De Bogotá a Madrid – Ferias del libro

1 julio, 2007

BOGOTÁ

Este año la feria del libro  de Bogotá, celebrada en Abril, tuvo a Chile como país invitado. Carátula fue testigo del fenómeno cultural que vive la capital de Colombia y que se vio reforzado este año por los acontecimientos que poco antes tuvieron lugar en Cartagena con la gran reunión de las Academias de la Lengua y los honores brindados a García Márquez, y la “descomunal” edición conmemorativa de Cien Años de Soledad. Sin embargo, Bogotá, y Colombia en general, deben ser un fenómeno a estudiar para el resto de países de América Latina en materia de difusión de la lectura. A pesar del conflicto y de toda la suciedad que eso destapa (en los días de la feria del libro se encontraron fosas comunes donde yacían enterradas decenas de víctimas de los paramilitares), y a pesar de que el conflicto sigue siendo un verdadero protagonista de los libros que se editan en Colombia, en la ciudad de Bogotá se puede hoy encontrar la Biblioteca pública más grande de toda América Latina que, recientemente, se ha acogido a la política de préstamos con una gran aceptación. Fondos, difusión, cercanía de las bibliotecas y préstamos de libros son requisitos casi indispensables para que los libros no sean un raro lujo como han llegado a ser en muchísimos países de América Latina, donde en algunas bibliotecas existen sistemas de seguridad parecidos a los de los aeropuertos y préstamos de libros que tienen que devolverse al día siguiente.

La feria del libro de Bogotá estuvo abarrotada de público cada día. Los autores chilenos invitados como Alberto Fuguet y el premio Cervantes Gonzalo Rojas no faltaron a la cita. La presidenta de Chile, Michele Bachelet, estuvo en la inauguración. Suplementos especiales, portadas de los diarios y revistas. El libro como gran protagonista. Hay que fijarse en Bogotá.

MADRID

Carátula estuvo también en Madrid este año, durante la Feria del Libro que se celebró a finales de mayo y principios de junio, África es la gran protagonista, además de las largas filas de lectores en espera de que les firmen los libros los autores de moda. La literatura africana editada en Occidente necesita de estos empujones de ventas que las Ferias pueden provocar. Sin embargo, la vastedad del continente y de su producción literaria es algo todavía muy desconocido porque, aunque corramos el juicio de hacer un juicio simplista, los libros que nos llegan desde el siglo pasado son los que en Occidente algunas editoriales y agentes deciden que se puede leer en Occidente. Con el boom latinoamericano del Realismo Mágico, algunas editoriales descubrieron esa veta también en algunos autores africanos. Aún hoy, escritores como Ben Okri, de Nigeria, ganador del premio Booker por La Carretera Hambrienta (Ediciones de Bronce) son muy valorados por su invención. La tradición oral es una herencia de todos los pueblos y en una literatura joven como la africana se muestra con más viveza. El mismo Wole Soyinka, nigeriano también y premio Nobel, es eminentemente oral sobre todo en sus piezas de teatro.  Pero África, no sólo es el África negra que tenemos en mente cuando pensamos en ella, sino sus dos extremos, el del Norte, Marruecos, Argelia… (con autores como el marroquí Tahar Benjellun) y Sudáfrica (con los más conocidos de todo el continente: Coetzee y Nadine Gordimer). Una tierra por descubrir, por leer y por vivir. Allí donde se escribe en el dolor del mundo. Un poquito de ella estuvo presente en Madrid. Pero hace falta mirar más hacia África.

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Revista bimensual y digital que promueve las ideas, la creación y la crítica literaria. Fundada en 2004 por el escritor Sergio Ramírez