El loro Loulou de Flaubert en Julian Barnes

2 febrero, 2018

El homenaje implícito del escritor inglés Julian Barnes a Gustav Flaubert está más que señalado, dedicado, sentido. Entremezclando ficción con datos históricos Barnes desarrolla esta novela El loro de Flaubert, desplegando su talento narrativo en una historia dedicada a la investigación sobre la importancia del ya famoso loro en la obra narrativa del novelista francés, asimismo tocando algunos puntos un tanto desconocidos de la sugerente biografía de Flaubert y Corea Torres se encarga de ponerla ante nuestros ojos, por intermedio de estampas y detalles de su contenido. 


Julian Barnes

Loulou, es el nombre del loro que Gustave Flaubert tomó prestado del Museo de Rouen, para colocarlo en su mesa de trabajo cuando decidió escribir Un coeur simple, allí a ese contexto pertenecía Félicité, criada pobre e inculta, principal personaje del cuento de marras.

¿Qué tan importante ha sido para la literatura un animal inscrito en una obra -que no la más importante del novelista francés-?, se preguntará el lector, por cuanto no necesariamente representa ninguna otra cosa más, que la persistencia del escritor por allanarse un elemento que secundara las acciones en el cuento mencionado. Pues bien, déjeme decirle algo de la trascendencia de este habitante más de la novela francesa, y que a la luz del libro El loro de Flaubert, de Julian Barnes, la figura de dicha ave se ha magnificado.

El personaje Felicité, que representa, como ya lo mencioné a una criada, sirve  a una sola patrona y sacrifica, por decirlo de algún modo, su existencia en la tierra, entregándose de lleno a atender las necesidades de la familia que la tiene contratada. Conforme pasa el tiempo se mueren algunos de los seres a quienes les presta atención, acaso otros se van o sencillamente la olvidan; el último objeto-sujeto de su afecto el loro Loulou es quien más la acompaña, pero lo que tiene que suceder sucede y hasta Loulou fallece. Felicité lo diseca y le comienza a dedicar otro tipo de atención, lo eleva al rango de adorada reliquia y entonces hasta se forma el hábito de rezarle. Felicité se postra ante el Loulou disecado como si fuese una figura santa, es más, se llega a preguntar, de repente, si no sería mejor representar al Espíritu Santo con la figura del loro, en lugar de la paloma clásica, tanta es su devoción. Felicité al fin muere, y en su tránsito al más allá, Flaubert cuenta, Felicité cree ver, en lo más alto del cielo entreabierto a un loro enorme que volaba sobre su cabeza

El loro de Flaubert, la novela de Barnes, está entreverada por la biografía, la ficción, el ensayo y hasta datos históricos, Barnes arremete el relato usando como pretexto al loro Loulou, que Flaubert describe en el capítulo cuatro de Un coeur simple, para, de ese modo, buscar mantener el interés durante el desarrollo de las acciones. Desde ahí, por intermedio del doctor Geoffrey Braithwaite, se involucra, al mejor modo de los detectives ingleses, en el develamiento de la personalidad del ya connotado narrador francés.

El doctor Braithwaite además de médico es escritor en ciernes, con la querencia, digamos, y ciertas dosis de obsesividad por la literatura de Flaubert. El comienzo de la aventura de estos descubrimientos se da de forma azarosa, como suele suceder con aquellos episodios humanos que causan misterio e interés en las historias. Un encuentro casual entre Braithwaite y Ed Winterton, curioso lector inglés, cuando ambos se disputan la compra de un ejemplar de los Recuerdos literarios de Turguenev, los lleva a conversar afuera de la librería. Braithwaite habla de Flaubert por supuesto y Winterton le confiesa ser poseedor de un paquete de cartas que, el autor de Madame Bovary había escrito y dirigido a Juliet Herbert, la supuesta novia ¿prometida? o enamorada inglesa del francés.

Braitthwaite se entusiasma ante la expectativa de encontrar detalles biográficos desconocidos para el grueso del público acerca de la vida amorosa de Flaubert, y se embarca con lo dicho por Winterton. Así las cosas la novela ya tiene dos motivos de ser: el misterio de Loulou, el loro, y las pasiones amorosas de susodicho autor de La educación sentimental, Salambó, entre otras obras, es ahí donde Barnes se aplica para contarnos los retazos de sus investigaciones adentrándonos sin más ni más en los deslumbramientos, manías, obsesiones y otras maravillas de Gustav Flaubert quien ahora encarna el papel de ser uno de los portaestandartes de lo más granado de la novela universal.

Los motivos, las razones visibles de la novela están dadas por el ave procedente del Amazonas, y por Juliet Herbert, la enamorada aludida, solo que Barnes las aprovecha como vehículo, como soporte al acercamiento más detallado del escritor galo, ofreciendo a la vez la apasionada devoción que sobre el narrador tiene Barnes, con lo cual, además de rendirle un sentido tributo, repasa una biografía que conduce a sus lectores a la verificación de ciertos rasgos conductuales, manías y maneras de tratar a sus amigos más cercanos: Ernest Chevalier, Alfred le Poitlevin, Maxime du Camp, Louis Bouilhet, pero sobre todo, a esa dama tan asociada a la literatura francesa de una etapa señera en la historia de las letras de esa región como lo fue George Sand, y con la que Flaubert estableció nexos, no sólo de amistad sino también de tipo epistolar al igual con el novelista ruso Turguenev. George Sand además, le sirve a Flaubert de chaperona en las incursiones parisinas, porque ahí establece amarres importantes, conoce a los hermanos Goncourt, a los poetas Renan, Gautier y Baudelaire, sin descontar los encuentros con el escritor y crítico literario Sainte Beuve.

El loro de Flaubert tiene en su lectura, así se dará cuenta quien llegue a ella, un despliegue narrativo que da en el blanco cuando conjunta la historia de la investigación del doctor Geoffrey Braithwaite y la biografía novelada del narrador francés. Visos de sugerentes apreciaciones sobre la ars poética se encuentran en la trama, y miradas detallistas de Madame Bovary, de Un coeur simple, y de La Tentation de saint Antoine,  internándose además, aunque tangencialmente, en las otras obras. Un autor: Flaubert, que en la actualidad se ha erigido como puntal de la narrativa y seguido, por no decir venerado, por varios novelistas de prosapia como Vargas Llosa, por ejemplo, quien le dedicó La orgía perpetua, ensayo estupendo en cuyo contenido, en la segunda parte, Llosa realiza un análisis exhaustivo de Madame Bovary, cómo es el personaje representado por Emma y el significado del libro en sí, donde se colman los aspectos de la rebeldía femenina, un tanto de melodrama y claro los asuntos sexuales de Emma. Ahora, Julian Barnes, continuando esa vena hace lo propio con El loro de Flaubert determinando su propuesta con Un coeur simple y la pesquisa de la vida cotidiana del escritor.

Aparecen las relaciones con las mujeres de su vida: su madre y su hermana, suenan nombres de presuntos amores y sugieren aventura: Louise Colet, Elisa Schlesinger, la susodicha Juliet, sin desdeñar, desde luego, su apretada vinculación, quizá sólo amistosa y de mentora de George Sand.

Los descubrimientos no dejan de estar apareciendo en cada página del libro, dando con ello más aproximaciones a la intriga por conocer los detalles que exponen magistralmente la humanidad de un hombre que, con su obra, continua vigente, además faro e influjo de narradores y hechizador lectores.


Bio bibliografía de Julian Barnes

Julian Barnes, escritor, editor literario y crítico cinematográfico, nace en Leicester, Gran Bretaña en 1946. Se educó en Londres y Oxford. A la fecha está considerado como uno de los escritores más consistentes de la actual narrativa inglesa. Es autor de las novelas Metrolandia (Metroland Premio Somerset Maugham, 1981); Antes de conocernos (Before She Met Me, 1982); El loro de Flaubert (Flaubert’s Parrot, 1984), finalista del Premio Booker; Mirando al sol (Staring at the Sun, 1986); Una historia del mundo en 10 capítulos y medio (A History of the World in 10½ Chapters, 1989); Hablando del asunto (Talking It Over, 1991); El puercoespín (The Porcupine, 1992); Inglaterra, Inglaterra (England, England, 1998) finalista del Premio Booker; Amor, etcétera (Love, etc, 2000); Arthur & George (Arthur & George, 2005), finalista del Premio Booker; El sentido de un final (The Sense of an Ending, 2011), ganador del Premio Booker; El ruido del tiempo (The Noise of Time, 2016). Además tiene en su haber cuatro novelas policiacas publicadas con el pseudónimo de Dan Kavanagh y otros tantos libros de relatos.

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Chichigalpa, Nicaragua, 1953.
Poeta, escritor, crítico literario. Reside en Puebla, México, donde estudió Ing. Química (BUAP). Mediador de Lectura por la UAM y el Programa Nacional Salas de Lectura. Fue editor y colaborador sección de Crítica, de www.caratula.net. Es Mediador de la Sala de Lectura Germán List Arzubide. Ha publicado: Reconocer la lumbre (Poesía, 2023. Sec. de Cultura, Puebla). Ámbar: Espejo del instante (Poesía, 2020. 3 poetas. Ed. 7 días. Goyenario Azul (Narrativa, 2015, Managua, Nic.). ahora que ha llovido (Poesía, 2009. Centro Nicaragüense de Escritores CNE y Asociación Noruega de Escritores ANE). Miscelánea erótica (Poesía colectiva 2007, BUAP). Fue autor de la columna Libros de la revista MOMENTO en Puebla (1997- 2015).