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Acto de Inauguración de Centroamérica Cuenta

1 junio, 2014

El encuentro de narradores Centroamérica cuenta se celebró por segundo año consecutivo en Nicaragua, y esta vez con alcances más ambiciosos y variadas perspectivas. Además de escritoras y escritores de nuestros seis países de la región, tuvimos invitados de Francia, Alemania, España, México, Puerto Rico y Estados Unidos, congregados alrededor de mesas de conversación literaria en diferentes escenarios de Managua y León, colegios y universidades además de centros culturales, donde también el público tuvo la oportunidad de escucharles leer sus relatos. Toda una fiesta de la escritura.


Nuestra revista Carátula llegará a sus diez años de existencia cuando en agosto salga a la red el número 61. Yo sigo considerando un milagro que una publicación cultural centroamericana haya llegado a durar tanto, y además, que tenga tantos lectores, un promedio de 25.000 en cada número. Son los milagros de la red. No pocas veces me he puesto a pensar lo que sería despechar 25.000 mil bolsas por el viejo correo físico cada dos meses, y luego las devoluciones por direcciones erradas, o la siempre perniciosa obsolescencia de las listas de destinatarios.

Pero se trata, además, de uno de esos milagros que se hacen, no que ocurren de la nada. Un pequeño equipo de voluntarios planea cada número, reúne las colaboraciones, que son gratuitas, hace el trabajo de edición, y lo sube y mantiene en la red. Para hacer más incrédulos a los incrédulos, todo cuesta 200 dólares al mes. Centroamérica Cuenta, que inauguramos aquí esta noche, es obra también del mismo milagro, y lo ensayamos ya por segunda vez.

Soy un convencido empecinado de que Centroamérica existe, o de que al menos es posible. El doctor Rafael Uribe y Uribe, un prócer liberal colombiano que vivió exiliado en Nicaragua a finales del siglo XIX, que entró un tanto disfrazo en las páginas de Cien años de soledad, pronunció el discurso oficial en las honras fúnebres que se tributaron en León al general Máximo Jerez. Ese discurso estaba impreso en un inmenso pliego que colgaba enmarcado de la pared, en la tipografía donde imprimíamos la revista Ventana. Y comenzaba: “¿qué hora es en Centroamérica?, preguntó el cañón. Y el eco le respondió: medianoche todavía”.

Pienso que en estos albores inciertos del siglo XXI, la hora de Centroamérica es la cultura. La hora en que debemos poner todos nuestros relojes.  Esa es la razón por la que estamos reunidos aquí, en esta segunda convocatoria de Centroamérica Cuenta. Se trata de abrir puertas a la cultura, hacia afuera y hacia dentro.

Quizás es suficiente con preguntarnos quiénes somos, por qué imaginamos, cómo conectamos escritura y realidad, como nos insertamos en los fenómenos de la modernidad, que será en el futuro de la literatura. Los narradores estamos obligados a hacernos preguntas pero no a dar respuestas. Las respuestas llegan a congelarse, y cuando se vuelven verdades establecidas, que a su vez se vuelven verdades oficiales. Siempre nos estaremos haciendo preguntas, interrogando a los cisnes, según el credo de Rubén Darío.

Eso equivale a decir: ¿somos idénticos los centroamericanos? ¿Es la diversidad una forma de identidad?  Tendremos identidad mientras la busquemos, mientras nos interroguemos acerca de lo que somos y de nuestro destino latinoamericano, de nuestro destino en la lengua que hablamos. La lengua es también una patria que no tiene fronteras, ese territorio inconmensurable de la Mancha que dejó en nuestros mapas Carlos Fuentes.

Como el camino que andamos es de ida y vuelta, tenemos con nosotros escritores de México, España, Francia, Alemania, Estados Unidos. Aspiramos a tener de más países el año que entra. Nuestra gratitud a todos por haber venido de tan lejos a  acompañar a los centroamericanos, “alzando su pie”, como solía decir mi padre.

Queremos ver y ser vistos. Cómo nos ven y cómo vemos a los demás. Comparar notas acerca de nuestras realidades y las formas de escribirla y describirla. Aprender de los demás, y enseñar a los demás lo que somos. Al fin y al cabo, todos somos hijos de la imaginación.

Rendimos tributo esta noche a la figura de Claribel Alegría, quien cumple este 12 de mayo sus 90 años de edad. Su vida ha sido una fiesta de la literatura. Entregada sin tregua a la creación literaria, la editorial Visor acaba de publicar en Madrid su último libro de poemas Voces. Siempre me está diciendo que ya no escribirá más, pero yo no le creo. Siempre está escribiendo. Y siempre estamos en espera de su próximo libro.

Hemos abierto múltiples escenarios en Managua para realizar las mesas redondas y lecturas de los autores participantes. Centros culturales, librerías, universidades. Todas ellas son actividades abiertas al público y a su participación activa. Lamentablemente, la prolongación del estado de alerta nos ha obligado a prescindir de los actos programados en colegios de secundaria, y reubicarlos en otros lugares. Los cambios en el programa están puestos al día en nuestra página www.centroamericacuenta.com. Y nuestra jornada de clausura tendrá lugar el día sábado en la ciudad de León.

Fruto de esta misma iniciativa, Carátula ha convocado por segunda vez a un concurso centroamericano de cuentos, cuyo ganador será anunciado esta noche, y quien ya se encuentra entre nosotros. El premio consiste en una estancia de varias semanas para trabajo creativo, en el Centro de Escritores de Saint Nazaire, y ha sido posible gracias al apoyo generoso del gobierno de Francia.

También hemos convocado a un concurso de crónica periodística, con el apoyo del Instituto Goethe y de la Fundación Gabriel García Márquez de Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI). El ganador también será anunciado esta noche, y el premio consistirá en una estancia para investigación y trabajo periodístico en Alemania, con el apoyo del Coloquio Literario de Berlín.

Otro fruto es la publicación de dos antologías del cuento joven centroamericano, una francesa y otra alemana: la primera de ellas, de carácter bilingüe, ha sido publicada por la editorial L’Atinoir en Marsella, que dirige nuestro invitado a este encuentro, Jacques Aubergy, y será presentada esta noche; la segunda se haya en proceso de edición y será publicado en los próximos meses por la editorial, con el apoyo del Instituto Goethe.

Quiero concluir estas palabras expresando mi gratitud a las personas y entidades que nos han apoyado con entusiasmo y dedicación para que este segundo encuentro Centroamérica Cuenta haya sido posible, y que el año que entra esperamos sea más nutrido. 

Hemos contado con el apoyo sustancial y el aporte de ideas del embajador de Francia Antoine Joly, para suerte nuestra un escritor infiltrado en las filas del cuerpo diplomático; de su equipo, y del Instituto Francés de América Central.

Del Instituto Goethe de México, cuyo presidente Dr. Klaus-Dieter Lehmann llegará el viernes a Managua para estar presente en este encuentro; y del programa franco-alemán Eliseo. Y del embajador alemán Karl Otto König, lamentablemente ausente, y de Acción Cultural Alemana.

Del embajador de España León de la Torre, de cuyas dotes de novelista doy fe; del Centro Cultural Español, de la Cooperación Española y del Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica.

Del embajador de México Rodrigo Labardini, y del Consejo Nacional de Cultura (Conaculta); así como de la embajadora de Estados Unidos Phyllis M. Power. Lo mismo que al Instituto Humanista de Cooperación con los Países en Desarrollo (Hivos), del Reino de Holanda.

Mil gracias a todos por estar aquí, y que se rompan los fuegos.

Segunda edición de Centroamérica Cuenta. Managua, 7 al 10 de mayo de 2014.

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Escritor nicaragüense. Premio de Literatura en Lengua Castellana Miguel de Cervantes 2017. Fundó la revista Ventana en 1960, y encabezó el movimiento literario del mismo nombre. En 1968 fundó la Editorial Universitaria Centroamericana (EDUCA) y en 1981 la Editorial Nueva Nicaragua. Su bibliografía abarca más de cincuenta títulos. Con Margarita, está linda la mar (1998) ganó el Premio Internacional de Novela Alfaguara, otorgado por un jurado presidido por Carlos Fuentes y el Premio Latinoamericano de Novela José María Arguedas 2000, otorgado por Casa de las Américas. Por su trayectoria literaria ha merecido el Premio Iberoamericano de Letras José Donoso, en 2011, y el Premio Internacional Carlos Fuentes a la Creación Literaria en Idioma Español, en 2014. Su novela más reciente es Ya nadie llora por mí, publicada por Alfaguara en 2017. Ha recibido la Beca Guggenheim, la Orden de Comendador de las Letras de Francia, la Orden al Mérito de Alemania, y la Orden Isabel la Católica de España.