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Selección de poesía

27 enero, 2016

Roger Lindo

-En esta selección de poemas de Róger Lindo pertenecientes a un proyecto iniciado en el año 2015 y que el autor denomina Poemas rechazados, observamos que la voz poética refiere, inscrita en el espacio de la ciudad, la noción de desplazamiento en un mundo aparentemente organizado por la Ley y el Orden. Ante la presencia del sol, el mar, begonias, hiedras, empedrados, carreteras, edificios, casas y vecindarios, máquinas, pistolas y cuchillas; el día y la noche albergan las inabarcables interacciones de sus habitantes, como una suerte de rizoma que aleatoriamente se extiende, y de manera circular, dan vida a la Polis y probablemente a su stream of conciousness, en la dimensión colectiva, personal y sin duda también poética.


SALTO DE PÁGINA

Este día listos ya,
inspirados a partir.
Conos, pájaros granujas,
convulsiones en el empedrado,
convulsiones con la vista
clavada en el azul.
Voy sereno, hagan caso:
la paciencia es lo primero.
Todo “eso” aprendí,
tras subir y bajar
la misma calle,
el mismo vecindario,
inhóspitos paisajes,
remisos andamiajes
de agresión y sumisión,
cables henchidos
de grasientas circunvoluciones;
aprobados para ingresar
a la cuerda floja.
Una galaxia, un legado
desaforado,
y una sepultura.
Un sol que mata
y otro que se achica
todos los días.
Que sea pronto,
mañana en todo caso,
atento escucho, con
amor y piromanía.

DISTOPIA
(trailer)

“Ya estamos en el futuro”
(Alfonso Quijada Urías, en una entrevista).

La polis, rutilante centella,
secuencia en rojo, blanco y negro:
malbaratada avenida, adefesios
caídos en el cumplimiento del deber,
linchadas casas, avergonzados muros,
ventanas rotas una
y otra vez.

Enseguida, guerra laica
de máquinas y humanos.
¡Qué emoción!,
todos contra todos, con fervor,
con pistola y con cuchilla,
y el pastor violador negociante
restalla la Biblia.
Pasajeros perfumados
y envaselinados,
sólo un mártir por ventana,
por favor,
el resto se me queda de pie.
Se me agarran bien
que arranca la gira.

Ahora, un minuto para responder:
¿De dónde vienes?;
¿A donde vas? ;
¿En cuánto te salió la moto?;
¿Cuántos viven en tu casa?;
¿Cuándo emigrás?

NUEVOS BRÍOS

De un resbalón
caímos. Ciudad de triatlón.
No fue fácil: llegamos
colgando de un cordón.
Allá en el Norte
todo en orden, todo inmaculado:
imperio de la Ley y el Orden.
Nada que cambiar, no lo niegues.
Mas
me embotaba, las palabras me fallaban
a mitad de la carretera.
Por las noches me atracaba
de alcohol y alucinaba.

Ahora hay que arrancar
a grandes zancadas,
mas sin güinche (bello aparejo)
Nuevos bríos sin reversa,
y un glosario muy chistoso
de repatriación.

Ahora, el nombre
de la gran ciudad:
delirium tremens.

THE STREAM OF CONSCIOUSNESS

Oda al chiltepe y la espuma
–más bien– lustrosa del amanecer.
Cómo hay que joderse,
muchachas de escritura automática.

Izquierda-derecha.
Derecha-izquierda.

Brisa marina, ¿dónde acampas
después de un sacudón?
En una nube con suerte
o en un ixcanal.

La arena multitudinaria
es la raya en la arena
de esta gesta.
Erial de extraños:
¿de quién son tantas caras?
No hay de otra:
cambiaron la población.

Urgente mediodía
brega y brega por fregar,
muy fraternos aguardamos
con el puño ilusionado
los del club antisolar.

Toda inteligencia es
un día interminable
en el laboratorio.
Igual da
con la pasión, the stream of conciousness,
y las causas que nacieron
con la patita averiada.

Compinches de abril,
hoy es Primero, amuélense.
¿Un ataúd de ceniza
o el destemplado mar del vivir?
He ahí una interacción.

Un mapa de los sueños sería útil,
Chanchullópolis.

EL RAYO DE LA MUERTE

El rayo de la muerte ha llegado
con las debidas instrucciones.
Esta mañana dichosos
lo desempacamos
(viruta, tubos, bromas),
horas divertidas ensamblando,
(puse música, rock de los 70).
Qué día. Recóndita recocida
por el sol.

Miradlo ahí, a unos pasos,
orondo en el tibio arsenal
amado de las begonias,
un lujo de gatillo,
mira y todo lo demás.
Se me antoja adoptarlo
como parte de mi identidad.
(ser uno solo con su rayo).

Esta noche saldré a estrenarlo
en el vecindario.

EN LA CARRETERA

A mis espaldas un beso, tibia sal.
El otro día
di con el perfume tuyo.
Robustos rojos, ladrillos siempre a punto
de alegrarme.
Látigo de hiedra en el corazón.
Antier magnas arañas diéronme
de tu flor
la nostalgia, su inédita frescura
(me negué a abandonar aquella altura
tramontana)
¿Ves? Es lo que vi
desde el pulman.

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San Salvador, 1955.
Escritor y periodista salvadoreño, autor del poemario Los infiernos espléndidos (1998) y de la novela El perro en la niebla (2008). Su actividad periodística se sitúa principalmente en el diario La Opinión de Los Angeles, donde ha cubierto un abanico de temas que incluyen inmigración, educación, economía, transporte, energía y movimiento laboral. Investigó y escribió numerosos artículos sobre la crisis inmobiliaria que se produjo en 2007, así como sobre sus secuelas.

Fue colaborador de la revista Tendencias, la publicación salvadoreña de política y cultura más importante de la posguerra en El Salvador. También ha sido colaborador de Milenio Diario y Milenio Revista de México, y ha sido columnista de La Prensa Gráfica de El Salvador.

En 2002 obtuvo el primer premio en la categoría Comentario/Editorial de New California Media (NCM) por una columna sobre los ataques del 11 de septiembre de 2001.

Actualmente radica en El Salvador, donde continúa escribiendo para La Opinión y otros medios.