david-rocha

Ausencia y presencia del Teatro Variedades: Memorias Urbanas de Managua.

26 noviembre, 2015

David Rocha

– ¿Qué huellas de la Managua anterior al terremoto de 1931 encontramos en la Managua actual? En la capital, los edificios que nos remontan a esa época son escasos y muy difícilmente podemos encontrar personas vivas que puedan dar su testimonio oral. Sin embargo, las huellas de la Managua pre terremoto permanecen en los testimonios escritos por ciudadanos de aquella época y en las fotografías que nos muestran aquella Managua detenida en el tiempo. Estos testimonios y fotografías son parte del archivo cultural de nuestras memorias urbanas, ya que nos presentan las imágenes de acontecimientos históricos, de la vida cotidiana o de paisajes urbanos.


 

El rastreo de las huellas de la ciudad antes de 1931 me lleva a una colección de fotografías del maestro José Santos Cisneros, uno de los fotógrafos más importantes del siglo XX en Nicaragua¹ . Las fotografías muestran la destrucción de Managua inmediatamente ocurrido el terremoto del 31. Revisar las fotografías de Cisneros me remiten a las palabras de Claudia Feld y Jessica Stites, al afirmar que: “las imágenes construyen sentidos para los acontecimientos, ayudan a rememorar, permiten transmitir lo sucedido a las nuevas generaciones. Colaboran para evocar lo vivido y conocer lo no vivido. Son, en definitiva, valiosos instrumentos de la memoria social” ². Siguiendo a estas autoras leo la fotografía de Cisneros como un testimonio visual de la destrucción producida por el terremoto, testimonio visual que forma parte del archivo cultural de memorias urbanas. Al mismo tiempo, el trabajo de Feld y Stites me sirve para interrogar la presencia y la ausencia de la ciudad, lo vivido y lo no vivido.

En este artículo tomo una de las fotografía de Cisneros, la del Teatro Variedades, como huella de memorias de la ciudad de Managua antes del terremoto de 1931. Apoyándome en la fotografía, me pregunto sobre la relevancia del Teatro Variedades en la vida cultural de Managua, y el vacío que produjo su destrucción. Cuando hablo de vacío, me refiero a lo que calla la foto. Mi interés no radica únicamente en lo que observamos en la fotografía sino también en aquello que no observamos a primera vista. La destrucción del edificio teatral fue un evento disparador de memorias sobre este sitio cultural. Historiadores, cronistas culturales, escritores y periodistas de la ciudad legaron su visión de este teatro en la vida de Managua.

1. El Variedades visto por Cisneros: Descripción y contexto.

El martes 31 de marzo de 1931, Managua fue destruida por un terremoto de 4.5 en escala Richter. Era martes santo a las 10 de la mañana, los pobladores de la ciudad se encontraban en sus quehaceres cotidianos y se preparaban para conmemorar los días mayores de la semana santa. La ciudad estaba llena del movimiento de los pueblos pequeños que estrepitosamente pasan a ser ciudades modernizadas. De pronto, todas las construcciones, grandes y pequeñas, fueron estremecidas por la tierra. Las paredes y las calles de Managua sacudidas como en una danza de la muerte. En un instante, la madera y los ladrillos de adobe y taquezal se vinieron abajo. Las calles, que para entonces no estaban asfaltadas, quedaron mezcladas con las paredes de los grandes edificios. Pared y calle como en una danza de la muerte abrazando a los managuas. La pólvora encendida por los marines yankees terminó de destruir la ciudad. Con su cámara, Cisneros retrató las avenidas más importantes de Managua, los edificios más representativos y algunos cadáveres, ofreciéndonos una perspectiva detallada del suceso. Además, la serie fotográfica muestra algunas imágenes panorámicas a través de las cuales conocemos la magnitud de la destrucción.

La fotografía del Teatro Variedades que Cisneros tomó aquella mañana, muestra la fachada del teatro desde el extremo suroeste del edificio. En ella observamos que la mitad del edificio está totalmente destruido. Podemos observar los ladrillos de la pared hechos polvo, amontonados, mezclados con la madera del interior del edificio. Observamos el entrepiso de los balcones colgando. La esquina del techo ha quedado sostenida por unos segundos, como un equilibrista que desafía a la muerte, parece que en cualquier momento besará el suelo. Se observan las ventanas del segundo piso abiertas con sus barandas de madera torneada y las puertas están todas cerradas, a excepción de la principal que ha sido captada abierta. A su vez, la fotografía en blanco y negro retrata un poste de luz eléctrica que nos recuerda la efervescencia de la modernización, la luz eléctrica deleitaba a los ciudadanos de la capital. Justo al lado del poste un hombre con sombrero está de pie y observa los escombros del teatro, ¿será que él mismo piensa en las voces que quedaron silenciadas aquella mañana? ¿Acaso rememora el escenario destruido? En la esquina inferior izquierda de la foto leemos: Teatro Variedades. Managua, 31/3/31/ Foto Cisneros.

2. Ausencia y presencia: mi lectura

Desde que observé está fotografía por primera vez me sentí interpelado, ya que pensé en las acciones que se habrán desarrollado en aquel escenario. Al igual que el hombre de la foto, me pregunté sobre las voces silenciadas aquella mañana y pensé en Maurice Halbwachs cuando dice que:

(…) todo lo que hace el grupo puede traducirse en términos espaciales, y el lugar que ocupa no es más que la reunión de todos los términos. Cada aspecto, cada detalle de este lugar tiene un sentido que sólo pueden comprender los miembros del grupo, porque todas las partes del espacio que ha ocupado corresponden a otros tantos aspectos distintos de la estructura y la vida de su sociedad, al menos en su faceta más estable³.

Cisneros, como miembro de un grupo afectivo, pone el ojo en este edificio pues conoce la relevancia y el lugar protagónico que ha tenido en la ciudad. Documenta con su lente la destrucción de sitios medulares en la vida de la Managua de aquellos años. El Variedades fue el escenario principal de la vida cultural de Managua. No es por casualidad que el teatro aparece, en la serie, junto al Palacio de los Gobernantes (Casa de Gobierno), La Casa del Águila (Palacio de Justicia), la armazón de hierro de la catedral o la central eléctrica Central American Power Corporation.

El fotógrafo logra retratar el Teatro Variedades así: la mitad del teatro está destruida y la otra mitad se resiste a caer. Desde mi lectura, Cisneros construye una metáfora: retrata la presencia y lo que a partir de ese día será la ausencia del lugar. La fotografía logra configurar en presente lo que se convertirá en pasado. A partir de entonces, las memorias escritas por algunos ciudadanos refuerzan la importancia del lugar, Alberto Vogl apunta que “en 1916 se construyó el ‘gran teatro de la ciudad’; Variedades que se destruyó en el primer terremoto” . En esta misma línea, Gratus Halftermeyer afirmó que Managua “Tiene ahora un buen teatro: el Variedades, al costado norte de la Parroquia. Ya nos dimos el gusto de ver a la gran bailarina de fama mundial, la inimitable Tórtola Valencia, de los pies desnudos”. Este último autor enumera una lista sustancial de grandes figuras del mundo artístico que en aquella época se presentaron en el escenario de dicho teatro. A través de estas memorias escritas, nos damos cuenta de la importancia que Cisneros quiso retratar en su encuadre de la agonía del Variedades.

3. Se cierra el telón…

La última fotografía del Gran Teatro de la Ciudad: Teatro Variedades, me hace pensar en la intersección que existe entre las memorias escritas y las visuales. En el caso de esta foto, dichas memorias se unifican, se mezclan, se complementan. Me fue posible entender la ausencia y la presencia, lo vivido y no vivido, a través del primer encuentro con la foto y, después, en la pesquisa de las memorias que narran la vida de la ciudad, memorias que sobreviven hasta hoy. A través de la serie fotográfica de Cisneros, me sumergí en una Managua que es difícil captar a primera vista, esta Managua es imperceptible en la ciudad que hoy nos rodea. La fotografía me llevó a reconstruir en mi imaginario la presencia de la ciudad que me circunda llena de ausencias.


 

NOTAS

[1] Más sobre el trabajo de Cisneros en: http://archivo.laprensa.com.ni/archivo/2009/enero/10/suplementos/prensaliteraria/Portada/Portada-20090109-1.shtml

[2] Feld, Claudia y Stites, Jessica. Imágenes y memoria: apuntes para una reflexión. El pasado que miramos. Feld C. y J. Stites Mor (Comp.). Buenos Aires: Paidós. 2009. P. 25 

[3] Halbwachs, Maurice. La memoria colectiva. Prensas Universitarias de Zaragoza. (2005) [1950] p. 134

Comparte en: