Ciclo abajo

1 junio, 2022

Noviembre de 2021

Contaba hace un tiempo, el poeta padre,
sobre las muertes de abril;
de aquel otro abril lleno de muertes.
Lleno de muertes
como nuestro abril.
Lleno de muertes
como otro anterior abril,
o como uno que precedió a ese.
Tantos abriles hacia atrás,
llenos de muerte, más atrás, y más atrás,
hasta llegar a cero. Hasta llegar al comienzo.
Al principio de esta era de muertes que muere,
también muere. Como todo lo que llega a su fin.

Esta es era erosionada, era ya roída.
Muchos ciclos de desgaste ha sufrido.
Era de mil bellos brillos
tumbados cada vez y cada siempre.
Hacia la oscurana,
hacia el fango opaco y pegajoso 
que hilvana, cuál araña,
el señor de la mentira.

Esta es era corroída, infectada, corrompida.

Era que era de todos y nuestra,
pero nos fue arrebatada. Nos fue sustraída.
Por las manos perversas de quien todo codicia.
Era que era de todos y nuestra,
pero nos fue confiscada. Y nos fue prohibida.
Por la voz arrogante que termina en ira.

¡Craque, crec, croc! Era carcomida.
Por quien todo obstruye,
e instruye su odio a las almas pedantes.
Por quien todo destruye,
y atribuye su culpa a reflejos distantes.

Desde su comienzo ha sido lo mismo:
Las virtudes cosechando resplandores,
ensimismadas y desprevenidas.
Los vigores aquí y allá relumbrando,
y el ciclo, girando hacia arriba.
Más y más fulgor.
Y la era se encendía y sonreía.
Mientras tanto…
Las perdiciones derrochando sinsabores,
allá y aquí contagiando la vileza.
Los vicios en lo oculto conspirando,
y el ciclo, hacia abajo girando.
Hasta llegar de repente al cataclismo.
Y la era disipaba con Olvido su tristeza.

Ciclo arriba, ciclo abajo.
Ciclo abajo, ciclo arriba.
Mucha Revolución,
pero poca evolución.
Mucho empezar de cero
a recorrer igual sendero:
el de la violencia como solución;
y del silencio para la evasión;
mucha impaciencia y poca compasión;
poca empatía y mucha desilusión.
Mucho rencor, mucho rencor. Mucho.

Ciclo abajo, ciclo arriba.
Ciclo arriba, ciclo abajo.
Y de lo acontecido en todo ese recorrido,
solo retazos de recuerdos hemos obtenido.
Hilados por los hacedores de memorias.
Filtrados por los vencedores de la Historia.
Ciclo abajo, ciclo arriba.
Y ahora otra vez aquí abajo.
Ciclo viejo, ciclo muerto.
El que estaba arriba oprimía
y se vino abajo.
Subió otro, entonces,
y también oprimió.

Relató en versos el poeta padre
retazos de aquel tiempo en descuadre.
De aquel ciclo abajo con mandamás
que todo engullía y su reino propio construía.
Alábeseme, obedézcaseme: así era su paz.
Bajo el bigote, la sonrisa a sus fieles ofrecía.
Pero dañaba y oprimía a quien se le oponía.
Descuadre de tiempo:
bueno si te resignabas, si te sometías;
malo si justicia ansiabas y anhelabas libertad.
Al mandamás, “General” su plebe le decía.
Y él decía vamos bien, mía es la verdad.
Bajo su boina negra y su pelo blanco
tejió memorias el poeta padre:
sobre las ametralladoras apuntando,
sobre los cascos de acero patrullando.
Sobre la hija presa y el dolor de madre,
y los muchachos tirados en el barranco.

Y ahora otra vez aquí abajo.
Ciclo abajo, ciclo viejo, ciclo muerto.
Con mandamás al que llaman “Comandante”,
y su mandamasa a la que llama “compañera”.
Construyendo su reino hacia atrás y adelante,
y hacia arriba y abajo sometiendo a la era.
Tiempo de paz y fusiles de guerra,
con guardias de negro y roja sangre de hermano.
Tiempo prosperado con deudas para el pueblo,
y sus hijos, y sus nietos y bisnietos.
Privilegios para pocos y deberes para el resto.
Ciclo abajo, ciclo malo, ciclo arcano.
Agradézcasenos, sírvasenos: así es su ley.
Una reina de odio; y de miedo, un rey.
Una plebe dispuesta a matar y a agredir.
… a espiar, delatar, insultar, destruir.
Tiempo de silencio y de mirar al otro lado,
de libertad clandestina y de grito exiliado.
Tiempo de esperanza presa
y de expresar reprimido.
Olvido, olvido, olvido…
Olvido embriagando a la gente en su mente.
La mentira acechando memorias, ¡hostil!
intentando enfangar, extinguir y dar muerte
a la chispa rebelde que encendió nuestro abril.

Y en esta oscurana de centro a periferia,
luciérnagas quedamos,
que todo recordamos;
hormiguitas forjando de etérea materia
farolitos pintados de blanco y añil:
señales, recuerdos, memorias por mil.

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Nicaragua, 1980 y tanto. Autor de composiciones visuales y de escritos en géneros diversos, vive en Nicaragua donde se dedica a la gestión, documentación, producción, búsqueda y transferencia de información y de conocimiento. Según ha argumentado el propio autor: su alter ego es una persona común y consciente, anónima debido a las repercusiones (intimidación, prisión, exilio o muerte) sufridas por multitud de nicaragüenses tras señalar, protestar, criticar u oponerse a la cúpula actual del poder en su país. Ciclo abajo se publica aquí por primera vez, y es la primera de tres partes de un poema épico en construcción.