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Central América

1 agosto, 2013

Con Central América, poemario publicado originalmente en Guatemala por Magna Terra editores, el poeta guatemalteco Julio Serrano Echeverría (1983) mereció una mención de honor en el pasado II Premio Alhambra de poesía americana convocado desde Granada, España, por lo que su poemario será reeditado en España por la editorial Valparaíso. Compartimos una selección del trabajo premiado.


Fuerza pues ¡carajo! Tenemos que seguir andando

Francisco Nájera

I

Emergimos del mar
cuando aún éramos piedra
partimos las aguas
nos hicimos puente
ombligo fuimos
cintura de piedra
cintura de tierra
cintura de selva
emergimos del mar
como un puño que reclama
emergimos de la tierra
como un puño que florece
así nos hicimos camino
entre el corazón
y el tiempo.

Camino del viento
camino de la luz
camino de las piedras
camino de los ríos
camino de las montañas
camino de las palabras
camino de los abuelos
camino de las madres
camino de los hermanos
camino de los amigos
camino de los nietos

camino de los caminos

hacia el norte
hacia el sur
hacia el sol
hacia la noche.

Así fueron agrietándose
las líneas en nuestras manos
las líneas en nuestros pies
como pequeños continentes que se unen
como sierras que atraviesan nuestros cuerpos
como terremotos y barrancos
donde el sonido de nuestras voces crece y desaparece. 
Así fueron dibujándose las líneas en la piel
fuimos escribiendo la memoria de las piedras.

Así los recorridos de la sangre al amanecer
el serpenteo de la esperanza
la mordedura del sol.

III

La memoria es una travesía
caminaremos el mar
caminaremos la selva
caminaremos el desierto
piedra sobre piedra
para recordarnos
correremos en dirección opuesta
para tensar el corazón
para sacarle las palabras al pecho.
Desde estas ventanas de autobús
nos irás recordando poco a poco
poco a poco te iremos recordando.

Es de noche
como las noches infranqueables donde solo había fuego
aparece en el asfalto iluminado por las luces del pullman
una familia sentada alrededor de la hoguera.

Las ventanas atestiguan dentro del bus
una danza de ojos vidriosos que sueñan
recuerdan el desierto sin saberlo
siguiendo las estaciones
recolectando alimentos.
Recuerdan el fuego
y la innombrable llama que les ardía por dentro.

Alguien despierta en medio de la noche
hay luna y la arena es azul
polvo de estrella
alguien despierta recio pronuncia para sí
¡Siemprehemosperseguidoalacomida
porquesiemprehemostenidohambre!
y las ventanas atestiguan
hacia dentro
hacia afuera
esta insaciable búsqueda de abrigo
para no llegar con manos vacías
al lecho de la muerte.

Alguien despierta en medio del amanecer
soñaba que hacía burbujas de jabón en un parque
pero ya no lo sueña más.
Es el día
y el desierto se descascara como una serpiente seca
cada piedra un árbol
cada escama una pluma.
Las ventanas atestiguan ahora
a una niña y su memoria
magma adormecido de la tierra
atravesando el tiempo en erupción

Militares. Policías. Gente apresurada triste y con miedo. Trajes de muchos colores. Tejidos y textiles en todos lados. Mujeres hombres y niños vendiendo comida y refrescos a través de las ventanas en las paradas de bus. Gente y casas pobres. El color de los cultivos. Campesinos a lo lejos arando trabajando la tierra. Montañas. Grandes extensiones de tierra tierra ociosa. Más campesinos. Canastos. Animales dentro de canastos. Perros callejeros. Niñas y niños pequeñitos con mecapal a la frente cargando enormes atados de leña sacos con verduras. Tristeza. Gente enojada. Mujeres embarazadas cargando bebés a la espalda o caminando junto a ellos. Mujeres adolescentes aseñoradas envejecidas. Mujeres con delantales. Muchos cables eléctricos muchos nidos sobre cables eléctricos. Más gente apresurada corriendo. Ayudantes de bus gritando. Basura. Niños llenos de mocos. Niños llorando enojados y hermosos. Muchachos jugando a las patadas en las calles. Borrachos. La ciudad cantinas changarros. Anuncios de Coca Cola anuncios de cerveza anuncios de lugares turísticos anuncios gigantes con mujeres semidesnudas que no son como nosotras. Pacas. Buses a gran velocidad todo en estrépito. Caos dolor. 

La niña abre todas las ventanas del bus
y no grita
respira.

V

Quierodecir: por expatriado yo
tú eres ex-patria

Roque Dalton

Hay una vereda que atraviesa la montaña
hay una vereda que atraviesa el mar
hay una vereda que atraviesa el cielo
alguien camina en la noche
atravesando la vereda.

El tiempo es un hilo que se desenreda
pensaban los abuelos sentados a la puerta de la casa.

Empezamos a caminar
por un lugar que se llama Cananea.

30 de Agosto de 2002

El miedo a que ella ya no regresara el miedo a que me llegaran a buscar a las preguntas al timbre del teléfono el miedo a dormir sola en esa casa o a que un día ninguna supiera nunca más de la otra.

Dos niños juegan con sus bicicletas dan vueltas en círculo enrollando un hilo como si hubieran sido adultos cuando empezaron
-¿Por qué tu mamá te dice así?
-De este lado tengo un nombre y de este otro.
Le respondió mientras le mostraba una delgada cicatriz que le partía el pecho
y sus pequeños dedos dibujaban algo parecido
a un puente
o a un barco
o a un bus en medio de la noche.
El otro niño vio fijamente la cicatriz con la curiosidad del que descubre lascosasserias
y siguieron jugando.

 No recuerdo cuando iba saliendo porque era de noche pero al entrar lo primero que vi fueron árboles sin hojas (había nevado en el D.F.) y también el metro su color naranja intenso.
Muchos carros y una incertidumbre que me cuesta asociar aún con los paisajes.

Éramos ajenos.

21 de marzo de 1994

La pupila es una célula extraña
la pupila es un virus extraño
la pupila es una rúbrica del cielo
que se agita desesperándose.

La cabeza es un péndulo extraño
la cabeza es un pajarito a punto de salir del cascarón
la cabeza es un laberinto de angustia
un mazo de silencio.

Las manos son unas raíces extrañas
las manos son arañas al acecho
las manos son sudor y apretadas son puño
y el puño es del tamaño del corazón.

Ontario era una ciudad inmensamente fría y cara cuando llegamos al aeropuerto nos estaba esperando una limosina. El conductor era un tipo altísimo y que tenía la gracia de reírse igualito que el Pájaro Loco.

Ontario
Nueva York
Massachusetts

Llegamos al D.F. pocas semanas antes del terremoto. Allí permanecí 22 años.

Paseos de Churubusco
Colonia Apatlaco
Colonia Reforma Iztaccihuatl
Colonia Granjas Esmeralda
la Narvarte
la Jardín Balbuena
la Nativitas
Copilco-Universidad
Constitución de 1917
Barrio de San Miguel
Colonia Educación
la Nápoles
la Roma Norte
y finalmente a la Agrícola Oriental.

Me encontré con una casa (la de mis padres) mucho más pequeña de lo que recordaba; rostros (de mis amiguitos) que me costaba reconocer y (de adultos) que nunca reconocí.

30 de abril de 1982

Hay un camino que se recorre por dentro
hay una línea que nos parte por dentro
hay un muro
y otro muro
y alambres de púas que nos hinchan las manos por dentro.
Hay un desierto
y una selva
y un norte fluctuante por dentro.
Hay mar  
mares que se secan
mares que retumban por dentro.
Hay una balsa que flota sin rumbo
unos zapatos que se revientan contra el fuego
sed y sol
sol infernal por dentro.
Hay un cansancio
y unos labios que se quiebran
y la mirada seca
seca y salada
por dentro
por fuera.

Esa noche sentada sobre la cama permanecí observando mis piernas no sé por cuánto tiempo intenté decirme algo y no pude.

Guatemala
San José
Managua
Tepexpan
Comitán
Playa Grande
Estado de México

X

Recuerdo un grano
partiendo la tierra
el sonido de la montaña al amanecer
germina una semilla
y tiembla la montaña entera.

Recuerdo el vapor después de la lluvia
y la piel mojada
escurriendo a carcajadas.

Recuerdo caminar entre los árboles.
K’iché significa “bosque”
y es un pueblo
y es un pueblo ancestral
y sé de qué me están hablando
cuando me dicen la palabra bosque.
Recuerdo estar al pie de una montaña verde
ante una hermosa y gigante piedra
esunEncanto dijo mi amiga
estamontañatienetresEncantos
TamborAbaj
MarimbaAbaj
yCampanaAbaj.

Recuerdo caminar entre los árboles
árbolpadrele decían a esos a los más grandes.

Me recuerdo bajando entre el lodo
corriéndonos del aguacero
todos grandes
pero no tan grandes
corriéndonos empapados
y terminar sentados en un pick-up cargado de leña.
Recuerdo el olor de la tierra mojada
el de la madera húmeda
y el día que aprendí que K’iché
también significa bosque.

En estos caminos
es otra la luz
brilla sí desde abajo
como un horno de barro
donde nos devolverán a la tierra.
Arde quema sí desde arriba
porque aquello no es más el sol
sino algo parecido al odio
a metal oxidándose en la boca.

Me dijeron que el desierto era seco
me dijeron que me daría sed
me dijeron que los pies ardían como el fuego.

Se me va secando la memoria del cuerpo
se van borrando los pasos
las marcas de la montaña
las manchas del jaguar
los anillos en el tronco
las vetas en la piedra
la semilla
el bosque
la neblina
la flor
desaparecen acá en el desierto
gigantesca rama que se quiebra bajo los pies.

Me dijeron que el desierto era de arena
me dijeron que el desierto era de piedra
me dijeron que el desierto era de silencio
pero nadie mencionó el polvo.

XV

Acá había una laguna
como un espejismo
que ignoraba su vapor efímero sobre las rocas.
Había acá agua dicen
y más al sur las ballenas
y una herida en la tierra
en la que alguien deja caer una piedra.
El sonido de las cosas que caen en el fuego
signos que esperan resplandecer en el cielo
magma incandescente gota que salpica.

Hubo acá una laguna
que imaginamos bella
que imaginamos fresca
que quisiéramos recordar
como un pequeño jardín de pececitos
donde los más grandes
aprendían a mejorar aquello
de comerse a los más chicos.
Acá estaba una laguna
y si estaba el agua quieta
había entonces algún río
que hizo redondas estas piedras
antes de ser disparos sueltos
de una onda abandonada en el desierto.

Y antes
antes era el fondo del mar
y las ballenas se apareaban acá justo
y no más al sur donde escuchamos sus lamentos melancólicos
por este pedazo de lecho marino
donde sus ancestros ballena se dividían el mar
cómo jugando a las apuestas.

Acá es el desierto
y acá era el mar
y entre uno y otro
una laguna que nos gustaría recordar fresca
si recordáramos claro está
si recordáramos que esta península
que se parte en el continente
antes por un cadáver de metal encaprichado
que por la antigua herida de la tierra
que este pedazo de continente
emergió de las aguas
con nosotros
con nuestro corazón de piedra
nuestro corazón de tierra
nuestro corazón de selva.
Si recordáramos que cuando este desierto que atravesamos
emergió de las aguas
lo hizo como las grandes bestias que emergen de las aguas
goteando de los colmillos
hambrienta
desprevenida
atormentada creyendo ser
la última bestia que emergía de las aguas.
Allá al norte
allá al centro
ahí hermana primigenia
abrazada sobre su vientre espera
para recibir los cuerpos
nuestros cuerpos
como reconstrucción asustada
de su recuerdo marino
y que se hace ahora paso
camino sin memoria
sin huellas reconocibles.

Emergió con nosotros
se partió el amanecer
se nos partió el tiempo.

Y acá estamos
acá seguimos
preguntando
a dónde vamos cuando nos vamos
a dónde los pasos
y la monótona oscuridad de los buses
que se decantan a los barrancos
donde se hunden las miradas secas
como aquella piedra.
A dónde caemos
si caemos
a dónde llegamos
si llegamos.

No hay hojas secas
hay pequeños arbustos
que emergen de la tierra
como un puño que se abre
discreto
cactus de colores serpientes y lagartijas
que emergen de la arena
como mano que florece
silenciosa.
Así nos hicimos camino
entre el sol
y las espinas.
Así descubrimos la vida
discreta
silenciosa
perseguida
en el corazón mismo del polvo
donde antes hubo una laguna.

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Poeta guatemalteco.