De ombligo hacia adentro: para una poética de la maternidad.

25 noviembre, 2022

por Sarli E. Mercado y Silvia Goldman


Escribir la madre, nombrarla, asediar su funcionalidad, su “empaque”, la violencia de su deseo o la que se ejerce en su cuerpo, e incluso la de su ausencia, son algunas aproximaciones o vías para también buscar, en la irreverencia de las palabras, otras maneras de articular un yo materno (lírico) que se desdobla o se piensa abstraído hasta la obsesión.  Estas son algunas de las aristas que le dan forma a la poética de la maternidad en la breve selección de poemas de Alicia Borinsky (Argentina/USA), Giordana García Sojo (Venezuela), Indira Isel Torres Crux (México) y Silvia Goldman (Uruguay/USA).  En sus poemas, estas escritoras latinoamericanas configuran además un axis poético que se dispara en diversas direcciones y acude a palabras (palabritas/palabrotas) que abren puertas, dan permisos o hacen preguntas incisivas sobre la madre como institución.

En Alicia Borinsky, el ventrilocuismo y la ironía con que la poeta desarma las voces de los otros pone en escena una poética del chisme, de barrio o de la calle desde donde, en la hostilidad de las palabras, se articula una madre preocupada por las apariencias, ridiculizada y hurgando en soledad su oficio provisorio, utilitario, de hermana e hija a la vez.  Y es que estos son versos que nos hablan en realidad de la condición social de la mujer, la cual signada dentro de una economía de intercambios de servicios domésticos, es un objeto más de entrega “a domicilio”.

Si para Borinsky, escribir la madre de ombligo hacia adentro supone recurrir a un hablar poético urbano en el que se perfila la jerga y tono del tango, presente también en el resto de su obra, en el poema de García Sojo nos encontramos con una relación madre-hija como un vínculo erótico y una sensualidad rabiosa, una suerte de hambre para lo que nunca nada es suficiente, un juego amoroso, violento y desolador.  Desde esa ambivalencia e imaginería que evoca el lenguaje de un Bernini barroco—cuya obra “no escatimó intensidad dramática y fuerza dinámica” para expresar en mármol la transverberación oexperiencia mística dela virgen católica— sus versos nos hablan de una lengua materna, de una despótica ternura que altera para siempre la identidad de una mujer y la relación con su cuerpo. 

¿Qué pasa cuando no mantenemos intacto el empaque?, ¿qué pasa cuando decir madre es hablar de la herencia de una violencia, de la hostil relación con palabras que nos lastiman?, ¿es eso también una madre? Aquí la madre no es solamente sustantivo, institución, es una secuencia de sucesivos actos cotidianos, cuchillos que cortan el pan para llevárselo a la hija, pero también que lastima, que no cobija a veces, como una voz ya internalizada que debemos desheredar: gorda, fea. ¿Qué pasa cuando también esto es ser madre? Torres Cruz abre el empaque, lo rompe, no lo mantiene intacto, para que nosotros podamos asediar un concepto que no abordamos en su cabal complejidad, un estado que no es monolítico, una condición que por idealizada se ha vuelto imposible de asumir sin culpas: un tabú. 

Quizás se trata aquí de celebrar maternidades complejas, silenciosas, mediocres a veces. Eso también es ser madre. Se abren aquí poéticas amables por ser diversas, amables por ser liberadoras, posibles, articuladas con un lenguaje humano, que no es genérico y que ve en cada madre una madre que es también mujer y, aunque eso parezca una redundancia, no lo es. Recordándonos que tienen un cuerpo, que sienten, que desean, que también ellas aman y lastiman. 

Para Silvia Goldman, nombrar a la madre es situarnos ante el hallazgo de la palabra en cruce con el habla lúdica de la infancia, — la que esconde un bestiario de conejos, peces, perros, pájaros, con su olor a leche rancia o flor — y así poder hablar de los oficios de la muerte, de la orfandad que se hereda como se hereda el nocturno del hueco que es también el desmesurado amor materno (Mercado).  En su poema Goldman hace del hueco — otra vez de ombligo hacia adentro — la caída al vacío, a la ausencia de la madre. En una suerte de “metafísica de la nada” donde el vacío es presencia y ausencia (Suki Finn), en las orillas o bordes de esta lírica se delimitan imágenes en clave surrealista que, junto a preguntas obstinadas, al diálogo o al lenguaje coloquial, deshacen o invierten la propuesta semántica de las palabras. En tal inversión, el agujero es también el cordón umbilical, un continuo llegar a la matriz, al agua donde el niño y la madre habitan (como peces) un solo cuerpo, el del poema.  

madre hay una y está sola 
                   ALICIA BORINSKY, inédito.

¿cómo se las arregla con dos nenas y una tan difícil?

Inconsolable
aunque también ría porque no le gusta que la vean sola

pobretona bien vestida
mirada de ombligo
                   hacia adentro

te lo digo para que sepas
          sólo yo vivo en su agujero

hija remiendo
hijita sólida 
hermana de la otra
HERMANA UTIL
servicial

a domicilio

Lengua materna
                   GIORDANA GARCÍA SOJO, del libro “Lengua materna”


Pequeña déspota mi hija,
con afinación magistral dirige
las abejas de mi vientre
su danza no busca pistilo,
giran sobre sí mismas
concentradas en manar
dulcísimos lazos
cristales punzantes.
Soy tuya le digo
pero no es suficiente.
Mi hija sentó su belleza en mis piernas
mordisqueó mi sorda obsesión.
Todas las vacas del paso
dejaron rastros de leche
subterránea
sin cabo de palabra obscena
sólo calambres, calambritos
rosetones de mamar,
porque antes de desaparecer
el órgano de la ternura 
despejó la forma de otro goce
una mueca de la más blanca roca
            genio arrojado
al cielo de mi boca,
“éxtasis de Teresa”
─sin piedad─,
fronda parásita
amor
asolador amor.

Y ahí vamos a guardar a la mamá en su cajita de colores
            INDIRA ISEL TORRES CRUX, Inédito.   

Y ahí vamos a guardar a la mamá en su cajita de colores
mantenerla intacta
recordar esos juguetes que mantuve intactos
que abrí con tanto cuidado para mantener su empaque.
Ahí voy a meterla con cuidado
pegaré los bordes con cinta adhesiva
Se quedará muñeca de aparador
la acomodo en la repisa de los libros
Todavía no  aprendo a respetarla
insisto en verla como si fuéramos iguales
sin entender el nervio de su hígado
el morbo que tiene por las noticias de los
muertos
le juzgo madre especial
boca de lumbre
poseedora de la inteligencia del invento
No
mamá sabe que no  he sido capaz de llenarme de su lenguaje
le rechazo  en su cuerpo
ella me rechaza en el mío
diciéndome eres  como yo
niña de pechos gordos
la ropa te hace cuerpo abultado
Le digo vieja podrida
ella sabe que me sé cabizbaja
más vieja que la puerta  que se cae en el baño.
Vieja niña  cabeza  de canas
de arrullos forzados
de este mundo indiferente
fotografía plana
de muchachos  felices
falsa comprensión
falsa fotografía
falso respeto
El respeto insignificante  de los días diarios
A mamá y a mí nos sangra la boca
ambas tenemos sangre en las encías
a ambas nos abrieron la barriga
nos metieron piedras para ahogarnos.
Ella me dice que soy  un perro que ladra
y es el ladrido el que se escucha de fondo
y nos acurruca  en la oreja
garrapata solitaria de la noche

nocturno del hueco
            SILVIA GOLDMAN del poemario De los peces la sed (2018).


dame tu mano congelada
tu frío horizontal quebrándose
la puerta donde dejamos los conejos
dame tu mano congelada y tu leche rancia
tu leche rancia en tu mano congelada
no, mejor no me la des
volvamos donde los conejos
tiremos la puerta
quebremos su paz
recordemos
cantemos
cantémosles a ellos
sobre ellos
trepados a su miedo
tapando nuestros miedos
pidámosles perdón
perdonemos
perdonémonos
¿me perdonás?
te perdono

yo me tomo tu sed dijiste un día
eras tan chiquito que en tus dientes había pesadillas
y ellas crecían
yo me tomo tu sed dijiste un día
mientras yo juntaba esos dientes y los llevaba de paseo
eran perros 
yo los sujetaba pero ellos mordían
hacían cavidades en mis mejillas y luego corrían
yo los seguía pero solo llegaba a tocarles el ladrido
anotaba su sed
hasta que vos llegabas con el agua
pero en mi boca no había puertas
¿te referías a mi sed
a esa hambre de madre de la hija sin madre?
¿cuánto dura una madre?
¿cuánto dura una madre con hambre?
¿qué le pasa a la boca cuando le falta una madre?
¿se seca o se desplaza hacia su hambre?

Yo me tomo tu sed puede decirle un hijo a su madre
¿qué sed?
¿de quién la sed?
Como si mi leche no fuera suficiente
Como si mi leche no fuera
¿es mi leche?
¿es suficiente?
¿es mía?
¿la querés?
¿la tomás o te recordás tomándola?

Cuando me dijiste “mami, a veces la voz se va hunting”
Fue tu forma de encontrar las palabras que yo buscaba en silencio
tu forma de decirme que ahora podía bajar los brazos
que solo estábamos vos y yo
tu voz y mi voz
sin la manada
que podíamos tirarnos abrazados
esperá haceme un hueco en el nocturno de tu pecho
dame tu mano y
el agua en la que mueren los conejos
¿los oís?
¿los oís caer de espaldas en el agua?
¿oís el deseo de su huida hacia el bosque?
Menos la huida, menos el bosque
solo ese ruido del agua en movimiento
y el hueco mudo en su elefante
como un niño en la lluvia todavía
y su hermosura suficiente para el tiempo
¿cuánto dura un niño?
¿cuánto dura un niño en un poema?
¿cuánto dura el niño que cae en el agua de este poema con hambre?

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Nicaragua/USA, doctora en Literatura y Cultura Hispanoamericana por la Universidad de Boston, es autora de Cartografías del destierro: en torno a la poesía de Juan Gelman y Luisa Futoransky (2008). Sus publicaciones y presentaciones en conferencias se ocupan de poesía contemporánea hispanoamericana, artes visuales y espacios urbanos; investigaciones que ha presentado en EEUU, Latinoamérica y Europa. Entre sus proyectos de investigación recientes incluyen estudios interdisciplinarios entre poesía hispanoamericana, arte público y el pensamiento ecológico para repensar los puntos de contacto entre territorios rurales y urbanos. En la Universidad de Wisconsin-Madison (UW) la Dra. Mercado enseña clases de literatura, cultura y escritura en torno a Hispanoamérica, el periodismo cultural, la traducción y los estudios (culturales) urbanos. Sarli co-dirige el proyecto Mujeres y traducción que es parte del 4W-International Women Collective Translation Project yi es miembro también del proyecto interdisciplinario del Museo de Ciencias Ambientales, una colaboración entre la Universidad de Guadalajara y la Universidad de Wisconsin-Madison.