Poesía: Alaudidae y otros poemas

1 abril, 2021

ALAUDIDAE

a mediados de la última edad del hielo 

murió cantando una alondra cornuda

los cazadores de marfil fósil 

acaban de hallar su cadáver petrificado

una hembra de hace 46 mil años

cuyo cuerpo se nos revela intacto

en medio de un desfile de cuadrúpedos

que congelaron su marcha

de mamuts y bisontes 

es la primera vez que se congela el canto de un ave

su vuelo quedó suspendido en sus alas completas

en sus delicadas plumas pardas

diurna de las nieves

espíritu bendito de esparcidas semillas

circunvolando

cuántos secretos de Siberia duermen en ti

hija de las estepas de Mongolia

madre del ascenso 

estatua incólume del pasado

**

y no es que el tiempo exista. ese pretexto del lenguaje que hemos urdido para creer que algo transcurre. tampoco es que el olvido exista. solo le vamos restando importancia a los inviernos. poco a poco queda el vacío esqueleto de un caribú. forma que sin su contenido ya se vuelve simple rastro del hielo. y no hay ni el rumor de lo inútil por más que se escarbe. toda palabra se resume en silencio. todo abismo es abandono. la inexistencia es blanca y cruenta.

**

A Santiago Vizcaíno

de espaldas uno al otro

buscándonos en las ansias

hasta el hartazgo 

queriendo forzar la coincidencia

en el extremo sur de la noche polar

con la nutación negándose 

separados más y más

kilómetros por año

hartos de expediciones cartográficas

tuvimos que detenernos en el paralelo cero

extender la línea de mano a mano

hasta que dejara de ser imaginaria

volvernos los gajos de los polos que se unen

abolir la traslación

la negación

las teorías de la redondez y el azar

saber que es posible 

que la nevisa se funda

y que hay fuegos

que no apagará más

el desconcierto 

**

se cristaliza en copos

el instante

erige

un imperio

en el silencio

Inédito

(DE OFIDIAS)

¡Ojalá la tormenta me haga añicos!

Marina Tsvetaeva

**

A Raquel Olvera

Nunca es tan triste morir como en primavera

con una corona de asfódelos 

en las aguas del río.

La piel lozana 

del corazón golpeado.

El cuerpo transparente 

donde el amor se lava

cuando el dolor se hunde

hacia el peso de la piedra 

muerta. 

Nunca es tan triste morir

como en Ofelia.       

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Krasnodar Rusia, 1988
Autora de los poemarios Efusiva penitente y Piel verbal, con el que se hizo acreedora del Fondo Concursable del Ministerio de Cultura de Ecuador, en 2010. Además, ha recibido el Premio Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, en 2009 con su poemario ”Constelada”, y el Premio Nacional de poesía Tijuana, en 2019 con su libro “Ofidias”. Actualmente trabaja para la Academia Mexicana de la Lengua y para la Academia Ecuatoriana de la Lengua. Es la directora del proyecto Mujeres al oído, audiocuentos de autoras ecuatorianas.