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100 Personajes del cine en Nicaragua: José Wheelock,»En el arte siempre he dado todo de mí»

21 noviembre, 2016

Karly Gaitán Morales

– La presente es una sección fija de Carátula.net en la que se publica semblanzas, entrevistas y (o) perfiles sobre personajes del cine en Nicaragua. Se puede encontrar publicaciones no solo sobre personajes nacionales sino también extranjeros que de una u otra manera han contribuido al desarrollo de la cinematografía en este país. El orden es aleatorio, los protagonistas de la sección pertenecer a todos los tiempos del cine desde la existencia de este arte hasta la actualidad, por lo tanto la secuencia de los artículos no obedece a un orden cronológico.…


José Wheelock en 2016. Fotografía de Jorge Mejía Peralta

De una sensualidad estética, que cala sentimientos e incentiva a diversos estados emocionales y mentales, ha sido la obra creativa de José Wheelock en el teatro, la danza, el arte contemporáneo y últimamente en el cine a lo largo de sus 35 años de vida artística. Habiendo iniciado en el teatro como actor a los 16 años, experimentó las diferentes fases del desarrollo de su profesión primero como actor de reparto en los sociodramas escolares en el Liceo Franco Nicaragüense en los años setenta y después en los montajes de teatro popular durante el período de mayor auge cultural en los años ochenta con el movimiento social impulsado por la revolución popular sandinista.

Nacido en Managua el 6 de febrero de 1965 y siendo adolescente cuando triunfó la revolución, vivió intensamente esa década en su estallido cultural así como su guerra. La obra de su debut fue La pedrada de San Jacinto dirigida por su maestro el teatrista Pepe Prego en 1981 y desde ese momento su vida se intensificó con su participación en todo lo que la época, la situación política y los programas culturales de la revolución le permitieron.

Lo suyo era la actuación y la danza, pero eso no significó estar enajenado de la realidad. A los 14 años fue a alfabetizar con la campaña que impulsaba el gobierno de Nicaragua en la ya conocida Cruzada Nacional de Alfabetización en 1980 entre los meses de marzo y agosto.  Y durante ese tiempo montó varias obras de teatro con su grupo, fue parte del movimiento político Juventud Sandinista en la extensión que se ocupada de la cultura, participaba y montaba obras de teatro en el Colegio Calasanz, donde estudiaba secundaria; a la vez estaba matriculado en la Academia Nicaragüense de la Danza como alumno de danza contemporánea, además en 1984 se fue a cumplir con el Servicio Militar, donde tampoco estuvo desconectado de su arte.

Una brigada cultural de artistas nacionales: Primera fila de izquierda a derecha: Salomón Alarcón (de anteojos y gorra, teatrista), Salvador Busto (cantautor), Ligia Espinoza (bailarina), Guillermo Márquez (bailarín), teniente Johnson Lainez, Leoncio Sáenz (pintor), Mario Montenegro (cantautor). Segunda fila, mismo orden: Gloria Bacon (de anteojos y gorra, bailarina), Ricardo Picado (bailarín), Patricia López (bailarina), Félida Gaitán (bailarina). Tercera fila, mismo orden: Juan Rivas (de barba, pintor), Efrén Medina (pintor), José Wheelock (bailarín), Alenka Díaz (bailarina). Fotografía de Uriel Molina para el suplemento Ventana cultural del diario Barricada, tomada en junio de 1983 en Tronquera, RAAN. Archivo de José Wheelock.

Al finalizar la revolución y por lo tanto al detenerse el desarrollo cultural popular, en los años noventa viajó a Canadá para profesionalizarse en estudios de arte contemporáneo, universidad a la que llegó formado como actor, bailarín y coreógrafo. Terminada su carrera regresó a Nicaragua en 1999 con una propuesta cultural que en ese momento había sido poco entendida por la población, acostumbrada a las viejas escuelas de arte fundamentadas en las Bellas Artes, y que poco comprendían el arte contemporáneo. Como escritor y dramaturgo creó la Cooperativa de Arte Ceibo, de la que es su actual presidente y director.

Antes de iniciar proyectos de mayores presupuestos con organismos no gubernamentales y cooperaciones internacionales como hoy hace, había mostrado sus propuestas de arte de calle y de la realidad con obras de danza y performances como Páginas amarillas, Tiempo, Bodas literarias y La canción del espacio, entre otras que se presentaron en ambientes populares y en el campus de la Universidad Centroamericana.

En su fase de estabilización como compañía, enfrentó algunas críticas de quienes no comprendían su trabajo creativo por ser moderno, tema del que se refiere en una entrevista cedida al periodista y archivista de La Prensa Julio León Báez: “Mi trabajo no tengo con quién discutirlo, ya que no quiero someterme al pensamiento de escuelas atrasadas que no quieren ver que el tiempo pasa, ya que todo está quedando relegado con lo aprendido una vez y no buscar nuevas opciones. O sea, no quiero que mi creación sea sometida a valores ya decadentes, de hecho, siempre estuve claro de que no iba a ser entendido por cierto grupo social en el cual su imaginario responde a elementos pre-establecidos”.

Los temas propuestos obedecían a la dramaturgia elemental, con la preparación sicológica de personajes, en los que trabajaba mucho tiempo en la elaboración del perfil emocional, para dar intensidad a sus creaciones y a la complejidad del montaje y expresión dramática. Sus temas eran intimistas, como la muerte, la vida y la melancolía. Se dedicaba meses para la creación de un solo personajes y otros meses para modelarlo como un escultor, buscando los elementos para que a sus obras no faltara ni una sola expresión facial, ni una risa, palabra o movimiento físico.

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Reportaje anunciado en la portada de La Prensa Literaria. (Archivo de José Wheelock)

Su incursión al cine ha sido a través de talleres promovidos por la Asociación Nicaragüense de Cinematografía en 2007 y como resultado creó su primer cortometraje de ficción Pedro Chatarra, presentado el 16 de agosto de ese año. Con su cooperativa dirigió el documental Imágenes de mi territorio Rama Kriol, de 50 minutos, obra con la que ha alcanzado el repunte de producción manejando un presupuesto alto y se presentó en diferentes festivales en Nueva York, Washington, Vancouver, Yakarta, Dinamarca, México y Puerto Rico.

En 2015 resultó ser ganador por parte de Nicaragua del certamen que realiza DOCTV Latinoamérica cada dos años, programa de la Conferencia de Autoridades Cinematográficas de Iberoamérica (CACI), que está integrado por 17 países, y la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Como resultado ha dirigido el documental ¡1,2,3 A bailar!, de 52 minutos, cuyo rodaje inició en noviembre de ese año y ha finalizado en junio de 2016. Este documental se exhibirá en 21 televisoras de toda América Latina ante cientos de millones de espectadores. Su labor en el cine continuará al finalizar este documental y actualmente espera en su mesa de trabajo su carpeta profesional, que comprende 7 cortometrajes y dos largometrajes, todos de ficción.

Al cine no ha llegado de casualidad. Su trabajo como dramaturgo le ha dado la suficiente experiencia para enfrentarse a este arte complejo, como lo explica al preguntarle sobre su preparación como artista del teatro que ha trascendido al cine: “Yo estoy en el mundo de la cultura desde niño. Mi papá era amante de la poesía, amigo del poeta Carlos Martínez Rivas, de la gente del grupo Praxis. Crecí viendo pinturas y escuchando poesía. Desde chiquito iba a las galerías. Luego con la revolución me interesó mucho el teatro popular, ensayábamos diario, viajábamos con las obras y así me formé en una disciplina de trabajo de arte”.

A José Wheelock, como le ocurrió a la mayoría de la juventud nicaragüense que vivía en Nicaragua en los años ochenta, el acontecimiento político y social del país en esa época lo sensibilizó y condujo su vida hacia una causa con objetivos mayores, como eran ya los pensamientos, ideas y planes de aquellos jóvenes, con un sentido de nación y de contribución a una causa mayor, que era la causa nacional.

Pasó de ser un adolescente atlético a un bailarín de movimientos estéticos: “La revolución no fue para mí una cosa de grandes cambios en cuanto a cultura, pero sí para mi vida personal. Aunque la poesía y la pintura era mi ambiente en los años setenta yo no me hice ni pintor ni poeta, y estaba esperando a que me llegara el momento de hacer algo y fue a los 14 años con el teatro. Tuve un perfil de atleta, era corredor, cuando tenía unos 13 años había logrado correr los 100 metros en 12 segundos, fui a finales de 1979 a una competencia nacional a Chinandega, quería ser atleta. En la pubertad viví un boom por el arte. De repente le comencé a sentir más sentido a las cosas, y no sé si fui yo o la época que de pronto me tocó vivir. En fin, el teatro te hace pensar más y la danza te hace sentir más, entonces es una combinación de pensar y sentir a la misma vez. Cosas que no encontré ni en la poesía ni en la pintura y mucho menos en el atletismo. Corriendo no iba a encontrarme con las experiencias sensitivas y las emociones que logré con el arte. Así que dejé la pista de correr y me subí a las tablas”.

Su formación en Nicaragua antes de viajar a Canadá fue con la bailarina y su maestra Evangelina Villalobos en la danza y es con esa enseñanza que encontró el camino a la modernidad. Afirma que hacer clic con el cine fue fácil porque venía de la expresión dramática y con el paso de los años no ha dejado de escribir obras de teatro y ahora de cine. Ha logrado reunir una gran producción coreográfica y teatral desde el hecho escénico con 400 minutos de coreografía.

El público, su público que conoce su trayectoria como actor dramático y creador de performances y obras dancísticas ha tomado por sorpresa su premio de cine y su reciente producción que está sobresaliendo entre los creadores nacionales. Con este premio ha pasado de una expresión cultural a otra sin mayores trastornos para su creación: “La diferencia entre cine y teatro es para mí entender que la construcción de una obra está basada en la imagen; cuando ya la imagen no pudo decir más, vas al texto. Y como yo vengo con un planteamiento de que mi materia prima para construir es la emoción – como es en el teatro- lo que hallo aquí es que esto mismo radica propiamente en la imagen. La emoción no hace falta tanto y en eso puede ser que el cine sea menos intenso”.

Sus proyectos para cine son muchos, pero no solo estos acaparan su atención sino también el trabajo comunitario desde su cooperativa con el teatro popular, el circo, la radio y la comunicación en zonas rurales, el teatro de títeres y otras expresiones circenses, de las que tiene amplio conocimiento. Todo ello acapara su vida actual y sus aspiraciones futuras: “Aunque ambos demandan muchas emociones de mí [teatro y cine], de mi intensidad, de mi interior y de mi capacidad creativa, en el arte siempre he dado todo de mí, y esta no es la excepción”.

El documental ¡1,2,3 A bailar! se presentó en Managua en agosto de 2016 y su carrera cinematográfica, que ha comenzado con el pie derecho con este reconocido premio a nivel internacional, continúa floreciendo.

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Managua, 1980.
Comunicadora social con énfasis en prensa escrita y cuenta con postgrados en periodismo online y en marketing. Como periodista ha sido editora de revistas digitales e impresas como La investigación y Espacio Vital Magazine, jefa de sección literaria y de cultura de periódicos universitarios, articulista de suplementos culturales nicaragüenses como La Prensa Literaria, Nuevo Amanecer Cultural y la sección Voces del diario La Prensa.
Como escritora ha publicado poesía y narrativa breve. Ha recibido premios y reconocimientos interuniversitarios por su trabajo literario y un premio de fotografía. También se ha dedicado a la investigación histórica, la crítica y producción cinematográfica y a la gestión y desarrollo de proyectos y consultorías con organismos como Plan Internacional, CINEX, la UNESCO y el Instituto Nicaragüense de Cultura.

Es miembro de la Asociación Nicaragüense de Escritoras (ANIDE), del Centro Nicaragüense de Escritores (CNE) y de la Junta Directiva de la Fundación para la Cinematografía y la Imagen (FUCINE).

En el año 2012 publicó su libro Cita con Sergio Ramírez. Entrevistas, Artículos, Crónicas (Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, México) presentado durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en noviembre de 2012 con su presencia y la de Ramírez, y posteriormente presentado en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería en Ciudad de México en marzo de 2013, y en la Feria Internacional del Libro de Miami de 2013. Además, la obra se encamina a una reedición con Uruk Editores en Costa Rica y traducciones al francés y alemán. Actualmente la autora prepara otros libros de periodismo, historia y narrativa para su pronta publicación.