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El nacimiento de un arte: D.W. Griffith

1 junio, 2011

Algunos hemos visto, otros escuchado del Nacimiento de una nación e Intolerancia de D.W. Griffith como las películas más influyentes en la historia del cine. Revisando mis anotaciones he tratado de explicar por qué la importancia de Griffitn en la cinematografía mundial y cuáles fueron las innovaciones que ayudaron a crear una gramática cinematográfica. Como anteriormente he señalado estos apuntes son sacados de varios libros que he leído a través de los años y como eran de carácter personal no todo lo citado está entre comillas, ni todas las traducciones son exactas.


En los comienzos se hizo la luz, la luz atravesó el celuloide y aparecieron las primeras imágenes en movimiento sobre un trapo: había nacido el cine. El interés de las primeras proyecciones era mostrar como el cinematógrafo capturaba la realidad en movimiento: la llegada de un tren a la estación, trabajadores saliendo de una fábrica, hombres jugando cartas; y esto trajo el asombro ante un invento que estaba lejos de convertirse en arte. Al poco tiempo la conmoción decayó y el cinematógrafo pasó de ser la primera parte de los programas de vaudeville a la última, con el único propósito de repeler al público que quería escurrirse a la siguiente función.

Los tableuax vivants y el ilusionismo volvieron a atraer al público espectador. Georges Mèlliés (Francia, 1861-1938), director de teatro y dibujante, utilizó el cine como un medio capaz de hacer trucos ópticos que la magia no podía y su película Viaje a la luna da un paso gigantesco al pegar la escena de un cañón disparando una nave con una toma de alejamiento de la cara de la luna con la nave clavada en un ojo.

El cine se basó en el teatro para introducirse al mundo de la ficción: la pantalla era el proscenio y cada escena era completa, con su comienzo y final, entradas y salidas, como el acto de cualquier obra teatral. La cámara hacía la función del espectador sentado en su butaca, la distancia era fija y la conexión de una escena con otra era fundamentalmente cronológica y difícilmente entendida por el espectador.

En los países donde la tradición oral era muy fuerte, el público no entendía la relación entre los personajes de una escena y necesitaba de una persona que explicara paso a paso el argumento. Cuenta Luis Buñuel que pudo ver esta costumbre en la España de comienzos del siglo XX y el hombre parado junto a la pantalla se llamaba explicador; tatarabuelos de los actuales críticos de cine.

Se puede decir que Edwin S. Porter, (EEUU, 1870-1941) fue el primero en desarrollar un lenguaje auténticamente cinematográfico al utilizar tomas de archivo intercaladas con tomas dirigidas para crear una película llamada La Vida de un bombero americano, demostrando que las tomas no necesitaban ser escenas contenidas en si mismas, sino que podían modificarse y articularse juntando un plano con otro. Porter, auténtico artista e innovador, también fue pionero en el uso del close- up (utilizado por primera vez en Inglaterra en 1900), del montaje paralelo y en dar la sensación de avance del tiempo en una película.

Pero estos elementos del nuevo lenguaje fueron usados de forma incipiente y respondiendo a necesidades espaciales y mecánicas más que por razones dramáticas. Fue hasta con Griffith que estas innovaciones adquirieron su madurez y se pudieron articular en una narrativa cinematográfica con profundidad dramática, llevando el cine de un curioso invento a un arte lleno de belleza, de poesía y de suspenso.

David Wark Griffith (EEUU, 1875-1948) nació en Kentucky una década después de finalizada la Guerra de Secesión norteamericana. Su padre, un coronel del ejército sureño, perdió la fortuna familiar por lo que migraron a Saint Louis. Nunca se bachilleró y desde muy temprano desempeñó variados oficios incluyendo un puesto en una librería donde desarrolló afición por los libros, especialmente victorianos, y la ambición de ser escritor. Le intrigaba el teatro y aunque no tuvo éxito como escritor logro destacarse como actor.

Se trasladó a New York donde trabajó en los estudios de Edison como actor. Luego la compañía rival, Biograph, le ofreció un puesto como director y realizó más de 450 cortos que aceleradamente convirtieron el rústico lenguaje del cine en una gramática autónoma y sofisticada. Es importante destacar que Griffith, en 1907, actuó en una película de Porter, Rescate del nido de águilas y en 1908 dirigió su primer corto, Las aventuras de Dolly Ann. Rápidamente se convirtió en uno de los directores más destacados.

Desde el comienzo de su carrera estuvo conciente de las limitaciones que imponían el filmar una escena desde un distancia fija, en plano general, para alcanzar la profundidad dramática del teatro por lo que experimentó con acercamientos y alejamientos de la cámara para colocar los énfasis emotivos y con la fragmentación de las escenas en planos o tomas individuales  yuxtapuestas para incrementar las posibilidades narrativas.

Puesta en escena:

La puesta en escena, mise en scene, tiene que ver con la selección de los actores, la actuación, iluminación, escenografía, utilería, vestuarios, etc.; en fin todo lo que conlleva establecer la diégesis. Griffith fue el primer director que se tomó tiempo buscando actores que encajaran en los personajes que representaban y en hacer largos y numerosos ensayos antes de comenzar a rodar una película. Él escogía el vestuario, la utilería y la escenografía para reforzar el realismo de la escena y se negaba a usar telones pintados porque estos quitaban veracidad. Si en escena aparecía un reloj, para Griffith tenía que ser el objeto real y no una réplica de cartón.

El encuadre de la imagen:

Griffith comprendió la importancia del director de fotografía ya que el encuadre de la imagen a ser fotografiada ayudaba a una mayor expresividad y se volvió conciente del potencial dramático del close-up o primer plano. También entendió que el alejamiento de la cámara para hacer tomás panorámicas dejando al actor como una silueta dominada por el paisaje enfatizaba la vulnerabilidad del personaje y aumentaba la magnificencia del espectáculo.

El uso de close-ups, o primeros planos, y planos generales, o panorámicas, no fueron su invención pero si fue pionero al ligarlos a las necesidades narrativas y en entrecortar las diferentes tomas para mejorar los efecto dramáticos. En este sentido dice Karel Reizs “El descubrimiento fundamental de Griffith reside en la comprensión  de que una secuencia fílmica se hace a partir de tomas incompletas cuya selección y orden es guiado por la necesidad narrativa”.

Montaje:

Una vez que Griffith descomponía una escena en diferentes planos en vez de una toma continua, se enfrentó al problema de estructurar los fragmentos de una forma coherente e imperceptible para que fueran una sola unidad. Él quería que el espectador sintiera la escena como un flujo natural de imágenes sin ser distraído por cortes bruscos o saltos en los empalmes. Para conseguir esto desarrollo la técnica de edición conocida como match-cut, unir dos planos a través de la continuidad del movimiento, del gesto, de la direccionalidad o de la convergencia de las mirada; algo que se convirtió en un estándar cinematográfico y que fue roto años después con el uso del jump-cut o salto de imagen.

Otra de las convenciones que quedaron  establecidas fue el uso de los fade-in y fade-out, o disolvencias como elementos de transición y con cierto valor emotivo. Usualmente utilizados con un iris o diafragma, en el fade-in la imagen va apareciendo lentamente sobre la pantalla y en el fade-out se va perdiendo en negro. La combinación de ambos daba la sensación que ha transcurrido tiempo o armoniza un cambio de locación entre escena y escena.

También inició el uso del POV, punto de vista, cuando la cámara se convertía en los ojos del actor introduciéndonos en su mundo subjetivo. Usualmente estas tomás eran seguidas por un acercamiento que mostraba la reacción del personaje.

De todas estas innovaciones en la edición asociativa quizás la más característica de Griffith es el cros-cut o entrecorte, la intercalación de tomas que suceden en diferentes escenarios para dar la impresión que dos acciones simultaneas pero separadas son unidas por una misma línea narrativa y que de cierta manera da una ventaja al espectador sobre los actores. Es típico en las películas de Griffith intercalar dos o más acciones para aumentar el suspenso y terminar con el clásico rescate de último momento.

El punto de vista del narrador:

La atención al detalle y las innovaciones introducidas a la hora de montar sirvió a Griffith, no solamente para explotar las posibilidades dramáticas sino que también para trasmitir su punto de vista o sus comentarios sobre la acción. Su identificación con el sur de loa Estados Unidos y su inclinación por los escritores de moral bien definida se deja ver en toda su obra y en El nacimiento de una nación se percibe como la ideología del director, sus creencias y actitudes, inclinan la película hacía un mensaje determinado (1).

En el cine no existen las narrativas inocentes y la ilusión de que somos una mosca pegada en la pared observando la vida privada de los demás es solo eso,  una ilusión voyerística.

Iluminación:

Griffith experimentó con la iluminación para acentuar tanto las características de los personajes como el contenido simbólico de los escenarios. A veces la iluminación provenía de atrás del personaje creando una especie de aureola o halo, angel lighting, que añadía inocencia a los personajes femeninos, otras veces iluminaba desde abajo acrecentado los rasgos y expresiones sombrías. El remarcar las sombras y el claro oscuro ayudaba al sentido trágico de las escenas y a ubicar la maldad. “Usó películas de alto contraste… sobre todo en escenas exteriores, secuencias bélicas (que marcaba) con líneas claras y fuertes” (Franklin Caldera).

En su carrera como director Griffith produjo muchísimos cortos, medios y largos metrajes. Entre las más destacadas están El nacimiento de una nación (1915), basada en la novela de Thomas Dixon, donde se reconstruye la guerra de Secesión a través de dos amigos que militan en bandos diferentes. Esta película fue un éxito de taquilla inmediato y mantiene su calidad de clásica a pesar de su marcado racismo y el apoyo al KKK (2). El dinero ganado con esta película lo invirtió en su segundo clásico, Intolerancia (1916), donde trató de enmendar las posiciones supremacistas. La primera versión de Intolerancia duraba 8 horas y era un film dividido en cuatro episodios alternados en diferentes épocas históricas que denuncian la intolerancia como origen de la injusticia y las calamidades. Debido a lo complicado del montaje el público de ese entonces no pudo captar la película y fue un fracaso de taquilla que obligo a Griffith a pagar deudas durante el resto de su carrera.

A pesar de ser reconocido por la gran mayoría de directores, desde Eisenstein hasta Coppola, como el pionero de la narrativa cinematográfica y la influencia más importante de sus carreras, Griffith, al igual que su antecesor Porter, murió en 1948, solo y abandonado en el cuarto de un hotel, sin que nadie llegara a su rescate en el último momento.


  1. Como dijo un intelectual de color, lo malo de la película no es tanto la película sino que haya sido un éxito. Protestaron las organizaciones de derechos civiles, pero el público blanco no notó nada ofensivo. La dieron en la casa blanca y Wilson la alabó sin mayores comentarios. «Es la historia contada con luces». (Franklin Caldera, e-mail)
  2. En realidad El nacimiento de una nación son dos películas. La primera parte es la gran obra maestra del cine. Esas reconstrucciones de batallas no pierden su impacto emocional y cinematográfico. El asesinato de Lincoln es una secuencia muy linda, aunque no exacta, no aparece la otra pareja que estaba junto a Lincoln. La firma de la paz en Appomatox (Grant y Lee) está bien lograda. Pero luego viene la segunda parte, con esa posición anti-integracionista que realmente golpea al espectador contemporáneo. Muchas escenas son teatrales en el peor sentido de esa palabra aplicada al cine. Las actuacioens son primitivas, las concepciones de los personajes, risibles. La presencia del ku klux klan, ¡imperdonable! Dos películas, una podría ser la mejor película del mundo y la segunda, la peor película del mundo. (idem.)

* (Llamo estos escritos “recopilación de notas” porque son apuntes que a través de los años he recogido en páginas sueltas más con intención autodidacta que académica, por lo que a veces no usé comillas para las citas y las traducciones no son lo más exactas. Todo proviene de libros, y entre los que más han influido están: 100 años de historia del cine de Franklin Caldera; Historia del cine de David Robinson; Técnicas de edición de Karel Reizs; Closely watched films de Marilyn Fabe; DW GRiffith, american film master, Iris Barry… y de alguna que otra observación propia).

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Estudia humanidades en la Universidad Centro Americana (UCA), Managua, y arquitectura en The Catholic University of America, Washington D.C.

Publica cuentos y poemas en suplementos literarios desde 1970. En la insurrección (1978-79) es integrante de la Brigada Cinematográfica que recoge, en cine y fotografía, la guerra contra Somoza.

Durante los 80’s es cofundador y director del Instituto Nicaragüense de Cine (INCINE), y miembro fundador de la Fundación del Nuevo Cine Latino Americano. Realiza documentales y películas de ficción que obtienen reconocimientos en festivales internacionales.

Ha publicado un libro de cuentos, Nadie de Importancia(1984), y su primera novela, Así en la tierra, es finalista del premio Ateneo de Sevilla 2007.

Es editor de Cine de Carátula.