Un fragmento de Ulises Juárez Polanco
30 septiembre, 2017
Ulises Huete
La muerte de Ulises cierra un ciclo en la aventura literaria de un grupo de escritores nicaragüenses que nos vinculamos a través de Leteo ediciones. Su ejemplo es un referente para los proyectos editoriales y la promoción cultural del presente y del futuro.
Durante el tiempo que nos toca existir ejecutamos simultáneamente diferentes funciones en la vida. Y aunque somos un yo plural que cambia, algunas veces persistimos en algunas actividades que le dan sentido a nuestra existencia. Por eso todo acercamiento a la vida de una persona necesariamente es parcial, es solo una mirada a un fragmento de los muchos que lo conforman, pero que puede mostrarnos algo significativo.
De todas las actividades en las que se empeñó el escritor, editor y promotor cultural Ulises Juárez Polanco (1984-2017), quiero referirme brevemente a la de su quehacer de editor y promotor cultural desde una perspectiva personal, puesto que Ulises y yo fuimos amigos y compañeros de letras.
Mi relación con Ulises se fundaba en dos pasiones: la literatura y la amistad. Cada quien se relacionaba a su manera con la literatura pero coincidíamos en una comunidad de amigos escritores.
La lectura se aprende por contagio de lector a lector, afirma Gabriel Zaid. Yo agregaría que la amistad también. Mi relación con Ulises surgió a partir de la amistad que ambos tuvimos con el poeta Francisco Ruiz Udiel (1977-2010). Siempre sentí que había una cercanía singular entre Ulises y yo por la hermandad que compartimos con Francisco. Con el transcurso de los años Ulises y yo cultivamos una relación de mucha confianza y franqueza.
Francisco y Ulises crearon Leteo ediciones para promover los escritos de sus contemporáneos, entre los que me cuento. Algunos de mis poemas fueron publicados en dos muestras poéticas de Leteo: Retrato de poeta con joven errante (2005) y Poetas, pequeños dioses (2006). La editorial siguió publicando libros donde aparecieron otros compañeros como Missael Duarte Somoza, Víctor Ruiz, Madeline Mendieta, Alejandra Sequeira, José Adiak Montoya, Javier González Blandino, Berman Bans, entre otros autores.
Leteo ediciones fue el proyecto iniciático de editor y promotor cultural de Ulises, puesto que trabajó con Francisco en todo el proceso de producción, organización de las presentaciones, divulgación de los eventos y distribución de los libros. Después de la muerte de Francisco, Ulises siguió el proyecto con denuedo.
Durante los años que Ulises fue editor de Carátula y del Hilo Azul siempre me abrió las puertas de estas importantes revistas, bastiones de la literatura nicaragüense y centroamericana. También pude colaborar con él en presentaciones de libros, revistas y conversatorios sobre literatura.
Tuve la extraordinaria oportunidad de trabajar con él y Sergio Ramírez en Centroamérica Cuenta 2015, cuyo lema fue Palabras en libertad. Trabajamos con entusiasmo bajo la sabia guía de Sergio en un ambiente fraterno. El equipo de realización de esa edición de Centroamérica Cuenta lo conformamos Ulises, la poeta Madeline Mendieta y yo. Luego se sumaron otras personas. Semanalmente nos reuníamos con Sergio para informarle de los avances. Pusimos esfuerzo, orden y creatividad en todas las actividades. Marjorie Vega, pareja de Ulises, nos acompañó y ayudó varias veces.
A mediados del proyecto, yo le decía a Ulises que hiciéramos una despedida en la oficina, una suerte de ritual de clausura, para dejar impresa sobre las paredes los meses de trabajo jubiloso que tuvimos. Nunca pudimos hacerlo. Las ocupaciones del día a día nos dispersaron. Uno siempre cree que habrá más tiempo para después, ilusoriamente, aunque el tiempo que somos nosotros se consume momento a momento.
Centroamérica Cuenta 2015 fue una gran experiencia para mí. Pudimos unificar la pasión por la literatura, el trabajo por la cultura, la amistad y el aporte educativo a la sociedad. Sergio Ramírez nos dio una preciosa oportunidad de trabajar en la promoción de la literatura. El trabajo del escritor es necesariamente solitario e introvertido. En cambio, la promoción de la literatura requiere un esfuerzo conjunto y de cara a la sociedad. Ulises coordinó el grupo con amabilidad y mucha responsabilidad. Todo fue como un juego, todo fue como una fiesta, todo fue crear puentes para que la imaginación se volviera un centro donde otros pudieran llegar.
La muerte de Ulises Juárez Polanco cierra un ciclo en la aventura literaria de un grupo de escritores nicaragüenses que nos vinculamos a través de Leteo ediciones. Su ejemplo es un referente para los proyectos editoriales y la promoción cultural del presente y del futuro. Tuvo la certeza de dedicar su tiempo de modo amplio a su pasión por la literatura y de esta manera su vida fue fecunda.
Masaya, Nicaragua, 1978.
Poeta, ensayista y periodista. Ha publicado en las revistas El hilo azul (Nicaragua) e Hispamérica (Estados Unidos), y en las antologías Retrato de poeta con joven errante (2005), Poetas, pequeños Dioses (2006), Cruce de poesía (2006) y en La Nación Generosa: 111 rutas al lado del mar (2015), antología de poesía hispanoamericana, publicada por la revista española La Galla Ciencia. También ha publicado en Babelia, suplemento cultural de El País. Colabora para Carátula, revista cultural centroamericana. Licenciado en Lengua y Literatura Hispánicas (UNAN-Managua).