rossana lacayo

El Río San Juan alza su voz

6 noviembre, 2015

Antonina Vivas

– La cineasta nicaragüense Rossana Lacayo presentó recientemente el documental «Yo soy de donde hay un río». A continuación, compartimos la entrevista que en su momento le hizo El Nuevo Diario acerca de esta pieza que busca presentar las problemáticas que amenazan al río San Juan y, sobre todo, pretende acercarnos a él.


¿Cómo nació la idea de hacer el documental?

Fui al río y además de quedar impactada por su belleza, me fascinó su historia, es como el resumen de todo lo que ha pasado en el país: la conquista española, la defensa criolla, la guerra sandinista, la contrarrevolución la migración forzada, la rica mezcla de razas y culturas.

¿Qué grado de complejidad tuvo la realización del documental?

La filmación fue relativamente fácil, fue un proceso como de dos semanas, con dos viajes al río. Lo que fue más complicado fue su edición, tardé aproximadamente 1 año para finalizarla, pues quería evitar que el documental se volviera “informativo” o se convirtiera en un “reportaje” sobre el río. Creo que al final se logró y el resultado es un trabajo de 70 minutos que cuenta la historia del río San Juan a través de diferentes personajes ligados estrechamente a su entorno.

¿Qué veremos en el documental?

La historia del río la conocemos a través de personas ligadas a él durante muchos años, o nacidos ahí. Es una travesía a través del río y ahí vamos conociendo su historia también el río tiene su propia voz y lo que pide es respeto para seguir beneficiando a las futuras generaciones.

¿Cuál fue el objetivo de su realización?

El objetivo primordial del documental “Yo soy de donde hay un río” es hacer un llamado, un SOS para parar el despale y la erosión que está sufriendo el río San Juan. Para lograr este objetivo uso el recurso de la historia, para que el público se identifique y conozca la importancia que ha tenido para Nicaragua la localización estratégica del afluente hídrico. Es decir, el río ha sido cotizado desde la época de la colonia, primero por los conquistadores españoles, que lo bautizaron con el nombre que aún conserva, luego por piratas ingleses, que querían despojar a los españoles y adueñarse de territorio. Ya en 1850 vinieron los norteamericanos y con el empresario Vanderbilt crearon la Ruta del Oro, que conectaba el Atlántico con el Pacífico. En los años 70, fui testigo de luchas entre guerrilleros sandinistas y la dictadura somocista para luego servir de terreno a la lucha contra.

Testigo mudo de muchas historias, incluyendo desalojos y migraciones a territorios vecinos.

En medio de toda esta historia, están los habitantes del río que luchan por mantenerlo vivo y proteger su fauna y flora.

¿Existe personificación del río?

Sí. El productor (José Herguedas) y yo nos propusimos escribir lo que pensamos que el río diría si tuviera voz, y obviamente es un llamado de auxilio ante el despale indiscriminado que está sufriendo en sus riberas.

¿Más allá de su valor ambiental, en qué radica el valor histórico del codiciado río?

Como muchas cosas en Nicaragua, la historia del río San Juan es desconocida para muchísimas personas, por ejemplo se desconoce todas las diferentes razas que conviven en el río como los ramas, misquitos y krioles, que nos cuentan de la fusión cultural en esa zona. Es decir, yo pienso que de nada vale poner una calcomanía en el carro que diga “El río San Juan es nuestro”, si no conocemos y protegemos su existencia. De nada vale poner una calcomanía en el carro que diga «El río San Juan es nuestro», si no conocemos y protegemos su existencia».

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