Karly Gaitán
Karly Gaitán

100 personajes del cine en Nicaragua: Lillian Molieri. Primera nicaragüense en Hollywood

25 noviembre, 2017

Karly Gaitan

La presente es una sección fija de Carátula.net en la que se publican semblanzas, entrevistas y (o) perfiles sobre personajes del cine en Nicaragua. Se puede encontrar publicaciones no solo sobre personajes nacionales sino también extranjeros que de una u otra manera han contribuido al desarrollo de la cinematografía en este país. El orden es aleatorio, los protagonistas de la sección pertenecer a todos los tiempos del cine desde la existencia de este arte hasta la actualidad, por lo tanto la secuencia de los artículos no obedece a un orden cronológico.…


Lilian Molieri. Schwarty Agency. Hollywood, California, 11101

Lillian Molieri ha figurado desde los años cuarenta como la primera nicaragüense cuyas actuaciones en Hollywood la han posicionado en un lugar importante y célebre en la historia del cine en Nicaragua. Pero no solamente los veinte años vividos en Los Ángeles, las treinta y cinco películas y series de televisión en que participó, su amistad con famosas estrellas del cine y la belleza de su físico la han convertido en la diva y en el personaje mítico que fue, sino que por lo que se ha reforzado el mito que la rodea es el misterio que se creó durante los diecinueve años que vivió en Nicaragua en la etapa de su vida poshollywoodense.

El origen de uno de los misterios radica en las razones desconocidas de su repentino retorno a su país de origen porque tratándose de un personaje público y de una nicaragüense sobresaliente en el exterior su llegada se dio sin aviso previo a la prensa nacional, sin medios de comunicación esperándola en el aeropuerto, sin entrevistas para la televisión, sin anuncios de su mudanza ni fiesta de despedida en Los Ángeles y tampoco de bienvenida en Managua. Ese episodio fue un corte agudo que ocurrió justamente cuando tenía una vasta vida social en Hollywood.

Con el actor Anthony Dexter en un estudio de Hollywood. Dexter fue su pareja de baile y amigo. (Archivo familiar y documentos de Juan Velásquez Molieri).

Muchas eran las interrogantes, pero ella, que desarrolló una nueva vida social a su llegada a Managua y se reunía en círculos culturales, iba a las fiestas y tenía una presencia pública, nunca hizo declaraciones a la prensa ni a los amigos o conocidos cuando hacían las sonadas preguntas. Fue el silencio una decisión indoblegable que la llevó a abstenerse de pronunciar alguna declaración pese a las provocaciones y evadía las interrogaciones con sonrisas o respuestas como “actuar es un trabajo normal que lo hace gente normal”.

Pero no era eso todo el gran misterio, la prensa de farándula quería ver fotos de su casa en Los Ángeles, conocer los nombres de sus amigos, saber cómo era su vida en esa ciudad, lo que le gustaba comer, cuáles marcas de ropa eran las que lucía, cuáles eran sus hábitos, en fin, aprovechar su fama para hacer periodismo atractivo y llenar las páginas de los periódicos. También, aunque se sabía que estuvo casada en los Estados Unidos, nunca nadie supo en Nicaragua quién fue su esposo, ni los familiares de ella que aún viven lo sabían.

¿Un actor famoso? ¿Un productor de cine? ¿Un técnico de los grandes estudios? Pese a que tenía una vida social normal —mantenía su privacidad con recelo pero tampoco se escondía de nadie— nunca se le escuchó decir una respuesta, ni en la intimidad de los grupos de amistad. ¿Por qué regresó de Hollywood? ¿Ganó o perdió las querellas de su divorcio? Nada, ninguna respuesta sobre ese tema. Lo único que sus familiares recuerdan es que Lillian había solicitado al Vaticano la nulidad de ese matrimonio, aunque nunca conocieron los resultados. Con el pasar de los años y a falta estímulos de parte de ella —estaba acostumbrada al acoso de la prensa que se veía día a día en una ciudad como Los Ángeles— la curiosidad se fue apaciguando en Managua. Ella con su falta de declaraciones domesticó a los espectadores y a su público que la admiraba por su belleza, su misterio, su fama y su imponente presencia. Y a medida que se atenuaba la ansiedad por preguntar crecía el mito.

El misterio de su matrimonio duró mientras ella vivió y tres décadas después de su muerte, pero con el tiempo los velos se han caído y por documentos y su acta de matrimonio que posee el historiador nicaragüense Bayardo Cuadra se pueden conocer los datos. Lillian se casó por la iglesia a los veintidós años de edad el 28 de mayo de 1949 en Los Ángeles con el comerciante Adolph Hartmann, nacido en Los Ángeles y de veintiocho años. Sus padres fueron Adolph Hartmann y Petronila Meza, nacidos en México. Ronald Molieri, su hermano, fue el padrino y testigo de la boda. La ceremonia se ofició en una iglesia católica de la localidad ante el sacerdote Thomas Fogarty y fue registrado en el Departamento de Salud Pública de California el 31 de mayo. El domicilio de Adolph se indica en el documento como el número 119 West, 20 Street y el de Lillian y Ronald figura como 117 North Gardner Street, todos en el centro de la ciudad.

Lillian Molieri nació en Managua el 18 de enero de 1925, muy joven migró con su familia a California. Salió de Nicaragua rumbo a Italia, donde estudió actuación, modelaje y canto. El apellido Molieri viene de su ascendencia italiana, fue hija de Luis Arturo Molieri Orozco y Mélida Bermúdez, ambos nicaragüenses. Los italianos eran tres hermanos que llegaron de Piamonte en el siglo diecinueve en una fecha indefinida antes de 1856, Próspero, Francesco y Juan Bautista Molieri, la actriz viene de la descendencia de Francesco.

Vivió veinte años en Los Ángeles con su hermano menor Ronald Molieri, de los que se resumen trece años hollywoodenses. Ronald fue por nueve años vicecónsul de Nicaragua en California. La primera incursión de Lillian con éxito en el mundo cinematográfico fue en 1944 a los diecinueve años de edad y la última participación en 1957 a los treinta y dos. Como nunca habló de su vida en Hollywood y tampoco escribió diarios o una autobiografía no se conoce con exactitud su filmografía. El historiador Franklin Caldera junto con Juan Velásquez Molieri —sobrino de Lillian— ha localizado sus actuaciones en las películas y así se ha integrado su filmografía. De los amigos de ella en Hollywood comentaba su hermano Ronald y mencionaba a Jack Lemmon, Jerry Lewis, Rex Harrison y Johnny Weissmüller.

Su amistad con Anthony Dexter fue muy conocida pues ambos eran pareja de baile, en 1951 actuaron juntos en el filme Rodolfo Valentino, en la secuencia que construye una escena del filme silente The Sainted Devil. La escena la explica el historiador Franklin Caldera: “Lillian (que interpreta a Nita Naldi en la película dentro de la película) golpea con un látigo a Dexter, quien hace el papel de Valentino. Dexter sujeta el látigo y la besa. Es el único beso de Lillian Molieri en el cine”. Cuando Lillian vivía en Nicaragua, Anthony Dexter fue a visitarla e hicieron una presentación de baile en el Teatro González de Managua en 1960.

Con el actor y tenor Mario Lanza en una escena de la ópera Tosca en la película Serenade, filmada en 1951. (Archivo familiar y documentos de Juan Velásquez Molieri).

Luego de muchos caminos andados en el cine, regresó a Nicaragua en 1961 a los treinta y seis años de edad, se retiró de Hollywood en la plenitud de su vida. Sobre su llegada al país escribió la periodista Tammy Zoad Mendoza para la revista Magazine uno de los más ricos perfiles que se hayan escrito sobre Lillian: “Apareció de repente y como si se tratara de un sol la gente orbitaba en torno a ella. Una mujer alta, piel clara y cabello rubio a punta de tinte. Dos hermosos ojos negros y brillantes, enmarcados con unas arqueadas cejas azabache que le agregaban intensidad a su mirar. De nariz grande, pero finamente esculpida por la naturaleza y labios de curvas perfectas. Una diva de película […] Vivió la época de oro del cine hollywoodense y volvió a Nicaragua aún con el destello de las estrellas de aquel entonces”. La belleza de Lillian fue exaltada desde muy joven, antes de partir a Milán a estudiar había sido elegida “Novia” de la Academia Militar de Nicaragua. Este era un certamen de belleza a través del que cada año se elegía a una muchacha guapa para este puesto, que consistía en un reinado de representación formal porque la reina estaba presente en todos los eventos oficiales y demás actos. La escuela secundaria la había hecho en el Colegio La Asunción de Managua, donde participaba cantando o actuando en las veladas especiales y los actos de navidad.

El historiador de cine y crítico Franklin Caldera explica a Tammy Mendoza en una entrevista para el mismo texto sobre lo que de manera objetiva cree que ocurrió con la carrera de Lillian: “Mi teoría es que a Lillian se le dificultó obtener su carnet del sindicato de actores, sin el cual no es posible hablar en pantalla. La gran mayoría de extras hispanos con carnet en Hollywood eran mexicanos, por ser el grupo dominante en Los Ángeles”, y añadió en otra entrevista cedida en un diferente contexto: “Simplemente Lillian se aburrió de estar buscando el estrellato en Hollywood, allí llegan miles de aspirantes cada año, cada mes. Regresó a Nicaragua para hacer una vida tranquila, a veces el mundo de los grandes estudios de cine es hostil”.

Al llegar a Nicaragua Lillian no tenía hijos y se instaló en la casa de sus padres en la zona residencial Satélites de Asososca en Managua. Fundó una escuela de danza y ballet clásico para niñas que fue muy famosa y solicitada. Por las tardes se le podía ver vestida con su traje de ballet enseñando las posiciones, los pasos a las estudiantes, se limitaba a hablar con ellas y sus padres exclusivamente sobre las clases. Esa escuela estaba ubicada en su casa de habitación. En el Colegio Pureza de María, que entonces estaba ubicado en donde había sido la Mansión Teodelinda, impartía cursos de etiqueta y refinamiento, que consistían en enseñar buenos modales, cómo servir la mesa, que aprendieran a bailar en pareja, cómo comer adecuadamente, cómo servir y combinar vinos con las comidas, expresiones faciales para ensayar sonrisas y toda la preparación que las niñas y adolescentes necesitaban antes de llegar a jóvenes casamenteras y ser presentadas en sociedad.

Con Anthony Dexter en La vida de Rodolfo Valentino

En su casa en Managua, Lillian tenía una habitación exclusivamente para guardar sus trajes con los que representó personajes en las películas, además de su ropa de gala y piezas para fiestas de disfraces. Muchos de sus vestidos de gala eran tan de alta costura que nunca fueron usados por ella en Managua y los conservaba como recuerdos. Todos sus muebles, ropa y accesorios de actriz se han perdido porque luego de su muerte, su hermano Ronald perdió la casa con un proceso legal y entregó el inmueble con todo lo que contenía y no se conoce el destino de todos sus bienes.

Su mayor participación en el cine fue en el filme Al sur del río Grande en el que canta dos canciones. También tuvo participaciones en series de televisión en Estados Unidos, la más famosa de ellas es I love Lucy con Lucille Ball como Lucy y Desi Arnaz como Ricky. El capítulo en el que aparece trata sobre la visita de la bailarina Carlota Romero a la casa de este matrimonio. Franklin Caldera explica su actuación en la misma entrevista de Magazine: “En el episodio, Carlota había sido novia de Ricky en La Habana y Lucy, sin haberla visto nunca, sueña con ella como una mujer bellísima que reconquista a Ricky. Las pesadillas terminan cuando Lucy conoce a Carlota, una mujer poco agraciada, interpretada por Rosa Turlich. Pero la Carlota del sueño de Lucy es Lillian Molieri, en todo el esplendor de su belleza”.

Otras de las series de televisión en las que apareció es la de Los Tres Chiflados (Three Stooges shorts) en dos capítulos filmados en 1951, titulados Three Arabian Nuts en el que hace el papel de una chica del harén de Larry y Pest Man Wins como una de las invitadas de la fiesta. Además actuó en tres series más en los años cincuenta Las aventuras de Kit Carson entre 1951 y 1952, Hopalong Cassidy en 1952 y The Cisco Kid en 1956.

De las actuaciones de Lillian, el historiador Franklin Caldera —quien más conoce su filmografía y el único investigador externo a su familia que ha estudiado detalladamente su vida artística— explica que nunca se trató de personajes que se conocen como extras: “Pese a su fama, en realidad Lillian nunca fue consagrada en Hollywood. Yo he seguido minuciosamente toda su carrera y he visto todas sus películas, excepto dos. Ella nunca fue extra, pues sus personajes tenían nombre, otras veces no, pero siempre eran personajes con alguna significación en la trama, aunque fuera pequeña”.

Lilian Molieri con el actor Alan Ladd

Lillian Molieri también cantaba y grabó música cuando vivía en Managua. Entre las grabaciones existe un disco que posee su sobrino Juan Velásquez Molieri, contiene dos canciones del compositor nicaragüense Erwing Krüger, Acuérdate de mí, que la interpreta acompañada de Raúl Traña Ocampo y su “Champú de cariño” y Cómo me gustas. Promovió el arte, el teatro y la danza durante su vida en Nicaragua.

Como parte de sus actividades profesionales, la ex actriz hollywoodense tenía hacia 1965 un programa cultural en Radio Nacional que se transmitía en vivo los domingos a las cinco de la tarde. El programa se llamaba “Aquí con Lillian Molieri” y los guiones del programa se los mecanografiaban en las oficinas de la Compañía Nacional de Seguros, donde trabajaba su padre. Existen testimonios que aseguran que se le veía llegar tanto a la oficina de su padre como a la radio vestida muy elegante, con un chofer que la acompañaba y abría la puerta del auto y ella se bajaba cargando en sus brazos un pequeño perro french poodle de color blanco.

Entre su filmografía sus actuaciones más conocidas se centran en los filmes The princess and the Pirate (El cofre del Pirada), producción del estudio Goldwyn RKO en 1944, dirigida por David Butler y protagonizada por Bob Hope y Virginia Mayo. South of the Rio Grande (Al sur del río Grande) en 1945, dirigida por Lambert Hillyer y protagonizada por Duncan Renaldo y Martin Garralaga; en esa película Lillian hace el papel de Dolores González. Tarzán and the Leopard Woman (Tarzán y la mujer leopardo) en 1946, de RKO Pictures, dirigida por Kurt Neumann, protagonizada por Johnny Weismüller y Brenda Joyce; Lillian desempeña el papel de una de las tres maestras que están en peligro. Anna and the King of Siam (Ana y el rey de Siam) en 1946, producción de 20th Century Fox, con la dirección de John Cromwell y protagonizada por Rex Harrison, Irene Dunne y Linda Darnell en la que Lillian aparece como una de las esposas del rey. Otra película en la que actúa en esa misma década es The Stranger, dirigida por Orson Welles en 1946.

En sesión de maquillaje y vestuario antes de aparecer en una escena de la película Ana y el rey de Siam, filmada en 1946. (Archivo familiar y documentos de Juan Velásquez Molieri).

También los filmes For Ever Amber (Por siempre Ámbar) en 1947 por 20th Century Fox, con el director Otto Preminger y las actuaciones protagónicas de Linda Darnell, George Sanders, Cornel Wilde; Lillian actúa como la infanta Catalina de Portugal. El mismo año participó en The Last Momento (Tiempo pasado) de Martin Gabel, con Susan Hayward como protagonista. En 1949 La Hija de Neptuno de Edward Buzzel. En este filme Lillian es la vendedora de cigarrillos en un night club, donde dirige la orquesta el catalán Xavier Cugat, y ese mismo año actuó en Holiday in La Havana (Vacaciones en La Habana) de Jean Yarbrough con Desi Arnaz como actor principal. En 1950 en A Lady Without Passport de Joseph H. Lewis con Heddy Lamarr como protagonista.

En 1951 actuó en South of Caliente, dirigida por William Witney y actuada por Roy Rogers y Dale Evans como protagonistas. Además  Serenade (Dos pasiones y un amor) de Warner Bros en 1951, dirigida por Anthony Mann y los protagonistas son Mario Lanza, Joan Fontaine y Sarita Montiel, en ese filme Lillian aparece en la secuencia de Tosca, pero en el corte final de ese filme su actuación fue eliminada, se desconocen las razones de por qué se hizo así.  También en 1951 aparece en dos películas más: Anne of the Indies (La mujer pirata) de Jacques Tourneur, con la actriz Jean Peters. Allí Lillian aparece brevemente en una escena como una muchacha a la que están vendiendo como esclava, y My Favorite Spy (Mi espía favorita) del director Norman Z. McLeod y actuada en el papel protagónico por Bob Hope.

Lillian Molieri en Hollywood. (Archivo familiar y documentos de Juan Velásquez Molieri).

En 1952 The Ring con el director Kurt Neumann y Rita Moreno como protagonista y My Man and I de William A. Wellmann con el actor Ricardo Montalván. Green Fire (Fuego verde), de Metro Goldwyn Meyer, filmada en 1954 por el director Andrew Marton y protagonizada por Stewart Granger y Grace Kelly; ahí Lillian hace el papel de una muchacha mexicana. En 1955 actuó en Hell’s Island, filme de Phil Karlson protagonizado por el actor John Payne y ese mismo año trabajó en Strange Lady in Town (La pelirroja indómita) de Mervyn Leroy con el actor Greer Garson como protagonista, filme en el que Lillian aparece como la hermana Delphina. Y The creature walks among us en1956, dirigida por John F. Sherwood, protagonizada por Jeff Morrow. También ese año tuvo participación en The Three Outlaws de Sam Newfield con el actor Neville Brand. Otros filmes en que participó son People and Funny donde aparece cantando Hey, José. En California fue también destacada en otras funciones, fue presidenta de la Liga Panamericana de Los Ángeles.

Lillian Molieri falleció en su casa de habitación en Managua el 13 de septiembre de 1980 a los cincuenta y cinco años. Sobre su vida en la actuación Franklin Caldera explica por qué fue mucho más que una actriz extra:

Lillian Molieri nunca fue extra ni figurante. Fue bit player. Si uno por ejemplo salía en una película cantando o bailando en un night club (pero sin salir en el resto de la película) o haciendo acrobacias, eso se llama specialty number, número de especialidades. Un extra o un figurante son las personas que están sentadas en un restaurante, la gente que camina por la calle, la gente que mira una representación teatral, son anónimos. En cambio el bit player desempeña un papel, aunque pequeño, en la trama.

Por ejemplo, en The Stranger de Orson Welles, Lillian es una espía que sigue a un ex nazi que el FBI ha puesto en libertad precisamente para seguirlo (por varios países) y dar con el paradero de otro ex nazi (incluso Lillian tiene una frase en español). En Por siempre Ámbar ella es la reina, la esposa del rey Carlos I de Inglaterra (aunque aparezca solo unos segundos); figurantes son las personas que están en la fiesta mirando al rey y a la reina.

En Tarzán y la mujer leopardo Lillian es una de las tres maestras secuestradas por los hombres leopardo y aparece a lo largo de toda la película, aunque únicamente dice una frase. En inglés eso se llama bit player; es más que un extra, pero menos que un actor secundario. Es bueno recalcar que Lillian no fue extra ni figurante aunque pudo haberlo sido alguna vez como lo fueron muchos actores de fama internacional al comienzo de sus carreras. Si aplicamos el término figurante, comparsa o extra a Lillian Molieri, la estamos rebajando de categoría, sin querer.

Fotografía de los años cuarenta en el Estudio Fotográfico Autrey del fotógrafo e ilustrador de Hollywood Max Munn Autrey. El estudio estaba ubicado en el downtown de Los Ángeles desde los años veinte hasta mediados de los años cincuenta. Allí fueron fotografiados grandes actores y actrices como Charles Chaplin, Marilyn Monroe, Clara Bow y muchos otros. (Archivo familiar y documentos de Juan Velásquez Molieri).

Comparte en:

Managua, 1980.
Comunicadora social con énfasis en prensa escrita y cuenta con postgrados en periodismo online y en marketing. Como periodista ha sido editora de revistas digitales e impresas como La investigación y Espacio Vital Magazine, jefa de sección literaria y de cultura de periódicos universitarios, articulista de suplementos culturales nicaragüenses como La Prensa Literaria, Nuevo Amanecer Cultural y la sección Voces del diario La Prensa.
Como escritora ha publicado poesía y narrativa breve. Ha recibido premios y reconocimientos interuniversitarios por su trabajo literario y un premio de fotografía. También se ha dedicado a la investigación histórica, la crítica y producción cinematográfica y a la gestión y desarrollo de proyectos y consultorías con organismos como Plan Internacional, CINEX, la UNESCO y el Instituto Nicaragüense de Cultura.

Es miembro de la Asociación Nicaragüense de Escritoras (ANIDE), del Centro Nicaragüense de Escritores (CNE) y de la Junta Directiva de la Fundación para la Cinematografía y la Imagen (FUCINE).

En el año 2012 publicó su libro Cita con Sergio Ramírez. Entrevistas, Artículos, Crónicas (Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, México) presentado durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en noviembre de 2012 con su presencia y la de Ramírez, y posteriormente presentado en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería en Ciudad de México en marzo de 2013, y en la Feria Internacional del Libro de Miami de 2013. Además, la obra se encamina a una reedición con Uruk Editores en Costa Rica y traducciones al francés y alemán. Actualmente la autora prepara otros libros de periodismo, historia y narrativa para su pronta publicación.