jose pratts sariol

Pío E. Serrano, alias Verbum

25 mayo, 2015

José Prats Sariol

– El oficio de editor en estos tiempos tecnológicos-informáticos-digitales conlleva mucha paciencia, comprensión del entorno de las nuevas tendencias editoriales, y claro la contumaz pasión por la creación literaria, aquellos quijotes que iniciaron empresas de tal naturaleza lo saben y aquilatan su experiencia mientras mantienen la fe inquebrantable en la continuada labor de los hacedores de libros. El narrador, crítico y ensayista José Prats Sariol, expresa admiración de la buena hacia Pío E. Serrano, fundador de la hispano-cubana Editorial Verbum, manifestando un breve recuento de la experiencia de Pío E. en este territorio que aún nos ofrece los frutos del árbol generoso de la literatura, a un cuarto de siglo de haber germinado.


Caracterizo al editor Pío E. Serrano por su riesgo órfico e icárico, cuando su hispano-cubana Editorial Verbum cumple un cuarto de siglo de fundada. Cifra que haría temblar a cualquiera sin afán de riesgo, aventura, trance en progreso. Iniciado en 1990, desde un apartamentico tan humilde como el de Jorge Herralde, cuando en 1969 fundó Anagrama.

Hay consenso en que el oficio de editor demanda curiosidad intelectual, entusiasmo humanista, sensibilidad y paciencia ante el otro, eclecticismo flexible…; empalmados con mayor o menor suerte dentro de una irrefrenable vocación por los libros. El grupo español que surge a fines de los años sesenta –aún bajo el franquismo— participa de estos rasgos. También Pío E. Serrano exhibe similares dotes, como evidencia el catálogo de volúmenes publicados por Verbum; velas al viento donde sin tales dones ni un folleto hubiera olido a tinta de imprenta.

Cuando leemos entrevistas y artículos sobre Castellet, Barral, Tusquets, de Moura, Altares o Herralde; se observa además que la inicial condición disidente –la izquierda no demagoga ni fanática- coincide con la de este cubano que inicia un trabajo similar, aunque la izquierda española en los 70, hasta el Caso Padilla, se aferrara al fallido modelo revolucionario. Con el agravante añadido para el nuestro de no estar en su tierra, aunque sí en su idioma, en la cultura hispana y en Madrid, nunca ajena a los cubanos, aunque dura para empresas literarias.

Por lo que añado al consenso otra cualidad, que tal vez no se destaca por ser penosamente abundante: la inicial y continuada precariedad económica que supone emprender un trabajo editorial ante receptores inciertos y sobre todo ante muy ciertos competidores, algunos gigantescos, transnacionales, con enormes posibilidades publicitarias directas (anuncios, premios, ferias, festivales…) e indirectas (reseñas, referencias académicas, coloquios, congresos…).

Una fuerte voluntad era imprescindible para que Verbum –nombre de homenaje a la revista homónima, cuyos  tres números dirigió José Lezama Lima en La Habana de 1937 -, no se ahogara en las tan comunes: “no lo conseguiremos”,  “fracaso a la vista”- frases derrotistas, muchas veces haraganas. Pero en este sentido —y en el que calibra la ética-, Pío E. Serrano contó con su compañera Aurora Calviño, cuya administración garantizó que la siempre espesa burocracia –las montañas de avisos, cuentas y reclamos— no impidieran el paso a los libros, casi hoy rondando los mil títulos, cifra que los conocedores del delicado y acucioso proceso editorial aprecian en sus reales, admirables dimensiones.

Tuve el privilegio en aquel 1990 de entregarle a Pío los originales mecanografiados por Rosa Lima de Lezama, de los artículos que publicara su hijo Joselín en El Diario de la Marina, llenos de apuntes manuscritos. Tras mi revisión crítica y bibliográfica, un cotejo con los periódicos y el bautizo de los artículos que originalmente aparecieron sin título, bajo un genérico La Habana, Pío tuvo la honradez –con mi entusiasta consentimiento— de someter la compilación y mi prólogo a la persona que le había pedido a Lezama las colaboraciones, el poeta Gastón Baquero, uno de los intelectuales inexcusables en el siglo XX cubano. Con su “palabreo” de rompeolas La Habana rompió el celofán de Verbum, estableció para siempre su sello de prestigio.

Pío E. Serrano –ensayista y poeta- encarna esa reputación de probidad que llega hasta hoy, cuando a fuerza de sólo discriminar por razones de calidad,  no hacer concesiones comerciales y buscarse enemistades entre la testaruda mediocridad; es la más importante editorial cubana, con libros que incluyen a autores de casi todos los países de habla hispana, además de colecciones que abarcan los principales  géneros literarios y contemplan traducciones; se abren a zonas para niños y jóvenes, textos escolares, manuales de autoaprendizaje…

Pío E. Serrano

Pío E. Serrano

Verbum en 2015 tiene –otra prueba de cuán testarudo ha sido su padre- con filiales en Miami y La Habana, distribuidores en el planeta –acaban de incorporarse las librerías del Fondo de Cultura Económica-, participación en ferias del libro –Guadalajara, 2014- y un joven relevo que comparte con él la dirección, el también cubano Luis Rafael Hernández, sagaz discípulo que tiene muy al día en medios electrónicos a Verbum y dinamiza los circuitos de receptores.

Caracterizar a Pío es verlo entrar de nuevo a la clase de literatura griega que nos impartía, en la Escuela de Letras de la Universidad de La Habana, Camila Henríquez Ureña, y presumir de la edición príncipe de La Ilíada, en la traducción de Luis Segalá y Estalella. U observarlo con un grupo de estudiantes de teatro en la Escuela Nacional de Arte, sentados a su alrededor en las ruinas de una escuela cuya construcción creo que aún no ha concluido, mientras les impartía una clase de filosofía sobre Baruch Spinoza, a través del célebre soneto de Jorge Luis Borges, escritor prohibido en ese entonces por el régimen marxista-leninista, en atención a que era un reaccionario argentino, enemigo de clase, representante de la ideología burguesa y proimperialista.

Las referencias anteriores evidencian dos sesgos cuya ausencia suele ser nefasta para una editorial: el amor al libro como objeto físico, por su cubierta, pátina, textura, tipo de letra, logo, elección de puntaje… Y esa ironía que sabe burlarse de totalitarismos ideológicos y políticos, gubernamentales o personales. Sacarle la lengua a fanatismos agresivos o hirsutos, esquemas y sobre todo prejuicios. Sesgo que –perdón por el énfasis— exige coraje. Valentía mucho más a prueba cuando se ejerce bajo dictaduras, como supieron los editores españoles de los 60 y experimentamos los intelectuales cubanos sin mandato, dentro de los que Pío logra un sitio digno. Respetado hoy hasta por los desmadejados círculos intelectuales que aún padecen la nostalgia de la utopía rota, machacada.

El alias Verbum –su obra editorial— multiplica una estela que en tiempos de trivializaciones enciende la mesura de su pipa –siempre con una exótica picadura malaya y pinareña, de inefable aroma— para evitar lo soez, sonreír desde un deje budista ante lo efímero del mundo, del ser humano. De ahí que Pío E. Serrano abra por la página 154 la segunda edición de la Poesía completa de Gastón Baquero, publicada desde luego por Verbum, donde su amigo le rescata el tiempo, “el tiempo hecho una finísima lluvia de alfileres/ de oro, de resplandor de cerezas mojadas,/ el tiempo fluyendo en torno a los tobillos de las florecidas palomas de Corinto”.


Pío E. Serrano – Poeta, ensayista y editor (San Luis, Oriente, Cuba). Ejerció la cátedra en el  Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana. En Cuba participó de los proyectos culturales de los sesenta El Puente y El Caimán Barbudo. Exiliado en España desde 1974. Fundador de la Editorial Verbum (1990), ha publicado la colección Verbum Ensayo en 1992, la colección Verbum Poesía que alienta la presencia de voces alejadas del entorno eurocéntrico. Su obra ensayística aparece en numerosos volúmenes colectivos y en revistas especializadas de Europa y América. Ha publicado cuatro libros de poesía, fragmentos de la cual ha sido recogida en una veintena de antologías. En 1996 fundó, junto al novelista cubano Jesús Díaz, la revista Encuentro de la Cultura Cubana y es miembro del consejo de redacción de la revista de la Fundación Hispano-Cubana.

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La Habana, 1946.
Hizo estudios de Literatura en la Universidad de la Habana. Crítico literario, narrador, ensayista y profesor universitario, posee una compacta obra en la que sobresalen las novelas:Erótica, Mariel (1997, 1999),Guanago Gay (2001); Las penas de la joven Lila (2004); y Cuentos… además de los textos críticos: Estudios sobre poesía cubana (1988); Criticar al crítico(1983); Pellicer río de voces; No leas poesía...; y Fabelo (1994).

Junto con un grupo de críticos literarios preparó en 1988, la edición cumbre de Paradiso, la novela de Lezama Lima para la UNESCO.
Ha sido compilado en el libroTópicos y trópicos pellicereanos. Estudios sobre la vida y obra de Carlos Pellicer, ed. Hora y veinte, 2005, con el ensayo Pellicer, Lezama, el amor filial.

A su cargo estuvieron la preparación (compilación, prologo, notas…) de La Habana(1992)y de La materia artizada(1996).
Ha ofrecido conferencias en universidades y centros culturales en diversas partes del mundo. Fue huésped becado, de la Casa del Escritor de Puebla, México, durante dos años, en donde coadyuvó en la preparación de escritores noveles, creó la revistaInstantes, bajo los auspicios de la Universidad de las Américas y colaboró en varias publicaciones literarias locales. En 2011 publicó el libro de ensayos Lezama Lima o el azar concurrente, Ed. Confluencias de España.