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La música de los que no tienen historia

29 noviembre, 2016

Ignacio Carrillo

– La música negra en México, ha permanecido oculta bajo el manto polvoso del tiempo, pero la podemos ubicar hurgando entre partituras, pinturas, grabados, textos, fotos, videos y grabaciones, a través de las distintas épocas de la historia del país. Nos encontramos frente al pueblo negro y su inexistencia oficial, se dice que México es un pueblo conformado solo de indios y españoles, la compilación de estos datos que no aparecen en la historia oficial, nos muestran a los que no tienen historia.


La música negra en México tiene su origen con la llegada forzada de los africanos, que ingresaron oficialmente al principio de la Colonia por los puertos de Veracruz, Panuco y Acapulco, ya en los barcos de Cortez desde su primer expedición en 1519 venia el Maese Pedro y Ortiz ,“ el del arpa”, “el músico”, ”buen bailarín, quien además tocaba la vihuela de rasgueo y arco” (1), no tocaba música sacra, se tocaba la música europea de la época; villancicos, zéjenes, coplas, tonadas y música andaluza entre otros cantos y géneros profanos que los soldados entonaban durante sus festejos.. Algunos de estos estilos musicales ya tenían una fuerte carga africana antes de venir a América, debido a la influencia de los afros españoles de Sevilla, Granada, Barcelona y demás ciudades mediterráneas.

La música negra llegara a conformar durante la colonia en ciudades, minas, ranchos, haciendas, iglesias y demás espacios del México Colonial del siglo XVI, XVII y XVIII un variado repertorio musical e instrumental, por ejemplo en la ciudad de México, por 1598 Tezozomoc para poder hablar del huehuetl, el tambor de los antiguos mexicanos, lo comparaba con “un atambor de los negros que hoy bailan en las plazas” (2).

A finales del siglo XVIII ya hay muchas noticias de los inicios de la música y danzas con influencias negras en México, esto llego a tal grado que limitaron los horarios de baile en la nueva España hoy Ciudad de México, Puebla y otras ciudades, hasta que fueron prohibidos totalmente por la inquisición una serie de instrumentos y danzas, por ejemplo; “en Veracruz el cuchumbé, maturranga, sacamandú, el torito, pan de manteca, en Pachuca viaje de arriero, pampirulo, pan de jarabe, en la ciudad de México el sarangüandino, en Guanajuato el son de panaderos, en Guerrero y la Costa Chica el baile de la Juana y el Congo, en Tierra Caliente el sapo, el gallinero, el abuelo ,y cultos como el del niño Sibú (piedra en africano), así como practicas curativas y adivinatorias”.(3)

Músico de  Veracruz oleo de Edouard Pingret pintor romántico francés, 1852

Músico de Veracruz oleo de Edouard Pingret pintor romántico francés, 1852

Con fecha del 23 de septiembre de 1776 el padre Nicolás Montero denuncio: me ordena vuestra señoría relacione sobre el baile que llaman el cuchumbé; las circunstancias con que se bailan e informado por dos sujetos, me dicen que las coplas que remití se cantan mientras los otros bailan, o ya sea entre hombres y mujeres, o sea bailando varias mujeres con cuatro hombres, y que el baile es con ademanes, meneos, zarandeos, contrarios todos a la honestidad y mal ejemplo de los que lo ven como asistentes, por mezclarse manoseos, de tramo en tramo abrazos y dar barriga con barriga, bien que también me informan que se baila en casas ordinarias de mulatos y gente de color quebrado, no en gente seria, ni entre hombres circunspectos y si soldados, marineros y broza. En buena medida, su indignación se debió a que en este tipo de cantares, se exhibía con sorna, la contradicción entre la supuesta castidad que predicaban los propios religiosos y la realidad de sus prácticas sexuales.

 

También sabemos de negros dirigiendo danzas de voladores o siendo maestros de música, danza y dirigían lo que llamaban oratorios, escapularios, bureos, fandangos y saraos en las ciudades como “el negro liberto José Chamorro que enseñaba baile y guitarra en Oaxaca”. (4)

Niños Guanajuato

En 1776

Durante Esta época son muy importantes dos aspectos de la cultura afro-hispánica tanto el lenguaje que intentaba imitar el habla del bozal desde el S. XVII y la música con sus ritmos ternarios, poliritmia, sincopa y contratiempos africanos, como los villancicos negros (negrillas y guineos), composiciones como la de Gaspar Fernández que lleva por nombre Guineo para 5 voces y es la primera zarabanda, que al igual que la chacona, son formas musicales corales con influencias afro, que tienen un origen mexicano. Un buen ejemplo es este guineo o negrilla de Gaspar Fernández Andrés a 6 voces, ¿do queda el ganado?» Villancico que pertenece al Cancionero musical de (ca. 1565/70-1629) y fue escrito para la Navidad de 1610.

Andrés ¿do queda el ganado?
—Puru cieto que no lo sé,
que se a pantaro bona fe
—Y por qué
—Dizque vino un angelito
volandito, y cantaba tan bonito
y deciva a lo patocito
que Jesucrito
aquesta noche nacé;
y se a pantaro bona fe. Lo ganaro tapanlo,
lu pasore sa ambobaro,
turu lexa lu ganaro
yo solo me querayo,
pobre neglo pastó
su pantar come quere.

Otro buen ejemplo es el texto que Sor Juana escribió para el día 19 de marzo de 1690, el solista argumenta que los ancestros de San José debieron ser negros, aludiendo a la legendaria reina de Saba. De la misma manera, la Virgen es oscurecida en otro de los textos de Sor Juana. (5)

“uh, uh, uh/ que non blanca como tú/ nin Pañó que no sa buena/ que Eya dici: So molena/ con las Sole que mirá.”

Los negros en México están vivos y su presencia brillará siempre, durante todas las épocas de la historia de México; la independencia, la revolución, la reforma, la época moderna y contemporánea, seguirán llegando migraciones de afro americanos con su cultura a cuesta, presentes en radio, cine y televisión. Hoy día la presencia viva de la afro descendencia no es muy clara en las grandes ciudades, pero está viva; en La costa chica de Guerrero y Oaxaca, tierra caliente de Michoacán, Veracruz, Coahuila, Tabasco, Guanajuato y a lo largo y ancho del país se refleja su influencia en la cultura; comidas como el atole de plátano, la Yuka, vestuarios y máscaras, orfebrería , herrería, la música y danzas creadas por los vaqueros (ya que los primeros vaqueros de toda América fueron los negros), los instrumentos musicales, como la marimba, los tambores; de artesa, de tamborileros, la guacharasca, el gamitero, la chirimía, la tarimba y otros más, con los que se ha desarrollado un rico repertorio de música tradicional afro mestiza; sones, jarabes, chilenas, huapangos, zapateos, versadas, arrullos, parabienes y muchas otras expresiones desarrolladas actualmente.

Soy el negro de la costa
De Guerrero y de Oaxaca
Soy el negro de la costa
De Guerrero y de Oaxaca
No me enseñan a matar
Porque sé cómo se mata
Y en el agua sé lazar
Sin que se moje la riata
Álvaro Carrillo

Danza de los Diablos, Pinotepa, Oaxaca

NOTAS

1)   Díaz del Castillo, Bernal, Acta de Cabildos de la Ciudad de México, México, Ignacio Bejarano, 1889, op. cit., I, pp.58-66, ibíd, II, 465.
2)  Álvaro Tezozomoc, Hernando Crónica Mexicana, México, Editorial Leyenda, 1944, p 87.
3)  Archivo General de la Nación, Ramo Inquisición
4)  Cotarelo y Mori, Emilio, Colección de entremeses, loas, bailes, jácaras y mojigangas, Madrid, Bally-Baillère, 1911, I, CCLXIX-CCLXXI
5)  Yolanda Martínez–San Miguel, “Saberes Americanos: La constitución de una subjetividad colonial en los villancicos de Sor Juana.” Revista Iberoamericana 63, no 181 (octubre–diciembre de 1997).

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