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Desnaturalizar, historizar, transformar: La radio feminista en el programa “Cuerpos sin-vergüenzas”

26 mayo, 2016

Alicia Z. Miklos

– Este artículo forma parte de un trabajo de más largo alcance, en donde pretendo realizar un estudio transversal de los programas de radio feministas en las tres sociedades centroamericanas de posguerra: Nicaragua, El Salvador y Guatemala.


La experiencia compartida de conflictos armados por estos tres países apunta hacia ciertos tropos parecidos, como son la militarización de la cultura, los cambios en la organización de la vida social causados por las políticas neoliberales que sustituyeron a las dictaduras militares, y la resurgencia en los últimos años del ultra-conservadurismo en el ámbito cultural y político. A fin de cuentas, es de suponer que los marcos culturales en torno al género en estos tres países se asemejan bastante por su trayectoria histórica arraigada en la colonialidad y luego en la militarización expandida del siglo XX. Los programas de radio feministas enfrentan los símbolos y arquetipos de la masculinidad y la feminidad surgidos de esta historia, e indagan en una variedad de archivos y textos culturales.

En este trabajo analizo un programa de radio feminista muy influyente en Nicaragua, “Cuerpos sin-vergüenzas”. Particularmente, concentro mi análisis en un programa dedicado a discutir la figura de María de Nazareth, para así esbozar las pautas del debate cultural de los grupos feministas en este país, a la par de su manejo de los temas más polémicos. El estudio realizará un breve análisis de un episodio del programa “Cuerpos sin-vergüenzas,” producido por el Programa feminista La Corriente, en Nicaragua. El programa se produce en los estudios de Radio Universidad (102.3 fm) que se encuentran en la Universidad Centroamericana (UCA) de Managua y está en el aire todos los jueves a las 6 de la tarde. También, la radio Ocatal Stereo (93.7 fm) reproduce el programa los viernes. El equipo de producción incluye las locutoras principales Cristina Arévalo y Elvis Salvatierra, y Franklin Hooker, quien realiza los sondeos en la calle, y productoras Ariana McGuire y Rosi Castillo. Al decir de Arévalo, el programa “…es una muestra que se puede hacer comunicación feminista entre personas jóvenes y adultas.” Salvatierra afirma que la labor invalorable del programa consiste en fomentar la igualdad, porque se necesitan “personas que hagan comunicación comprometida con ellos/ellas mismos/as y con la ciudadanía para no abonar a una comunicación perversa y desdeñable” (“Cuerpos sin-vergüenzas: 3 años…”).

Reconociendo que la expresión de género es producto de nuestros marcos culturales, los episodios de Cuerpos sin-vergüenzas arremeten contra los modelos más consagrados y, por ende, más restrictivos para el comportamiento de género. Las principales preguntas que guían mi trabajo aquí, entonces, son las siguientes: ¿Cuáles con las (contra)narrativas o (contra)discursos ofrecen las presentadoras feministas de la radio para contrarrestar las nociones dominantes sobre los asuntos de género (como son el amor, la sexualidad, la amistad, la maternidad/paternidad etc.)? ¿Con qué tácticas formales buscan comunicar y difundir estas ideas?

Durante los episodios, las presentadoras y productoras cuestionan los marcos culturales compartidos en torno a las relaciones de género que delimitan y restringen el género  al binarismo de las masculinidades y las feminidades,  excluyendo toda expresión no binaria del género. A través de la voz de las expertas y los expertos, se emplea un acercamiento intelectual cuyo propósito pedagógico es desconstruir los modelos normativos de la masculinidad y la feminidad. Bien como afirma María Teresa Blandón, directora de La Corriente, “alguien tiene que hacerle contrapeso a la basura sexista, homo-lesbo-trans-fóbica, racista, a los fundamentalismos religiosos, que están presentes en los grandes medios de comunicación” (“Cuerpos sin-vergüenzas: 3 años”). Por ende, el propósito central de este programa es desnaturalizar, historizar y politizar las imágenes culturales—las figuras de la hegemonía cristiana y machista—que perpetúan creencias estereotipadas sobre la sexualidad y el género.

Podcast de la radio comunitaria feminista

 Para acceder a las polémicas más relevantes en torno a la sexualidad, el género y la violencia en el siglo XXI en Centroamérica, no hay mejor manera que sintonizar la radio feminista comunitaria. El diálogo que se fomenta en estos espacios radiofónicos suele ser rico y complejo, con un claro reconocimiento de la diversidad de experiencias y retos enfrentados por lxs feministas en el siglo XXI. Por un lado, la riqueza de estos debates reside en la inclinación de asumir la ambigüedad que conlleva cualquier intento de salir del guión de la feminidad y masculinidad tal como nos lo enseñaron. Por otro lado, el humor y la alegría acompañan la conversación intelectual, dando fe del valor del llamado “edu-tenimiento” para desafiar el sentido común cultural de los moldes estrictos de género.

El Programa feminista, La Corriente, difunde sus ideas por muchos medios diferentes: programas de televisión, de radio, talleres presenciales y publicaciones impresas y virtuales. A través de este activismo diverso, se opera con claro reconocimiento de que los modelos culturales de la cultura popular y de la familia ayudan a sustentar las relaciones asimétricas de poder que favorecen la impunidad masculina en la sociedad nicaragüense. Por eso, en su declaración de misión comentan: “Desarrollamos acciones que contribuyan a generar cambios a favor de la igualdad y la no discriminación, combinando la investigación, la formación, los medios de comunicación y la creatividad de un equipo de personas comprometidas con las luchas del feminismo” (sitio de web de La Corriente). Sus acciones también incluyen ciclos de formación con mujeres y hombres jóvenes sobre derechos sexuales y reproductivos.

Como bien afirma Blandón en su crítica a los medios de comunicación masivos antes citada, la intimidad hoy en día debe entenderse como una esfera sobre-interrogada y sobre mediatizada, donde la violencia se ha integrado como parte fundamental del atractivo estético y donde prevalecen el sexismo y la imagen de feminidades victimizadas. De hecho, desde el marco de los estudios culturales y mediáticos, se afirma que nuestra época presencia una sobresaturación de imágenes visuales y narrativas sobre la sexualidad y la intimidad, pero cuya carga afectiva las más de las veces deviene traumático (Lauren Berlant, Rossana Reguillo). El enfoque de los programas de radios feministas en las representaciones mediáticas, religiosas y literarias demuestra que una cuestión urgente para los feminismos reside en delinear nuevas estrategias formales de representar la vida íntima, las relaciones amorosas y las expresiones de género.

Este trabajo parte de la afirmación de que la radio, especialmente en su forma nueva del ‘podcast,’ constituye un medio de comunicación activista con potencial de crear comunidades transamericanas y transnacionales de sentido.[1] La radio constituye un medio propicio para diálogos colectivos que busquen transformar las relaciones íntimas y las prácticas sexuales. Mediante la vía accesible y democrática del ‘podcast,’ los programas de radio feministas historizan y politizan las representaciones de género dominantes en los otros medios de comunicación. Los podcast realizan este análisis desde una perspectiva comparativa que considera críticamente las prácticas explotadoras de los grandes periódicos y canales de televisión que venden la imagen de los cuerpos violentados y las intimidades traumatizadas, a la par con el sexo de los cuerpos imposibles (perfectamente esculpidos y autónomos). Pese a tratar temas como el trauma y la desintegración social, los programas feministas de radio, a diferencia de los medios de comunicación dominantes, no perpetúan la narrativa de la victimización e impotencia inevitables, ni realizan una re-marginalización de los sujetos representados. Más bien, los programas feministas emplean estrategias retóricas y estéticas afectivas que ofrecen un acercamiento matizado e igualitario a los temas de género más apremiantes hoy en día.

Por lo visto, los quehaceres principales del programa Cuerpos sin-vergüenzas incluyen cuestionar y re-trabajar el sentido común cultural en torno a las relaciones de género. La labor se construye sobre la base de testimonios y conversaciones bien personales que destacan el saber fundado en la vivencia individual. Al decir del lema del programa, que se repite a la apertura de cada episodio, “Aquí ponemos en juego las bocas, manos, corazones, y mentes sin vergüenza” (Programa Cuerpos sin-vergüenzas).  Un ejemplo excelente de esta estrategia se encuentra en un episodio de Cuerpos sin-vergüenzas titulado “Ser como María ¿me causa alegría?”. Este episodio se centra en un símbolo cultural particular—María de Nazareth—y las muchas implicaciones culturales del modelo de feminidad que propone. El propósito claro de este y otros episodios es desnaturalizar las imágenes culturales—como la de la Virgen María—que perpetúan creencias estereotipadas sobre la sexualidad y el género. En este artículo analizo este episodio, por su enfoque en la violencia simbólica ejercida por las representaciones culturales.

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Historizar y politizar: Un episodio de Cuerpos sin vergüenzas

Gran parte de los programas presentados por Cuerpos sin-vergüenzas lidia con el tema de la violencia, un hecho que podemos atribuir a la continuada inseguridad en que viven muchas mujeres y niñas nicaragüenses (Rodríguez “Del acto”). Recientemente, el programa dedicó un episodio a la denuncia del ambiente de impunidad fomentado por el gobierno de Daniel Ortega al desnaturalizar la Ley 779, Ley Integral contra la Violencia hacia las Mujeres con el Reglamento del 2014. Los episodios de Cuerpos sin-vergüenzas analizan los soportes legales e institucionales de la violencia, sus representaciones  y la violencia perpetuada por las representaciones (mediáticas, literarias, históricas, sociales). La mayor acción política de estos programas, por consiguiente, consiste en dar cuenta cabal del impacto de la violencia en las vidas de las mujeres centroamericanas, aunque sea física o simbólica.

El episodio que analizo se llama “Ser como María ¿me causa alegría?” y salió el 3 de diciembre de 2015. En este episodio, las presentadoras Cynthia Zeledón y Cristina Arévalo entrevistan a María López Vigil sobre la figura histórica de María de Nazareth “y su influencia sobre las nicaragüenses” (sitio de web, “Cuerpos sin-vergüenzas”). López Vigil—periodista, teóloga, cuentista y defensora de derechos humanos—funge como experta sobre la historia de la persona histórica María de Nazareth. Este episodio sigue el formato típico del programa, ya que abarca una hora de conversación e incluye las voces de intelectuales, activistas, educadoras médicas, comunicadoras y otr@s. El formato general consiste en un diálogo entre unas expertas (blogueras, historiadoras, abogadas, etc.) con preguntas intercaladas de las presentadoras, con interludios musicales incluidos y sondeos en la calle.

El punto de partida, ese mes de diciembre, fue analizar las implicaciones de la veneración de la Virgen María, ejemplificada en el refrán religioso popular gritado durante el mes de diciembre: “¿Qué causa tanta alegría?: ¡La concepción de María!”. La crítica principal a la adoración de María presentada por López Vigil gira en torno a dos ideas dañinas propagadas por la iglesia católica sobre ese personaje histórico: a) que ella fue virgen y, b) que fue concebida sin pecado original. Primero, López Vigil sostiene que María de Nazareth no fue virgen. Segundo, insiste en que no es cierto que María fuera concebida sin pecado. Según explica la experta, estas nociones falsas sobre la persona histórica, resultado del dogma religioso, perpetuán modelos inalcanzables e irreales sobre el cuerpo y la sexualidad para las feminidades. De estas imágenes de María de Nazareth, a su vez, surgen la idealización de la maternidad en la sociedad nicaragüense y las expectativas de sacrificio total que conlleva. Como explican las presentadoras, el propósito del episodio es cuestionar el “modelo de feminidad que se construye a partir de la figura de María de Nazareth” (“Ser como María…”).

En cuanto al formato narrativo del episodio, consiste en una entrevista extendida con la experta López Vigil. Prevalece el monólogo de ésta, con preguntas intercaladas de las presentadoras Zeledón y Arévalo. Como antes señalé, la voz de la experta predomina en este episodio. Sin embargo, durante la segunda mitad del episodio se incluye un sondeo que se efectuó en las calles de Managua. De esta manera, en el programa se entabla un diálogo entre la experta y la opinión pública.  La pregunta que se hizo a las transeúntes fue “¿Crees que la Virgen María es un modelo a seguir para las mujeres en Nicaragua? ¿Por qué?” Hubo poca variación en las respuestas de las participantes, menos una protestante que reclamó que se debía adorar a Jesús y no a su madre. La mayoría de las respuestas, no obstante, se asemejaban a la que sigue aquí: “Es la madre de dios y es la perfección, una mujer pura, limpia, sin manchas, sin pecado original.” Después del breve sondeo, López Vigil analiza las respuestas y cómo estas hacen eco del dogma religioso. Según explica, estas creencias hacen “…un daño a la sexualidad de las mujeres y la sexualidad humana.” Al enfatizar la pureza, se afirman los estereotipos sobre la sexualidad que la tachan de inmoral y sucia y se logra distanciar a las mujeres de las necesidades de sus propios cuerpos.

Dado que el propósito del programa es desnaturalizar, historizar y politizar diferentes concepciones sobre el género, las conclusiones de López Vigil delinean cómo estas representaciones de María de Nazareth le quitan peso a la figura histórica. La verdadera María, que crió a Jesús, vivió el miedo de tener un hijo rebelde, superando ese miedo para llegar a entender la lucha de su hijo por la justicia. Esa María era campesina, analfabeta, descalza, y “negrita,” no “blanquita, chela, vestida de azul.” Este tipo de representación, que podemos suponer tiene raíces en el racismo estructural y representacional de la colonialidad, “la hace [a María] liviana, extraña, distante, ajena”, según López Vigil. Es decir, se ha vuelto un arma de la dominancia patriarcal, debido a la manera en que les quita valor a las experiencias vivenciales de las mujeres nicaragüenses, que muy posiblemente se asemejan a las de María de Nazareth.

El mensaje principal del episodio, presentado por la experta López Vigil, plantea la pregunta en torno a qué tipo de imagen de la mujer debe “causarnos tanta alegría.” Como se señala a lo largo del programa, no es la imagen dominante de la Virgen—callada, sumisa, pura, sacrificada—que debe inspirarnos, sino la de las mujeres que luchan cada día para que haya más justicia e igualdad. La labor ideológica llevada a cabo por este episodio reside justamente en devolverle a la figura histórica de María la profundidad, la seriedad y el respeto que merece. Históricamente, las representaciones dominantes le han quitado los elementos de su personalidad aguerrida, incluso le restan crédito por haber criado a Jesús, profeta y proponente de nuevos modos de relacionarnos como seres humanos. Por eso, López Vigil sugiere que el lenguaje mismo pueda efectuar un cambio enorme cuando nos referimos a ella como ‘María de Nazareth’, en vez de ‘La Virgen María’. Así se quita poder a las imágenes que se centran solamente en su virginidad y su pureza.

Este episodio sobre la representación de María ejemplifica cómo Cuerpos sin-vergüenzas trabaja desde una perspectiva constructivista que reconoce la primacía de las representaciones—mediáticas, religiosas, cinematográficas, etc.—en la creación de moldes rígidos para encasillar las diversas expresiones de género. Las presentadoras llevan a cabo una intervención cultural bien potente cuando dan lugar a las voces individuales de protesta, cuyo mensaje, la mayoría de las veces, revela inconformidad con la construcción cultural de la maternidad, el amor romántico, el cuerpo, y la sexualidad. A través de la programación variada del programa Cuerpos sin-vergüenzas un hilo común de denuncia sobresale: el hecho de que existe una hegemonía arraigada en el ámbito cultural que rige las relaciones de género en Nicaragua. Esta hegemonía cultural tiene una base histórica firme en el cristianismo y el autoritarismo y se ve exacerbada por la organización social neoliberal. Esta hegemonía produce imágenes y refranes culturales sexistas que restringen la diversidad de expresiones humanas de la sexualidad y el afecto.

En conclusión, los programas de radio feministas pueden calificarse como un ejemplo de los “nuevos medios,” cuyo atractivo reside en su habilidad de romper con la fragmentación de las luchas individuales de lxs radioescuchas. Al sintonizar las historias personales de lxs feministas nicaragüenses, la experiencia individual de sentirse inconforme con las representaciones y las expectativas culturales se convierte en conocimiento colectivo. El programa Cuerpos sin-vergüenzas construye y difunde saberes contra-hegemónicos que ayudan a fomentar nuevas maneras de relacionarse y amarse. Al re-articular las figuras de la hegemonía cristiana y autoritaria, particularmente la de María—a la par con otros conceptos como la ‘unidad familiar’ y el amor romántico—lxs locutorxs e invitadxs posibilitan una lucha continuada para la igualdad de expresión del género y la sexualidad.


 Bibliografía

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Chejter, Silvia. “El error de llamarlo crimen pasional” El Clarín. 28 febrero 2010. http://edant.clarin.com/diario/2010/02/28/policiales/g-02149441.htm 29 julio 2014. Web.

“Cuerpos sin-verguenzas: 3 años de comunicación feminista.” Sitio de web, Programa Feminista la Corriente. http://lacorrientenicaragua.org/cuerpos-sin-verguenzas-3-anos-de-comunicacion-feminista/. 5 mayo 2016.

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“Ser como María: ¿Me causa alegría?” Cuerpos sin-verguenzas. Radio Universidad, Managua. 3 diciembre 2015. Radio.

Sommer, Doris. Cultural Agency in the Americas. Durham: Duke U P, 2006.

[1] Si pensemos en la difusión de un ‘podcast’ como “Radio Ambulante,” por ejemplo, vemos como las historias apelan a públicos amplios, tanto en México, como en Argentina y Estados Unidos.

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