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Cine Paraguayo: 7 cajas o la ley del mercado

1 diciembre, 2013

7 Cajas o la ley del mercado debió ser lanzada en junio del 2011, pero el estreno se retrasó cuando fue aceptada en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde ganó el premio “Cine en Construcción”.» La película fue nominada en la XXVII edición de los Premios Goya en la categoría de Mejor película extranjera de habla hispana representando a Paraguay y se ha convertido en la película más taquillera de la historia en Paraguay, superando localmente a la recaudación de Titanic (2007) de James Cameron con más de 150.000 personas.


En cada festival de los que participa, desde hace ya dos años, aparece como un murmullo, un sonido hueco, una resonancia lejana, una extraña presencia. Alguien en algún pasillo del cine o en el lobby del hotel te dice: “ve 7 cajas”, como una consigna, un mandato o un ruego secreto. Y uno sigue andando, hay mucho cine latinoamericano para ver y poco tiempo, pocas oportunidades para verlo todo. Y las deudas se acumulan y 7 cajas se pospuso otra vez, hasta la próxima exhibición, hasta el próximo festival, hasta la siguiente sugerencia. El murmullo ha crecido ensordecedoramente y entonces el mandato secreto que corre desde unos festivales atrás se cumple y llega la hora.

Uno ya sabe que el cine paraguayo no es una promesa, que ha generado en los últimos años documentales de calidad y quizás una de las mejores películas latinoamericanas de todos los tiempos, y por ser discreto, la mejor de la última década Hamaca Paraguaya (2006) de la directora Paz Encina. Por eso uno se sienta tranquilo en el fondo de una sala semi vacía a esperar lo que venga, claro después de Paz Encina, esperan pocas sorpresas.

El film se abre en el amanecer sobre los techos del mercado 4, una gigantesca feria en pleno centro de Asunción, con más de setenta años de vida, donde viven alrededor de 500 personas, pero moviliza más de 2000 comerciantes de diferentes orígenes coreanos, chinos, árabes, judíos y paraguayos. Sus clientes se abastecen de todo tipo de productos, desde alimentos a ropa, de herramientas a instrumentos musicales, DVD, teléfonos celulares, carne, artefactos electrónicos, yuyos sanadores o una excelente idea para narrar, como fue el caso del guionista Juan Carlos Maneglia, también codirector junto a Tana Schémbori.

Los pasillos del Mercado 4 tienen mucho de un zoco oriental, el mismo vértigo, el mismo exotismo, el mismo murmullo y esa sensación de que todo puede pasar en cualquier momento y sin duda que lo pasa. Que lo cuente Víctor, (Celso Franco) su protagonista, un joven de 17 años que se gana la vida trasportando mercadería por los intrincados pasillos del mercado en su carretilla.  Víctor, además de bultos, carga muchos sueños, como el de ser uno de esos galanes románticos que enamoran a las muchachas del mercado desde las pantallas del televisor del puesto de DVD piratas en pleno mercado.

El mundo del mercado tiene sus códigos, puede ser hostil o generoso, pero siempre competitivo, hay docenas de muchachos esperando por un bulto para llevar de un lado a otro. Víctor sabe que moverse rápido es la mejor manera de conseguir clientes y algo de plata para seguir el día. Nada parece ser diferente a la cotidianidad de todos los días, volver a preguntar el precio del teléfono celular con el que sueña, y calcular cuantas fuerzas tendrá que hacer con su carreta para conseguirlo. Pero algo parece funcionar mejor que nunca ese día, desde una carnicería lo llaman para que transporte siete cajas medianas de madera, nada llamativo, cada una de ellas bien cerrada, y la orden es clara, pero muy confusa, llevarlas por ahí, pasearlas hasta que reciba la llamada al teléfono celular que el propio contratista le presta, para que vuelva. La paga es mucho más que buena, cien dólares, como voluntad de pago, su patrón le da medio billete, la otra mitad la recibirá cuando regrese a tiempo con el cargamento completo.

Víctor inicia el viaje, que tendrá mucho de odisea, aunque es un territorio conocido, los peligros pueden aparecer de cualquier lado.  Nada hay más conocido para Víctor que las ocho manzanas del mercado 4, pero el paseo se complica.

Alguien recibe la información, que en realidad esta transportando un cuarto de millón de dólares, una sola caja puede ser la salvación, para sus urgencias y le roba a Víctor tan solo una de las cajas; peor aún, Víctor va a perder el teléfono celular y policía aparece buscando algo que nadie sabe bien que es, pero Víctor sospecha que él lo lleva en su carreta. Ahora todo es acechanza para el joven changarín, sus colegas, sus amigos, la muchacha de la que se creía enamorado, la policía y el patrón que le dio las 7 cajas, aunque ahora sean seis.

Avanzar más sobre la historia sería un peccata minuta, dejemos a Víctor que pueda resolver el juego de las 7 cajas y ojala puedan muchos lectores acompañarlo gasta el fin de la historia. De esta maravillosa historia, que se convierte en un film de velocidad de vértigo, que no da respiro a nadie y mucho menos al espectador.

7 Cajas debió ser lanzada en junio del 2011, pero el estreno se retrasó cuando fue aceptada en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde ganó el premio “Cine en Construcción”.»

La película fue nominada en la XXVII edición de los Premios Goya en la categoría de Mejor película extranjera de habla hispana representando a Paraguay y se ha convertido en la película más taquillera de la historia en Paraguay, superando localmente a la recaudación de Titanic (2007) de James Cameron con más de 150.000 personas.

Sin duda ese murmullo, ese sonido hueco, aquella resonancia lejana, la extraña presencia, merecía ser atendida 7 Cajas es un film maravilloso, que quizás como pasa con los buenos films latinoamericanos solo tengan un poco de suerte en su país, está en nosotros mismos romper esa fatídica costumbre.

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Buenos Aires, Argentina, 1955.
Escritor, periodista y crítico de cine, especializado en problemáticas (violencia social, política, migraciones, narcotráfico) y cultura latinoamericana (cine, literatura y plástica).

Ejerce la crítica cinematográfica en diferentes medios de Argentina, Latinoamérica y Europa. Ha colaborado con diversas publicaciones, radios y revistas digitales, comoArchipiélago (México), A Plena Voz(Venezuela), Rampa (Colombia),Zoom (Argentina), Le Jouet Enragé (Francia), Ziehender Stern(Austria), Rayentru (Chile), el programa Condenados al éxito en Radio Corporativa de Buenos Aires, la publicaciónCírculo (EE.UU.) y oLateinamerikanisches Kulturmagazin (Austria).

Realiza y coordina talleres literarios y seminarios. Es responsable de la programación del ciclo de cine latinoamericano "Latinoamericano en el centro" , uno de los más importantes del país, que se realiza en el Centro Cultural de la Cooperación de Buenos Aires.

Ha publicado la colección de cuentos El Guerrero y el Espejo(1990), la novela Señal de Ausencia(1993) y La guerra de la sed (2009),con prólogo de Sergio Ramírez.

Es colaborador de la sección de "Cine" de Carátula.