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100 personajes del cine en Nicaragua: Florence Jaugey – Al otro lado de la cámara

24 julio, 2016

Karly Gaitán Morales

– La presente es una sección fija de Carátula.net en la que se publica semblanzas, entrevistas y (o) perfiles sobre personajes del cine en Nicaragua. Se puede encontrar publicaciones no solo sobre personajes nacionales sino también extranjeros que de una u otra manera han contribuido al desarrollo de la cinematografía en este país. El orden es aleatorio, los protagonistas de la sección pertenecer a todos los tiempos del cine desde la existencia de este arte hasta la actualidad, por lo tanto la secuencia de los artículos no obedece a un orden cronológico.


Florence Jaugey en 2014. (Foto de D. López. Archivo de Camila Films).

Florence Jaugey, nacida el 22 de junio de 1959 en Niza, Francia, inició en el arte dramático a los diecinueve años al debutar con una obra de teatro en 1979 en París, mientras realizada estudios de actuación en la Escuela Nacional Superior de Artes y Técnicas de Teatro. Ha vivido la mitad de su vida en su país de origen y la segunda mitad en Nicaragua, donde se radicó en 1989. Su vida en Francia acapara la mayoría de su carrera profesional como actriz dramática y en Nicaragua es donde ha desarrollado ampliamente su trabajo de cine en actuación, producción, dirección y como guionista. Es en la actualidad una de las cineastas más reconocidas del país y de la región centroamericana como realizadora de los dos únicos largometrajes de ficción que se han producido en Nicaragua con etiqueta nacional en los últimos veintisiete años, siendo El espectro de la guerra el antecesor, que se realizó por un nicaragüense en 1989, dirigido por Ramiro Lacayo Deshón.

Entre la lista de premios y reconocimientos que ha ganado en esta parte de su vida con el cine de destacan el Oso de Plata en la Berlinale de Alemania en 1998 con su cortometraje de ficción Cinema Alcázar, en 2001 el Premio de la Sociedad Internacional de Documentales “Cinema du Réel” en el Centro Nacional de Arte y de Cultura “Georges Pompidou”, por su documental La isla de los niños perdidos. Su largometraje de ficción La Yuma recibió el premio para mejor ópera prima en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara y los premios del jurado en los festivales de Málaga y Gramado, además quedó clasificado en una de las listas previas a la lista final de las películas nominadas al premio Óscar a la mejor película extranjera. Este filme ha recibido distintas premiaciones en dieciocho festivales internacionales de cine. En 2011 Florence recibió en una ceremonia oficial de manos del presidente de Nicaragua la medalla más prestigiosa que el Estado de Nicaragua entrega a los artistas, la Orden de la Independencia Cultural “Rubén Darío”.

Actuando en la obra de su debut Los amores de Don Perlimplín con Belisa en su jardín de Federico García Lorca. Teatro de Marais, París, 1979. (Archivo de Camila Films).

Actuando en la obra de su debut Los amores de Don Perlimplín con Belisa en su jardín de Federico García Lorca. Teatro de Marais, París, 1979. (Archivo de Camila Films).

De 1979 a 1989 a la par de su trabajo intenso con el arte dramático representó diversos personajes para la televisión en series como La guerre des femmes, Médecins de nuit, Les 400 coups de Virginie. En el teatro actuó en trece obras basadas en libretos originales de dramaturgos clásicos como Molière, Federico García Lorca, Musset, Calderón de la Barca, James Joyce, Víctor Hugo y Albert Camus, entre otros. Estas obras se presentaron en París en los teatros Fontaine, du Marais, Edouard VII, Chaillot, Marigny, Celestins y el Palais Royal. En 1982 actuó en la obra de teatro Debureau, de Sacha Guitry, la que permaneció más de un año en cartelera y fue filmada para la televisión. En 1983 quedó clasificada después de un casting en París en un papel protagónico en El señor presidente, dirigida por el cineasta cubano Manuel Octavio Gómez y filmada en Nicaragua y Cuba ese año.

El señor presidente es una coproducción internacional que se realizó entre Nicaragua, Cuba y Francia. La novela homónima de Miguel Ángel Asturias fue adaptada al cine por Andrés Camp y el propio Manuel Octavio Gómez. Esa fue la segunda gran producción fílmica de ficción que se realizaba en Nicaragua en los años ochenta y que atrajo a periodistas, reporteros y críticos literarios y de cine de todo el mundo. Fue rodada durante tres meses en Granada y costó dos millones de dólares. Entre las actuaciones estelares se encuentran las de Michael Auclair, Bruno Garcín, Florence Jaugey, Reynaldo Miravalles, Idalia Anreu, René de la Cruz y Hugo Hernández Oviedo. Desde noviembre de 1982 el Instituto Nicaragüense de Cine se encontraba buscando actores y actrices nacionales con anuncios de castings en los diarios y en la televisión. Un mes antes Florence Jaugey quedó seleccionada a través de un casting que realizaron los productores franceses en París con las compañías alternativas de teatro. Florence tenía un agente y fue él quien le consiguió una entrevista exclusiva con el director. Al casting asistieron muchas francesas de ojos azules y rubias, pero al parecer sus ojos cafés y su amplio conocimiento de la literatura, de la historia, la dramaturgia y de la intelectualidad latinoamericana le dieron puntos positivos en el momento de la selección de la actriz. Después de conocer el país e interactuar con los artistas nacionales volvió a Nicaragua en 1984 para la presentación y el estreno de la película.

El equipo de maquillaje y vestuario de El señor presidente la prepara para una escena. Granada, Nicaragua, febrero de 1983. (Archivo de Rossana Lacayo).

En 1988 retornó nuevamente a Nicaragua para la producción del documental del director español Félix Zurita, La sombra de Sandino. Primero su trabajo consistió en apoyar la producción, para servir de contacto, ya que conocía el país y a las personas que trabajaban en el arte y la cultura. Después fue elegida como personaje principal, el filme cuenta la historia de una francesa que descubre Nicaragua y conduce el documental como hilo narrativo. A partir de ese trabajo decide quedarse en el país, “pero no por razones que tienen que ver directamente con el trabajo”, como ha dicho en una entrevista. El director de fotografía Frank Pineda trabajó como camarógrafo en esa película y fue allí que se encontraron, se conocieron y enamoraron, todo bajo la complicidad y La sombra de Sandino. Poco después coincidieron en Cuba porque Frank Pineda había viajado a La Habana presentando y promoviendo su cortometraje de ficción El hombre de una sola nota durante el Festival Internacional de Cine de 1988 y fue desde allí que se regresaron a vivir en Nicaragua. En 1989 fundaron la compañía productora independiente Camila Films, en honor a Camila, el nombre del personaje que ella había representado en El señor presidente. Años después, siguiendo este homenaje al episodio profesional que le hizo conocer Nicaragua pusieron el mismo nombre a su hija Camila.

El estilo de trabajo de Camila Films obedece a la escuela documental y de comunicación que sus directores han tenido a lo largo de una vida artística, para Florence su escuela se fundamenta en el impacto del cine de su infancia y adolescencia: “Era una fuerza en este tratamiento que doy a mi cine, en esta forma de enfocar la realidad por sí misma, y me gusta hacerlo así. Y se quedaron ahí esas inquietudes muchos años. Después hice muchas cosas, pero finalmente al llegar a Nicaragua decidí pasar del otro lado de la cámara pues ahí estaba una película que había visto y obviamente que se adaptaba a la realidad de aquí, era Los olvidados de Buñuel”. Y se explica así la temática y el estilo de la filmografía que hasta hoy ha acumulado Florence estando de ese lado de la cámara. También ha impartido cursos, en 1993 vivió una temporada en la ciudad de México y dictó clases en el Centro de Capacitación Cinematográfica. Desde 1990 hasta la actualidad ha sido directora, productora y guionista de un cortometraje de ficción, una veintena de documentales y dos largometrajes de ficción: La Yuma y La pantalla desnuda. Sin embargo pese al éxito de sus obras de ficción, es necesario resaltar la trayectoria que Camila Films ha tenido durante su historia con la producción documental sobre diferentes problemas sociales y circunstancias nacionales, lo que ha sido su trabajo fílmico primordial.

A partir del 18 de marzo de 2016 el Festival de Cine Documental Cinéma du Réel (Cine de lo real) realizó en París un homenaje a Florence Jaugey y Frank Pineda en el Centro Nacional de Arte y de Cultura “Georges Pompidou” con la retrospectiva documental “Florence Jaugey, Frank Pineda, la obra”. Ese festival es la plataforma más importante en Francia para dar a conocer el cine de la realidad que refleja la cultura, sociedad y problemas sociales de todas partes del mundo. En este homenaje Florence y Frank presentaron once películas y dieron un Master Class durante la cual mostraron a Nicaragua y su cine a través de la pantalla y de su obra. Como parte de este homenaje se hizo la presentación “Nicaragua Revolucionaria” el viernes 18 de marzo y el lunes 21 en la Petite Salle y en la Salle Luminor respectivamente. Los filmes presentados fueron obras que se produjeron en Nicaragua en los años ochenta con motivo de la revolución popular sandinista: Noticiero 1: Nacionalización de las minas, dirigido por Frank Pineda, Victoria de un pueblo en Armas, de Jorge Denti, el Noticiero 5: Inicio Cruzada Nacional de Alfabetización, de María José Álvarez, el Noticiero 9: Clausura Cruzada Nacional de Alfabetización, de María José Álvarez y Alberto Legall, Bananeras, de Ramiro Lacayo Deshón y el Noticiero 36: Historia de un cine comprometido, de Emilio Rodríguez. La retrospectiva de los directores de Camila Films además del Centro Pompidou se presentó en el Centro Valonia-Bruselas y en varias salas de la región de Íle de France.

Recibiendo el Oso de Plata por su filme Cinema Alcázar en la Berlinale de Alemania en 1998. (Foto oficial de la Berlinale. Archivo de Camila Films).

Recibiendo el Oso de Plata por su filme Cinema Alcázar en la Berlinale de Alemania en 1998.
(Foto oficial de la Berlinale. Archivo de Camila Films).

El arte dramático fue un atractivo de Florence Jaugey desde los diez años cuando, como asegura en una entrevista, “fue impactada por el mundo del espectáculo”, porque sus padres la llevaban a ver películas cuando era pequeña y estudiante de arte dramático, haciendo jornadas maratónicas en las retrospectivas de cine de las salas parisinas. Primero actuó en teatro en su liceo, siendo una adolescente, en cursos básicos de drama y al terminar el bachillerato decidió participar en el concurso para ingresar a la escuela de teatro más prestigiosa de Francia. La competición para ser admitida tenía dos partes eliminatorias y en el primer intento de aplicación quedó inscrita, fue entonces cuando pudo confirmar que el teatro “era lo suyo”. Para aprobar y poder ser aceptados en la escuela se presentaban trecientos aspirantes cada año, de los que solamente treinta ingresaban y en ese selecto grupo es en el que quedó clasificada. Es a partir del segundo año de la carrera que empezó a trabajar en obras dentro de la escuela y después en escenarios profesionales. Participó en el concurso para la obra de Federico García Lorca Los amores de Don Perlimplín con Belisa en su jardín en el que quedó elegida para hacer el personaje principal de Belisa y es con esta obra que debutó en los escenarios de París y se graduó de su carrera a los veintiuno en 1980.

En ese momento se marca para ella un trabajo intenso en la actuación en teatro, todas las noches ejerciendo una intensa velada de actuación: “Hay una obra en la que actué durante un año y un poco más porque tenía mucho éxito. Era una obra prima cada noche, sala llena todo el tiempo entonces me gustó mucho el teatro, más que el cine, esto como actriz. El cine te da más glamour y todo lo que querás, fama y más difusión porque es mucho más fácil, pero esa sensación del teatro, que es artesanal, de tener que hacer el mismo gesto todas las noches y hacerlo igual de bien, igual de natural y de emocionado. Además este trabajo de laboratorio que son los ensayos me fascina. Sin embargo prefiero estar del otro lado de la cámara en el cine, al mando”. Para llegar al cine había tenido aficiones en baile porque le había gustado siempre el arte de la representación, como explica: “No quise realizar cine inmediatamente cuando inicié. Siempre me había llamado la atención, pero me había gustado más la representación, el baile. Primero quise ser bailarina, pero no tenía el talento arraigado. Sí, bailé mucho, pero no tenía el nivel que se requiere como para tener una profesión de eso. Pero era el mundo de la representación, del escenario, el que me fascinaba. Me interesaba mucho menos el cine como actriz, me gustaba más el teatro. Pero como espectadora me gustaba el cine también, mi sentimiento por ambos es el mismo”.

A pesar de haber pasado Florence al otro lado de la cámara, es decir de ser solamente actriz a productora, directora y guionista, ha actuado en papeles protagónicos en dos cortometrajes de Frank Pineda, Betún y sangre, que es una adaptación de un cuento de Rubén Darío y Muerto de miedo, correalizado con el director. También, ambos directores de Camila Films colaboraron con el director Ken Loach durante la producción y rodaje en Nicaragua de su película La canción de Carla en 1996. Ken Loach en su filmografía ha demostrado ser un cineasta comprometido con la realidad y la justicia social; temáticas y enfoques que no han sido ajenos a la carrera de Florence con su amplia producción documental filmada en Nicaragua. Betún y sangre fue presentado en 1990, filmado en 16 milímetros y con duración de 26 minutos; Muerto de miedo fue producido en 1992, dura quince minutos y fue realizado también en 16 milímetros. Ambos filmes han sido llevados a festivales internacionales y han ganado premios en el exterior.

Con el camarógrafo y director de fotografía Frank Pineda en la filmación de La Yuma. (Foto de Julio Molina. Archivo de Camila Films).

Con el camarógrafo y director de fotografía Frank Pineda en la filmación de La Yuma.
(Foto de Julio Molina. Archivo de Camila Films).

La Yuma y La pantalla desnuda han marcado un hito en la cultura del cine en Nicaragua. Después de un espacio en blanco en cuanto a producción de cine de ficción en largometrajes y tras quince años de búsqueda de financiamiento y desarrollo de los guiones pudieron realizarse. La Yuma cuenta con la actuación de Alma Blanco como Yuma, una joven de veinte años, boxeadora que vive en un barrio pobre de Managua y sin muchas aspiraciones, pero con talento para el deporte que ejerce. El argumento narrativo muestra un panorama de la realidad que se vive al enfrentar conflictos sociales, familiares y de las iras y luchas entre los estratos sociales. La película fue rodada en Nicaragua en interiores, pero la mayoría de su metraje en espacios abiertos, lo que le da muchos movimiento escénico con filmaciones en autobuses, calles, barrios y edificios a plena luz del día o de la noche cuando todo lo que compone la escenografía sigue su vida normal y real; es decir que de cierta manera se puede ver en el filme un neorrealismo. Entre las otras actuaciones estelares se encuentran la de Rigoberto Mayorga como Culebra, Gabriel Benavidez como Ernesto, Eliézer Traña como Yader, María Esther López como Scarlett, Salvador Espinoza como Alfonso, Guillermo Martínez como Polvorita (quien representa a su propio personaje), Noemí Largaespada como Marjurie y Sobeyda Téllez como la mamá de Yuma.

El filme se puso en cartelera el 6 de mayo de 2010 y estuvo en taquilla por cinco semanas logrando llenos totales. Las críticas, los comentarios positivos en todo tipo de medios de comunicación no hicieron falta y el público se presentaba a hacer colas en las salas de cine para presenciar el espectáculo del que en todo el país se estaba hablando. Pocos meses después la película se presentó en salas comerciales de cine de Francia, Alemania, Austria y Suiza, donde ha sido bien recibida por la crítica. Luego se presentó en universidades, colegios y otros foros menores, atrayendo al público rápidamente. Además de ser la primera película nicaragüense después de veintiún años de haberse presentado la anterior -cuya memoria el público espectador ha olvidado pese al éxito de taquilla que también tuvo en su momento El espectro de la guerra- el filme cuenta con actuaciones magistrales pese a no ser sus protagonistas actores y actrices profesionales, como el caso de Yuma que ha sido interpretado con gran naturalidad y humor, dando credibilidad y brillo al contenido narrativo de la obra y acaparando el cariño y empatía del público con el personaje. El filme fue rodado en digital y después transferido a formato de cine. Sus productores además de Camila Films son Ivania Films, de México, Wanda Vision, de España y Araprod, de Francia.

Cuatro años después, el 6 de noviembre de 2014 se estrenó en Managua La pantalla desnuda, el segundo largometraje filmado inmediatamente después de haber salido La Yuma al público, terminándose de filmar en mayo de 2013. Así como el filme anterior, esta película gozó de estar en cartelera por varias semanas con salas llenas en todas sus tandas y una amplia cobertura mediática. Actuada en sus papeles esterales por Óscar Sinela, Paola Baldión y Roberto Guillén logró el público internacional rápidamente por ser dos de sus protagonistas actores reconocidos. El proyecto formó parte del I Taller de Proyectos de Centroamérica y el Caribe convocado por el programa Ibermedia. Después el costo total de su producción fue financiado por el sistema de crowdfunding y el patrocinio de un fondo de Suiza en apoyo a la producción cinematográfica para los países del Sureste, el canal 13 “Viva Nicaragua”, el Instituto Nicaragüense de Turismo, Telefónica Movistar y Moviecity.

Con Frank Pineda en la filmación de La pantalla desnuda. (Foto de Isabel Medel. Archivo de Camila Films).

Con Frank Pineda en la filmación de La pantalla desnuda. (Foto de Isabel Medel. Archivo de Camila Films).

La pantalla desnuda se aleja del humor y estilo de La Yuma y con ella Florence Jaugey presenta otro tipo de cinematografía con un trabajo de cámara, producción y actuación más evolucionado que La Yuma, pero que por ser la anterior la favorita en Nicaragua el público hizo comparaciones que La pantalla desnuda no ameritaba pues que es un filme más cinematográfico, con el que la directora logra superarse a sí misma. Sin embargo, el éxito de los dos filmes pudo percibirse igual, marcando un punto de referencia en la historia del cine en Nicaragua. La pantalla desnuda cuenta la historia de dos amantes apasionados que caen en la trampa del mundo de los celos y de la tecnología, estos tiempos cuando la privacidad y la preservación de la integridad moral de una persona se mide en segundos y en parámetros éticos que cuando no se cumplen pueden llevar a la ruina a terceros, tal como les ocurre a los protagonistas. La película ha sido difundida en televisión por los canales FOX en América latina y HBO en Estados Unidos.

Con estos largometrajes de ficción el cine nacional logró tener una consumada reconciliación con el público nicaragüense, el que se había presentado reacio por décadas debido a la poca producción nacional del arte cinematográfico ya que lo que más se ha visto de la pantalla nacional ha sido documentales sobre problemas sociales (que no son para un público abierto que prefiere el entretenimiento y es a la vez el principal abastecedor de la taquilla en el país). Con todo ello, Florence Jaugey en la cúspide de sus éxitos ha podido comprobar que, tal como lo ha declarado en una entrevista, ha valido la pena cruzar al otro lado de la cámara como directora de cine después de haber estado ya muchos años frente a la cámara como actriz.

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Managua, 1980.
Comunicadora social con énfasis en prensa escrita y cuenta con postgrados en periodismo online y en marketing. Como periodista ha sido editora de revistas digitales e impresas como La investigación y Espacio Vital Magazine, jefa de sección literaria y de cultura de periódicos universitarios, articulista de suplementos culturales nicaragüenses como La Prensa Literaria, Nuevo Amanecer Cultural y la sección Voces del diario La Prensa.
Como escritora ha publicado poesía y narrativa breve. Ha recibido premios y reconocimientos interuniversitarios por su trabajo literario y un premio de fotografía. También se ha dedicado a la investigación histórica, la crítica y producción cinematográfica y a la gestión y desarrollo de proyectos y consultorías con organismos como Plan Internacional, CINEX, la UNESCO y el Instituto Nicaragüense de Cultura.

Es miembro de la Asociación Nicaragüense de Escritoras (ANIDE), del Centro Nicaragüense de Escritores (CNE) y de la Junta Directiva de la Fundación para la Cinematografía y la Imagen (FUCINE).

En el año 2012 publicó su libro Cita con Sergio Ramírez. Entrevistas, Artículos, Crónicas (Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, México) presentado durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en noviembre de 2012 con su presencia y la de Ramírez, y posteriormente presentado en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería en Ciudad de México en marzo de 2013, y en la Feria Internacional del Libro de Miami de 2013. Además, la obra se encamina a una reedición con Uruk Editores en Costa Rica y traducciones al francés y alemán. Actualmente la autora prepara otros libros de periodismo, historia y narrativa para su pronta publicación.