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El Yagami Light contra las Maras: Cultura de la violencia centroamericana desde el anime japonés

30 julio, 2016

Ludwing Moncada Bellorín

– En este artículo trazo una analogía entre el anime japonés Death Note y las consignas del Escuadrón Mata Mareros. Encuentro dicha articulación entre escuadrones de muerte y anime japonés gracias a la imbricación que realizan Mark White y Robert Arp entre la filosofía occidental y el famoso comic Batman.


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“Este mundo se está pudriendo,
y esos que están haciendo que se pudra,
merecen morir”
Yagami Light aka Kira

“Haz patria, mata mareros”
Escuadrón mata mareros[1]

En el libro Batman and Philosophy: The Dark Knight Of The Soul, White y Arp utilizan los conceptos y teorías de la filosofía occidental para analizar el uso legítimo de la violencia como cimiento de la justicia y la moralidad en el universo de Batman. Dichos autores leen el comic a través de los análisis de Jeremy Bentham, Max Weber y Thomas Hobbes, entre otros. A usanza de esta metodología que imbrica política y cultura popular, en este artículo sugiero que la violencia, como fenómeno universal, es decidora a su vez de las especificidades del contexto centroamericano. Es decir, la filosofía occidental aplicada a la cultura popular como el anime Death Note nos facilita herramientas conceptuales y teóricas para reflexionar sobre el uso y legitimización de la violencia de los grupos paramilitares en Centroamérica, como el Escuadrón Mata Mareros.

El libro editado por White y Arp, me facilita los marcos teóricos de la filosofía para comprender tanto el universo simbólico del anime como las prácticas del Escuadrón Mata Mareros en Honduras.  Del mismo modo en que estos autores analizan el universo simbólico de Batman, en este artículo defino mi ruta metodológica en dos momentos claves: a) Por  un lado utilizo el anime Death Note para reflexionar sobre el discurso de la inmoralidad relacionada al acto de matar. Por otro lado este anime me da las pistas para cuestionar el uso de dicho discurso en las redes sociales; b) La representación de la violencia en Death Note me ayuda a analizar el discurso enunciado en las consignas del Escuadrón Mata Mareros mediante los usos culturales de la violencia en Centroamérica.

Death Note: La cultura del anime y el acto de matar

Death Note

Death Note es un anime japonés cuya historia se centra en la capacidad de matar que adquiere el adolescente y personaje principal Yagami Light, al encontrarse con un cuaderno negro que lleva por nombre Death Note. “Los nombres de las personas que sean escritos en esta libreta morirán,” estipula la primera regla del cuaderno. Yagami, un poco escéptico sobre el contenido del cuaderno, prueba los poderes al matar a un secuestrador que tenía raptadas a unas personas en una escuela. Una vez comprobado su poder, Yagami se propone usar dicho poder para llevar a cabo una purga social y crear un mundo ideal lleno de personas buenas y trabajadoras, en el cual él sería el nuevo dios.

En este acápite del artículo leo una serie de frases pronunciadas por Yagami para justificar el acto de matar. Mi lectura del anime filtra los usos y representaciones de Yagami a través de los conceptos filosóficos del utilitarismo y el monopolio de la violencia ejercido por el Estado. De esta manera, considero que el discurso del anime Death Note utiliza elementos simbólicos utilitaristas para justificar el uso de la violencia por parte del personaje principal. Además, el uso de las redes sociales en el anime me permite reflexionar sobre la legitimación del acto de matar en dichas redes, mediante la exteriorización del deseo por llevar acabo purgas sociales en el espacio cibernético.

En el final del primer episodio, Yagami se cuestiona a sí mismo. Su cuestionamiento sucede después de haber matado a unos acosadores. En la escena, Yagami camina por un callejón, nauseabundo y anonadado, se pregunta  si tiene el derecho para juzgar y castigar a otras personas por sus malas acciones. A raíz de esta pregunta, el personaje enuncia que el mundo está “podrido” y que el poder de matar con el libro lo ha elegido para realizar dicha tarea. Partiendo de su concepción del mundo, Yagami acepta la “responsabilidad” de la tarea. De este modo el personaje enuncia la siguiente oración a modo de catarsis: “alguien tiene que hacerlo, ¿por qué no yo? Aun si esto significa sacrificar mi propia mente y alma, vale la pena. Porque el mundo… no puede seguir así” (Death Note, Renacimiento, 2006).

Este es el discurso que habilita a Yagami a continuar con su empresa de muerte. El deseo por hacer el bien a través de la violencia puede ser analizado mediante los conceptos del utilitarismo de Bentham. La lectura de Bentham realizada por Mark White y los estudios sobre violencia de Galtung me permiten explicar esta primera oración. White en sintonía con Bentham define el utilitarismo como “un sistema de éticas que requiere maximizar nuestra felicidad o bienestar social resultante de nuestras acciones” (White y Arp,2008, p. 7) [1]. En su análisis de Batman, White explica que el utilitarismo justifica matar asesinos, violadores o políticos corruptos, siempre y cuando estas personas transgredan con sus acciones el bienestar social. En esta línea, el deseo de maximizar el bienestar de la sociedad le permite a Yagami justificar su lista de muerte escrita en Death Note.  Su consigna es: matar malos para cuidar de los buenos. Para cumplir su misión, Yagami expresa que está dispuesto a sacrificar su mente y alma, porque el mundo no puede seguir así (podrido). El hecho de sacrificar su alma, en aras de beneficiar a una mayoría, convierte el acto de matar en un acto heroico y con esto banaliza la violencia.

No obstante, sea Yagami heroico o no, sus acciones no dejan de ser un acto violento. Según Galtung, en su artículo “Violencia de Guerra y su impacto”, este uso justificado de la violencia imbrica un doble discurso. Por una parte, el ejecutor alude al bienestar social para llevar a cabo sus actos. Por otra parte, sus usos y manifestaciones de la violencia obedecen a los mismos órdenes y jerarquías sociales que pretende proteger. En sus palabras:

“La violencia estalla; ya sea en forma colectiva… en el interior de la familia o en las calles. […] La violencia directa, física y/o verbal, se hace visible a través del comportamiento. Pero la acción humana no surge de la nada: tiene sus raíces. Dos de ellas son indicativas: la cultura de la violencia (heroica, patriótica…) y la estructura violenta en sí misma” (Johan Galtung, 2004, s.n).

En definitiva, el acto de matar en Death Note es banalizado y con ello la violencia intrínseca, pues desde una visión utilitarista, el bienestar de la mayoría prima en detrimento de las acciones que se lleven a cabo para alcanzar dicha utilidad. Otro aspecto interesante no es solo como Yagami articula su discurso, sino cómo la sociedad lo apoya en el espacio cibernético. Como mencionamos arriba, el segundo punto de análisis en este artículo se concentra en la legitimación del acto de matar por parte de las personas en las redes sociales. Para ello utilizo como ejemplo ilustrativo un diálogo entre Yagami y  Ryuk, uno de los dioses de la muerte en el anime. En  una escena clave, los personajes discuten el hiato entre el discurso condenatorio de los actos de Yagami enunciados en la esfera pública y el discurso aprobador de sus mismas acciones en el ciberespacio. En el segundo episodio de la serie, los medios de comunicación reportan sorprendidos la muerte repentina de varios criminales a causa de ataques al corazón sin explicación. En oposición a la versión de los medios de comunicación Yagami encuentra apoyo en las voces que discuten las mismas muertes en conversaciones anónimas que hablan aprobatoriamente de Kira.  En dichas redes, los usuarios tildan de “buenas” las acciones de Kira.

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Esta contradicción entre los comentarios condenatorios de Kira y sus acciones en los medios de comunicación, y los comentarios laudatorios en el ciberespacio es el tema de discusión entre Yagami y Ryuk. El diálogo entre los personajes concluye con una afirmación lapidaria de Yagami. Este último explica:

Así es como somos los humanos, Ryuk. Por ejemplo, en la clase del instituto, no habría ninguna discusión acerca de si está bien o no matar criminales. Si alguien la iniciara, todos insistirían: ‘No, no podemos hacer eso’ y adquirirían el papel de niños buenos. Por supuesto, esa respuesta es políticamente correcta. En público, la gente necesita mantener esa fachada. Pero la verdad está aquí [señala a la página web de Kira en la pantalla del ordenador]. Quizás la gente tenga miedo de aceptarme públicamente. Pero en Internet, donde los que escriben son anónimos, Kira está en boca de todos. Nadie lo dirá, pero todo el mundo sabe ya que alguien está matando a los malos. Y los que son inocentes, estarán gritando: ‘Ánimo, Kira!’ en sus corazones, mientras que los criminales estarán petrificados, ante la posibilidad de que la mano de Dios les alcance (Death Note, Duelo, 2006)

Este párrafo ilustra la comprensión de lo público y lo privado en el acto de matar. Esta misma disyuntiva que Yagami resuelve aludiendo a la naturaleza humana puede ser analizada desde una perspectiva distinta, si tomamos en cuenta el contexto en que se desarrolla la serie. No olvidemos que los actos de Yagami problematizan el uso de la violencia en la modernidad. Sobre todo porque el Estado, quien controla el ejército y la policía, se supone que debería sostener un monopolio de la coerción y la justicia. Tony Spanakos analiza una problemática similar de Yagami en Batman and Philosophy. A usanza de los conceptos de Weber y Hobbes, Spanakos explica que el Estado  es “la institución que sostiene un monopolio sobre el uso legítimo de coerción sobre un territorio determinado. A través de la policía y el ejército, el Estado —y solamente el Estado—puede imponer la autoridad” (White y Arp, 2008, P. 57) [2]. Vemos pues que Yagami —a semejanza de Batman—interfiere con el monopolio de la violencia ejercida por el Estado. Ante los ojos de las instituciones que manejan los discursos de la esfera pública, Yagami es un criminal que contesta la autoridad estatal. Del mismo modo, Spanakos analiza el universo de Batman a partir de la necesidad de un orden estatal capaz de mantener un monopolio de la fuerza.En este sentido el autor se apoya en el pensamiento de Hobbes y afirma:

Hobbes imaginó un mundo que existía antes que el Estado. En él, los humanos tenían libertad ilimitada, pero, ellos son dirigidos por pasiones, y la libertad se convierte pronto en desenfreno, y el Estado natural se convierte en una guerra de todos contra todos. Entonces no hay orden ni posibilidad de justicia. Es tan opresivo –el estado natural- que el hombre, cederá virtualmente toda su libertad a un soberano, para que de este modo, el orden pueda ser establecido. Esto, de acuerdo a Hobbes, es el origen del Estado[3]. (White y Arp, 2008, P59)

A diferencia de Hobbes o Weber, Yagami no percibe un Estado legítimo, funcional y capaz de administrar la justicia. Más bien el mira el caos del “estado natural” en el comportamiento de las personas. Según Yagami es necesario matar sin reservas a los criminales, a causa de esta debilidad del orden estatal.

Escuadrón Mata Mareros: El Yagami Light contra las Maras.

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La construcción del caos y la perversión de la sociedad que ilustra el anime Death Note me recuerda las representaciones actuales de Honduras, debido al fenómeno de las Maras. La representación de la violencia y el acto de matar en Death Note justifican un orden mayor para controlar la naturaleza humana. El anime y la situación de las Maras muestran que la violencia y el acto de matar representan un paradigma universal. Sin embargo, la cultura de la violencia responde a especificidades de cada región o país. En este acápite traigo los elementos y conceptos expuestos anteriormente para reflexionar sobre el discurso y uso de la violencia en Centroamérica, para lidiar con el fenómeno de las Maras.

Honduras vive una realidad no muy alejada del mundo ficticio que habita Yagami en Death Note. Todos los días leemos noticias sobre los actos atroces de las Maras, sumados a la represión militar que sufre el pueblo hondureño por parte del Estado. Si nos guiamos por las noticias sobre Honduras, la realidad de este país centroamericano refleja las problemáticas del anime japonés que analizamos aquí. Por ejemplo, según un artículo publicado en el 2014 por el sitio de la BBC, Honduras fue catalogado como uno de los países con mayor índice de homicidios en el mundo, de acuerdo al “Informe Global de Homicidios” elaborado por  la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el año 2014[4].

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Las Maras van más allá de ser pandillas irregulares, son una estructura del crimen organizado de amplio alcance, ya que operan tanto en Centroamérica como en Estados Unidos.  En Honduras, tanto el Estado como las Maras infunden terror a la población mediante sus tácticas violentas. Ante esta inestabilidad, en Honduras nacen grupos al margen de la ley que pretenden erradicar a las Maras, a través de purgas como las que realiza Yagami en Death Note. En este artículo solo menciono el caso del recién formado grupo paramilitar llamado Escuadrón Mata Mareros. De acuerdo con su primera publicación en las redes sociales, el Escuadrón Mata Mareros fue formado hace unos cuatro meses. Su manifiesto lee:

Hacemos saber al pueblo Hondureño que a partir del 5 de Mayo comienza una cacería de Pandilleros en las ciudades de La Ceiba, Tegucigalpa y San Pedro Sula. Vamos por ustedes mareros ya sean 18 o MS.  Es mejor que unan fuerzas porque los vamos a despedazar sin piedad así como ustedes hacen con este pueblo. […] Se va a estar reclutando a gente al azar por redes sociales si quieren formar parte de esto nuestra gente le enviara un mensaje. Haz patria, mata mareros  (Heraldo, 2016).

mata marero

Mata marero

¿Acaso este deber de hacer patria no es el mismo deseo de Yagami de limpiar el mundo “podrido”? Ambos discursos señalan la violencia como la mejor vía para ordenar y  hacer justicia en favor del bienestar social. El escuadrón aquí citado es un grupo conformado por ciudadanos anónimos y funciona como contrapropuesta para imponer su deseo de orden y justicia. El advenimiento de un grupo como tal, a través de su discurso en las redes sociales, me permite postular lo siguiente: a) el Estado hondureño ha perdido el monopolio de la violencia; b) la aceptación de estos grupos en las redes sociales demuestra la cultura de la violencia a la cual responde el  Escuadrón Mata Mareros.

Las personas que conforman el escuadrón, al igual que Yagami Light en Death Note, son actores ilegales a la luz del Estado. Sin embargo,  su consigna “Haz patria, mata mareros” intenta apelar a la cultura violenta de la sociedad, ya que justifica el acto de matar como un favor a la patria. La patria en ese sentido, es el ideal de orden y justicia al que aspira el Escuadrón.  Esto, a su vez, denuncia la inutilidad del Estado para proteger a la sociedad. Pero las coincidencias entre Death Note y la realidad hondureña no terminan ahí. A semejanza del diálogo entre Yagami y el dios de la muerte Ryuk, las acciones pretendidas por el Escuadrón son condenadas por los medios de comunicación y negadas por las entidades estatales. No obstante, el Escuadrón Mata Mareros cuenta con el respaldo de muchas voces anónimas que se manifiestan en el ciberespacio.

En la misma noticia publicada en el sitio web El Heraldo, donde se informó sobre la conformación del Escuadrón, se consultó al portavoz de la Secretaría de Seguridad acerca de la autenticidad del manifiesto de dicho grupo paramilitar en las redes sociales y su respuesta fue: “No tiene ningún fundamento. Están aprovechando la coyuntura (…) Es gente que no tiene nada que hacer” (Heraldo, 2016).

La Negación del grupo por parte de la autoridad es normal, ya que aceptar la existencia de un grupo al margen de la ley que “hace justicia”, muestra a un Estado débil.  Sin embargo, en la parte inferior de la noticia, los usuarios utilizan un seudónimo y realizan sus comentarios legitimadores de la violencia como los siguientes:

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Estos comentarios en el ciberespacio no solo dan beneplácito a las pretensiones del Escuadrón, sino también son una exteriorización de dos cosas: a) la reproducción de la violencia como solución contra las Maras es parte del imaginario hondureño; y b) el Estado se ha visto enfrentado por grupos que cuestionan su monopolio del uso de la coerción y la violencia. El aspecto realmente terrorífico de estos comentarios yace en la visión que los usuarios proyectan de los derechos humanos y de la masculinidad guerrera que invocan para solucionar heroicamente el problema de las Maras. Por un lado, un comentario considera que los derechos humanos más bien impiden que el Estado imponga orden y justicia. Por otro lado, esa “debilidad” del Estado identifica al Escuadrón como sinónimo de “güevos”, esto es la capacidad masculina de subvertir el orden mediante la violencia.

Para finalizar, es importante señalar que el fenómeno de la violencia y su reproducción puede ser analizado desde la interpretación del universo simbólico existente dentro de la cultura popular, como el anime Death Note. Equiparar a Yagami Light con el Escuadrón Mata Mareros me sirve para comprender que la violencia intercala sus símbolos y discursos en distintos ámbitos de la vida. Como joven nicaragüense, me sorprenden las afinidades entre textos que generalmente no consideramos por su bagaje político, como el anime japonés, y cómo estas expresiones culturales nos permiten entender nuestra realidad centroamericana.


Bibliografía:

– Death Note (2006). Episodio 1: Renacimiento.  Tsugumi Ohba (Es.). Takeshi Obata (Ilustrador). Obtenido de: https://www.youtube.com/watch?v=qC52GqBY7-o.

– Death Note (2006). Episodio 2: Duelo. Tsugumi Ohba (Es.). Takeshi Obata (Ilustrador). Obtenido de: https://www.youtube.com/watch?v=f0lNoLrlLAM. Galtung, J. (s.f.).

– Violencia, guerra y su impacto: Sobre los efectos visibles e invisibles de la violencia. Obtenido de: http://red.pucp.edu.pe/wp-content/uploads/biblioteca/081020.pdf.

– “Grupo advierte que hará cacería de mareros en Honduras”. Heraldo, E. (28 de 04 de 2016). Obtenido de http://www.elheraldo.hn/pais/954637-466/grupo-advierte-que-har%C3%A1-cacer%C3%ADa-de-mareros-en-honduras.

– White, M. D., & Arp, R. (Eds.). (2008). Batman and philosophy: the dark knight of the soul. Hoboken, N.J: John Wiley & Sons.


NOTAS [1] […] utilitarianism, a system of ethics that requires us to maximize the total happiness or well-being resulting from our actions. La traducción es mía.
[2]Max Weber defined the state as the institution that holds a monopoly on the legitimate use of coercion in a given territory. Through the police and military, the state- and only the state- may enforce authority. “La traducción es mía”.
[3] Hobbes imagined a world that existed before government. In it, humans have unlimited liberty, but they are guided by passions, and liberty soon becomes license, and the state of nature becomes a war of all against all. Then there is neither order nor the possibility of justice. It is so oppressive that a man will cede virtually all of his liberties to a sovereign so that order can be established. That, according to Hobbes, is the origin of government. “La traducción es mía”
[4] BBC Mundo, Los cinco países con más y menos homicidios en el mundo, en BBC News recopilado de http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/04/140408_onu_informe_homicidios_mundo_jgc

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Nacido en Ocotal, Nueva Segovia (1994). Es estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad Americana (UAM) y miembro del Grupo de Estudios del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica (IHNCA). Actualmente forma parte de una investigación conjunta integrada por Paolo Delaunay y dirigida por Ileana Rodríguez y Antonio Monte Casablanca en el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica. Dicha investigación estudia el periodo de transición de 1990. Su linea de investigación es el análisis del discurso político- económico dentro del periodo presidencial de Violeta Barrios de Chamorro como herramientas de lucha por la hegemonía.