La botella galáctica

31 julio, 2020

Luis Rocha Urtecho

Luis Rocha Urtecho (1942). Poeta, periodista jubilado, ensayista, prosista y fotógrafo, ha dedicado más de sesenta años a promover la cultura nicaragüense fundando, promoviendo y apoyando instituciones culturales, como editor de revistas y suplementos literarios, librero y director de editoriales. Pertenece al grupo de intelectuales que tomó la iniciativa para que el 18 de enero, fecha del natalicio de Rubén Darío, fuera declarado oficialmente como “Día Nacional del Escritor Nicaragüense”. Entre premios y reconocimientos: Premio Latinoamericano de Poesía Rubén Darío, 1983; Cruz de Caballero de la Orden de Isabel la Católica, de España, 1980; “Orden de los 300 Años de Estado Búlgaro”, 1984; orden “Darío Cervantes”, INCH, 2009; y “Distinción de Honor al Mérito”, UNAN, Managua, 2011.


Tiene quince libros publicados. Entre ellos cinco de poesía: “La vida consciente”, Editorial Nueva Nicaragua, 1996; “Luz Habitada”, Centro Nicaragüense de Escritores, 2013; “Bajo su sombra ardiendo”, SERVIPRENSA, Guatemala, 2014; “Alegoría de nuestro otoño”, ANAMA, 2014; y “Concierto”, HISPAMER, 2014. Desde 2016, también en HISPAMER, publicó sus tres primeros libros de cuentos para los niños que nunca dejaremos de ser: “El Cofre de los Sueños”, perteneciente a una trilogía unidos por una apología de la infancia y personajes que se dan continuidad en dicha saga ya finalizada: “¿Y ahora, qué sigue?”, y “El Reino de la Infancia Eterna”. Es académico de número de la Academia Nicaragüense de la Lengua. Tiene un nuevo libro de poesía en preparación: “Poemas en busca de un libro”.


POEMAS DE LUIS ROCHA URTECHO

LA BOTELLA GALÁCTICA

La religión del futuro es la evolución
En un mundo en evolución es más fácil creer que hay Más Allá:
un mundo no definitivo sino creación constante
ERNESTO CARDENAL

I

¿Será que la creación es el comienzo
de la resurrección. Vida hacia vida total,
mar en el universo
esta sensación de eternidad?

Escucho una partitura fúnebre y perentoria
en las galaxias de Ernesto Cardenal.

En ellas resucitan héroes y mártires
que habiendo vivido “como los santos”
derraman sobre nosotros
polvo de estrellas.

Se escucha un canto  gregoriano
desde la misa profanada del poeta.
Es la elegía que escriben muerte,
verdad y vida, haciendo saber
que no pudo la muerte
darle muerte a la vida:

Un mensaje cifrado desde el Más Allá
que recorre el universo
repentinamente encendido.

II

Alguien tiró un objeto
desde la inmensa noche
que calculadamente cayó
en este mar oscuro
de costa sin fin.

Me di cuenta porque la fricción
en su trayecto iluminaba todo el cosmos.
Parecía un meteorito hasta sumergirse
en la adormecedora cadencia
de las aguas del Génesis
para después emerger flotando.

Así fue cómo me adentré
con más temor que fe
pero con más esperanza que miedo
en el infinito de aquel mar
y recogí la botella que traía
un mensaje que sólo decía:

 ¡y así saber adónde vamos,
y de dónde venimos!…

 21/06/20.


LA RAMITA

El viento se lleva
una ramita de araña
que se desprendió
de un árbol triste.

Se la lleva y se la lleva
arrastrándola por el corredor.
Se detiene instantáneamente,
pero el viento vuelve
a impulsar su carrera
hasta que pasa al lado de tus pies
y parece quedarse esperando,
pero el viento,
como nadie la recoge,
se la sigue llevando.


SHERLOCK HOLMES

Te digo que es puntual como un reloj
y que es galán, joven, bello y castigador
sé que comentan las perritas vecinas.
¿Y cómo sabés si no las estás viendo?
Porque se le alisan los pelos y toman brillo
al sólo olfatear el aire y sentir ambiente de celo.
Pero por aquí no se oyen otros perros, decís.
Por eso es que hoy se pone pensativo
y meditabundo y del patio como un gran señor
se viene a la casa y lo primero que hace
es echarse al entrar.
Claro, porque ya es mediodía
y llegó la hora de comer, decís, mientras
yo estoy pensando
que es curioso que sea tan puntual.
Puntual como un reloj.
Hasta parece detective.

Además, este perro es varios perros:
Me levanto por la noche y lo encuentro
muy orondo sentado, inmóvil hecho una estatua
marrón oscura con ojos de abalorio.
Visto así es un perro de sala.
Más noche no está ahí sino
en el rincón predilecto
que le sirve de dormitorio,
tranquilamente echado
sin atender ningún llamado
porque estos perros son así de complicados,
y así se queda en aquel su emporio
soñando conquistas de coquetas doncellas
haciéndose un dormido don Juan Tenorio.

Es que este perro parece gente, decís.
No parece, es, te lo juro, digo.
Pues hasta parece verdad, decís.
Apenas son las doce
y ya está esperando su comida.
Porque es como nosotros, dije yo,
y Sherlock movió el rabo sin parar
loco de felicidad. Se levantó
y parsimoniosamente se encaminó
a instalarse al centro de la entrada
del cuarto donde se le pone su plato.

No come, devora con inmensa satisfacción
y limpia a punta de bulliciosos lengüetazos
el recipiente víctima de tan incontrolable apetito,
hecho lo cual se apresura a llegar
donde comemos nosotros,
asume su postura de cerámica marrón
cuando se sienta a mirarnos, otra vez inmóvil,
tierno, cómplice de nuestras debilidades.
Luego se va a su reclinatorio,
una pequeña grada, y en su filo
reclina su cabeza para rascarse
la barbilla con fruición.
Eso lo hace, pienso, porque no usa pipa,
y está a punto de descubrir el crimen perfecto.
Dirige sus ojos inquisitivos hacia nosotros
y se ve él mismo como protagonista,
el menos inocente
en este triángulo afectivo.
Lo aquí sucedido no es un crimen,
de seguro piensa
cuando sacude la cabeza
y hace sonar sus orejas
como castañuelas

19/06/20.


VA A LLOVER, PALOMITA

Te lo dije palomita
va a llover.
Te mojarás palomita
vas a ver.

Terca seguís caminando
en alfombra de arroz:
¡Ya ves como sos!
Picoteando aquí,
coqueteando allá.

Así sos vos
por un granito de arroz.

¿Y si fuera de trigo
bailarías conmigo?

Ni aquí.
Ni allá.

Pues allá vos.
Te lo dije palomita
por donde me asomo
te encuentra el palomo
y vos aleteando y aleteando
como quien no quiere la cosa.

No te hagás la inocente, palomita,
va a llover.
Así es la vida. Así es la cosa.
Te lo digo y repito. Vas a ver.
Va a llover.

13/04/20.

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Escritor nicaragüense nacido en Panamá,1942.
Fue uno de los redactores de la nueva Constitución Política de la República de Nicaragua. Es fundador del Centro Nicaragüense de Escritores, del que ha sido secretario general y presidente. “Premio Latinoamericano de Poesía Rubén Darío”, l983. “Cruz de Caballero de la Orden Isabel la Católica”, 1980. “Orden de los 300 Años del Estado Búlgaro”, 1984. “Orden Darío-Cervantes”, Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica, 2009. “Distinción de Honor al Mérito”, Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua, 2011. Ha publicado “Domus Aurea” (poesía), 1968; “Ejercicios de composición” (prosa), 1974; “Phocas” (poesía), 1983; “La vida consciente” (poesía y prosa), 1996; “Dichoso el árbol” (fotografías), 1997; “Un solo haz de energía ecuménica” (prosa), 1998; “La vida consciente”, 2005; “PEDRO. ``Teniendo conocidos en cielo” (prosa”), 2008; y “Me quema la palabra” (antología de artículos periodísticos, 1982-2011). Es académico de número en la Academia Nicaragüense de la Lengua.