adriana bianco

Entrevista a Darío Villanueva: El humanismo y su futuro

18 julio, 2019

Darío Villanueva es profesor, teórico, escritor y crítico literario español, ex director de la Real Academia Española. Con larga trayectoria docente en España y Estados Unidos, actualmente, profesor de la Facultad de Filología de la Universidad de Santiago de Compostela, de la cual fue Rector. Miembro de varias instituciones, entre ellas, Jurado del Premio Princesa de Asturias de las Letras. Una personalidad en el campo literario y humanístico, con numerosos escritos sobre su especialidad. Nos acercamos a platicar con él, en la sede de la Real Academia Española en Madrid.


Darío Villanueva

AB : Un académico como usted, con tanta experiencia, cómo visualiza los estudios Humanísticos en el mundo universitario y en el futuro.

DV : Es la pregunta clave. Tengo una experiencia de mas de 40 años de docencia, parecería que todo apunta en contra de los estudios humanísticos. Influye un pecado que la propia Academia ha cometido, sobretodo en los Estados Unidos, de allí se ha irradiado a otros países, a partir de los años 80, del siglo pasado, la idea de la de-contrucción de la literatura, inspirada en el filósofo Jacques Derrida, muy brillante pero en mi opinión muy poco sistemático, que se convirtió en casi una estrella de Rock para los humanistas norteamericanos de esa época. La idea de Derrida es muy destructiva. Sostiene que la literatura no tiene significado. Que la literatura es un juego verbal, detrás de lo cual no hay nada. Ésto mina la fortaleza de los estudios humanísticos que durante siglos habían servido en la formación de los universitarios, a base de lo que la lengua puede proporcionar como vía de acceso a contenidos de tipo filosófico, histórico, conceptual…

La de-construcción dice que todo éso es un juego, que no hay nada detrás. Yo soy una persona vinculada a la Universidad norteamericana, he enseñado mucho y he tenido puestos destacados, y he podido vivir la secuencia de como se han ido degradando los estudios humanísticos en Estados Unidos, no solo por presión del sistema externo a la universidad, sino por el influjo nefasto de la De-construcción de Derrida.

AB : Hay una separación con respecto a la tradición hispana y somos los hispanos quienes debemos defender nuestra tradición.

DV : Sin duda. Nosotros no hemos sucumbido, como sucumbieron los norteamericanos, a esa seducción de la hermenéutica negativa y destructiva de Derrida.

En nuestro caso, viene mas bien por el utilitarismo de los sistemas educativos. Se piensa que lo principal es formar trabajadores del sistema con un sentido muy mecánico y economista, por lo tanto los estudios humanísticos son un plus del cual se puede prescindir. Yo veo, en cambio, que el propio desarrollo de esta sociedad digital tecnológica y global, empieza a sentir la necesidad de la recuperación de fundamentos humanísticos que solo nuestras disciplinas pueden dar.

Por otra parte, concebir una enseñanza, en función del sistema tecnológico, es un error, porque esa formación tiene visión muy limitada. El propio desarrollo de la tecnología es tan rápido que enseguida debe ser actualizado o reemplazado por otra. En cambio, lo sustantivo es el estudio de las Humanidades, con una permanencia que esta acreditada por siglos de nuestra tradición cultural.

AB : Con capacidad de raciocionio, de criterio, de asimilación,…

DV : Totalmente de acuerdo. Una persona formada en los fundamentos humanísticos tiene una versatilidad, una flexibilidad para asimilar esas técnicas que van cambiando y no lo digo en un sentido voluntarista, ésto ya esta empezando a ocurrir. En las grandes empresas tecnológicas, a la hora de captar sus recursos humanos, se están dando cuenta, que dan mejor resultado las personas que tiene una formación mas amplia para comprender el mundo y sus cambios. De manera que cortarle las alas a los jóvenes, dándoles sólo un camino unidimensional, es un gran pecado.

Yo estoy trabajando ahora, en un tema: las distopías, las novelas que a lo largo del siglo XX han planteado, contra el modelo de la utopía de Tomas Moro (una sociedad perfecta), y han escrito sobre una sociedad profundamente imperfecta a la que se iba a llegar. Bien, esas distopías están demostrando la capacidad visionaria de esos autores. Una de las primeras distopías es la de Vladimir Yevqueni Zamiatin, que se titula « Nosotros », escrita en los años 20, inspirada en el régimen stalinista, en ella, ya está expresado este problema del que hablábamos. La sociedad que él describe: el mundo antiguo que es la sociedad de Shakespeare y de Cervantes, luego, el mundo moderno, donde la gente tiene una felicidad garantizada que se basa en la renuncia al criterio, a la inteligencia, a la comprensión de la realidad y solo hay una satisfacción elemental de los instintos mas inmediatos. Esta sociedad, ya está en la distopía de Zamiatin. Pensemos en El mundo feliz de Aldous Huxley, y, en la obra 1984 de George Orwell, todo lo que Orwell dice esta teniendo ahora realización práctica.

AB : El mundo cambia, hay una dinámica permanente.

DV : Claro. Una de las ventajas de ser profesor universitario es mantenerse en contacto con la juventud. Al tiempo que procuro enseñarles, procuro aprender de ellos, su visión del mundo y los cambios. Y al ver esa experiencia no soy pesimista, por el contrario, soy optimista. Creo que la condición humana tiene una capacidad de resistencia, sobretodo en regímenes autoritarios, totalitarios. Los regímenes totalitarios no han logrado reducir la condición humana. Por la vía de la disidencia se pueden mantener los principios, por encima de los totalitarismos. No hay totalitarismo que dure para siempre.

AB : A través de la historia vimos escritores que han ayudado a la libertad de los pueblos. Actualmente, el humanismo sufre los avances del internet, la globalización, la cultura del celular y google. La visión humanística contiene valores éticos.

DV : Yo estoy convencido que una persona formada humanísticamente es mas eficaz y rentable que una persona unidimensional. Todo esta relacionado, el Humanismo intelectual tiene un componente de humanismo conceptual y ético. Volver a las raíces del ser humano es una condición universal.

AB : Hablemos de cine y literatura, y de su libro sobre el Quijote donde percibe el Quijote como un libro cinematográfico, lleno de imágenes, antes del cinema.

DV : Vengo de dar una conferencia en Estados Unidos, sobre Cervantes y Shakesperare, dos genios de la literatura, en los que está la premonición de lo que va a ser el cine, por supuesto no tendrían ellos la idea de vaticinar el cine, pero ellos ya, de alguna manera, lo veían.

AB : La unión de lo textual con la imágen…

DV : Claro, el cine es una industria, pero es también el séptimo arte, es el arte de la modernidad, y es un arte sincrético. Ricciotto Canudo, el italiano que acuñó la expresión « séptimo arte », partía de las otras seis partes del paradigma clásico. Pues bien, el cine no sólo es la séptima de las artes, sino que integra a las seis anteriores : la música, la literatura, la arquitectura, la pintura, la danza. La síntesis perfecta.

Yo, desde el ámbito universitario he procurado concederle al cine, un espacio especial en los estudios, aunque se estudie en las universidades de comunicación y de cinematografía. Siempre he enfocado el estudio del cine en relación con la literatura.

AB : En mi contacto con directores de cine, todos me han dicho que si no tienen una estructura de texto, un guión, no hay film.

DV : Incluso el cine mudo, dependía de la literatura. En el cine mudo se hicieron mas versiones de las obras de Shakespaeare que durante la primera época del sonoro. El cine mudo ha aprovechado mas el teatro de Shakespeare que el cine sonoro que ya podía incluir las palabras de Shakespeare. Yo cito siempre a Eisenstein, un genio del cine, que dice que nosotros no venimos solo de Edison y de los Lumière, nosotros venimos de una tradición que pasa por los clásicos, que pasa por Shakespeare y llega a Dickens.

AB. Pensemos que el cine nace como una concepción documental y va encontrando otro camino, gracias a la literatura.

DV: Los Lumière eran fotógrafos y querían un perfeccionamiento de la fotografía, y lo lograron : la fotografía en movimiento. Pero luego, a partir de allí, empezó un proceso para inyectarle al cine, no sólo el documento de lo real, sino la imaginación y la fantasía. En sus orígenes, el cine ignora el potencial que tiene el objetivo cinematográfico y los movimientos de la cámara, ya que el cine primitivo es una cámara fija que registra. Con el cine americano, de principio de los 10, viene el gran descubrimiento. David Griffith y Porter observan que la cámara, en si misma, encierra un potencial estético extraordinario, porque la cámara puede cambiar los encuadres, puede construir una sintáxis de la imagen, dar énfasis a determinadas cosas, puede recoger panoramas muy amplios, mediante un montaje inteligente. Allí está el origen del cine moderno, del que seguimos viviendo ahora a través de lo que se llama el modelo de representación institucional, que es el proceso de sucesión de los planos, los cambios de encuadres, los movimientos de la cámara sobre su propio eje, aproximación o lejanía, ascenso o descenso, y luego la clave: el montaje. El director construye su sintáxis fílmica. Tenemos allí una influencia de la linguística sobre la cinematografía.

AB : La relación cine-literatura es inseparable. Usted ha sido director de la Real Academia Española. Cuáles son los desafíos a los que está expuesta la Academia y los estudios sobre la lengua, en el mundo de la globalización, el internet, las redes sociales y la creatividad del hablante ?

DV : La lengua es un fenómeno prodigioso, siempre ha ocurrido esa dinámica. Es el hecho mas democrático que existe, toda persona es dueña de una lengua o mas de una. Efectivamente, ese dominio individual que tenemos sobre la lengua, nos permite manejarla a nuestro arbitrio, incluso introducir innovaciones. Siempre sometidos a la dimensión social de la lengua. La lengua es un código que tiene que ser compartido. Si no hay la aceptación de unas reglas comunes, el individuo que se exprese, no sera comprendido y la eficacia de la comunicación se pierde. La lengua esta totalmente vinculada al individuo y a la sociedad, de manera que todos los cambios que se producen en la sociedad tienen una repercusión en la lengua.

Ahora estamos en un momento trascendental, no es un cambio de ciclo o de régimen, es un cambio de civilización, quiero decir, la tecnología actual esta cambiando nuestra civilización, de manera radical. Primero la informática, Marshal Mc Luhan ya hablo de la Galaxia Gutemberg, luego vino la revolución informática y luego la revolución digital.

Ahora estamos entrando en otro ciclo muy potente: el de la inteligencia artificial. Las máquinas están cobrando una mayor autonomía y una mayor capacidad para hacer muchas cosas que hasta ahora solo podíamos hacer los seres humanos. Es verdad que estas máquinas van a ser creadas por nosotros, pero una vez que sean creadas, ellas mismas van a empezar a evolucionar de manera relativamente autónoma.

En lo que se refiere al lenguaje, a la lengua, las máquinas que nosotros les estamos proporcionando van a estar en condiciones de utilizar la lengua pero también de expresarse de manera relativamente autónoma.

Ésto en las Academias nos introduce un elemento de preocupación porque puede ocurrir que esa evolución de las lenguas en las máquinas lleve a una catástrofe mayor, que es la desconexión y ruptura de la unidad de un idioma.

El español consiguió superar magníficamente la posibilidad de la fragmentación cuando la independencia de las repúblicas americanas, en el siglo XIX. En ese momento, se pensó que sucedería con el español lo mismo que con el latín. Y no fue así. Usted y yo nos estamos comunicando en español.

Pero no sabemos que pasará con las máquinas, que va a ocurrir con la evolución de las máquinas, Ése es el objeto de nuestra investigación y trabajo, actualmente, ya que tenemos instrumentos para que esa evolución se produzca sin perjuicio desde el punto de vista de la unidad linguística. Somos 23 Academias y tenemos una red que no tiene ninguna otra lengua. Y están trabajando todas de manera coordinada.

El trabajo que hagamos, en este trance, tiene que contar con las grandes empresas de la comunicación y la tecnología y estamos sentando las bases porque, de algunas de estas empresas tenemos el testimonio del interés de colaborar en este concepto. Es un gran reto.

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Conocida artísticamente como Adrianita es periodista y actriz de cine, radio y teatro que nació en Argentina, país en el cual cuando era niña realizó su carrera como actriz.

En 1950 fue seleccionada para trabajar en la obra Un angelito diabólico en el Teatro Astral y en 1952 debutó en cine La melodía perdida, por la que fue galardonada por "destacada labor infantil" con una mención especial de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina.

En 1953 se destacó en el policial La niña del gato, actuación por la cual recibió el Cóndor de Plata a la mejor actriz de reparto otorgado por la Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina y en 1955 retornó al teatro para interpretar el demoníaco personaje de La mala semilla. Ya adolescente finalizó su carrera en el cine con El primer beso y Mientras haya un circo, ambas de 1958, si bien retornó brevemente para un doblaje de El ojo que espía (1966).

En 1967 participó en la representación de la obra Así es la vida de Arnaldo Malfatti y Nicolás de las Llanderas, dirigida por Pedro Escudero en el teatro Astral en un elenco en el que además figuraban Vicente Ariño, Ricardo Bauleo, Rey Charol, María Esther Gamas, Beto Gianola, Juan Carlos Lima, Mecha Ortiz, Angélica López Gamio, Eddie Pequenino, Delma Ricci, Jorge de la Riestra, Luis Sandrini, Perla Santalla, Héctor Sturman, con escenografía de Raúl Soldi.

En 1968 trabajó junto a Catalina Speroni, Cristina Murta, Antonio Martiánez, Leonor Benedetto, Héctor Biuchet, Ivonne Fournery y José María Vilches en la obra de Juan Ruiz de Alarcón, La verdad sospechosa, dirigida por Manuel Benítez Sánchez Cortés con escenografía de Saulo Benavente en el Museo de Arte Español Enrique Larreta.

Trabajó en Radio El Mundo en 1954 y 1955 junto a Osvaldo Canónico y Elcira Olivera Garcés en el programa ¡Qué mundo de juguete!, con libretos de Abel Santa Cruz.

Retirada de la actuación se radicó en Estados Unidos para trabajar de periodista.