José Argüello
José Argüello

Que todo arda!

31 julio, 2020

José Arguello Lacayo

Que todo arda (Del Cid Ediciones 2020), la novela primigenia de Israel Lewites Cornejo (1976), es sin duda una sorpresa literaria. Apenas pocas semanas tras su publicación digital –el autor la divulga gratuitamente en internet de cara a la pandemia- ha logrado enganchar a miles de lectores que siguen con avidez las peripecias de sus personajes. Israel cae súbitamente del cielo de las letras nicaragüenses como si fuera él mismo un personaje de su novela: blandiendo la espada de su apasionante relato, en el que se mezclan humor, fantasía, horror y violencia. Ensamblando hábilmente su trama, mantiene en vilo al lector desde el inicio hasta el fin de su historia, y, como en las buenas películas de suspenso, el desenlace no llega sino hasta en la última línea.


Que todo arda (Del Cid Ediciones 2020), la novela primigenia de Israel Lewites Cornejo (1976), es sin duda una sorpresa literaria. Apenas pocas semanas tras su publicación digital –el autor la divulga gratuitamente en internet de cara a la pandemia- ha logrado enganchar a miles de lectores que siguen con avidez las peripecias de sus personajes. Israel cae súbitamente del cielo de las letras nicaragüenses como si fuera él mismo un personaje de su novela: blandiendo la espada de su apasionante relato, en el que se mezclan humor, fantasía, horror y violencia. Ensamblando hábilmente su trama, mantiene en vilo al lector desde el inicio hasta el fin de su historia, y, como en las buenas películas de suspenso, el desenlace no llega sino hasta en la última línea.

Que todo arda, bajo la edición de la periodista Amalia del Cid, está inspirada en la reciente historia de Nicaragua y refleja la indignación de su autor ante los hechos de represión, violencia y corrupción que hemos vivido. Lewites sin embargo esquiva el género testimonial, desarrollando más bien una escritura de género fantástico, que, aunque anclada en la cruda –y esperpéntica- realidad nicaragüense, la proyecta hacia lo mítico, rozando incluso la ciencia ficción. Su lenguaje ameno, fluido y preciso, cautiva; sus personajes –y esta es una notable cualidad de su novela y un logro verdaderamente difícil- están psicológicamente bien delineados, con perfil y lenguaje propios. Su registro de personajes es variado: todo el primer capítulo lo dedica a Leónidas Caronte, sencillo camionero de Masaya, que, harto de sus fatigosos viajes por México y Centroamérica, un día decide instalarse como brujo en Diriomo, explotando la ingenuidad pueblerina para resolver disputas familiares y vecinales, sin sospechar que sería azarosamente lanzado al poder y la fama: “Aunque era creativo, Caronte estaba lejos de ser considerado el mejor brujo de Diriomo. Le faltaban escuela y tradición; pero compensaba sus limitaciones no rehusándose a ningún trabajo.

Sin importar qué tan irracionales o perversas fueran las peticiones de sus clientes, a nada decía que no. Tuvo que enterrar muchos muñecos con alfileres en los patios de las víctimas; desvelarse junto con algún crédulo invocando a oscuras deidades (varias inventadas por él) y solicitar infortunios para una que otra expareja mientras cocinaba un corazón de vaca”…Ese primer capítulo ostenta una comicidad absoluta y resulta imposible leerlo sin reír, sonreír o carcajearse.

En la cumbre de su esperpéntica carrera, Caronte es manipulado por un oscuro personaje de la política criolla y acaba transformándose en el Rasputín nicaragüense, cumpliendo así aquella maquiavélica sentencia de Goethe en boca del doctor Fausto: “Tú crees empujar… y eres empujado”.

Israel posee la virtud de penetrar en el alma de sus personajes, reflejando sus dilemas morales. De Caronte, una vez lograda su fama, nos dice: “Ahora los conflictos solían estar vinculados con herencias, rivalidades en los negocios y repartición de utilidades en grandes empresas. A Leónidas le parecían asombrosos los niveles de ambición y mezquindad que exhibían sus nuevos
clientes…Por otro lado, al compararse con sus visitantes se descubrió a sí mismo pobre y fracasado. De joven no había logrado mayor cosa y de viejo tenía que disfrazarse ridículamente para ganarse la comida del día. La satisfacción que alguna vez sintió por su vida se esfumó para dar paso a la incertidumbre y la ansiedad. Esa extraña buena racha le estaba permitiendo ganar dinero
como nunca y, paradójicamente, nunca había sido tan miserable”.

El segundo capítulo narra el extraño incidente de la aparición de un espectacular monstruo en el cráter del volcán Masaya, convertido pronto en fenómeno mediático explotado por el gobierno para vender la imagen del país. En torno a ese evento el autor presenta sus otros tres ersonajes principales: un joven influencer experto en sacudir las redes sociales con informaciones directas y de primera mano, apodado Charly Kings; Sebastián, un cincuentón sobreviviente del conflicto armado de los años 80 y con amagos de héroe bélico, y por último, Ramsés Farid, la oculta mano maestra de la trama, ajedrecista metido a operador político que actúa como asesor presidencial.

El tercer capítulo traslada a Sebastián y Charly Kings a la Reserva Indio-Maíz para resolver un extraño caso de desaparición de soldados en el territorio de una ancestral tribu nahua. La tropa está desconcertada. Los altos mandos planean bombardear la tribu y aniquilarla para proceder a explotar la región junto con los colonos. Sin embargo, algo inaudito sucede; el autor despliega su imaginación con maestría y nos sume en un mundo de horror, misterio y magia. La tribu se defiende con sus poderes ancestrales para evitar el bombardeo y la aniquilación de su cultura, desatando (¿o será el poder de la casualidad?) algo espantoso. En Managua surge una violenta secta fundamentalista combatiendo las fuerzas públicas del gobierno. Los sucesos se atropellan y el relato alcanza dimensiones verdaderamente alucinantes. Una inmensa multitud se lanza contra el complejo presidencial. El gobierno cae. Se abren las puertas para un cambio político. “La violencia –comenta Israel en una entrevista publicada en La Prensa- no es solución. Es una consecuencia y puede traernos a todos una gran cantidad de dolor. Esa es la advertencia que quiero hacer en la novela. Intento que  reflexionemos para lograr una transición pacífica y cívica del régimen que hoy enfrentamos”.

Los diálogos son ágiles y entretenidos. En momentos decisivos de la acción, el autor emplea un eficaz recurso narrativo: en lugar de describir lo que pasa, sugiere hechos posibles al lector, manteniendo una ambivalencia preñada de posibilidades, de manera que lo sucedido flota entre lo real y lo alucinante. Como su propia novela, a la vez alucinante y real.

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Israel Lewites Cornejo

Israel Lewites Cornejo (1976) Ingeniero, empresario, escritor, activista político y videasta nicaragüense. Autor de la novela “Que todo arda” (Del Cid Ediciones 2020), ganador del Festival Ícaro XVII en la categoría de video clip, expositor TEDx Managua 2015 y presidente de la empresa de ingeniería Water and Energy Solutions.

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Teólogo y escritor nicaragüense. Obtuvo una maestría en filosofía y un doctorado en teología en las Universidades de Heidelberg y Tubinga, en Alemania. Es autor de una biografía del poeta y sacerdote Azarías H. Pallais y de obras didácticas de amplia divulgación. Con el Equipo Teyocoyani ha promovido la formación de líderes laicos en la Iglesia de Nicaragua.