5 poemas de Amel Bachiri

5 agosto, 2024

Presentamos 5 poemas de la poeta argelina Amel Bachiri, seleccionados del árabe y traducidos por diferentes voces hispanas. La poesía que nos presenta la autora transita del viaje a la tradición que invocan ciertas imágenes arraigadas en la tierra.

UNA MALETA EN MI CABEZA

Tontamente me sostengo en pie
sobre el hilo de la vida,
extiendo mis brazos hacia el vacío
para un equilibrio ilógico
cual el circo que me rodea…
Bajo un sol ardiente,
mi cabeza entre mis brazos,
contra mi pecho
para que mis ojos vigilen mi corazón
Allí donde se oculta mi vida,
allí donde se ocultan aquellos que amé
y miles de fotos dañadas
Allí donde se ocultan
los largos recorridos sin ilusión
Jadeante,
arranco mi memoria inquieta allí donde viven
las fronteras abandonadas,
los refugiados,
los sin patria,
aquellos que intercambiaron su tristeza
por una promesa jamás cumplida.
Me limpio el alma de todas las quemaduras
y hago de mi cabeza un tronco de árbol que florece
De mis ojos
una brújula para todos lo extraviados
Hago de mi corazón una maleta
para aquellos que pronto necesitarán evadirse.

Traducción del árabe: Anas Fathouni.

POR EL ALBA

Siete marineros bucearon…
Son veteranos pescadores
y borracheros…

De una vez,
bucearon
en mi cabeza
cargados de anzuelos de hierro,
hilos de plástico
y redes manchadas de sal.

Nada encontraron excepto algunos
peces muertos por mi tristeza.

Repugnaron los peces muertos
huyeron… dejaron sus anzuelos clavados
en el alma,
su patera llena de mapas de tesoros,
desde la era del Big bang,
manuscritos de Da Vinci
que les indicaban los crímenes
que cometió el corazón,
la opulencia de la ilusión…
Por el crepúsculo
Volvieron a bucear en mi mente…
Bucearon más allá de mi inocencia
hacia las dunas de flagrante blancura

Nada encontraron…
excepto algunas tonterías.

Bucearon más…
Entre los pliegues de mi memoria.

Abrieron los baúles del tiempo.
Vaciaron las maletas del dolor.
Tampoco encontraron nada…
excepto una honda y antigua herida.

Era fresco en el pasado
se revolvía de vida…

Una valiosa herida cual el cráter.
La imaginaron inactiva…
falsa…
tonta…
fútil que no merecía pescarla.

Traducción: Mezouar EL IDRISSI

COMO DE COSTUMBRE

Cada mañana, mi madre cuenta su hastío habitual,
mientras mi padre perpetúa su aspereza crónica y repite:
la tolerancia es el oficio del amor,
¡y la traición es la pereza del corazón!

Cada mañana, recibimos al sol con ojos cerrados,
para que no nos lleve a deslumbrarnos del pecado,
aquel pecado con el que comenzó la vida de todo ser humano.

Cada mañana, en medio del bullicio de los vendedores,
ya no escuchamos el cacareo del gallo,
ni sentimos el viento del sur en medio del cemento.

Y si me preguntas lo que pasa afuera,
te responderé con certeza:
que descendientes de toros que allí giran
en la noria de la ilusión de la riqueza
y de un mañana brillante que conlleva a la locura.

Cada mañana, suenan las campanas de las escuelas vacías
de toda inteligencia,
para que se multipliquen en ellas las causas de la estupidez.

Cada mañana, se acurruca el gato callejero
en la cama de aquella anciana
que viaja hacia un recuerdo con destino
a no volver a su soledad.

Cada mañana crece el alboroto sobre las guerras,
sobre las hambrunas,
y sobre la cantidad de cirugías estéticas,
sobre la crisis del agua y el clima,
sobre la moda por millonadas,
y el número de adictos a las drogas,
y a pesar de todo…

Cada mañana escuchamos el himno nacional,
¡que no se avergüenza!
Y si intentas escapar de la foto de familia
de cada mañana,
tu sombra seguirá atrapada en ella,
y tú sonriendo con frustración,
y quizás con sarcasmo por lo de siempre,
o con tanta esperanza de que todo esto sea…
solo una pesadilla
y aún no llegó el momento de la alegría,
¡como cada mañana!

Traducción del árabe: Anas Fathouni.

UN SUEÑO

Para no caer
para respirar tengo un
único sueño,
mi única tentación,
es ser un día…
un perdón más perdonador que la vida;
porque en realidad soy, y a pesar de mí,
el rechazo de mi padre…
y el arrepentimiento de mi madre…
¡Por tenerme como mujer!

Traducción: Mezouar EL IDRISSI

LAS VENTANAS DE LA VIDA

Esta noche en las tinieblas de la duda y la incertidumbre de que el amanecer no vendrá
Dos testigos sordos contemplan el aburrimiento con pasión
Abren bien sus ojos, estiran sus labios hacia abajo y acarician los murmullos de la noche
En su mesa dos vasos de vino tinto sin olor, sin sabor
Sus ojos atraviesan la sala de cristal de las viejas ventanas
Sin decir una palabra, levantan sus manos para saludar a los emigrantes amontonados sobre sus maletas en un tren improvisado
Que corre en nombre de todos los deseos
Un tren que sólo deja atrás pañuelos mojados y algunos susurros crueles
Que sólo dejan atrás el polvo de su vida.

Traducción del árabe: Anas Fathouni.

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Novelista y periodista argelina, ha ejercido en el periodismo árabe y occidental. Conferenciante en la universidad y coach certificada, también tiene experiencia poética en francés. Sus publicaciones incluyen los poemarios Mi Argelia rota (1995, en francés e italiano, Roma) y Una sabiduría y mil locuras (2000, en francés, París). Ha escrito las novelas, etren las cuales, se pueden mencionar El Capítulo de los errores (2003, en árabe, editorial Merit, El Cairo), La sedición del agua (2005, editorial Amoun, Ammán). Su novela Las últimas palabras ha sido traducida al español y publicada por la editorial Comares en Granada.