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Sergio García Zamora: Premio Internacional de poesía Rubén Darío 2016

28 enero, 2017

Administración

– Sergio García Zamora: Premio Internacional de poesía Rubén Dario 2016


El poeta cubano Sergio García Zamora recibió de manos del director del Instituto Nicaragüense de Cultura, Luis Morales, el Premio Internacional de Poesía Rubén Darío 2016, como parte de las actividades del centenario de la muerte del conocido Padre del Modernismo Literario.

García, nacido en Esperanza, Villa Clara, en 1986, lleva en su bibliografía doce libros publicados, algunos en Cuba y Estados Unidos, y una docena de premios.

El jurado —compuesto por Jorge Eduardo Arellano, Nydia Palacios y la Ana Ilce Gómez— consideró que el trabajo del cubano es un “homenaje lúcido a grandes poetas de occidente, además de mencionar pintores, músicos y artistas a través de logrados poemas en prosa”.

El Premio Rubén Darío está dotado de 5,000 dólares y la publicación de la obra ganadora, Resurrección del Cisne, que el escritor presentó bajo el seudónimo de Phocas el Campesino.

EL FRÍO DEL VIVIR

El poeta cubano tiene dos hijas. Trabaja en Cuba como investigador literario y ha editado algunos textos para la Editorial Capiro sobre todo libros de poesía para niños.

Es licenciado en letras por la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas y también este año ganó el Premio Loewe a la Creación Joven por El frío del vivir, una obra en la que —destacó el jurado— combina “una percepción singular del mundo” y muestra su “dominio tanto del poema en prosa como del poema en verso”. Galardón que retirará en un acto oficial en el próximo mes de marzo en España.

Por un momento el poeta cubano deja su apretada agenda de encuentros y talleres y recrea en breve sobre cómo concibe su poesía premiada, visiones, obsesiones y autores de consulta.

¿Cómo llega el Premio Internacional Rubén Darío 2016 a su vida. Impresiones?

El Instituto Nicaragüense de Cultura, INC, me comunicó que había ganado el premio y eso me dio mucha alegría, creo que el universo tiene un plan y no tiene uno por qué contradecirlo. Eliseo Diego decía que nada ocurre por azar y que uno no nace en un lugar por azar, sino que uno nace para dar testimonio.

Me dio mucha alegría, mi hija estaba casi recién nacida apenas con cinco días y fue una alegría doble. Sentí una realización humana y literaria a la vez.

El libro ganador, Resurrección del cisne, ¿está evocando qué personajes?

Es una suerte de homenaje a los poetas de occidente a los músicos, pintores, tomar como pretexto la obra y la vida de ellos para hablar de mi vida, de lo que pienso, establecer un diálogo, no hacer una oda, ni una diatriba.

¿Estos diálogos tienen puntos comunes?

Es artístico, es sobre la visión y estética del mundo. Cómo conciben ellos su realidad, su mundo imaginario, su mundo interior, las contradicciones que tuvieron como figuras complejas.

¿El libro ganador implicó algún reto a nivel de contenido y estética?

Es un libro extenso, tiene cinco secciones que para mí era impensable. Me gustan a mí los libros aristotélicos, los de tres secciones o de dos secciones como los espejos que se miran, las contrapartes, pero nunca tan extenso.

Me di cuenta que había una diversidad de temáticas y de diálogos muy grandes y que tenía que construir eso a partir de una historia que para mí tenía que quedar clara.

El libro está cimentado sobre una suerte de arquitectura y de dramaturgia que ayuda a que a pesar de lo diverso, el lector tenga un sentido de un todo, no algo aleatorio asimétrico.

Soy cartesiano a la hora de concebir los libros, meticuloso a veces, me da miedo que eso pueda matar a la poesía.

Para mí la poesía es intelecto, es ingenio, hay poetas que son más emotivos y otros más intelectivos, otros más sensoriales y el gusto de su poesía es por la fiesta de los sentidos, Federico García Lorca por ejemplo, pero nunca un poema es en estado puro.

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Revista bimensual y digital que promueve las ideas, la creación y la crítica literaria. Fundada en 2004 por el escritor Sergio Ramírez