Saudade: un canto de dolor y esperanza.

1 febrero, 2018

El amor y la muerte son el tema abordado por Claribel Alegría en su libro de poemas Saudade. Pocas líneas rematan en esta obra una poesía digna de los haikus orientales, con versos tan depurados y simples como los ligeros trazos que iluminan los dibujos tardíos de Picasso.


Bud Flakoll y Claribel Alegría

 

Texto de prólogo a Saudade.

El amor y la muerte son el tema abordado por Claribel Alegría en su libro de poemas Saudade. Pocas líneas rematan en esta obra una poesía digna de los haikus orientales, con versos tan depurados y simples como los ligeros trazos que iluminan los dibujos tardíos de Picasso.

La pérdida de su esposo Darwin Flaykoll estremece este canto, descoyuntado entre el desamparo y la esperanza: amor pleno que atraviesa la prueba definitiva de la muerte y emerge renovado en un Cantar de los Cantares al final de la jornada de la vida, tras cuarenta y siete años de matrimonio; poemario de amor único por su madurez poética y humana…He aquí finalmente el caso de un amor probado, sufrido y consumado, que pervive en el canto incluso más allá del desgarramiento definitivo de la muerte: “Aferrada a tu luz / atravieso mi tiempo / ha habido y habrá / inesperados vientos / huracanes / tormentas / y sequías, / pero sé desde siempre / que tú me sostendrás”.

Claribel transfigura su duelo en poesía y logra así plasmar una experiencia humana universal, la de la pérdida del ser amado. Vibra en su voz uno de los sentimientos humanos más íntimos y dolorosos, el de la pérdida irrevocable y la búsqueda del ser amado inaprensible, aunque omnipresente: “En mi herida te busco / en mi dolor / queriendo atravesarlo / rebasarlo / hasta llegar a ti”.

Arquetipos de la mitología griega emergen en esta obra transmutados en símbolos de un amor herido por la muerte: Sísifo resbalando desde la cumbre anhelada; Ícaro incendiando sus alas desafiando al sol; Prometeo devorado por el cuervo (“tu ausencia / que me roe / y estoy atada al tiempo / y no puedo escapar”); Ariadna extraviada en los laberintos sombríos de la muerte, impetrando a Teseo retomar el ovillo del amor: “Vuelve, / vuelve, Teseo / no te pierdas / en los laberintos / de la muerte…” Claribel implora a Orfeo ser transformada ella misma en lira vivificante que rescate a su esposo del Hades, ansiando un reencuentro definitivo con el amado muerto.

Conmueve el acento poético con que Claribel Alegría desata su ansia de reencuentro: en Salí a buscarte la poetisa recorre el mundo, atraviesa montañas, surca mares lejanos, interroga finalmente a las nubes y al viento, para finalmente exclamar: “inútil todo / inútil / dentro de mí estabas”.  En Eres mi otro yo confiesa su indefensión total ante la muerte de su amado y en Invitación lo concita a escuchar una fuga de Bach al atardecer.

Corroída por la duda, pero igualmente fortalecida por la esperanza de alcanzar la plenitud de su amor más allá de su propia muerte, Claribel anticipa en su poesía el reencuentro definitivo. Contempla su muerte futura como el umbral vertiginoso que habrá de traspasar un día para abismarse en la presencia añorada.

Claribel rehúsa hundirse en la tristeza invocando al amado muerto y preserva así la propia voluntad de vivir. Su libro concluye por eso con una nota de esperanza y amor a la vida.

Un sabio maestro judío exclamó una vez: “Hay tres niveles ascendentes en el duelo: el de las lágrimas –ese es el más bajo. El del silencio –ese es más alto. Y el del canto –ese es el más elevado”. Con Saudade Claribel Alegría trasciende el silencio y las lágrimas para irrumpir en un dolorido canto de esperanza y amor.

Comparte en:

Teólogo y escritor nicaragüense. Obtuvo una maestría en filosofía y un doctorado en teología en las Universidades de Heidelberg y Tubinga, en Alemania. Es autor de una biografía del poeta y sacerdote Azarías H. Pallais y de obras didácticas de amplia divulgación. Con el Equipo Teyocoyani ha promovido la formación de líderes laicos en la Iglesia de Nicaragua.