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La nueva música revolucionaria de la insurrección de abril en Nicaragua

3 julio, 2019

La insurrección cívica y pacífica, surgida el 18 de abril de 2018 en Nicaragua contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ha motivado un buen número de canciones que vienen a enriquecer el acervo musical nicaragüense.


La insurrección cívica y pacífica, surgida el 18 de abril de 2018 en Nicaragua contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, ha motivado un buen número de canciones que vienen a enriquecer el acervo musical nicaragüense. Carlos Mejía Godoy, su hermano Luis Enrique Mejía Godoy, y Katia Cardenal son voces ampliamente conocidas por su música histórica revolucionaria. Junto a ellos han surgido voces nuevas como Jandir Rodríguez con su guitarra y sus composiciones, “Héroes de abril”, “Libertador”, “Alfonsina” y “Exiliado”, canciones de un gran valor poético y excelente arreglo musical. Los Minúsculos con su canción “Yo no fui” al estilo de corrido mexicano y “Madres de abril”, “El firulais” y “Que se vayan”. Perrozompopo con “La sangre de abril”. A estos nombres podemos agregar los de Gaby Baca y su canción “Sin misericordia”. Bruno Cortina quien con su composición “Bajo tus cenizas” hace referencia al incendio en la reserva de Indio maíz, que fue el precursor de la insurrección de abril 2018, y el grupo Nemi Pipali, con quien Bruno Cortina ha colaborado. Mario Ruiz y el Grupo Garcín, con su canción “La ráfaga” o los raperos Mafe y El CEO. Ceshia Ubau ha publicado recientemente su segundo disco, y Ana Rodríguez publicó en diciembre de 2018 “Nicaragua libre”. Mario Rocha, exiliado en Costa Rica, maestro del canto coral y pianista, dio a conocer su composición, “Canción urgente para los privados de libertad” y “Madre Amada”. Luis Pastor & Ale han dado a conocer su canción “Nicaragua la chavala linda”. Adán Torres escribió una canción titulada “Azul y blanco” donde llama a una insurrección armada. Alma Rodríguez ha anunciado sus canciones “Retumba Masaya”, “Monimbó en abril” y “Soy”. Como dice ella en una entrevista publicada en La Prensa el 3 de abril, “Nuestras bombas es nuestra voz, la música”. Moisés Gadea con “Mi grito es”, Moiss Moisses con su mezcla de rock pesado y atabal granadino, y Hardiel Vilchez, quien ha musicalizado el poema de Madelin Mendieta, “Aún te busco”, y ha publicado la canción “Abril rojo” se unen a esta prolija lista. Vemos pues que este último año ha sido sumamente productivo para la música revolucionaria nicaragüense.

La música es un lenguaje universal y la música de protesta fue un arma indispensable en las luchas revolucionarias del siglo XX en América Latina. Desde los tiempos de Platón sabemos que “la música puede afectar las convenciones políticas y sociales”, como lo afirma en el libro IV de la República. Musicólogos y científicos sociales han estudiado este fenómenos desde los años setentas, concluyendo que hay una relación directa entre el tipo de música que un grupo escucha y/o produce, y sus inclinaciones políticas y sociales. Según Courtney Brown en su libro Politics in Music, la música puede tener un contenido político por representación o por asociación (4-6), dependiendo de si una composición musical tiene un contenido político evidente, o si está asociada de alguna forma con un movimiento político. Lo seres humanos somos animales políticos y animales musicales. La música con sus notas, sus arpegios y sus bemoles, llega a lo más íntimo del alma, y puede suscitar sentimientos de amor, nostalgia, alegría, tristeza y dolor. Cuando este poder de la música se une a la importancia de la política en la vida diaria de las personas, su influencia puede ser seminal y profunda. Este es el caso de la nueva música de protesta nicaragüense.

Nicaragua tiene una larga tradición de música de protesta. El Güegüence o Macho ratón es una comedia bailete del siglo XVII donde se articulan ya una serie de protestas populares contra el poder. En el siglo XIX, durante la invasión de William Walker a Nicaragua, se compusieron poemas y canciones denunciando la situación de dominación en la que se encontraba el país. “La mamá Ramona” es quizás la canción más famosa de esta época. Durante la lucha del Gral. Augusto C. Sandino se compusieron numerosos corridos y canciones que cantaban las hazañas de Ejército Defensor de la Soberanía Nacional, y denigraban a las fuerzas enemigas. En los años sesenta Jorge Isaac Carvallo lideró el movimiento de música de protesta con un alto contenido social, en canciones como “La Juliana”, “Pobres los celadores” y “Campesino” en colaboración con Otto de la Rocha. Fue tal la influencia de estas composiciones que Somoza prohibió su reproducción en las emisoras oficiales, y muchas estaciones de radio se auto censuraron temiendo represalias. Finalmente, durante los años setenta se dio un auge enorme de música de protesta sandinista cuyas composiciones lograron cierta distribución internacional, y han pasado a ser parte del acervo musical del pueblo de Nicaragua. Es por tanto natural que la insurrección de abril de 2018 haya producido tal número de composiciones y canciones de protesta. Las nuevas tecnologías que permiten grabar una canción muy rápidamente, y las redes sociales que permiten su distribución masiva en cuestión de días, han contribuido enormemente a este auge.

Todos los compositores y cantantes de la revolución azul y blanco articulan la tradición de la música de protesta que se originó con la revolución popular sandinista a finales de los setenta, y la están replanteando ahora en contra de la dictadura de Daniel Ortega reivindicando los derechos sociales de los nicaragüenses a la libertad y la democracia. Como movimiento popular, como rebelión cívica y autoconvocada, el movimiento 19 de abril ha inspirado una nueva ola de canciones revolucionarias, que utilizando las herramientas de la nueva canción latinoamericana, la trova cubana, la música de protesta chilena, y la canción nicaragüense, replantean los valores políticos de una revolución que traicionó sus principios, y se corrompió hasta convertirse en una dictadura militar, aliada al gran capital, involucrada en el narcotráfico y en el lavado de dinero. Como han demostrado Ron Eyerman y Andrew Jamison, en Music and Social Movements. Mobilizing Traditions in the Twentieth Century, “by combining culture and politics, social movements serve to reconstitute both, providing a broader political and historical context for cultural expression, and offering in turn, the resources of culture, -traditions, music, artistic expressions- to the action repertoire of political struggle” (7). De esta forma propongo que la nueva música nicaragüense es una herramienta importantísima en una revolución cívica, pacífica y desarmada, donde los teléfonos inteligentes con sus múltiples aplicaciones son el arma principal. Los movimientos sociales son y han sido factores determinantes en la formación de la identidad de las comunidades. La música revolucionaria sandinista fue central para la formación y desarrollo de una conciencia revolucionaria anti-somocista, de igual manera, la música revolucionaria azul y blanco de Nicaragua es un factor central para el desarrollo y consolidación de la lucha contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, articulando una serie de reivindicaciones populares y exigencia por el respeto de los derechos humanos de los nicaragüenses. Siguiendo a Eyerman y Jamison, considero que la relación entre cultura y política, y entre música y movimiento, son procesos colectivos de aprendizaje y que deben ser abordados desde una praxis cognitiva.

Alberto Melucci – Challenging Codes: Collective Action in the Information Age

Un punto de partida importante es el trabajo de Alberto Melucci y su acercamiento semiótico al papel de la cultura en los movimientos políticos. En Challenging Codes: Collective Action in the Information Age, Merlucci propone que los movimientos sociales son acciones simbólicas que a su vez crean nuevas formas de identidad colectiva. Esto es lo que ha pasado en Nicaragua desde abril de 2018, cuando la insurrección de los estudiantes el 18 de abril sirvió como detonante para la frustración y resentimiento que la población tenía por doce años de constantes violaciones de la constitución política de Nicaragua, de los derechos humanos de los nicaragüenses, y de fraudes electorales. La represión desmesurada perpetrada por la dictadura contra los estudiantes desarmados, motivó a la población a salir a las calles en los días subsiguientes, en la demostración más multitudinaria jamás registrada en la historia de Nicaragua. Portar la bandera azul y blando del país se convirtió en una gesto de desafío, especialmente cuando la dictadura criminaliza esa acción. El derribo de los Arboles de la vida, conocidos popularmente como Chayopalos -armazones de metal con luces LED que Rosario Murillo ha puesto por toda Managua- llevó este acto de desafío a un nivel más alto. Y finalmente las barricadas o tranques que surgieron por todo el país terminaron de demostrar que el movimiento tenía la capacidad de paralizar el país y forzar al gobierno a sentarse en la mesa de diálogo. Todo esto empezó a formar una identidad azul y blanco muy fuerte en la población, a lo que se sumó el discurso de Rosario Murillo, en sus alocuciones diarias de medio día, donde llamó a los manifestantes “vandálicos”. El adjetivo vandálico fue inmediatamente asumido por la población, que lo convirtió en una cualidad deseable y positiva. Algunos músicos inmediatamente adoptaron esta identidad y la expresaron en sus canciones, logrando hacer eco del sentimiento popular, y de las necesidades emotivas del pueblo de Nicaragua.

T. M. Scruggs ha demostrado el fracaso de la revolución sandinista para incorporar formas musicales populares a su proyecto revolucionario, ya que no lograron adscribir valores a los grupos autóctonos que producían esa música. En su artículo “Central American Music: Marimba and Other Musics of Guatemala and Nicaragua” incluido en Music in Latin America, editado por John E. Schechter, Scruggs discute a profundidad la situación de la música popular, y en especial la marimba de arco, en el imaginario cultural nicaragüense. Por un lado, la marimba de arco y el baile que la acompaña vio un florecimiento en los años ochenta a medida que el estado desplegaba un discurso de orgullo nacional por la herencia indígena. Pero a medida que los intereses de la revolución sandinista se fueron radicalizando, las comunidades indígenas que no se sometían al credo revolucionario sandinista fueron objeto de ataques y represión. De esta forma, grupos como los miskitos fueron violentamente desplazados de sus tierras, y los indígenas de Sutiava y Monimbó, que habían sido instrumentales en la lucha contra Somoza, empezaron a ejercer reacción ante una revolución que quería imponer formas de producción diferentes de las formas tradicionales que las comunidades mantenían. Finalmente es importante mencionar la importancia del son nica creado por Camilo Zapata, el que se ha situado como la forma más auténtica y tradicional de la música folclórica nicaragüense. Muchos de los músicos de la revolución sandinista, como los actuales músicos de la insurrección de abril, han adoptado el son nica como base de sus composiciones y parte importante de su repertorio.

Vemos pues que la función de la música dentro de la ideología de los movimiento sociales es doble. Por un lado sirve para canalizar los mensajes y los códigos que el movimiento quiere destacar, y por el otro sirve para crear una identidad política y social que la población puede adoptar como parte de su propia ideología. Cantar esas canciones en la manifestaciones, plantones y protestas, se convierte en un acto simbólico, cuya semiosis permea muchas capas de la sociedad, y es capaz de entrar muy profundamente en el imaginario social de la población. La cultura ha sido vista por estudiosos como Herbert Marcusse, como un marco dentro del cual se estructura el movimiento político, considerado como el verdadero movimiento social. En esta perspectiva la cultura es un referente, una ayuda. Otros teóricos como Alberto Melucci por el contrario, consideran que lo más importante en los movimientos sociales son los códigos culturales y semióticos que se generan, los que a su vez determinan las reivindicaciones que dicho movimiento esgrimirá. En las canciones que analizaré a continuación podremos ver cómo los compositores e intérpretes son capaces de articular las preocupaciones y exigencias de una sociedad en rebelión pacífica contra una dictadura criminal, con una policía pretoriana, y un ejército paramilitar que no responde a ninguna autoridad constitucional. En este artículo voy a analizar varias de estas composiciones, estudiando la forma en que componen su mensaje de lucha, las influencias musicales con las que dialogan, los signos semióticos que manejan en su discurso musical, y en algunos casos, el video e imágenes con los que las acompañan. Espero demostrar que esta no es solamente una insurrección contra una dictadura sino un movimiento ético, cívico y cultural.

Moisés Gadea fue uno de los primeros en lanzar un sencillo de protesta después de la revolución de abril 2018. El 24 de abril de 2018 publicó su canción “Mi grito es”, una composición en el estilo de la canción de protesta latinoamericana con arreglo de guitarra. El poema no es muy elaborado pero no carece de belleza. Empieza diciendo: “El alma de todo un pueblo / a gritos enfurecida / levanta el puño sin miedo / alza batalla contra la injusticia”. El video que acompaña a la canción recoge tomas y fotos de esos primeros días de lucha insurreccional. La mayor parte del poema está compuesto por la frase “Mi grito es”, seguido de un complemento, por ejemplo “mi grito es / por los chavalos que en la calle crecen. La canción ha sido exitosa con 7,000 visualizaciones en YouTube.

Jandir Rodríguez en “Héroes de abril” apela a la estructura de la carta o epístola como modelo para su canción, una de las más hermosas y reproducidas de la actual rebelión popular nicaragüense. Los arreglos musicales son de Augusto Pineda y Hugo Castilla, para guitarra y trompeta. Como es costumbre en las misivas escritas a un público general o a personas desconocidas, el autor de la carta se presenta: “Hola qué tal, / soy la Nicaragua, / la valiente mujer pencona / que a sus hijos llora hoy”. El adjetivo pencona es un nicaraguanismo que significa fuerte, valiente, trabajadora. Alfonso Valle, en su Diccionario del habla nicaragüense lo traduce como esforzada, laboriosa, valiente. Rodríguez también utiliza la personalización del país como mujer, un tropo muy utilizado desde el romanticismo del siglo XIX. A continuación el autor de la carta dice lo que va a hacer, establece el motivo de la carta y su justificación. Esto ha sido un procedimiento tradicional en la epístola que pueden ser narratorias, exhortatorias, petitorias, gratulatorias, consolatorias, excusatorias, o una combinación de estas. Esta es narratoria ya que va a contar la lucha de un pueblo por su liberación. “Voy a contar como esos mismos hijos / sin dudarlo han defendido / a su patria con amor. / Y han pagado con su sangre, / su coraje y su valor”.

El tercer gesto de la carta entra propiamente en materia y cuenta la historia desde el principio. Así, siguiendo la estructura tradicional de la carta, después de la presentación y la declaración de intención, empieza la historia: “Fue un 19, antes de caer el invierno / contra un feroz gobierno el pueblo se levantó. / Eran estudiantes, eran la patria pensante, / eran los libros andantes que al tirano se enfrentó, / y a cambio recibieron balas, muerte y represión. // Por los héroes que han caído el pueblo de encachimbó / un coraje ha renacido y las calles se tomó, / Compatriotas, puño en alto, / patria libre o morir, / gritaban desesperados el verdugo ya está aquí, / policías, militares, con orden de reprimir. // Fue en la UPOLI el primero que cayó, / una bala en la garganta con su vida terminó. / Después siguieron más de sesenta y tantos / y el luto y el llanto de mis tierras se adueñó, / Alvarito llega pronto a contarle esto a Dios”.

Después de contada la historia, como es común en los poemas épicos, hay una evocación: “Gloria eterna a nuestros héroes, / gloria eterna a su valor. / Hoy son ejemplo de lucha, de valía y convicción. / Nunca serán olvidados, su legado es el amor, / la victoria de la Patria se vislumbra entre el horror. / La penumbra no ha vencido al gigante Monimbó. / Porque luchamos la victoria ya está cerca, / no tenemos Patria en venta, queremos revolución. / Ya que se vayan, grita la Patria sin padre, / y el que se rinda tu madre es estandarte en la nación. / Venceremos, venceremos, que se vaya el dictador”. La estrofa de la evocación aquí se repite con un verso final que promete el triunfo del pueblo y la libertad: “…volveremos a ser libres combatientes del dolor”.

Mientras Refry Boy como veremos a continuación, usa la liturgia y la oración como modelo de su canción al ritmo de reggae, Jandir Rodríguez recurre a la epístola, utilizando las partes tradicionales de la carta para desarrollar su composición y transmitir su mensaje. Según su propio testimonio en una entrevista en el programa “Esta noche” con Elmer Rivas, desde el exilio en Guatemala, Rodríguez dice que escribió “Héroes de abril” el 18 de mayo de 2018, un mes después de que empezaron las protestas, en dos horas, bajo un rapto de inspiración. La grabó ese mismo día en su teléfono, y la subió a la red. Inmediatamente se convirtió en un hit viral. La canción empieza con las 4 notas del himno nacional de Nicaragua en marimba, y continúa con rasgado de guitarra y sostenido de trompeta.

En enero del 2019 Refry Boy publicó “FSLN Lobos vestidos de ovejas” con tono de reggae y acompañado de un video montaje que ha tenido gran difusión. Refry Boy recurre a la tradición del Reggae y la herencia de Bob Marley, con una larga historia de música de protesta. La primera estrofa es un cuarteto que sirve de estribillo y se repite 5 veces. Los dos primeros versos se refieren a la estrategia que ha desplegado la dictadura de Ortega-Murillo como respuesta a la insurrección del pueblo de Nicaragua. Rosario Murillo en su programa diario radial de medio día presenta un discurso de paz y reconciliación, habla constantemente de amor e invoca a Dios con gran frecuencia. Mezcla las escrituras con el lenguaje de la nueva onda, la brujería, las religiones orientales, y el espiritismo. Murillo ha practicado la brujería al menos desde los años ochenta, cuando organizó dos congresos mundiales de brujería en Nicaragua. En su casa tiene diversos altares, y usa muchos amuletos, anillos, y objetos de culto. Por tanto, los dos primeros versos tienen su referente en la historia de Nicaragua y el discurso que desde el poder escuchan todos los días los nicaragüenses. El tercer verso se aprovecha del versículo de la Biblia, Mateo 7:15 “Cuídense de los falsos profetas que vienen a ustedes vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces”. Este versículo ha entrado en la sabiduría popular y es de uso común en todo el mundo judeocristiano. Es posible que en Nicaragua este verso también invoque el famoso poema de Rubén Darío, “Los motivos del lobo”, pero su significación es diferente y requeriría de un reacomodo semántico. El último verso del estribillo: ¿Cuánto daño más le causarás a mi tierra? tiene también una resonancia bíblica: “Ellos hablan de paz y promueven la guerra, / hablan de Dios y al demonio le rezan. / Cuidado que son lobos vestidos de ovejas. / Cuánto daño más le causarás a mi tierra”.

La segunda estrofa toma la forma de una oración religiosa, una invocación, y más precisamente el verso inicial del Salmo 5. “Escucha Señor mi oración”. En versos que oscilan entre endecasílabos y alejandrinos, una estrofa de 16 versos, pide perdón por los pecados, expresa el dolor que siente, y confiesa la impotencia ante el dictador. Invoca el dolor de las madres, pide por la sanación de las heridas, y por los niños asesinados. Tenemos aquí una oración que corresponde a la primera parte de la liturgia de la palabra y la petición de perdón por los pecados en la misa católica. Estamos frente a una adaptación a ritmo de reggae de una parte de la santa misa, adaptada a la realidad política de Nicaragua, después de la insurrección de abril, con referencias concretas a los francotiradores que Daniel Ortega mandó a disparar a matar contra la población que, desarmada, se manifestaba en las calles. Menciona concretamente a los desaparecidos cuyo número ahora se puede calcular en 500 y a los torturados, que son la mayoría de los 800 presos políticos que la dictadura tenía en sus mazmorras. Y finalmente menciona directamente a los 15 niños que han sido asesinados en lo que va del conflicto. Es decir, tenemos una invocación, donde el cantante pide perdón por sus pecados y luego pide por las personas que están sufriendo a su lado o que han perecido en el proceso: “Escúchame Señor te pido por favor, / como todo ser humano sé que soy pecador, / pero aquí en mi alma ya no aguanto el dolor, / y me siento impotente ante tanto terror, / ante el fuego cobarde de este vil dictador / ante la bala asesina del hostil tirador, / ante el llanto de una madre, gritos desgarrados, / mándale un bañado de la cura de amor. // Por eso te pido que sanes las heridas, / muy grande el dolor de mi patria querida. / Manda como fuego bendiciones de arriba / para que no me toque ni me alcance su ira. / Te pido por los justos y los desamparados / los desaparecidos y los que son torturados, / los que cobardemente fueron asesinados, / y por todos esos niños que hoy están a tu lado”.

La tercera parte de la canción adopta la función testimonial. El cantante da fe de los dolores de la población y de los atropellos perpetrados por los agresores. Sabemos que la función testimonial viene también de la tradición judeocristiana y del Nuevo Testamento. Los apóstoles dan fe de la vida de Cristo y su sacrificio, de sus milagros y sus enseñanzas, de la pasión que sufrió, la tortura, la prisión, y finalmente la crucifixión. Refry Boy por tanto se convierte en testigo ocular de la violencia de los policías y los paramilitares, de la forma en que la población ha tenido que huir, esconderse, refugiarse en otros países, y hace especial referencia a los médicos y a los periodistas que han sufrido particularmente en esta lucha. Finalmente quiero señalar la importancia que ha tenido el cromatismo en esta revolución. A los colores rojo y negro de la bandera sandinista se oponen el azul y blanco de la bandera de Nicaragua. Portar la bandera nicaragüense en Nicaragua se ha convertido en un crimen, y ser azul y blanco es una identidad política, es una ideología, y una afiliación: “Yo he visto policías como perros serviles, / paramilitares asesinando civiles, / los he visto celebrando y levantando fusiles, / porque son pirañas de esos mismos rediles. / He visto a mi gente cruzando la frontera, / huyendo de amenazas por temor a la guerra. / Cómo a los campesinos le han quitado la tierra / por ser azul y blanco y levantar su bandera. / He visto los médicos que son despedidos / he visto a periodistas cuando son agredidos, / he visto tantas cosas que me tienen herido. / Señor con tu mano por favor te lo pido”.

La cuarta y última estrofa de la canción cambia el ritmo, que hasta el momento ha sido constante y monótono, y adopta la forma de un lamento que extiende la última palabra de cada verso: “Ilumina esta guerra / ay bendice esta tierra, / no abandones tu pueblo / por un dictador que a su riqueza se aferra”. El video presenta una secuencia de imágenes que empieza con la bandera de Nicaragua y las palabras One Love, en clara referencia a la canción de Bob Marley, y un puño en alto. Este preámbulo podemos leerlo como una aquiescencia al préstamo que Refry Boy está haciendo de la música de Bob Marley y la tradición de Reggae. Después de unos segundos tenemos la imagen del dictador Daniel Ortega en la mesa de diálogo nacional el 16 de mayo de 2018, seguido de la cara de su esposa en una entrevista unos días después. La siguiente imagen es la de un grupo de paramilitares encapuchados en un escenario, hablando por micrófono a una multitud de simpatizantes del FSLN, luego vienen los altos mandos de la policía, y el canciller Denis Moncada hablando en las Naciones Unidas. No voy a describir todas las imágenes, pero quiero señalar la centralidad que muchas de estas imágenes tienen en la historia reciente de Nicaragua. Estas imágenes han sido proyectadas en la televisión y la mayoría de los nicaragüenses las reconocen sin dificultad. Por lo tanto, están aprovechando el archivo mediático de los nicaragüenses para hacer llegar su mensaje insurreccional.

Esta canción y el video clip que la acompaña aprovecha la profunda convicción religiosa del pueblo nicaragüense, para desplegar su mensaje ideológico. El autor utiliza el discurso católico y nuevo testamentario para motivar la insurrección contra la dictadura de Daniel Ortega. La Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) ha jugado un papel central en la lucha del pueblo desde abril de 2018. Monseñor Silvio Baez y Monseñor Rolando Alvarez han sido las voces más solidarias e importantes en la lucha del último año, y la Conferencia Episcopal de Nicaragua es el organismo con mayor apoyo y credibilidad en el país. Es por tanto muy eficaz recurrir al discurso católico, al código eclesiástico y a las metáforas de origen bíblico.

La lucha revolucionaria en América Latina desde los años sesenta del siglo pasado estuvo respaldada por el lenguaje de la teología de la liberación y el discurso del Vaticano II. La opción por los pobres llevó a un buen número de religiosos a unirse a las demandas sociales de las clases desposeídas, y en algunos casos a unirse a las filas de los grupos guerrilleros en el campo y las ciudades. Este fue un cambio importantísimo, ya que tradicionalmente la iglesia católica se había aliado a la burguesía y al capital, beneficiándose de las prebendas y privilegios de la clase explotadora. Es más, sabemos que la iglesia católica y el Vaticano son uno de los poderes económicos y políticos más fuertes de la tierra, y ha defendido sus intereses por siglos. El cambio que se dio en América Latina a finales del siglo XX fue un cambio radical, que sorprendió a una parte de la feligresía e indignó a los sectores más conservadores de la iglesia.

En el caso concreto de Nicaragua la iglesia católica había estado tradicionalmente del lado de la dictadura de Anastasio Somoza, pero durante los años setenta cierto sector de la iglesia empezó a apoyar a los insurgentes del Frente Sandinista de Liberaciòn Nacional. En particular el Cardenal de entonces, Miguel Obando y Bravo, jugó un papel importante sirviendo como mediador en varias ocasiones entre Somoza y los sandinistas. Su posición durante los años 1979-1990, los años en que gobernó el FSLN, fue de confrontación y crítica, y hasta 2006, Obando y Bravo fue una voz que denunciaba a Daniel Ortega como “una serpiente que podía morder en cualquier momento”. A partir del 2006, cuando Daniel Ortega vuelve a ocupar la presidencia de Nicaragua, Obando y Bravo se convierte en un aliado de Ortega y en una voz clave para la consolidación del poder de Ortega en su segunda vida en el poder. Daniel Ortega y Rosario Murillo se casaron en el 2005 en una ceremonia que se proyectó públicamente en la televisión, y que es leída por el pueblo de Nicaragua como un milagro, como una conversión de carácter nuevo testamentario. El gobierno de Ortega adopta un discurso pseudo religioso y proclama a Nicaragua como una tierra cristiana, socialista y solidaria. El gobierno se vende como un gobierno de paz y reconciliación, y Obando y Bravo se convierte en una figura constantemente presente en todos los eventos oficiales del gobierno. Aunque Obando y Bravo dejó de ser Cardenal de Nicaragua en el año 2005, siendo sustituido por Leopoldo Brenes, su autoridad moral e histórica se convierte en una presencia justificadora de la autenticidad religiosa del gobierno. Esto tuvo un efecto importantísimo en la psicología del pueblo de Nicaragua, como ha demostrado Andrés Pérez Baltodano, y fue fundamental para consolidar el poder de los Ortega-Murillo en Nicaragua.

Es por eso sumamente significativo que en la fase actual de la lucha contra la dictadura Ortega-Murillo, el cantante Refry Boy escoja el lenguaje religioso, bíblico y litúrgico para desarrollar su canción. La influencia que ha tenido en el pueblo de Nicaragua esta canción se debe en gran parte a ese lenguaje religioso, que apela a las creencias más arraigadas de la población. La canción no es solamente un himno de lucha política, sino que dialoga e interpela también a las creencias más íntimas de la religiosidad del pueblo nicaragüense.

Una de las voces más reconocidas de la música de protesta nicaragüense es la de Luis Enrique Mejía Godoy, excelente guitarrista, poeta y compositor, quien recientemente ha lanzado varios sencillos entre ellos “Madres vandálicas nicaragüense” y “Monseñor de la patria”. En su composición “Madres vandálicas nicaragüenses” Luis Enrique Mejía utiliza el ritmo tradicional de varias de sus canciones, mezcla de corrido, mazurca y son nicaragüense, con acordeón de piano y guitarra. En esta canción Luis Enrique usa el adjetivo “vandálica” como etiqueta identitaria. El adjetivo que la dictadora Rosario Murillo había usado en forma despectiva ha pasado a ser signo semiótico de orgullo revolucionario. Azul y blanco se ha convertido en un código social y político, en una ética que se opone a la corrupción de la dictadura Ortega-Murillo que se identifica con el rojo y negro, en una actitud ante la vida y la situación actual de Nicaragua; y adjetivos como “vandálica”, “minúsculo” y “puchito” han sido apropiados por el movimiento y hasta se utilizan como arma de lucha. La letra de la canción narra la tragedia de la madre que pierde a un hijo, y la combina con la resistencia histórica de Leonel Rugama en su famosa frase “Que se rinda tu madre”, verso que ha sido adoptado por los nicaragüenses en la insurrección de 2018. La primera estrofa gira en torno a lo que han perdido estas madres y lo que no podrán perder. Se plantea una invencibilidad en la madre nicaragüense, elevándola a un nivel heroico, donde el principal atributo es ser vandálica: “Te quitaron lo más preciado de tu vida / Ese hermoso cucurucho de tu vientre / pero no podrán quitarte el orgullo / de ser madre vandálica nicaragüense.”

Luego Luis Enrique Mejía hace una reflexión autorreferencial, algo que ha hecho muchas veces en canciones anteriores: “Hasta ayer esta canción era promesa / que hoy te entrego solidario y verso a verso, / este canto de amor a tu entereza de leona, / de madre y mujer de carne y hueso”. A continuación viene la estrofa principal que servirá de estribillo, donde para empezar se usa la palabra de origen nahualt, tayacana, de “te-yacantiuh” que de acuerdo a Carlos Mántica en su libro El habla nicaragüense, significa guía, conductora. El adjetivo pencona es también muy regional, recogido por Alfonso Valle en su Diccionario del habla nicaragüense, con el significado de hombre esforzado, laborioso, valiente. Y termina la estrofa con la referencia a la ya mencionada frase de Leonel Rugama, el 15 de enero de 1970, cuando fue acribillado por la Guardia Nacional, junto a dos compañeros más. Cuando los oficiales le gritaban que se rindiera, Rugama contestaba ¡Que se rinda tu madre!: “Sos la vandálica madre nicaragüense / la tayacana, la más pencona / las que parieron a los muchachos que un 19 / “Que se rinda tu madre” / respondieron como Leonel”.

La estrofa final es un lindo homenaje poético a las madres nicaragüenses por su participación activa en los tranques y en los plantones. Se enfatiza aquí el activismo político de estas mujeres que han ganado agenciabilidad en un mundo patriarcal, dictatorial y autárquico. Se les compara con el agua que da vida y el maíz tierno que es alimento. Finalmente, el poeta se reincorpora a la narración y se vuelve protagonista de la acción. Es una estrofa muy rica en alusiones que ata muy bien tres temas importantes que están actuando al mismo tiempo. “Nadie puede impedir madre el coraje / que en los tranques y plantones están presentes, / nadie puede arrebatarte este derecho / de vandálica mujer nicaragüense, / y tus lágrimas serán como agua de mayo / cuando mires los chilotes floreciendo / en el día de las madres / yo te canto esta canción / en el nombre del futuro y de mi pueblo”. Luis Enrique Mejía Godoy, cuya voz ha cantado al lado de la revolución sandinista desde 1974, con canciones tan importantes como “Venancia”, “Juana” y “Alforja campesina”, dedica ahora su canto a la insurrección de abril 2018 y a la causa azul y blanco. Al igual que su aún más famoso hermano Carlos Mejía Godoy, quien está en el exilio en Costa Rica, y quien ha publicado ya las canciones “Soy Alvarito Conrado”, y “Monimbó siempre con vos”.

“Soy Alvarito Conrado” es un testimonio muy hermoso que usa la estrategia de la primera persona para narrar la tragedia desde el punto de vista de Alvarito. La canción usa la estrategia que ha usado Carlos Mejía en “Panchito Escombros”, “Juan Tiradora” y muchas canciones más: crea un personaje atractivo y carismático con el que la audiencia se puede identificar, que habla en primera persona, que se presenta como la “María de los Guardias”, y lo canta acompañado de su acordeón, a un ritmo dos por dos, con guitarras y percusión. Por supuesto que la gran diferencia es que este es un niño real y no un personaje de ficción. El asesinato de Alvarito Conrado el 20 de abril de 2018 impactó a la sociedad nicaragüense y cobró fama internacional. Carlos Mejía compuso la canción pocas semanas después, inspirado en la prosa poética de Leana Astorga, periodista de Telemundo. La cantó solo, sin acompañamiento y desvelado, para La Prensa, el 9 de mayo de 2018. La cantó con Juan Solórzano y Luis Pastor González, con arreglo para órgano en el Teatro Manuel Artime en Miami, el 6 de octubre de 2018. Otras personas la han interpretado, con arreglo de marimba de arco y guitarras. El sujeto de la canción se presenta y habla en primera persona contando su historia: “Soy Alvarito Conrado / Yo quise estar preparado / Para ser profesional / Pero una bala asesina / Me vino a truncar la vida / Y mis ansias de luchar / Sólo tenía 15 años / Y como cualquier chavalo / Que tiene la misma edad / Como un pájaro risueño / Le puse alas a mis sueños / Para empezar a cantar. // Todo ocurrió en un instante / Sentí un fuego en mi garganta / No podía respirar / Mis compañeros llegaron / Y ay nomás me trasladaron / al más cercano hospital. / Escuché ya moribundo que los médicos de turno / me dejarían morir mientras yo me desangraba. / Los sepulcros me negaban / el derecho de vivir”.

A continuación sigue una sección en recitado: “Soy Alvarito Conrado. / Mi sangre no ha sido en vano. / Mamá, papá, abuelita, quizás están resentidos, / perdonen mi proceder. / Por ustedes soy cristiano, / como el buen samaritano, / solo cumplí mi deber. / Soy Alvarito Conrado. / Mi sangre no ha sido en vano, / viene un futuro mejor. / No me den jamás por muerto, / estoy vivo y resurrecto en cada rayo de sol”. La tragedia del asesinato de Alvarito Conrado se ha convertido en un signo central de la insurrección de abril 2018, y la canción de Carlos Mejía rescata para la eternidad esa tragedia. Aunque ni su estilo ni su música es original, Carlos Mejía Godoy ha logrado una vez más componer una canción atractiva, de fácil ejecución, y central para la gesta actual del pueblo de Nicaragua, demostrando su posición indiscutible como el más talentoso de los cantautores nicaragüenses.

Mario Rocha es una barítono formado en canto operático y fue colaborador por varios años de Laureano Ortega, hijo del dictador. Desde la insurrección de 2018 Rocha ha demostrado su apoyo a la lucha azul y blanco, ha asistido a las marchas y ha expresado su opinión en las redes sociales. Esto motivó que fuera objeto de amenazas y que lo despidieran de su trabajo. Rocha se exilió en Costa Rica y desde ahí ha lanzado varios sencillos con abierto mensaje político. “Libertad” es una canción compuesta el 26 de febrero de 2019, pidiendo la liberación de los más de 700 presos políticos que en ese momento sufrían tortura en las cárceles de la dictadura. Con arreglo para violín, contrabajo, guitarra y cajón, la voz imponente de Mario Rocha clama por justicia y libertad. “Navidad sin patria” es otro sencillo publicado por Mario Rocha, con motivo de la Navidad de 2018 en el exilio en Costa Rica. Esta canción tiene arreglo para flauta transversal, guitarra, órgano y cajón. La canción combina motivos religiosos alusivos a la Navidad, con el dolor de estar en el exilio. El poema interpela directamente al Señor Jesús pidiéndole su apoyo y su ayuda en estos momento de necesidad. Otras composiciones importante de Mario Rocha son “Canción urgente para los privados de libertad” y “Patria mía”, donde se aventura con ritmo de salsa. Quizás por tener un tono solemne y ser canciones operáticas, las composiciones de Mario Rocha no alcanzan la popularidad que quizás se merecen, pero son sin duda un testimonio importante de la lucha del pueblo de Nicaragua. Mario Rocha ha colaborado con Carlos Mejía Godoy, también exiliado en Costa Rica, y Alma Rodríguez en una canción titulada “Amor abril”, con letra y música de Mejía Godoy. En esta canción los cantantes -y los numerosos nicaragüenses que aparecen en el video en diferentes ciudades del mundo- juran su amor a abril y a Nicaragua. Esta composición tiene el aire de un himno, una canción que expresa el sentir de todo un pueblo. En el minuto 1:45 entra la voz de Mejía Godoy en recitativo, señalando una serie de metáforas para abril: “Abril es un cónclave de pájaros invictos / que van buscando tercamente el alba / el alba de oro que se oyó un día”. Este último verso lo podemos leer como una alusión al verso de Rubén Darío de “Canción de otoño en primavera”.

Otra canción de Carlos Mejía Godoy digna de mención es “Monimbó siempre con vos”. El autor de la famosa canción “Vivirás Monimbó” le canta ahora a esa misma comunidad indígena de nuevo alzada en lucha contra la tiranía y la dictadura. Siguiendo el estilo de la primera canción, es una predicción que el narrador hace sobre la capacidad de sobrevivencia de los pobladores de Monimbó, pueblo indígena de Masaya que se ha destacado por su fortaleza desde los tiempo de la colonia. Luego señala el hecho que no hemos aprendido la lección y volvemos a tener que luchar contra un tirano, cuarenta años más tarde. La reflexión histórica de Carlos Mejía es muy importante, apunta a la preocupación principal de algunos pensadores y escritores nicaragüenses: el círculo vicioso de derrotar dictaduras para erigir nuevos caudillismos, alimentar el clientelismo y la corrupción, el total irrespeto de la ley, y la creación de una nueva dictadura. Esta canción canta la gesta de Monimbó en el estilo característico de Carlos Mejía, como la “Carmen Aseada”, con arreglo de guitarras, marimba de arco y guitarrilla. El video es una montaje de fotografías de los tranques de Monimbó, primeros planos de Carlos Mejía, el trío de los de Palacagüina, y el maestro que toca la marimba de arco en el tranque de Monimbó. Es sin duda una gran composición del cantautor más famoso y talentoso de Nicaragua.

Perrozompopo ha compuesto “Sangre de abril”, una canción muy sentida sobre la tragedia del pueblo de Nicaragua. En forma de letanía, el cantautor se dirige directamente a los policías y paramilitares exigiéndoles que dejen los cuerpos tranquilos, que se vayan lejos. Es una letanía con tempo lento, arreglo de guitarra y percusión. A mitad de la canción cambia a rock y la voz en metálico habla expresando deseos como, “Qué caigan flores sobre los muertos, / que caiga lluvia sobre la sangre, / que se abra el cielo, / que sople el viento”. Esta composición viene acompañada de un video en blanco y negro, donde aparece el cantante Ramón Mejía, en primer plano difuminado, intercalado por tomas de las marchas y la manifestaciones, todo el blanco y negro y veces borroso agrega un acento trágico al video clip. “Sangre de abril” es una gran canción, con tono trágico, que transmite muy bien la desesperación y dolor del pueblo de Nicaragua en esos días aciagos.

Gaby Baca es una rapera con varios años de experiencia. Recientemente ha lanzado el sencillo “Sin misericordia” donde interpela directamente al dictador Daniel Ortega, con su título de comandante. El video empieza con escenas callejeras de la represión y luego cambia a lo que parece ser un tramo del mercado donde se vende ropa y muebles usados, quizás en el Mercado Oriental, el marcado más grande de Nicaragua. Finalmente vemos escenas en una calle con muro gris de fondo, y un grupo de personas haciéndole coro. Esta canción amplía el registro de la música de protesta nicaragüense incorporando nuevos estilos y nuevas sensibilidades. El Rap ha sido desde sus comienzos una música que confronta al poder y la dominación hegemónica. Surgió en un principio como una música de protesta contra el racismo en los EE.UU., aunque luego he derivado en canciones misóginas, que glorifican el mundo de las drogas y el dinero fácil. En este caso Gaby Baca lleva el Rap a sus orígenes como música alternativa mientras levanta la voz abogando por los derechos políticos de los nicaragüenses.

El Grupo Garcín lanzó su sencillo “La ráfaga” en junio de 2018, inspirados por el asesinato de Marcelo Mayorga en Masaya, y la desgarradora escena de su esposa pidiendo ayuda. Es una canción escrita en clave de rock, con arreglo para dos guitarras acústicas, una eléctrica y batería. He aquí algunos de los versos: “Sólo la ráfaga que abrió mi pecho / un grito de sangre me ardió la voz. / Por los andenes de un viejo barrio / alguien me llama, escuchen su voz. / Está gritando al cielo una plegaria / y al mismo tiempo cayéndome al suelo. // Que no me arranque el alma la bala / que se apiade el cielo de nosotros”. El tono de la canción es sombrío como es de esperarse por el tema, cantado con mucho sentimiento, primero con un solo de guitarra hasta que entran los otros instrumentos en el segundo 52. Para los lectores de poesía nicaragüense este poema evoca el famoso poema de Salomón de la Selva, “La bala”, pero no necesariamente depende esta asociación para su significación. Esta es una canción de protesta de gran valor. No se contextualiza necesariamente en la insurrección de abril de 2018 ya que no hay ninguna alusión que permita situarla. Es una canción que se puede leer en el contexto de cualquier persona asesinada por un balazo, pero esa indeterminación al mismo tiempo la hace más universal e imperecedera.

Ana Rodríguez en su canción “Nicaragua libre, creo en vos” nos entrega una balada de gran sentimiento y valor poético. Sin mencionar directamente a la dictadura o a la insurrección, la canción da fe del sentimiento de la autora por la patria, y de su confianza en la pronta liberación de Nicaragua. El título de la canción se repite muchas veces hasta lograr un efecto hipnótico, casi de encantamiento. La canción tiene arreglo de guitarra, piano y batería y fue lanzada el 30 de noviembre de 2018. En la primera estrofa apela a “A una patria llena de color”, destaca que quiere ver “tu cielito azul sin más llorar” y que no quiere “que corra sangre dentro de tu ser”. Luego sigue un llamado a la solidaridad y la constancia. “Hay que seguir / y unir nuestras voces al amor”. “Nicaragua libre, creo en vos” es una canción hermosa, donde una voz muy joven se pregunta ¿dónde quedó la empatía humana? Tenemos así una composición que apela a una serie de sentimientos de justicia, compasión y fe; no hay referencias abiertamente políticas sino éticas, no está pidiendo un cambio de régimen sino un cambio en la forma de pensar y sentir la vida.

Luis Pastor & Ale (Luis Pastor González y su hija Ale González Mejía) han lanzado un sencillo titulado “Nicaragua la chavala linda”, donde como lo dice el título se equipara el país con una bella joven. Los cantantes interpelan directamente a Nicaragua, definiéndola por una serie de rasgos con contenido metafórico. El poema está escrito en nicaragüense, usando la forma pronominal vos, de uso generalizado en Nicaragua, y haciendo alusión a una serie de características propias de la cultura de ese país. “Así te estoy amando desde siempre / hasta la última gota de tus aguas. / Con vos soy un volcán, barro, fuego / y un suspiro me delata entre tus brazos. / Con tu mestizo rostro estoy soñando / arrullando los días de esperanza. / Será libre el aire al fin de las verdades / y así dormiré debajo de tu amor”. La canción tiene ritmo de salsa y recuerda el estilo de la salsa erótica de Luis Enrique. El poema es muy bello, lleno de imágenes que aunque no son novedosas funcionan muy bien en la canción. Luis Pastor & Ale han escrito también “Cómo te quiero Nicaragua” y “Adónde estás revolución” solo de Luis Pastor escrita en el estilo de la nueva trova.

Por ese rumbo va la composición de Adán Torres “Azul y blanco”. Empieza con ritmo de nueva trova pero cambia pronto a son nica. Este es un llamado abierto a la lucha, a la resistencia. Apela directamente a la audiencia y les dice que el que “calla otorga”. La canción también incorpora alusiones religiosas pidiendo al Señor que “salve a Nicaragua del totalitarismo”, pero hace un llamado directo a empuñar un fusil y combatir contra la dictadura. En este sentido Adán Torres se aparta de la línea de lucha azul y blanco que es fundamentalmente pacífica. Otra composición de Adán Torres se titula simplemente “Nicaragua”. Se trata de un lamento con arreglo de órgano, batería y guitarras.

Algunas composiciones musicales de la nuevas canción revolucionaria nicaragüense están escritas en clave humorística y algunas en tono dramático. En clave humorística podemos citar a Los Minúsculos -la banda más prolífica de esta generación- con su canción “Yo no fui” al estilo de corrido mexicano y “Madres de abril”, “El firulais” y “Que se vayan”. “Yo no fui” de Los minúsculos, se burla de la actuación servil de los operadores de la dictadura. Con música de corrido mexicanos y arreglo de marimba, Los minúsculos repasan la actitud de jueces y magistrados, presidentes de bancos, diputados y directores de entes gubernamentales, que siguen ciegamente las órdenes de Daniel Ortega y Rosario Murillo, sin prestar atención a las leyes del país, la constitución de Nicaragua, ni los códigos de las instituciones. La negación es la única narrativa que repiten como marionetas cuyos hilos manipula en poder desde El Carmen. “Yo no fui, yo no fui, yo no fui” es el estribillo que se repite constantemente acompañado de croar de sapos que representan a los seguidores de Ortega. Se les llama sapos como una derivación de sandinistas, sandinistas devenidos en sapos, sandinistas que han perdido los ideales de Sandino y que se han sometido a la voluntad de una pareja de dictadores corruptos. “El firulai” es un homenaje a los perros nicaragüenses, quienes se consideran de oposición y anti-danielistas. La moda empezó en las redes sociales, con fotos de perros en los tranques y manifestaciones, y Los Minúsculos escribieron esta canción acompañada de un video muy entretenido. La parodia y el humor dominan el tono de la canción, aumentado en tempo en la segunda y tercera parte, hasta llegar a un ritmo extremo que ridiculiza el tema acentuando el efecto humorístico.

Los Minúsculos también han escrito canciones en clave dramática, como “Madres de abril”, una letanía con arreglo de guitarra, y con poema recitado de Gioconda Belli. En “Otra vez” Los minúsculos nos regalan una salsa que reflexiona sobre la repetición de la historia en la lucha contra la dictadura. El poema se estructura como un diálogo entre el padre y la hija. El combatió contra Somoza y no quiere que la hija se incorpore a la lucha contra Ortega. Ella insiste en que tiene que hacerlo por el futuro del país. “Vamos juntos a caminar / por un futuro de libertad”, dice el estribillo final. “Cumbia libre” es una descarga muy intensa abogando por la liberación de los presos políticos. Empieza como cumbia y luego de transforma en una forma de rock postmoderno.

En este recorrido por algunas de las canciones de protesta de Nicaragua vemos el surgimiento de un verdadero movimiento popular contra la dictadura de Daniel Ortega y su esposa y vicepresidente Rosario Murillo. Pero no se trata solamente de un movimiento popular o una cadena de protestas y marchas, sino que se trata de una revolución ética y cívica, que tiene como primer principio la no violencia. A diferencia de la lucha contra Somoza que fue librada con armas y guerra, esta es una revolución que intenta romper con la cadena de caudillismo que ha plagado la historia de Nicaragua, intenta romper con la secuencia de golpes militares que desde mediados del siglo XIX han sido constantes en la historia de Nicaragua. Los jóvenes protagonistas de la insurrección de abril 2018 luchan por un nuevo episteme, que le permita a la población de Nicaragua construir un sistema político democrático, con independencia de poderes, sin corrupción administrativa, y con alternabilidad en el poder. En 1982, cuando Daniel Ortega era un joven comandante de la revolución escribió: “Si hay un consejo que le quiero dar a los artesanos, es que desarrollen su imaginación, su creatividad, de la mejor manera posible.” (citado por Scruggs en “Musical Style” p. 118). Varias décadas más tarde esos artesanos le responden a Daniel Ortega con una producción musical muy variada, llenas de imaginación y creatividad, de gran calidad musical y poética, y con la firme convicción que la dictadura va a caer, tarde o temprano.


Bibliografía

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– Luis Pastor & Ale. “Nicaragua la chavala linda”. https://www.youtube.com/watch?v=RN-LFy1eBHM
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—- “Alvarito Conrado”. https://www.youtube.com/watch?v=_OuftiUOnNg&t=24s
– Mejía Godoy, Luis Enrique. “Madres vandálicas nicaragüenses”. https://www.youtube.com/watch?v=JcPaAJ0f5Q8
– Los Minúsculos. “El firulais”. https://www.youtube.com/watch?v=Xm3ayepvVh4
— “Yo no fui” https://www.youtube.com/watch?v=c7_FG-cWlXY
— “Madres de abril”. https://www.youtube.com/watch?v=cMJUVc30TI8
– Pérez Baltodano, Andrés. Entre el Estado Conquistador y el Estado Nación: Providencialismo, Pensamiento Político y Estructuras de Poder en el Desarrollo Histórico de Nicaragua. Managua: Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA) de la Universidad Centroamericana y Fundación Friedrich Ebert, 2008.
– Perrozompopo. “La sangre de abril”. https://www.youtube.com/watch?v=AV2TA5PwPWU
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– Refry Boy. “Lobos vestidos de ovejas”. https://www.youtube.com/watch?v=KtfVZxU9pq4
– Rocha, Mario. “Libertad” https://www.youtube.com/watch?v=b46FXpgM2-Y
— “Navidad sin patria”. https://www.youtube.com/watch?v=SO8-jIvLmJk
– Rodríguez, Ana. “Nicaragua linda, creo en vos”. https://www.youtube.com/watch?v=M5D_pZFPJBk
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– Torres, Adán. “Azul y blanco”. https://www.youtube.com/results?search_query=adan+torres+azul+y+blanco
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Buenos Aires, Argentina, 1958.
Escritor, catedrático y crítico nicaragüense. Es profesor de literatura hispanoamericana de la Universidad de Cincinnati, donde ha sido jefe de departamento y director de estudios de posgrado. Ha publicado El libro de las palabras enajenadas (cuento, 1991), La significación del género: estudio semiótico de las novelas y ensayos de Ernesto Sábato (1992); Sintaxis de un signo (poesía, 1995, 2000), El ojo del cielo perdido (cuento, 1999), Viajemas (poesía, 2009), Caminar es malo para la salud (cuento, 2011). Ganó el Premio Nacional Rubén Darío 1995 con su libro La estructura de la novela nicaragüense: análisis narratológico (1996). Su Poesía reunida 1984-2014 ha sido publicada en México y en España. Ha publicado más de 100 artículos críticos en revistas especializadas y ha dictado 120 conferencias académicas.