
5 poemas de Tomás Modesto Galán
1 junio, 2025
Los poemas de Tomás Modesto Galán revisitan ciertos temas de la poesía universal, como el amor y la muerte. Su poesía transforma el llamado lugar común, muchas veces desde el erotismo, otras, desde la consciencia poética, dándole un giro de tuerca necesario. Con ello, el lector obtiene una mirada distinta sobre aquellos símbolos que pueblan su imaginería. Créditos de la foto del autor: Kary Cerda.
Pequeña muerte
Solo deseo celebrar el inefable rigor
de ver llegar nuestra pequeña muerte neutral,
viaje sin sentido ni retorno en busca
de tus ojos perdidos.
Nostalgia amable de no volver a ver el camino
de regreso a tu pecho
y suspirar por la incomprensible muerte
del sol de un tormento,
Celebro la pérdida irremediable
de otra luna indiferente,
contigo canto este feliz morir bañados
de la tibieza de un semen,
perfumado por el aliento de un pulmón rendido
y la sombra de tus manos valientes.
Guárdame el sudor de tu muerte y la frialdad de tu olvido.
apura la alegría de no saber decir adiós a un tal vez.
¡Qué dicha suprema se oculta en saber morir sin nosotros!
Tampoco sé partir sin gozar de la miel de otro abandono.
Me voy a ir muy lejos, no voy a pedir que regreses al vacio
tampoco lloraré sobre la ausencia de tus manos,
la más dulce esperanza de sorprender el desaliento.
Girasol abierto
La imagen de una flor robada,
crea un beso planetario lleno de intimidad.
No compartas un milagro con otros ojos,
después resurge el ego de un parpadeo
y su discurso vacio lo arruinan todo.
Aguarda a quien desespera bajo la lluvia
esperando el desayuno escolar de un pronombre.
No juegues con quien sabe desmentir la verdad
sobre los jardines de la inocencia.
Arribo a River Row
Hay qué preparar el cortejo.
Un día tendremos que rescatar
los restos de la ensoñación del poeta
que vive en esa isla china secreta.
Trae el ataúd de Sicilia y píntalo en Bulgaria.
El poeta exiliado en la isla presidencial le teme
a los últimos descendientes de Li Po.
Hay pocos africanos para despertar
el río de la simulación racial del despertar aéreo.
Sus restos deberán descansar en Irlanda
o en la última casa de Thomas Eliott.
Hay que adelantarse a los mandarines
y mandarle tu último nombre
en una carta sellada con la punta
de un seno suplicante.
Parte B
La última vez que vi la despreciable desnudez de sus restos, medio moribundos, atraqué en la isla dentro de un teleférico lleno de recién nacidos. Iban al refugio todas las madres para aprender a amamantar a sus bebés.
Los hombres aprendían a arrastrar un cochecito a través de la hierba domesticada
la arena que ya habían vaciado los relojes.
Fue delirante. Todos los turistas deben desnudarse antes de partir, rasurarse y
peinarse al aterrizar en los catres de la isla encantada.
El autobús rojo me abandonó en la primera parada de River Row.
En la última foto de despedida contemplé al poeta esperando por una mujer desconocida escribía desde Turquía, mirando las fotos de su último temor al In Com Tax.
La Rusia imperial
Tienes derecho a amar la Rusia Imperial.
¿Y el pueblo ruso? ¿Vivió en ese pasado grandioso?
Pásales la mano a los siervos de esa Rusia medieval
y dedícale un poema. Lástima que la que buscas
solo tiene su huella en los libros que desempolva
en Crimea Vladimir Putin.
Los siervos de todas las épocas no tienen identidad.
Son un botín de guerras perdidas.
Yo solo quiero ser siervo de tu cuerpo
Y del alma que ignora tus manos.
Nosotros comenzamos a tener ansias de existir
cuando nos levantamos en arma
contra los sueños de morir bien vestidos.
Cuando dejamos de ser la carne del presente amo
nos salva el cinismo sexual del amante.
Tú eres la lengua oral del placer, pero te miro a los ojos
aunque me asuste la libertad corporativa del presente.
Santo Domingo, 1951.
Reside en Nueva York desde 1986 y ha sido docente en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, en New Yor, Pace University y CUNY. Entre otros, ha publicado poemarios como Diario de Caverna, Subway, Vida subterránea y otras confesiones (2008), Amor en bicicleta y otros poemas (2014, Premio Letras de Ultramar) y Odisea vital (2017) y Góngora en motoconcho. Antología esencial, 1983-2021, que obtuvo Mención Honorífica en el certamen Latino Books Award. En 2015 fue reconocido como Poeta del Año por The Americas Poetry Festival of New York.