Mística picardía

Sin duda alguna existen características en la escritura de los creadores literarios que resaltan e identifican su estilo. En Carlos Pellicer es evidente el colorido y la referencia a la naturaleza, a Octavio Paz se le asocia con lo intelectual y reflexivo, en tanto a Efraín Huerta se le ve como irónico, contestatario, a Novo un tanto humorístico, corrosivo, sin olvidarnos de la musicalidad excelsa de Rubén Darío. Al poeta chiapaneco Jaime Sabines, tocado por el peculiar estilo de Arturo Vázquez en este mínimo texto, se le reconoce por la entrañable empatía que logra con su lector, y porque, a decir de Guadalupe Flores Liera en el prólogo a la Antología poética del susodicho: “logró devolver a la poesía al lugar en donde se produce, que es la vida de todos los días, y la hizo hablar en el idioma de la cotidianidad”. Arturo Vázquez nos lleva a otra concepción con el comienzo del poema Tarumba, de Sabines, para indicarnos con su percepción, el enlace de la obra sabinesca con “la eufonía por su emoción con las palabras”, más allá de lo que los críticos dieron en llamar su “terrible sinceridad”.

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    “Si la Poesía es igual a la Sexualidad, porque pene/tra e ilumina” (Xirau) retomé una
parte de Tarumba, de Jaime Sabines, por esa “locura” poética que poseemos – “también se
dijo que Jesucristo estaba loco” (Rotterdam)-. Considero que la sexualidad es vía de
iluminación, tenemos el tantrismo -por esto la Mística-, y la picardía mexicana en esos tres
versos que respiran el Ethos de México:

“El hombre llora

llora

y llora”

Jaime Sabines.

   Respiración donde Ehécatl agita su penacho con plumas de águilas, colibrís,
zopilotes.
Y la metáfora del “llora” que es eyaculación.
Sintamos el acto de eyacular en esos tres versos con metáforas y el Fuego Celeste del
pneuma humano en otra Creación:

     “El hombre llora”, primer chorro de semillas lácteas y relámpagos
“llora”, espasmo que nos recorre la columna vertebral
“y llora”, el instante del acercamiento de “la muerte chiquita

      Es una Trinidad en su Unidad.
Música de selva: ritmo del follaje de aromas de Cedros, Palo de rosa, Caoba.
Ceiba con sus algodones en el viento de Agosto, recojo sus semillas.
La locura poética de Jaime Sabines con su Tarumba:
Yo voy con las hormigas
entre las patas de las moscas…,
…, conozco a la araña
…, Quiero ir a orinar a la luz de la luna
Tarumba, parece que va a llover.

        Y hace llover, porque un poeta verdadero hace que las cosas sucedan (Graves).
¡Marimba: Pleamar!

y Sabines:

        El hombre llora

                               llora

                                                                      y llora.

Ritmo trinitario, gracias al ritmo se sostiene el Universo (Huerta), en diez sílabas,
donde el primer verso termina iniciando con pie quebrado, el pie quebrado detiene el ritmo
y lo acelera (Paz), el segundo donde culmina con el tercero en unión copulativa, ¡qué metáforas!:

El hombre llora
Este llorar: eyaculación del Verbo que Encarna por el acto amoroso, en tres espasmos
psíquicos del Canto:
llora

                                                    y llora.

Cinco sílabas del primero en la mujer y llora del segundo en la Trinidad iluminada.
Belleza porque llora, metáfora sublime de las lágrimas: inspiración mística de
picardía con la rima:

El Hombre llora

                                                llora

 y llora

La rima es símbolo (López-Casanova).
Ll   →   ora
Ora en la oración de la vivencia en lo Divino y lo Sagrado.
El hombre ll/ora   →   al nacer
Ll/ora   →   en la vida
y ll/ora   →   en la hora de la muerte.

     El hombre es oración con la idea completa de la Resurrección y en la eufonía
por su emoción con las Palabras:
Ora con la mudez de la sonoridad que repercute sin la vista de la H más visionaria por
la sinestesia.
Oímos la hora de un tiempo sin tiempo: Sincronicidad, Mecánica Cuántica.
¡Marimba de la Selva y el palo del Chijol  en la hilera de Pichojos donde los colibrís
liban de sus frutos, y llevan las piedritas a su nido!