos cumplidos para evidenciar el poder de la marginalidad, deconstruir el discurso cultural dominante y descentrar cualquier egocentrismo o hegemonía que se hubiese constituido en una zona de confort para el yo, el idiolecto y la idiosincrasia.

Este programa de deconstrucción cultural está explícitamente enunciado y teorizado a la luz de los aportes que Blandón ha hecho a los estudios culturales en obras como: Discursos transversales. La recepción de Rubén Darío en Nicaragua. Managua: Banco Central de Nicaragua, 2011, cuya reedición costarricense varió el título por Rubén Darío, un cisne entre gavilanes. La recepción de Rubén Darío en Nicaragua. San José: Uruk Editores, 2016; o Barroco descalzo. Colonialidad, sexualidad, género y raza en la construcción de la hegemonía cultural en Nicaragua. Managua: Universidad de la Regiones Autónomas de la Costa Caribe de Nicaragua (URACCAN), 2003.

II
POESÍA

2. Afortunadamente para mí me toca presentar una aproximación a la escritura creativa de Erick Blandón Guevara, vale decir su poesía y sus relatos (novelas, relatos breves y cuentos) aun inéditos . No quiero significar con esto, que la crítica literaria o los estudios culturales no contengan una alta dosis de creación. Al final, los escritores son seres integrales que producen una manera creativa de ver el mundo, en vertientes analíticas propias de las ciencias de la cultura o en formas literarias donde el problema estético será el auriga que conduzca al texto hacia la belleza, la reflexión sobre las formas poéticas o del relato, el develamiento de una o muchas anécdotas (sujeto) como en el cuento y la novela o la entrega de un sentimiento, una emoción, una visión poética de la realidad vivida y circundante como ocurre en la poesía lírica.

3. Hay en los textos de Erick Blandón una pasión por la Poesía y su poesía es sobre la pasión por conocer. Pasión por la imagen que revela, que ilumina y oscurece. Una poesía-pasión desacralizadora y pura, sensual y mística, orfebrería bella y vuelo experimental audaz, pulcra, sincopada, objetivista y barroca, extraída de la alta cultura, de estudios y bibliotecas, y de la cultura de la comunidad con su habla cotidiana. Conocimiento y deseo como en Aristóteles y/o el apetito natural (pasión) para Santo Tomás, que se encuentra en la creación divina por amor. Los textos de Blandón son palimpsestos y rizomas donde se superponen o se ponen en evidencia las raíces, tallos y ramas de los estratos poéticos que hacen a la cultura humana.

4. A vuelo de cuervo alcanzo a ver y enunciar algunos ejes de sentido fundamentados en la serie de la pasión-poesía de Erick Blandón:

.1 Lo concreto, lo auténtico o lo vívido que deben ser la poesía y el arte, siguiendo el sendero de las lecciones de creadores como Omar de León, Carl Sandburg y Carlos Martínez Rivas. Sugiero leer o escuchar el poema La mejor palabra.

.2 Así como se escogen y se palpan las frutas o se escoge la mejor palabra con pasión para su concreción en el cuadro o el poema, también los textos dan cuenta de la pasión entre los cuerpos humanos, su sabor, sus deleites, la mediación de los intereses en el intercambio erótico, lo efímero de los encuentros y los cabellos largos del recuerdo. “Es tan corto el amor y tan largo el olvido de Neruda robado a Góngora, quien más audaz, cantó: “tan corto el placer/ tan largo el pesar”.

En algunos textos soberbios de Blandón, como en “Allá lejos” donde el mar funciona como metáfora de la pasión carnal, el hablante poético frente al mar le hace un guiño al “Allá lejos” de Rubén Darío. El mar como metáfora de la sensualidad reiterativa e inagotable; el fundirse de los cuerpos dentro de un mar sediento borboteante-lujurioso-voyerista y el recuerdo de lo anterior, lo suciamente judaico –que media la pasión erótica- con problemas fisiocráticos de moneda y precio.

O como presentiza al mar, en el bello poema “Ghost Riders”, donde sentimos la pasión del encuentro carnal, el desvarío de la pasión, las onomatopeyas pertinentemente usadas como evocación del ron, el mar sensual y el ruido del motor de la moto. Ese sabor a mar de los cuerpos, ese gustito al origen de la vida, con sus apetitos y pasiones. La alegría del goce de la vida y la nostalgia del adiós, la despedida en los versos de Janis Joplin, donde también navegan Shakespeare, Góngora o quizá Neruda: So long, Soledades! So long my heart

.3 En este eje de la pasión encontramos cantados épicamente, como en La Ilíada, el valor de los guerreros con prácticas homosexuales aceptadas en las guerras. La secular pasión homoerótica de los guerreros, la pedagogía de la valentía y el erotismo entre los guerreros. El inmenso dolor de perder para siempre en la batalla al compañero de armas. Compañerismo, sexo y amor. Aquiles llorando a Patroclo una vez más aparece en los poemas de Erick. En los textos “Alto el fuego”, brotado en la guerra nuestra de la década de los 80 –guerra contra la contra-, así como en “Iskandar héroe y mártir”, ubicado en la mitología indoeuropea y en la propia mitología de Blandón. Iskandar es el nombre que los hindúes dieron a Alejandro Magno, el más grande guerrero de todos los tiempos, de valor, heroísmo y crueldad inauditos, pero que sintió una pasión desbocada por el comandante de sus tropas, Hefestión, con quien indudablemente libraba combates de conquista y fiestas de rendimiento. Poemas estos que deconstruyen al héroe arquetípicamente heterosexual forjado por el discurso revolucionario, y que sin estridencias el poeta esculpe, casi sotto voce, en bajo relieve para tallar en piedras a los sujetos cuyas sexualidades diferentes invisibilizan los frisos de las historias patria.

.4 El eje de sentido de Matagalpa como ὀμφαλός ónfalos, centro del mundo desde donde se paren palimpsestos y se siembran rizomas, como es evidente en “Frondas de Asombro”, un extenso poema de VXI estanzas breves, compuesta por prosemas narrativos que evocan la calle, la casa y el solar de la infancia en un periplo que se evanece por la sutil sugerencia poética de cuatro haiku. El fino trazo del dibujo del crisantemo, abre y cierra los diez y seis prosemas labrados con recuerdos, vivencias, geografías, mocedades, cerros, personajes populares, bisbiseos, chismes, ardor carnal, voyerismo, inundaciones, dejados atrás como el polvo enamorado que se anuncia al principio en el epígrafe tomado del famoso soneto de Quevedo “Amor constante más allá de la muerte”.

“Las señoras de mi pueblo”. Alabanza y deconstrucción mesurada e irónica de luz y oscuridad, amor y amores, estilos y garbo, belleza y recogimiento, desnudez y audacia, sobre las señoras de su pueblo, que como las mujeres griegas de Aristófanes cardan, sisan y se complacen en el amor; pero también generan la inmensa dicha epigramática de no escribir poesía de la que se cuelen indiscretos versos que pongan en evidencia amantes, misterios gozosos o juegos prohibidos que alteren la paz del pueblo.

Solar de la infancia, una Matagalpa sentida, vivida, vívida y amada. Todo un ónfalós sobre la que se escribe y rescribe el palimpsesto, pero que es espiral, corazón o dínamo de la rizomática escritura de Erick Blandón Guevara. ¿Quizás una huella, una marca de los rizomáticos petroglifos de la cultura originaria Matagalpa inscritos en las piedras de Los Venados, Apamico o Chagüitillo?

5 Encontramos en la obra poética, narrativa y crítica de Erick Blandón Guevara, un eje de sentido muy poderoso que revela la política contingente, la evidencia histórica o las estrategias de autores frente a las culturas dominantes o desde las culturas dominadas, estrategias de opresión y resistencia. Hay una importante dimensión política en la obra de Blandón, que acusa la conciencia testimonial de un actuar frente a los poderes de su polis. La pluma de Blandón es escalpelo escrutador, demoledora crítica de falsedades políticas y cuestionadora de estrategias culturales.

.5 Basta citar un par de perlas: un poema en verso, “Canto de peregrinación”, que es toda una invocación a la justicia divina ante tanto delito y crimen cometido en abril 2018. Un texto de denuncia y de resistencia política. Y el texto “Las Cabezas de la Hidra/Diálogo de la Sibila y la Mokuana”, que evoca a una mujer de poder destructivo, mediante la arqueología de un desmesurado apetito por el poder y la maldad anidados en su corazón.

.7 “Rizomas en Missouri”. Texto complejo que en secuencias cinematográficas nos entrega un lenguaje poético que da cuenta de la totalidad del ser en sus momentos personales y contextos históricos, en un intercambio de ritmos, marcados por un diapasón o una clave: la película Il Conformista de Bertolucci-Moravia en fluido intercambio con los momentos vividos por el hablante en Missouri. Se rizoman los tiempos del hablante: presente que deviene en pasado y recuerda un futuro, en los que gravita el sentido de culpa como pilar sobre el que se sostiene la civilización occidental.

En esos momentos se concreta también el presente histórico de una comunidad compleja del Midwest estadunidense, violencia doméstica, violencia racial, violencia institucional (policial) y la brutal represión contra los afroamericanos como si Black Lives (Do Not) Matter.

El hablante poético de “Rizomas en Missouri” es un testigo implicado, un testigo Masaya, que dentro del carnaval de imágenes simultáneas que están ocurriendo, deja caer al desgaire, confiesa que es un lector avieso y travieso de la poesía norteamericana desde su lectura de la famosa antología traducida al español por José Coronel Urtecho y Ernesto Cardenal. Se confiesa dríada testigo, ninfa unida su vida a un infinito y milenario robledal. Oak Tree.

Los trágicos retumbos del bombo que no cesa, pecado y expiación, pasado y presente, destrucción y deconstrucción, purificación al lavarse en la sangre del cordero, catarsis del rizoma.

Se ecualiza la culpa histórica de la “Navidad Roja” del Caribe nicaragüense, de la que fue actor y testigo, con la apropiación del billete de un dólar encontrado en una baldosa de la calle.

Y la culpa traidora como prisionera en la noche
grita delante de mí: traduttore, traditore
persiste en el parlar materno.

No seas como el tamo que arrebata el viento
ni vayas viendo las baldosas
milímetro a milímetro.

No pillarás esta vez otro billete.

La belleza del paisaje hecho poesía disuelve el maniqueísmo. El soberbio final que sirve rizomáticamente para borrar, con el silencio, el bien y el mal y evidenciar la belleza de la vida, compleja, dura, bella, incómoda y confortante, en la invocación final a la calma callada:

Hush-hush

Mas en el aire de Columbia, como en la canción Yaqui,
se respira el olor de muchas flores rojas, azules y amarillas;
en tanto el bien y el mal se disuelven en líneas de fuga
que van trazando los rasgos del ángel de la historia
y no hay sentencia que separe la inocencia de la culpa.

II
RELATOS

1. Relatos: Vuelo de cuervos, La ira del cordero y Romanos 6: 23.

Para esta somera y primera aproximación a la escritura de Erick Blandón Guevara, he releído la novela Vuelo de Cuervos y un cuento de reciente factura: Romanos 6:23

Una constante que surge de estos excepcionales relatos es:

1. La visión desacralizadora (deconstructora) del mito revolucionario en Vuelo de Cuervos, revisitado más tarde en el relato testimonial La ira del cordero.

2. La desacralización de personas dedicadas al templo, a lo sagrado, contando sus caídas en los pozos de los deseos, las concupiscencias, el pecado nefando del sexo, según se constata en su primer libro de cuentos Misterios gozosos y la esquizofrenia de la posesa que conduce a la desesperación y el suicidio de un hijo, en el magnífico cuento Romanos 6:23 cuyo título alude a la cita de Pablo: “La paga del pecado es muerte”.

En este cuento la trama entrelaza y alude constantemente al chismorreo vecinal con alusiones al murmullo en la alta cultura y las clases refinadas, referenciando una y otra vez a escenas del mundo de los Guermantes o la decadencia narrada en La busca del tiempo perdido de Marcel Proust, y al morbo de las averiguaciones alimentado por la afición a las lecturas de novelas detectivescas de un adusto profesor retirado, pero metomentodo, que se nutre de la vida íntima de los vecinos mediante los informes que lleva y trae el vigilante de la cuadra y lo que capta desde el butaco de su porche, que funciona también como un panóptico.

Opera, de nuevo, en muchos de estos relatos un desmontaje, una deconstrucción de la imagen de la revolución popular sandinista, porque deviene revelación deconstructiva de la propaganda sobre el arte y la literatura, de la que la obra de Blandón siempre fue distante a pesar de su compromiso revolucionario; porque nunca alineó su escritura al discurso totalitario que muchos autores, voluntariamente o por la fuerza, hicieron coro. Por otra parte, está la desacralización de santones y santonas, que pone en evidencia que todos los santos orinan, por no decir otras cosas.

En muchos sentidos estos relatos tratan de la dimensión humana del ser, su proclividad a la corrupción que los llevará al derrumbe, pero que también son una necesaria humanización de la mitología épica o heroica o sacra, que a la luz de la historia tuvo una fuerza profética reveladora temprana como ocurre específicamente en la novela Vuelo de Cuervos.

¿Qué significa la novela Vuelo de Cuervos en nuestra historia literaria? ¿Es alegoría, símbolo, profecía, signo de la RPS en sus estructuras profundas?

Hay una fuerza alegórica en Vuelo de Cuervos. Un texto tejido con una escritura postmoderna marcada por el alto grado de incertidumbre e impredecibilidad de conductas de los actantes, diversas escenas y sketches ocurriendo en distintos tiempos y espacios, planos simultáneos, diálogos y monólogos —interiores o no— como ocurre en la novela del siglo XX en las corrientes inauguradas por Joyce y Faulkner, componiendo secuencias cinematográficas que el lector completará —como un rompecabeza— en una película o gran gobelino de la cristalización, burocratización, corrupción y decadencia de la revolución.

Un aterrizaje cruel y forzoso, una caída del ideal y la utopía en la pesadilla y la distopía. El testimonio de las aberraciones de los personajes detentadores del poder utilizando decálogos éticos y aplicándoselos con crueldad estalinista a la militancia y que ellos mismos están lejos de poder cumplir. Toda una visión interna de los pasillos no del palacio, sino del bungalow del poder en la Costa Caribe de Nicaragua.

Pero también hay una visión sobre la tragedia del choque de la cultura del Pacífico (dominante) con las culturas caribe (dominada en Nicaragua). El irrespeto a las tradiciones culturales caribeñas, el ninguneo, la destrucción de sus espacios sagrados, la crueldad del genocidio por motivos políticos y razón militar, la destrucción de vidas de todas las edades, de animales, de aldeas, de cocales, el levantamiento de un campo de concentración Tasba Pri (Tierra Libre) que recuerda el famoso slogan a la entrada del campo de concentración nazi de Auschwitz, “Arbeit macht frei”: el trabajo libera.

Hay, además, toda una dimensión picaresca en Vuelo de Cuervos con el tema del burlador burlado. Al narrador un alto mando militar le ha pedido que escriba la crónica de la epopeya que van a protagonizar y a la vez le entrega un mensaje estratégico y secretísimo para que lo lleve a uno de los comandantes ubicados en una de las zonas más álgidas de la guerra. El mensaje, al final, se revela que es una broma cruel contra el propio narrador, quien la revierte en venganza, al escribir este implacable testimonio de la aberración del poder a lo interno y externo de su seno (el partido, el Estado y de todas sus estructuras) en las zonas de guerra en el Caribe y en el resto del país.

La crónica es catártica, testimonia el derrumbe de una utopía, la humanización y la bestialización de los líderes, evidencia la nueva colonización interna del Caribe por una ideología disfrazada de integración cultural de Nicaragua, establece las relaciones conflictivas entre el poder y la escritura, el poder y el arte, el poder y la cultura y, como visión profética, la dictadura sin paragón que íbamos a padecer en manos de los hermanos sandinistas.

Para mí el actor principal, el personaje central, la protagonista es la Revolución Popular Sandinista y todos los personajes, muy bien logrados, porque sus caracteres están lejos de todo maniqueísmo, son todos antagonistas. La Revolución es el Vuelo, los antagonistas son los cuervos que le sacan los ojos desde el poder o que la desnudan y la dejan ciega dejando testimonio de su absurdidad.

Comparto, por ese deseo dostoyevskiano de profundizar en lo trágico de los eventos, los puntos expresados en la excelente lectura que hizo Carlos Fernando Chamorro, en una hermosa carta que le enviara a Erick Blandón Guevara, el 14 de abril de 1997, cuando aún la novela estaba inédita, y que luego fue publicada en El Nuevo Diario al salir la primera edición. Pero, me desvinculo de su crítica sobre el final dedicado al fracasado carnaval cultural caribe-pacífico; porque veo en ese final de carnaval desplomado una metáfora —a esa altura profética— del fracaso de toda una revolución, que como todas en la historia terminaría en bancarrota, al prometer utopías y en la práctica levantar horrorosas distopías.

Vuelo de Cuervos de Erick Blandón Guevara es la gran novela de la RPS, un poderoso relato que todo nica debe leer para poner su barba en remojo y seguir soplando la cuajada en estos tiempos aciagos. Porque el que se ha quemado con leche, hasta la cuajada sopla.

La escritura de Erick Blandón Guevara en todas sus formas y vertientes es de ruptura en su audacia experimental, pero conservando buena parte del conocimiento de lo que ha sido la belleza en la tradición. Una voz original y propia, plasmada en escrituras complejas y sencillas, que demanda una semiosis que posibilite vías de interpretación a sus sentidos posible. Una escritura de-constructora y audaz, que no dudo es un aporte trascendental de y para nuestra cultura.

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Bluefields, Nicaragua, 1952.
Poeta y crítico literario educado en Juigalpa, Chontales, y formado en Chile, donde se especializó en Literatura Hispanoamericana y Semiótica. Ha sido asiduo colaborador de revistas y suplementos literarios. Entre sus obras más recientes figuran Frutos del deseo (Poesía, Managua 2012), Carlos Martínez Rivas: Una poética de dimensión humana (Crítica, Managua 2012) y la novela La Mujer que Olvidó el Amor (Secretariado de Cultura de Puebla, 2000, México).