Joaquin Solis Piura

Yo soy libre si tú eres libre: A la libertad por la universidad

8 septiembre, 2020

Joaquín Solís Piura

– Estas palabras son, como todas las palabras cuyo propósito es ser verdaderas, producto de las “enseñanzas de la edad”, como escribió el poeta y catedrático universitario José María Valverde, o también producto de la enseñanza como Historia y como formación integral del hombre, de todo hombre, que nace para ser libre.


Estas palabras son, como todas las palabras cuyo propósito es ser verdaderas, producto de las “enseñanzas de la edad”, como escribió el poeta y catedrático universitario José María Valverde, o también producto de la enseñanza como Historia y como formación integral del hombre, de todo hombre, que nace para ser libre. Por lo tanto, tienen de por sí un enunciado: verdaderas, de la verdad que nos hace libres y enseñanza, en este caso, sinónimo de una educación superior, es decir de la Universidad que nos conduce a la libertad, síntesis del lema de nuestra Alma Mater, A LA LIBERTAD POR LA UNIVERSIDAD, que nos legara el Rector Magnífico Dr. Mariano Fiallos Gil, y que compartiéndolo con él, como algo sagrado que asumiéramos en permanente ideal, lo enarbolamos en su momento nosotros, la Generación de la Autonomía y todas las generaciones de estudiantes que nos siguieron hasta hace pocos años y que hoy presento ante ustedes para que sean herencia y compromiso de generaciones de estudiantes presentes y venideras.

Humanismo beligerante

Es lógico por lo tanto, que lo primero que haga sea una breve referencia al Rector de la Autonomía, doctor Mariano Fiallos Gil, en agradecimiento por haber conquistado al país con la Autonomía, por, y cito a Rubén Darío, su “energía ecuménica” y con ella haber sabido unir “tantos vigores dispersos”, por su proverbial humanismo beligerante, libro suyo del mismo título, Humanismo beligerante, en cuyo inicio afirma: “No hay que olvidar que la noción de humanismo se halla íntimamente ligada a la humanidad o, mejor, al humanitarismo. Esto quiere decir que el amor o simpatía por nuestros semejantes y el interés por su mejoramiento, constituyen las bases prácticas del concepto de humanismo.”

Y luego su corta e intensa historia de vida sigue, teniendo como base ese humanitarismo, con el concepto de A la libertad por la Universidad, enarbolado por primera vez por el doctor Fiallos Gil en una charla que dio a los estudiantes a mediados de agosto de 1957. Curioso dato, reflexiono hoy, si tomamos en cuenta que el Rector de la Autonomía tan sólo vivió 57 años para dejarnos su legado de “amor o simpatía por lo de

nuestros semejantes y el interés por su mejoramiento.” Y que, por lo tanto, su humanismo sigue siendo hoy más beligerante que nunca.

21 de febrero de 1934: nuestro nacimiento 

 Pero ningún camino es corto, y menos si se tiene como meta la libertad, y por ello debo señalar que estas palabras que estoy diciendo tienen también la dicha y la consistencia de provenir, en orden cronológico, de nuestro General Augusto C. Sandino (18/05/1895—21/02/1934). Porque fue lema y divisa de Sandino, PATRIA Y LIBERTAD, con el que sellaba todo documento suscrito por él, y fue el GENERAL DE HOMBRES LIBRES quien dijo “yo iré hacia el sol de la libertad o hacia la muerte”, lema y palabras refrendadas por el Obispo y poeta Pedro Casaldáliga, quien escribiera que “No hay libertad sin igualdad. Yo soy libre si tú eres libre, porque no hay libertad sin dignidad”. De ahí que bien podemos afirmar que inacimos el 21 de febrero de 1934, cuando Anastasio Somoza García asesinó a traición a Sandino. Somos él, siempre camino de la libertad. Porque desde entonces somos hijos de Sandino. Y es que la palabra es cátedra de  libertad. La palabra libre se inculca en la lucha por los derechos y dignidad del pueblo, y desde las aulas universitarias, como en Córdoba, Argentina.

1918: a cien años del “grito de Córdoba” 

La Reforma Universitaria de 1918, Reforma Universitaria de Córdoba, Reforma Universitaria de Argentina, Grito de Córdoba o simplemente Reforma Universitaria, como nombra el Dr. Carlos Tünnermann al “célebre Movimiento de Córdoba, así llamado por haberlo iniciado los estudiantes de la Universidad de Có ya 6rdoba, Argentina en junio de 1918, cumple este año cien años. El Movimiento, que se extendió por todo el continente latinoamericano, promovió una reforma profunda de las universidades de esta región del mundo.”

“La reforma de Córdoba –dice el doctor Tünnermann- trajo a las Universidades latinoamericanas la autonomía universitaria, como su fruto más preciado. Su conquista ha sido fundamental para el desenvolvimiento y transformación de las universidades de nuestra región. En cuanto a la “función nosocial” de la Universidad, por la cual abogó el Movimiento, la elección de las autoridades universitarias y el cogobierno, son postulados que hoy están consagrados en las leyes y estatutos universitarios de la región. Córdoba marca un hito en la historia de la Universidad latinoamericana: la Universidad, después de 1918, no fue lo que ha de ser, pero dejó de ser lo que venía siendo, afirma Germán Arciniegas.

Creo que esta afirmación de Arciniegas se compagina con las siguientes afirmaciones del Dr. Carlos Tünnermann, al referirse a la “Autonomía y libertad de la Universidad”: “La autonomía implica serias responsabilidades para la Universidad. Dueña de su destino, debe responder por lo que haga en el uso y disfrute de su libertad…A la concepción de la Universidad crítica, que en palabras de Karl Jaspers significa que la Universidad es el sitio donde la sociedad permite el florecimiento de la más clara conciencia de la época, es preciso agregar ahora el concepto de Universidad anticipadora, esto es, de preocupaciones, prefigurando los posibles escenarios futuros y anticipándose a los hechos en vez de dejarse conducir por ellos”.

“Con Mariano Fiallos Gil –escribe en su libro Desde la Universidad el doctor Alejandro Serrano Caldera- llegaba a la Universidad de Nicaragua la Reforma de Córdoba con cuarenta años de retraso. Pero llegaba. Téngase en cuenta, a una Universidad relegada y sobre todo, las ideas de la Reforma de Córdoba llegaban a la Universidad situada en un país en donde la dinastía tenía casi 25 años de tiranizarlo: 23 de Somoza García, el fundador, y uno de Luis Somoza que empezaba. Nos encontrábamos a mitad de camino en la larga noche de casi medio siglo de somocismo en Nicaragua”.

Volviendo a Córdoba: La realidad actual es que la utopía juvenil, que tiene como fecha emblemática el 15 de junio de 1918, anticipó en medio siglo al Mayo francés de 1968. La revuelta estudiantil cordobesa tuvo su expresión en el Manifiesto liminar, redactado por Deodoro Roca y titulado “La juventud argentina de Córdoba a los Hombres Libres de Sudamérica”, que finaliza diciendo: La juventud ya no pide. Exige que se le reconozca el derecho de exteriorizar ese pensamiento propio en los cuerpos universitarios por medio de sus representantes. Está cansada de soportar a los tiranos. Si ha sido capaz de realizar una revolución en las conciencias, no puede desconocérsele la capacidad de intervenir en el gobierno de su propia casa.”

1958: autonomía universitaria 

Hemos querido establecer una secuencia de las luchas por la libertad de los nicaragüenses y su vocación democrática, emanada desde la Universidad o la montaña. No hay nunca resignación a ser esclavos o serviles. La ética se yergue contra toda clase de opresión. La ética que se llama dignidad, en el aspecto individual, y soberanía si se refiere a todo el pueblo, o si se prefiere autonomía como sinónimo de soberanía en el ámbito universitario. En su libro Desde la Universidad, el Dr. Alejandro Serrano Caldera afirma: “Con la Autonomía obtenida el 25 de marzo de 1958, la Universidad iniciaba una etapa de fecundas realizaciones. El concepto de Autonomía era definido por el Rector, doctor Mariano Fiallos Gil, no tan sólo como el hecho “de la propia administración docente, administrativa y económica, sino, y muy principalmente, el de la administración libre y voluntaria de los valores del espíritu. Sin consignas ni dogmas. Sin prohibición de sustentar ideas de cualquier clase. En una Autonomía así concebida la curiosidad científica y filosófica carece de límites o moldes rígidos y autoritarios. Es libre pensamiento, libre exposición de ideas, controversia, ejercicio responsable de la inteligencia, discusión sin tabúes de ninguna clase, ya que el objetivo de la Universidad es el de la formación de hombres libres en una sociedad libre.”

1959: masacre estudiantil 

Continúa el Dr. Serrano: “El movimiento estudiantil, revitalizado desde el año anterior, 1957, se fue consolidando en 1958 paulatinamente en torno al empeño de la Autonomía universitaria, y a la lucha por la libertad política…Se obtuvo el 25 de marzo de 1958 durante la Presidencia de la República de Luis Somoza Debayle…y ante gestiones del Rector Mariano Fiallos Gil, que dieron continuidad a los Movimientos pro-autonomía de los estudiantes universitarios agrupados en el Centro de Estudios Jurídicos y Sociales (CEJIS), entre cuyos miembros se encontraban dos ilustres rectores de nuestra universidad, el Dr. Mariano Fiallos Oyanguren y el Dr. Carlos Tünnermann Berheim, y de los estudiantes que luego nos llamaríamos Generación de la Autonomía.”

En los años 50 se dan tres acontecimientos sumamente importantes para la vida de la educación superior en Nicaragua:

  1. Se forma el Centro de Estudios Jurídicos y Sociales (CEJIS) que prepara los primeros documentos claros y pormenorizados de lo que debe ser una autonomía universitaria, que hasta entonces no habíamos tenido en la Universidad, ya que dependía directamente del ejecutivo.
  2. Llegamos a la Universidad una serie de estudiantes que de manera incipiente en ese momento nos estábamos liberando del peso de la política tradicional nicaragüense, dividida entre liberales y conservadores, y adoptábamos más bien una actitud política independiente, a la cual llamábamos política progresista.
  3. La trascendental llegada del Dr. Mariano Fiallos Gil como Rector Magnífico de la Universidad, nombramiento aceptado por este con la condición de que el Ejecutivo de la Republica decretara en primer lugar la Autonomía Universitaria y luego la Ley de Autonomía Universitaria, ya con rango constitucional.

El año electivo de 1959 marcó a toda una generación. En ese año los estudiantes del movimiento progresista citado anteriormente, llevamos por primera vez un candidato propio a las elecciones para presidente del CUUN con una plataforma de participación beligerante en la política nacional como una fuerza independiente de los estudiantes universitarios, además de las labores habituales de defensa de los estudiantes ante las autoridades académicas y de desarrollo de actividades de entretenimiento, como hasta entonces se venía acostumbrando en las elecciones. Con ese programa ganamos las elecciones y con eso el que esto escribe fue electo presidente del CUUN.

En ese mismo año, en el mes de mayo, se dan los acontecimientos de El Chaparral, donde el movimiento guerrillero antisomocista liderado por Carlos Fonseca Amador fue masacrado por la guardia hondureña y la guardia somocista, cuando se preparaba para ingresar al país y combatir al régimen de los Somozas. Allí cayó herido gravemente el dirigente estudiantil y líder del naciente movimiento revolucionario nicaragüense Carlos Fonseca.

Ese mismo año, el 23 de julio, los estudiantes universitarios que todos los años celebrábamos la llegada de los nuevos estudiantes con un desfile carnavalesco en la ciudad de León, decidimos realizar dicho desfile en forma luctuosa, en vez de festiva, para mostrar nuestro rechazo a la masacre de El Chaparral y el repudio al somocismo. Recorrimos muchas calles de la ciudad con discursos encendidos de mucho dolor y rechazo al somocismo. En el curso de nuestro recorrido enfrentamos directamente pecho a pecho a la guardia somocista en dos ocasiones que quería impedirnos seguir el desfile y nos amenazaba hasta con disparar.

En la segunda ocasión dispararon brutalmente contra nosotros, ocasionándonos cuatro muertos y más de noventa heridos. Los muertos fueron José Rubí Somarriba, presidente de la asociación de estudiantes de medicina y alumno distinguido de dicha Facultad, Sergio Saldaña, Mauricio Martínez y Mauricio Ramírez, a quienes hasta hoy respetamos con veneración y con dolor y tratamos de seguir su ejemplo de lucha, así como el de tantos mártires que han caído en las luchas contra las dictaduras.

Estuvimos en huelga durante tres meses exigiendo la expulsión de los guardias somocistas que estudiaban en la universidad y realizando manifestaciones casi diarias, manteniendo cerrada la Universidad. Esas manifestaciones eran un ejemplo de unidad donde marchábamos sin distingo de clases estudiantes universitarios de secundaria y universitarios, mercaderas de los mercados de León, jóvenes de las clases altas de León, obreros, indígenas de Sutiaba, etc.

En el mes de octubre, después de culminar nuestras actividades de reclamo con una ocupación masiva de los edificios universitarios y una huelga de hambre, la junta universitaria de la Universidad Nacional, decidió expulsar a los guardias somocistas que estudiaban en la universidad, bajo la acusación que pertenecían a un cuerpo no beligerante como era la guardia y cosa importantísima, no tenían libertad para deliberar y por lo tanto no podían pertenecer a un cuerpo beligerante y libre como era la Universidad. Allí vemos detrás de esta resolución la mano y el pensamiento claros de nuestro rector Mariano Fiallos Gil.

Nuestra generación fue llamada Generación de la Autonomía y a partir de entonces fue llamada también Generación del 59 y Generación del 23 de julio. Algunos de los nombres componentes de esta generación son los siguientes: Fernando Gordillo, Manolo Morales, Joaquín Solís Piura, Humberto Obregón Aguirre, Ramón Romero Alonso, Francisco Buitrago, Jorge Alberto Navarro, Vilma Núñez, Sergio Ramírez, Luis Felipe Pérez, Alejandro Serrano y Gonzalo Alvarado, sin poderlos mencionar a todos.

El 23 de julio de 1959 marcó con sangre a esta generación de estudiantes que ejerció su derecho de protesta, como parte de la práctica constante de libertad desarrollada en el ámbito de la Autonomía universitaria…“El 23 de julio de 1959 -continúa diciéndonos el Dr. Serrano-  la Guardia de Somoza reprimió la manifestación estudiantil de protesta por los recientes sucesos de El Chaparral, con jóvenes asesinados y otros heridos de gravedad, entre ellos Carlos Fonseca Amador, que logró sobrevivir. Pero en León, aquel funesto 23 de julio, la acción de la guardia dejó un saldo de cuatro estudiantes muertos y numerosos heridos. Los estudiantes que cayeron esa tarde fueron: José Rubí, Sergio Saldaña, Mauricio Martínez y Erick Ramírez.”

¿Cayeron o siguieron dejando una estela luminosa en nuestra conciencia? Si como dijimos al principio, Sandino, al ser asesinado el 21 de febrero de 1934, señalaba la fecha del nacimiento de todo patriota  a partir de esa fecha, nosotros, junto con José, Sergio, Mauricio y Erick,  con Julio Romero asesinado el 23 de julio del año siguiente, y cuantos héroes y mártires se han levantado desde su muerte aparente antes y después de ella, seguimos con ellos.

A partir de esa fecha el somocismo jamás volvió a tener ninguna influencia en la Universidad. Nuestra juventud se volcó en las calles, en los campos y en las ciudades, luchando en toda forma posible contra la dictadura somocista hasta lograr su derrocamiento en el año 1979.

Quiero reconocer aquí la labor inmensa de los rectores que siguieron a Mariano Fiallos Gil, ya que ellos, como discípulos eminentes de Mariano, nos acompañaron y protegieron en todas las luchas: Carlos Tünnermann fue el sucesor del Dr. Fiallos y puso al servicio de la Universidad toda su experiencia académica y organizativa; Mariano Fiallos Oyanguren no sólo fue hijo de Mariano Fiallos Gil, sino que, por méritos propios, llegó a la rectoría donde desempeñó una sabia labor de dirección y sobre todo un acompañamiento permanente a los estudiantes universitarios en nuestra lucha antisomocista; fue decidido protector nuestro bajo el sol y la lluvia cuando estábamos en peligro.

Somos herederos de una Autonomía Universitaria bautizada con sangre y de un humanismo beligerante. “Yo soy libre si tú eres libre”. La palabra es sinónimo de libertad. No hay Universidad sin palabra ni sin libertad. Donde no hay ética, no hay dignidad. Donde hay dignidad es porque hay libertad. Desde Cervantes nos viene esta lección. Le dice Don Quijote a Sancho: La libertad, Sancho, es uno de los más preciosos dones que a los hombres dieron los cielos; con ella no pueden igualarse los tesoros que encierra la tierra, ni el mar encubre, por la libertad, así como por la honra, se puede y debe aventurar la vida; y por el contrario, el cautiverio es el mayor mal que puede venir a los hombres.

Mariano Fiallos Gil fue MAESTRO de nuestra generación y lo sigue siendo durante todo el tiempo, pues él nos enseñó a ser libres y a defender la autonomía contra todos los poderes y contra todos los ataques que se hagan a la misma.

Creo firmemente que ante la situación actual de crisis político-económica de una dictadura corrupta y sanguinaria que ha abolido la autonomía universitaria, los universitarios de hoy debemos luchar por el rescate de la misma, con la misma intensidad que lo hicieron nuestros antecesores y a como nos enseñó nuestro recordado y ejemplar maestro MARIANO FIALLOS GIL.

Vemos con orgullo como nuestra juventud combate, de nuevo, gallardamente contra la nueva dictadura y admiramos su lucha que siempre será la nuestra. Los héroes y mártires de batallas pasadas contra otras dictaduras, deben estar orgullosos de sus bríos combativos y de los sacrificios de sus nuevos mártires.

Tenemos la obligación de continuar la lucha, ya tradicional, de los universitarios para conseguir una patria con justicia social, libertad y democracia.

Y por ello, por conciencia y por historia, nosotros seguimos proclamando:

¡A LA LIBERTAD POR LA UNIVERSIDAD!

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