José Adiak Montoya: “La libertad lo es todo para la literatura, es el territorio donde no existen los límites”
31 mayo, 2015
– Entrevista que realizara Carátula a José Adiak Montoya, ganador del III Premio Centroamericano Carátula de Cuento Breve 2015, entregado en el marco de la III Edición del encuentro Centroamérica Cuenta, que se llevó a cabo del 18 al 23 de mayo pasado, en Managua, Nicaragua.
¿Cómo se presentaría José Adiak Montoya?
Como alguien que disfruta de las buenas historias, leerlas y escribirlas, verlas, escucharlas. Historias donde nos reconozcamos pero también aquellas donde nos descubramos, un seguidor de la literatura que revela algo sobre nosotros que antes desconocíamos. Una persona amistosa que valora los aciertos y los errores de quienes le rodean. Seguidor de la música en general. Miro series los domingos y me gusta cocinar.
¿Quién es “El custodio”?
En el cuento, El custodio es un guarda de seguridad que se enfrenta a algo que lo molesta mucho: entrar a la tercera edad. Se le traslada a cuidar un monumento que no tiene valor para él pero que poco a poco le cambiará la vida, y cumplirá su trabajo con orgullo y amor. En la vida todos somos custodios de algo, algo físico o emocional que simboliza un valor gigantesco en nuestras vidas, un recuerdo o un objeto que potencia ese recuerdo de un momento irrepetible en nuestras vidas, todos somos guardianes de nuestra memoria.
¿Cómo surge este cuento?
Pertenece a una colección de cuentos que versa sobre el tema de la vejez, muchos de los cuentos en esta colección revelan una etapa gris de la vida, no quería que fuera un libro sombrío, quería destacar elementos luminosos de esta época de la vida así que poco a poco la historia de un padre que redime sus errores en la última etapa de su vida se me fue revelando, los personajes fueron surgiendo, están a la vista en Managua, es una historia que podría ser más real de lo que el cuento mismo la narra.
“El custodio” habla de la vejez, y has expresado que forma parte de una colección de cuentos sobre el tema. ¿Por qué alguien que no ha llegado a los treinta se preocupa por este tema?
Me ha tocado lidiar con la vejez desde muy niño, vengo de dos familias poderosamente longevas, siempre he estado rodeado de ancianos. Aprendí a aprender de ellos, nadie tiene más historia viva que ellos. Pero a nivel literario me interesa esa etapa de la vida porque es la que está más cercana a la muerte, por lo tanto son vidas que casi han alcanzado su ciclo y se pueden narrar como un todo, con todo lo que la vida contiene, es un tema muy rico para la literatura, tiene tantas variables, puede ser un don y también la peor de las maldiciones.
¿Qué significa para vos este Premio?
El premio es un gran aliciente a mi obra, saber que tiene relevancia más allá de mi computadora. Es también un honor recibirlo en el marco del CAC ya que las dos cosas van de la mano y la relevancia y prestigio que está tomando el CAC le suman mucho valor al premio. Pero sobre todo implica la maravillosa oportunidad de escribir dos meses en Francia, lejos de la contaminación de lo cotidiano que a veces puede ser un gran enemigo de la creación.
Dedicaste este premio a los escritores y periodistas de Centroamérica, ¿por qué?
Me pareció una buena oportunidad para recordar a los periodistas asesinados en los últimos años, tenía ante mí una buena plataforma para hacerlo. Es un encuentro que involucra a gente con mucha voz dentro de la región centroamericana y este es un tema al que todos deberían de referirse desde sus trincheras, además el encuentro estaba pensado para discutir sobre la libertad de expresión, justamente el tema por el que estos periodistas han perdido la vida.
Este encuentro fue dedicado justamente a la libertad de expresión, ¿qué significa para vos como escritor?
La libertad lo es todo para la literatura, porque es justamente el territorio donde no existen los límites, sus posibilidades son infinitas. No puede haber literatura si nos ponemos mordazas. Nadie debería pagar por ser libre, mucho menos con la vida.
¿Existe Centroamérica?
Siempre ha existido. Pero son encuentros como estos y las ideas que se discuten en ellos los que logran contarle ese secreto al resto del mundo, voltear cabezas hacia nuestra región y nuestras posibilidades como sociedad.
¿Qué representa para vos Centroamérica cuenta?
La oportunidad de abrir diálogo a temas que son importantes discutir, tanto como narradores y como ciudadanos. La oportunidad de crear lazos y vínculos con colegas que sería muy difícil establecer si no tuviéramos la oportunidad de vernos a las caras. La oportunidad, para un espacio como Managua, de tener un encuentro que no tiene nada que envidiar a los grandes encuentros en otros países. Es una verdadera fiesta.
¿Qué proyectos futuros vienen en camino?
Tengo un par de novelas terminadas, creo que publico una a finales de este año, tengo también un libro de cuentos, y estoy a punto de comenzar a escribir una novela cuya historia me tiene atrapado, tuve que realizar casi un año de investigación y hasta hace poco me sentí cómodo con la cantidad de información que he recabado y con la historia que he logrado reconstruir. Así que por el momento en el futuro están Francia y la escritura.
Managua, Nicaragua, 31 de octubre de 1984 - 25 de agosto de 2017.
Autor de cinco libros de cuentos, incluyendo La felicidad nos dejó cicatrices (España y Centroamérica: Valparaíso ediciones, 2014); Los días felices (Costa Rica: Uruk editores, 2011). La Feria Internacional del Libro de Guadalajara lo nombró en 2011 como uno de Los 25 secretos mejor guardados de América Latina, un proyecto para «dibujar una ruta de las letras que se gestan a lo largo y ancho del continente, 25 voces y lenguajes para descifrar, hoy, América Latina». Cuentos suyos han sido traducidos al inglés, francés, alemán y portugués, y aparecen en antologías y revistas de los continentes americano y europeo.
En 2009 mereció una beca de escritor del gobierno mexicano en el Programa de Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica y de Haití en México; y en 2015, la Beca Valle-Inclán del programa de becas MAEC-AECID de Arte, Educación y Cultura del gobierno español, para una estancia creativa en la Real Academia de España en Roma (2015-2016).
Fue cofundador, coordinador general, director ejecutivo y director asociado de Centroamérica cuenta (2012-2015); co-fundador y coordinador de Leteo ediciones, iniciativa editorial sin fines de lucro para la promoción de la nueva literatura nicaragüense. Coordinador del proyecto #Los2000, autores nicaragüenses del nuevo milenio (2012 y 2013), que reunió a diversas voces de la generación literaria del 2000. Fue jefe de redacción y editor en jefe de Carátula, revista cultural centroamericana (2009-2015) y de El hilo azul, revista literaria del Centro Nicaragüense de Escritores (2010-2015).
Fue también miembro del Centro Nicaragüense de Escritores y del PEN Internacional / Nicaragua, miembro fundador de Global Shapers Managua, parte de la comunidad Global Shapers. En 2014 recibió una beca para el Global Competitiveness Leadership Program (GCL) de Georgetown University, Washington, EE.UU., siendo el primer escritor en recibir esta distinción.