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Primo Levi piensa

31 julio, 2020

Marco Antonio Campos

– La prolífica obra de alta calidad literaria de Marco Antonio Campos, sirve, acaso, como respaldo a este brevísimo texto de su autoría, cuyo contenido muestra, en condensadas líneas, a ese singular como lúcido escritor de origen italiano –de origen judío sefardí- sobreviviente del holocausto nazi, Primo Levi, y que publicamos aquí en carátula, merced a la proverbial generosidad de Marco Antonio para con sus lectores.


La Trilogía de Auschwitz

Llegarán los rusos. Desde el 11 de enero, cuando oímos el trueno de los cañones, supimos que ya estaban cerca y que no tardarían en llegar. Han pasado quince días. Permanezco en esta litera, cansado, enfermo, débil, con fiebre, y no sé si llegarán a tiempo, o tal vez yo muera antes que lleguen. Los alemanes dejaron Auschwitz y el día 18 y se llevaron no sé dónde a 20,000 prisioneros y han destruido todo cuanto han podido. En eso han sido como deben ser: disciplinados, sistemáticos, fielmente burócratas, y aún más cuando se trata de destrucción y de horror.

Tengo casi un año de estar en Auschwitz, aquí, en el tercero de los campos, en Buna-Monowitz. Es lógico que Chopin naciera en Polonia. Es un país de tristeza.

El día 13 pasado vimos en Buna el último ahorcamiento en público de un prisionero rebelde. Nadie levantó la voz cuando gritó el ejecutado: “¡Yo soy el último!”, una frase que, comprendí inmediatamente, le daba sentido y justificación a su vida y a su muerte. En la revuelta que participó días antes, él y un grupo de prisioneros hicieron saltar uno de los crematorios de Auschwitz-Birkenau. Nosotros, aquí, somos incapaces de tamaña rebeldía. Nos han robado el alma, y a los judíos, nos ha tocado vivir las más atroces vejaciones.

Por más que me lo discuto no logro comprender el gobierno del Tercer Reich y menos al pueblo alemán que quiso convencerse de ser una raza superior, y que los eslavos y los mediterráneos son, según ellos, una raza inferior y nosotros, los judíos, una raza degenerada. ¿De dónde salió esta criminal demencia organizada matemáticamente? ¿Cómo el Mal pudo subir desde el infierno e instalarse en Alemania de donde se propagó a Europa? Aquí en Buna la única realidad han sido el frío paralizador, el fango en el que nos hundimos, los cadáveres podridos en las literas o diseminados en el fango, y el olor a excremento, a humedad, a sudor, a mugre, y en contraste, el Heimwehil dolore di casa, el dolor de Turín, cuya lejanía es cada vez más lejana. Si Auschwitz existe, no hay entonces Dios.

Los rusos llegarán, pero yo no sé si tendré fuerzas para levantarme de mi litera. Lo único que me hace perseverar es la idea de la vuelta y escribir lo que ha sido este atroz experimento de laboratorio, esta vía despiadada de aniquilamiento del hombre.

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Originario feliz de México D.F. (Chilangolandia), donde nació en 1949. Poeta, narrador, ensayista, promotor cultural, magnífico traductor, tiene en su currícula haber trasladado al español poetas de la talla de: Baudelaire, Rimbaud, André Gide, Artaud, Roger Munier, Emile Nelligan, Vincenzo Cardarelli, Ungaretti, Salvatore Quasimodo, Reiner Kunze y Carlos Drummond de Andrade, entre otros. Estudió Derecho en la Universidad Nacional Autónoma de México y trabajó como lector en diversas Universidades del extranjero, tales como la de Salzburgo y Viena. Fue director de Literatura de Difusión Cultural de la Universidad Autónoma, y laboró activamente en el periódico de Poesía y el Programa de Humanidades. Colaboró en la revista Proceso. Condujo un programa literario en Radio Universidad. Ha obtenido los premios mexicanos Xavier Villaurrutia (1992) y Nezahualcóyotl (2005), en España el Premio Casa de América (2005) por su libro Viernes en Jerusalén. En 2004 se le distinguió con la Medalla Presidencial Centenario de Pablo Neruda otorgada por el gobierno de Chile. Obtuvo el Premio Iberoamericano de Poesía Ramón López Velarde 2010, que concede el Gobierno de Zacatecas. Ha publicado los libros de poesía: Muertos y disfraces (1974); Una seña en la sepultura (1978); La ceniza en la frente (1979); Hojas de los años (1981); La muchacha que vino del sol (1985); Monólogos (1985); Los adioses del forastero (1996); Viernes en Jerusalén (2005). Cuento: La desaparición de Fabricio Montesco (1977); No pasará el invierno (1985), recogidos en el libro Desde el infierno y otros cuentos (1987). Novela: Que la carne es hierba (1982); Hemos perdido el reino (1987). De él dijo, el escritor y poeta nicaragüense Ernesto Mejía Sánchez: “Marco Antonio Campos es un poeta –ya es bastante-; pero también un poeta culto, lo que es más peligroso y menos poético, según algunos asnos con letras, pues que lo quisieran intonso, zafio y tocando toda la lira por casualidad. Dichosa edad en que la primera manera ingenua será superada por siete libros y la amargura. Nos felicitamos por este muchacho que desde que comenzó tenía los dientes completos y las bibliotecas bien leídas… Le dirán poeta exotista, preciosista, despatriado, desmadrado; nunca desmedrado. Le dirán también muy antiguo y muy moderno; y más muy mexicano, muy contemporáneo. Este muchacho quiere sufrir y lo conseguirá. No hay remedio contra estas cosas; es la inminencia de la catástrofe.”