Annette Mathisen

18 enero, 2021

Macarena Barahona-Riera

En recuerdo de mi amiga danesa Annette Mathisen y mi amigo salvadoreño Roberto Castellaños Braña secuestrados y asesinados por la Policía Nacional de El Salvador en marzo de 1980


Annette

Permítanme llorar en el poema
Porque quizá allá afuera
La gente  no se encuentre la sombra de su sombra
Y no quede más remedio que llorar
Luis Borga

Nunca quise saber el cómo te encontraron,
Quise retener una imagen que vino a mi volando
Como de ángeles desatados

Y te quedaste tan bella para siempre en mi

Te quedaste desnuda,
En el dolor,
Cubierta de amor por Roberto,

por su extraña patria de pobres que tanto quiso,
ese pedazo de continente militarizado y regentado por asesinos y escuadrones de la muerte
un sol ardiente de una pequeña ciudad de mercados callejeros y miedos y silencios,

No pude entender lo que era tanto tu amor, que te fuiste a esos barrios de la mano, recién casada, con tu ojos bellos y felices
esa sonrisa del amor con el amor.

pretendí construir los cuerpos abandonados en la carretera,
despojados de vida
de telas
hechos jirones los bellos amantes, mutilados
uno al lado del otro
mirándose morir,
lenta,como se sabe que fueron esas torturas
mirándose

Días de agonías
Días de dolor

Y donde queda el amor que se tenían?

Los habrá arropado en el suplicio.?

sus miradas habrán sido los puentes de las manos rotas,?

de sus cuerpos destruidos como bellas pirámides mayas, con los ojos azules de Annette
Hechos estrellas en la pena de Roberto de verla así,
exanime
ya sin ella.

¿Por qué se sufrió tanto en El Salvador?
porque tomar los cuerpos de la patria,
El cuerpo de las mujeres y destruirlos
una a una, violentar el cuerpo  del amor, de la madre, de la hija

qué pasó en el torturador
en el que extermina lentamente
una ciudad de mujeres que venden y limpian
cocinan y trabajan
trabajan y aman

¿Qué pasó en ese país que mataron tantos estudiantes,tantos jóvenes, tantos niños, tantos hombres?

Siempre quise recordar a Roberto y Annete en su belleza de enamorados, radiantes, bellos, hechos para el amor,no para morir.

No quise saber detalles de sus cuerpos en la carretera, tirados, abandonados, días después de desaparecidos,
quise recordar y contenerlos en una bella burbuja de juventud sin dolor, sin edad,

Hoy
Hace 30 años

aún la violencia es un misterio que  vive en las sombra de las calles salvadoreñas

Es el hambre
La tristeza
La garganta de la necesidad
El aullido de
Todos los cuerpos abandonados en esas noches y días de los ochenta.

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