Karly Gaitán
Karly Gaitán

Margot Allegret: musa del cine, del teatro y de la música

27 mayo, 2019

La presente es una sección fija de Carátula.net en la que se publican semblanzas, entrevistas y (o) perfiles sobre personajes del cine en Nicaragua. Se puede encontrar publicaciones no solo sobre personajes nacionales sino también extranjeros que de una u otra manera han contribuido al desarrollo de la cinematografía en este país. El orden es aleatorio, los protagonistas de la sección pertenecen a todos los tiempos del cine desde la existencia de este arte hasta la actualidad, por lo tanto la secuencia de los artículos no obedece a un orden cronológico.


Presentación de los novios en días posteriores a su boda, Margot Alegrett y Roberto Arévalo en la revista El Gráfico del 13 de abril de 1930. (Archivo Hemeroteca Nacional. Instituto Nicaragüense de Cultura. Digitalización y restauración de imagen Cinéma Éditions).

Margot es quizás el nombre femenino más pronunciado en Nicaragua a lo largo del siglo veinte y los años que lleva el siglo veintiuno. Ni una modelo de belleza, ni protagonista de una obra literaria de importancia, ni actriz o personaje político por más influyente que haya sido, ha tenido un nombre que con el tiempo haya llegado a formar parte del imaginario cultural del país y un fuerte arraigo popular como lo tuvo el de Margot Alegrett. Se comenzó a pronunciar en las calles de Managua en 1917 cuando su padre, el empresario venezolano Sebastián Alegrett, inauguró con una fiesta privada y el alcalde de la ciudad como invitado de honor, un teatro rústico en la cuarta calle oeste de la capital y en homenaje a su hija, que entonces era la menor y tenía cuatro años, le puso por nombre Margot.

De Margot Alegrett se ha dicho en libros, memorias biográficas, noticias de periódicos, reportajes de revistas, crónicas, efemérides, libros de historia y testimonios de quienes la conocieron que era elegante y de mucha gracia física. El teatro de su padre se volvió popular y competía con el teatro que ya estaba establecido en Nicaragua desde 1913 como “el templo del arte, la ópera y la cultura”, el Teatro Variedades, del empresario alemán radicado en Nicaragua Francisco Brockmann.

Así es como el nombre Margot comenzó a aparecer en los anuncios de periódicos, en carteles de cine, en invitaciones volantes, en los tiquetes de cartón para entrar a las funciones. Se convirtió en una marca, un emblema, un punto de referencia para formular direcciones y toda esa fama la llevó a ser una joven casamentera codiciada, con quien las jóvenes en las fiestas querían tomarse una fotografía y los asistentes a los espectáculos teatrales y veladas culturales querían pedirle un autógrafo. Su padre le construyó una casa de muñecas para divertirse con las amigas. A ese lugar llamado “Casita Margot” llegaba una niña que después se convertiría en actriz y declamadora, Ernestina Leal, más conocida como Titina Leal. Sebastián Alegrett le hacía tomar fotografías y filmaciones con cámaras de cine a su pequeña hija y ella como respuesta a esa admiración que le tenía su familia y su público, caracterizó papeles dramáticos en obras de teatro, recitaba poemas y participaba en sociodramas de su colegio, así sostenía su posición como diva infantil, musa y personaje influyente.

Margot Alegrett Varela nació en Managua el 22 de enero de 1913, su familia había llegado al país procedente de Venezuela en 1910 y sus dos hermanos mayores habían nacido en Caracas. Su padre había iniciado en la navidad de 1910 un teatro en el barrio San Sebastián al que llamó Teatro Alegrett, pero no duró mucho tiempo. Cuando creció y fue presentada en sociedad, como se acostumbraba en esa época, poetas le dedicaron sonetos y músicos escribieron algunas composiciones en su honor, como el famoso Tino López Guerra que le dedicó un foxtrot; y según referencias del historiador y cronista Gratus Halftermeyer, se puso en las tablas en 1928 una obra de teatro melodramática a la que nombraron Margot.

El Teatro Margot en la cartelera de cine y teatro del diario El Comercio en 1920. (Archivo Hemeroteca Nacional. Instituto Nicaragüense de Cultura. Digitalización y restauración de imagen Cinéma Éditions).

En 1926 cuando tenía trece años ingresó a un club de basketball junto con su hermana María Esperanza, de diecisiete. Como muchas otras actividades de su vida que se anunciaban en los periódicos, sobre esta iniciativa deportiva publicó el diario El Comercio y se explicaba en la nota que el club “se ha formado con el sano fin de estimular el deporte en esta capital y no con el de entorpecer la marcha triunfadora de los demás equipos”. La referencia era para aclarar que no se trataba de una liga profesional. Las otras integrantes eran las adolescentes: Carmen Hurtado, Hilda Castellón, Blanca Wheelock, María Solórzano, Berta Solórzano, Toña María Raskosky, Zelmira Enríquez, Berta Raskosky, Amanda Castrillo, Emelina Castrillo, Ofelia Bendaña, Julia Pasos, Blanca Emma Castillo, Adela y Leonor Cerna, Elena Belli, Adilia y Matilde Eva.

El Teatro Margot se fue modificando poco a poco, su fachada se terminó de construir en 1923. En 1924 se añadieron nuevos palcos y se hizo ampliaciones al espacio para las orquestas. Por temporadas cerraba sus programaciones, la primera fue en 1919 y volvió a funcionar en mayo de 1920. Poco después cerró por dos años por motivo de remodelación y se reinauguró el 8 de octubre de 1924 con una presentación de la compañía Alegría Enhart.

Teatro Margot en la cartelera de cine en el diario El Comercio de 1923. (Archivo Hemeroteca Nacional. Instituto Nicaragüense de Cultura. Digitalización y restauración de imagen Cinéma Éditions).

La Empresa Margot, desde la que se llevaba la gerencia del teatro, de la revista, una agencia de importación de películas y una compañía de espectáculos, amplió sus expectativas económicas y así fue como comenzaron a surgir nuevos teatros con el nombre Margot. Los primeros que Sebastián Alegrett abrió fueron los de Granada, Matagalpa y León, inaugurados en ese orden. Una vez establecido el negocio como una cadena, en 1930 Sebastián creó la empresa Circuito Margot y ese año estaba conformado por veinte teatros, pero no todos tenían el nombre de su hija y a partir de ese momento los dio en arriendo a administradores, que hacían funciones de propietarios. El negocio se convirtió en una franquicia.

El 10 de abril de 1930, a la edad de diecisiete años, Margot se casó con el joven Roberto Arévalo. La boda fue filmada por Adán Díaz Fonseca y consistió en un gran acontecimiento social de dos días, apadrinado por varias personas, según nota publicada en la revista El Gráfico del domingo 13 de abril del mismo año, en la que se mencionan por parejas o vínculos familiares. En la nota se explica que además de padrinos, ellos fueron quienes acompañaron a los novios en el desfile nupcial en un recorrido por el barrio San Sebastián partiendo de la casa de la novia hasta la iglesia del mismo nombre y a la salida, partiendo de la iglesia —pero esta vez en automóviles— hacia el edificio del Club Social, donde se hizo la fiesta.

Estos padrinos eran sus padres Sebastián Alegrett y María Varela Mendoza, seguidos de los padres del novio Berta de Arévalo y Segundo Arévalo y los amigos: Víctor M. Román, Mercedes A. Román; Carlos H. Wheelock, Blanca de Wheelock; Henry Caldera, Virginia de Caldera; Luis Quezada, Enriqueta de Quezada; Germán Castillo, Leonor de Castillo; Bernabé Portocarrero, Sara de Portocarrero; Carlos Zelaya, Blanca viuda de Zelaya. También estaban Carlos Vizcaíno, Camila de Vizcaíno en representación del Dr. Hildebrando Castellón y de doña Leonor de Castellón; Antonio Falla, María R. de Falla; Manuel Cordero Reyes, Lila de Cordero; Domingo Calero, Rosa O. de Calero; Carlos de la Villa, María de la Villa; Gonzalo Ocón, Julia Miranda Ocón; Albino Román, Ninfa de Román; José Avilés, Carmela Avilés; y los hermanos mayores de Margot, José Raúl y María Esperanza Alegrett Varela.

El Teatro Margot de Managua, que funcionó como sede principal de la empresa, fue destruido completamente por el terremoto del 31 de marzo de 1931, pero pocos años después fue reconstruido con toda la arquitectura para presentar cine sonoro y obras teatrales con elencos grandes. Sebastián Alegrett hizo mejoras al teatro y una renovación de programación de contratos con las compañías de Hollywood en 1941 como sus últimos esfuerzos antes de su fallecimiento ocurrido en 1942. En 1943, los nuevos propietarios, la familia Cabrera, hicieron obras en el edificio, remodelaron la fachada y el salón principal, la construcción se hizo bajo la dirección del arquitecto Pedro M. G. Castellanos.

La etapa de este edificio restaurado culminó la noche del 30 de septiembre de 1947 en plena función de las siete de la noche con un incendio que lo redujo a cenizas y dejó una pérdida económica de medio millón de córdobas y seis muertos. Fue inaugurado el nuevo edificio —construido por Armando Guido entre 1952 y 1954— el 16 de diciembre de 1954 y ese es el que permanece en pie hasta la actualidad. La inversión fue grande, era una construcción de lujo con aire acondicionado, pantalla gigante y asientos modernos e iluminación del piso en los pasillos con candilejas amarillas traídas de París, compradas en la misma casa comercial que proveía la iluminación a los emblemáticos teatros parisinos Rex y Olympia.

El Teatro Margot en la cartelera de cine y teatro del diario El Comercio en 1920. (Archivo Hemeroteca Nacional. Instituto Nicaragüense de Cultura. Digitalización y restauración de imagen Cinéma Éditions).

Este edificio sobrevivió al terremoto del 23 de diciembre de 1972. En 1973 la empresa, casi en quiebra, fue rescatada por su asociación con la Corporación de Diversiones Aguerri & RAP S.A., de los empresarios José Adán Aguerri Hurtado (conocido como Chanito Aguerri) y Ricardo Argüello Pravia. En 1979 este inmueble fue confiscado por la revolución popular sandinista y perteneció durante la década que duró la revolución a la empresa administradora de cines ENIDIEC, regida por el Instituto Nicaragüense de Cine, hasta que a principios de los años noventa fue entregada de nuevo a sus propietarios. Parte de ese destino que llevó el teatro fue visto por Margot en los últimos años de su vida, falleció el 24 de julio de 1984 a los setenta y un años de edad.

Aunque físicamente existe, ese Teatro Margot que era un icono de la cultura, no sobrevivió a la decadencia que a nivel mundial vivió el cine en los años noventa, una crisis que en una parte del mundo nunca se pudo superar y cientos de teatros en decenas de países quedaron en desuso como cines de grandes dimensiones y fueron convertidos en bodegas, estacionamientos, edificios de oficinas, centros comerciales, iglesias o museos; o lo peor, han sido derribados. Durante los últimos veinte años, desde 1997 hasta 2017, el arrendatario del Margot, Dennis Miranda y su familia, ha administrado en ese sitio diferentes negocios: una chatarrera, estacionamiento de vehículos pesados, quiosco de comida rápida y una ferretería.

Publicación en el diario La Noticia el 16 de diciembre de 1954. (Archivo Hemeroteca Nacional. Instituto
Nicaragüense de Cultura. Digitalización y restauración de imagen Cinéma Éditions).

Del centenario cumplido en el año 2017, por ochenta años el Teatro Margot fue uno de los templos emblemático del cine, del teatro, la diversión y la cultura en Nicaragua; en su escenario se presentaron decenas de artistas famosos mexicanos, estadounidenses y europeos, lo que lo convirtió en un símbolo, junto con el Teatro González y el Salazar (después llamado Alcázar). Miles de personas han obtenido a lo largo de sus vidas referencias de este teatro, ya sea porque lo hayan conocido y construido recuerdos allí en su infancia y juventud o porque hayan heredado ese conocimiento con olor a nostalgia ajena. 


*Ciertos términos pueden confundir al investigador porque en cada reapertura del teatro en los periódicos se ocupaba la palabra “inauguración” y si se consulta una nota aislada, sin referencias alternas, podría creerse que hasta ese momento se estaba inaugurando.

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Managua, 1980.
Comunicadora social con énfasis en prensa escrita y cuenta con postgrados en periodismo online y en marketing. Como periodista ha sido editora de revistas digitales e impresas como La investigación y Espacio Vital Magazine, jefa de sección literaria y de cultura de periódicos universitarios, articulista de suplementos culturales nicaragüenses como La Prensa Literaria, Nuevo Amanecer Cultural y la sección Voces del diario La Prensa.
Como escritora ha publicado poesía y narrativa breve. Ha recibido premios y reconocimientos interuniversitarios por su trabajo literario y un premio de fotografía. También se ha dedicado a la investigación histórica, la crítica y producción cinematográfica y a la gestión y desarrollo de proyectos y consultorías con organismos como Plan Internacional, CINEX, la UNESCO y el Instituto Nicaragüense de Cultura.

Es miembro de la Asociación Nicaragüense de Escritoras (ANIDE), del Centro Nicaragüense de Escritores (CNE) y de la Junta Directiva de la Fundación para la Cinematografía y la Imagen (FUCINE).

En el año 2012 publicó su libro Cita con Sergio Ramírez. Entrevistas, Artículos, Crónicas (Universidad Autónoma de Nuevo León, Monterrey, México) presentado durante la Feria Internacional del Libro de Guadalajara en noviembre de 2012 con su presencia y la de Ramírez, y posteriormente presentado en la Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería en Ciudad de México en marzo de 2013, y en la Feria Internacional del Libro de Miami de 2013. Además, la obra se encamina a una reedición con Uruk Editores en Costa Rica y traducciones al francés y alemán. Actualmente la autora prepara otros libros de periodismo, historia y narrativa para su pronta publicación.