jorge eliecer rothschuh

En cada anochecer el amor

28 marzo, 2017

Jorge Eliécer Rothschuh

– Tríptico de nocturnos del poeta chontaleño, Jorge Eliécer Rothschuh.


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 1.- Lámpara encendida

La noche no puede ser olvido, canción de alcoba que duerma parábola y cansancio. Noche almohada que acomoda ilusiones. No les creas. Aquí nadie es santa y menos cuando el placer te arruina a besos. Todas vuelven, desaparecen en armoniosas penumbras. Abandónalas cuando acongoje el velo y marchiten flores en sus manos. Si el campanario huele a sepulcro y el tálamo perturba, divaga entre sombras, retrasa la ceremonia del adiós, no te lances desde la roca de Léucade. ¿El incensario resplandece humo primaveral? Cohabita con las columnas rotas del paraíso disuelve tus letras ofrendadas pero deja continuar este romance cargado de fulgor, porque la noche no puede ser cuarto oscuro, deslinde para disipar ausencias, reposo de amor que no cede ni se ofende de ser sufrimiento. Todas las noches el oído agranda el silencio, quiere escuchar la libertad del perdón. Dulce beso adormecido multiplicado en noches despertando deseoso de su muslo, apenas sometido al susurro del amanecer. ¡Niégame si puedes! Apártame de tu enloquecido pecho, espérame en tu desnudez, golpéame en tu alcoba trasnochada que sigo enamorado, encerrado de luz en tus caprichos atrayentes, temeroso de no volver a encontrarte.

2.- Nacaradas conchas

No mi nena
no tengo sol ni luna que compartir, ni carro balcón diamante o viajes que martiricen el deseo, ni lujuria dantesca, afiliación divina, desgarro sádico, premonición vaticana, decadencia lunar de tardes en Verona.
No tengo náa
nomás mi teléfono para ver tu perfil y depurar distancia a costo fijo. Me escuchas bien mi amor. Ahí estaré bajo el clamor de caracolas instrumentando al viento mis batallas perdidas, dejando a los tambores inicien mi cortejo, huella reposada que merezco de apetecida presa, al respirar esta cita en cada paso que me alcanza.
Suenan las castañuelas
repiten ese golpe continuo en el sueño despuntando el baile, percutiendo la danza, tanteando la dirección del viento, acercando tu nombre a la fragancia y al oleaje de la noche. Golpeo como postigo bronceado tu cuerpo para entrar por la piel rumorosa de frágil aleteo. Toco el nácar de tu perla para besar tu interioridad de caracol dormido, oloroso a concha mediterránea, a tumbo atardecido que ensancha la prisa de mis males.
Nel pastel
naranjas nalgas nanai intimidan mi positivismo kantiano, apartan impulsos tus manos lujosas de uñas que arrastran mi celo sobre mágica alfombra y barajas en juegos de cartas mis caricias.
Naipes árabes
navegan tus constelaciones, hojas de mi orfandad te declaran reina del deseo bordada en oros, festejadas en copas que espadas desafiantes delimitan mi apremio, entretienen mi espera de palos y bastones inconclusos. Juegas conmigo y me regresas a un tardo cancionero lúdico porque sabes que en él no ves mi vida, mucho menos mi cuerpo sudoroso, incierto, abandonado a la orilla de la mar, depositado al azar en tu fértil pecho nacarado.

3.- Garúa

La brisa iluminada cae sin atrapar el chorro que la tienta. La noche sueña tormentas y el rocío besa un mismo rostro. La llovizna nos mira con tristeza. Pupila enternecida bajo aleros acepta la niebla espesa que vomita el vaho de la tierra. ¿La luz serenada vuelve alegrar mi vida naufragante? Pregonero del agua el trueno percute noches diseñadas por dragones del cielo. ¿Espantan sin explicar edad y ensueño? Si la brisa no se siente, el aire abandonado toca el borde de tu boca, esparce humedad en el polvo traspasado por soles olorosos a hojarasca, exaltada en la corriente, euforia del vendaval que acabará mañana de crecer en el remanso del río.

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Juigalpa, Chontales, Nicaragua, 1950.
Ha publicado en periódicos y revistas nacionales y extranjeros; aparece en varias antologías. Ha obtenido entre otros reconocimientos y premios, Mención Honorífica en el Premio Nacional de Poesía Jaime Sabines (Instituto Chiapaneco de Cultura/Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, 1989); Primer Lugar en el Premio Nacional de Poesía Balún Canan (Instituto Chiapaneco de Cultura y Casa de la Imágenes / San Cristóbal de la Casas, Chiapas, 1992) y Mención Honorífica en los Juegos Florales de la Primavera San Marcos, Chiapas, 1994.

Ha publicado Influencias y confluencias (1976), Otras después de Eva (1991), Hospedaje de la Pirámide (1992), Residencia Cautiva (1995), Vecindad entre ruinas (1996), Somos habitantes de un mismo sueño (1996) y Juigalpan Tierra de caracoles (2010).