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Reverso

30 julio, 2019

Publicado por Editorial Sudaquia de Nueva York el pasado febrero 2019, el libro de 44 cuentos Reverso, de Enrique Jaramillo Levi (indomable narrador panameño), comenzó su ronda de presentaciones –anunciado ya en la plataforma Amazon-. Por lo pronto aquí en carátula tenemos el privilegio de presentarles, merced a la generosidad del autor, el cuento titulado justamente Reverso, que le da título al libro.


Recorrer la ciudad a todas horas no era algo que nos agradara demasiado. Más bien llegó a ser tedioso pese al peligro que representaba, y no hallábamos para cuándo abandonar ese maldito compromiso. Pero, dadas las circunstancias, era un deber ineludible, sobre todo porque no había otros que quisieran hacerlo. Y alguien tenía que realizar esa tarea por el bienestar de la comunidad. Era indispensable proteger nuestras calles, cuidar los hogares, a la gente. De ahí que mis amigos y yo, además de Estela, nos apuntáramos espontáneamente para esa labor. No tardaríamos en descubrir que nuestro empeño no sólo había sido del todo inútil sino un gravísimo error. Porque nos tenían vigilados.

Empezó la represión. Se impuso sin contemplaciones, a diestra y siniestra, sin piedad. Estela fue capturada, torturada. Ahora sabemos que no nos delató. Pudimos dar con ella, rescatarla, aunque ya sin memoria. Los hijos de puta la habían convertido en un vegetal. Y fue entonces cuando decidí vengarla. Vengar a todos los ciudadanos que fueron humillados, convertidos en sombras de lo que eran. Así, decididos a todo, poco a poco fuimos generando una contraofensiva que, a la par de la represión que nos asediaba, llegó a filtrarse hasta los ámbitos más cerrados del poder.

En una operación suicida, unos cuantos tomamos una madrugada el Ministerio de Información a sangre y fuego, y tras una larga y cruenta batalla al final capturamos a su titular. Al retirarnos quedó un reguero de cuerpos de soldados que habían sido sorprendidos en el sueño. A partir de entonces, sin piedad, empezó a regir el reverso de la moneda. El odio al crecer y multiplicarse hace bestias de los hombres. En nuestro caso, sin duda, bestias pensantes. Pero no hay cómo negar que pese al desarrollo meticuloso e impecable de cada operación, llevamos a extremos inauditos el apotegma bíblico del ojo por ojo y diente por diente.

Después de varios meses de guerra civil, con el 90% del pueblo a nuestro favor y muchos obreros, campesinos y profesionales enrolados en nuestras filas, terminamos conquistando por completo el poder. Las riendas del país fueron nuestras. Para evitar un contragolpe, los civiles y militares culpables de crímenes de lesa humanidad, junto con buena parte del gabinete y no pocos diputados, tuvieron que ser pasados por las armas tras juicios sumarísimos, convirtiéndonos también nosotros, según los metiches internacionales de derechos humanos, en culpables de lo mismo que condenábamos. Al principio sentíamos por ello cierto remordimiento, pero con el tiempo hemos aprendido a sublimarlo. El trabajo arduo ahora ocupa todo nuestro tiempo, en aras de construir un mejor país.

Por supuesto, la antigua Constitución autoritaria que nos regía ha sido abolida. Hoy, convertidos en un cuerpo colegiado de siete notables elegidos por el pueblo en armas, gobernamos por decreto. Tras jubilar a los de antes, hemos creado nuestra propia policía y nuestros propios estamentos de seguridad. Para ser eficientes y evitar innecesarias demoras, todo lo hacemos de manera expedita trabajando en varios frentes para ir remediando los grandes problemas del pueblo. En este sentido, los nuevos ministros no son políticos sino profesionales designados por su probada idoneidad, quienes cumplen la misión encomendada a cada quien. ¡Fielmente!

Por supuesto, nos hemos asegurado de que los principales medios de comunicación apoyen nuestra labor y hagan pública su razonada simpatía. Por supuesto, desde el principio eliminamos de raíz esa vieja lacra que eran los partidos políticos, así como la siempre corrupta Asamblea Nacional. Los inversionistas se sienten seguros con las nuevas reglas del juego y, sobre todo, al no tener que sobornar a nadie para que sus proyectos sean aprobados y rápidamente prosperen. El empleo se ha multiplicado a todos los niveles.

Hemos dado, en fin, tranquilidad al país, lo cual demuestra que, en términos generales, el pueblo nos quiere y respalda. Lástima que hoy se haya producido, por primera vez en un año, una pequeña manifestación que trancó por horas una de nuestras calles más transitadas. Lástima que haya sido necesario desbaratarla a la fuerza y arrestar a los dirigentes, cosas así no se pueden permitir en esta nueva etapa de nuestro devenir nacional. Lástima que ahora tres de ellos se hayan puesto en una maldita huelga de hambre radical, supuestamente hasta que soltemos a los presos políticos y se reinstale la mismísima Constitución. ¡A quién se le ocurre, a estas alturas! ¡Puras ganas de joder! Lástima. Porque no habrá más remedio que dejarlos morir. La experiencia enseña que estas disidencias empiezan sin mucha fuerza pero se tornan contagiosas y podrían terminar siendo incontenibles, por lo que no hay más remedio que acabar con ellas de raíz. Si no hay más remedio, así será. La paz social lo exige.

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Colón, Panamá, 1944.
Poeta, cuentista, ensayista, profesor universitario, investigador literario, promotor cultural y editor independiente.

Maestría en Literatura Hispanoamericana y Maestría en Bellas Artes con especialización en Creación Literaria, por la Universidad de Iowa (Iowa, Estados Unidos), así como estudios completos de Doctorado en Letras Iberoamericanas en la Universidad Nacional Autónoma de México (México, D.F.).

Fundador y primer Presidente de la Asociación de Escritores de Panamá, fue Coordinador de Difusión Cultural de la Universidad Tecnológica de Panamá (1996-2007); fundador y Director de la revista cultural panameña “Maga; creador del Diplomado en Creación Literaria que se imparte en la Universidad Tecnológica de Panamá desde 2006; y fundador de la empresa 9 Signos Grupo Editorial.

Es autor de 12 poemarios, 20 libros de cuentos, 8 libros de ensayos, 2 libros de obras teatrales y 1 libro de entrevistas a escritores panameños; así como de numerosas antologías y compilaciones históricas sobre literatura mexicana, centroamericana y panameña; y de tres compilaciones de ensayos de especialistas panameños en torno al tema del Canal de Panamá.

Ha sido incluido en 25 antologías del cuento panameño e hispanoamericano. Hay 8 libros, de diversos autores, publicados en varios países, que estudian los aportes de su obra literaria.