El pensamiento escritural de Cristina Rivera Garza: necroescritura y escritura geológica
1 junio, 2024
Introducción
El pensamiento escritural de Cristina Rivera Garza, abordado desde la perspectiva de la necroescritura y la escritura geológica, revela una preocupación ética y estética en contextos de violencia. En su obra Los muertos indóciles: Necroescrituras y desapropiación (2013), Rivera Garza introduce los conceptos de necroescritura y desapropiación en respuesta a la brutalidad de la guerra contra el narcotráfico en México. A través de una reflexión crítica sobre el papel del autor y del lector, y la función de la literatura en tiempos de violencia, la autora propone una escritura dialógica y desapropiativa que desafía las nociones tradicionales de autoría y representación.
Posteriormente, en Escrituras geológicas (2022), Rivera Garza expande su pensamiento escritural para incorporar una preocupación por los problemas ambientales y la relación de los humanos y la Tierra. Esta escritura geológica, que se manifiesta en sus textos Había mucha neblina o humo o no sé qué (2016), Autobiografía del algodón (2020) y El invencible verano de Liliana (2021), es un esfuerzo por desedimentar y reescribir la historia y las experiencias humanas en interacción con el territorio y sus formas de vida. Rivera Garza establece un puente entre la geología y la literatura, revelando las capas de significado y las conexiones históricas y sociales que se encuentran en la materia misma de la Tierra.
Necroescritura y desapropiación
En Los muertos indóciles: Necroescrituras y desapropiación, esta colección de ensayos, hay evidencia de importantes conceptos para comenzar a conocer el pensamiento escritural de Rivera. Necroescrituras y desapropiación son dos conceptos importantes en este libro. Dichos conceptos son producidos en el contexto de lo que se llama la guerra contra el narco ejecutada durante la presidencia Felipe Calderón (2006-2012) en México. Ante los miles de muertes ocurridas en esos años, entre la compleja realidad de las acciones del Estado mexicano y el crimen organizado, Rivera Garza se pregunta:
¿Qué significa escribir hoy en ese contexto? ¿Qué tipo de retos enfrenta el ejercicio de la escritura en un medio donde la precariedad del trabajo y la muerte horrísona constituyen la materia de todos los días? ¿Cuáles son los diálogos estéticos y éticos a los que no avienta el hecho de escribir, literalmente, rodeados de muertos? (Rivera, Los muertos indóciles. Necroescrituras y Desapropiación 16–17)
En el intento de responder alguna de las preguntas la autora plantea uno de los primeros conceptos importantes en esta propuesta: la necroescritura, entendida como procesos de “[…] escritura eminentemente dialógicos, es decir; aquello en lo que el imperio de la autoría, en tanto productora de sentido, se ha desplazado de manera radical de la unicidad del autor hacia la función del lector, quien, en lugar de apropiarse del material del mundo que es el otro, se desapropia” (Rivera, Los muertos indóciles. Necroescrituras y Desapropiación 19). Dicho concepto, en primer lugar, tal como lo afirma Rivera Garza, establece una conexión directa con el concepto de necropolítica de Achille Mbembe. En segundo lugar, toma la función del lector, que propone Roland Barthes, en su trabajo La muerte del autor, donde afirma que el nacimiento del lector se apaga con la muerte del autor. Tercer lugar, la idea de desapropiar tiene relación con otro concepto clave de Rivera llamado desapropiación, entendido como el proceso “[…] Desposeerse del domino de lo propio […] Se trataba y se trata de renunciar críticamente a lo que la Literatura (con L mayúscula) hace y ha hecho: apropiarse de las experiencias y voces de otros en beneficio de ella misma y sus propias jerarquías de influencia” (Rivera, Los muertos indóciles. Necroescrituras y Desapropiación 97). Por lo visto, según este último elemento, de la necroescritrua, Rivera cuestiona el concepto tradicional de literatura, particularmente la autoría, como una categoría monolítica que inventa o saca de la manga de la camisa todos los materiales textuales con los que trabaja. Sin embargo, la desapropiación, se genera en un contexto particular: “[…]en una época signada por la violencia espectacular de la así llamada Guerra contra el Narco, se abría para incluir, de manera evidente y creativa, las voces de otros, cuidándose de esquivar los riesgos obvios: subsumirlas a la esfera del autor mismo o reificarlas en intercambios desiguales signados por la ganancia o el prestigio” (Rivera, Los muertos indóciles. Necroescrituras y Desapropiación 97). En consecuencia, Rivera cuestiona y reconfigura la tradicional figura del autor y la literatura en el contexto sociopolítico de la Guerra contra el Narco en México. En resumen, este concepto de necroescritura, sirve como categoría ética y estética que propone Rivera Garza ante la violencia causada por la Guerra contra el Narco.
La desapropiación como característica de las necroescritura está acompañada de un elemento llamado reescritura. Mediante esta práctica la necroescritura toma forma en el texto y le sirve al autor para generar diálogos con el pasado y el presente, con otras voces, y otras realidades:
Reescribir es una práctica a través de la cual se vuelve a hacer algo que ya había sido hecho con anterioridad, eso es cierto. También es cierto que el proceso de reescritura deshace lo ya hecho, mejor aún, lo vuelve un hecho inacabado, o termina dándolo por no hecho en lugar de por hecho; termina dándolo, aún más, por hacer. Reescribir, en este sentido, es un trabajo sobre todo con y en el tiempo. Reescribir, en este sentido, es el tiempo del hacer sobre todo con y en el trabajo colectivo, digamos, comunitario e históricamente determinado, que implica volver atrás y volver adelante al mismo tiempo: actualizar: producir presente. (Rivera, Los muertos indóciles. Necroescrituras y Desapropiación 65)
Rivera Garza, mediante este recurso, presenta la literatura como una práctica en constante evolución y transformación, que refleja y, a su vez, modifica su realidad social y cultural. La reescritura, entendida como una actualización y producción de presente, entrelaza pasado, presente y futuro en un ciclo creativo continuo, reflejando las complejidades del contexto sociopolítico, como en el caso de la Guerra contra el Narco. Recapitulando, la necroescritura es una propuesta ética y estética, que tiene diferentes características, entre ellas, la desapropiación, mientras la desapropiación es acompañada por la práctica escritural de la reescritura. Finalmente, la desapropiación tiene diferentes técnicas apropiativas observadas en el texto como la excavación, reciclaje, yuxtaposición, tachado y copiado.
En el campo de los estudios culturales, la necroescritura como teoría se observa en La patria en fuga. Violencia, memoria y desaparecidos en la literatura mexicana actual (2022) de María Ema Llorente, esta investigación incluye un corpus amplio de análisis como “Los muertos” (2010), de María Rivera; “La reclamante” (2011), de Cristina Rivera Garza; y “Comarca de San Fernando” (2013), de Juana Adcock. Además, “Las muchachas bailan”, de Mónica Nepote, incluido en Hechos diversos (2014), “Las muertas de Juárez” (2017), de Carlos Aguasaco, entro ostros textos. La investigación está orientada “[…]a reflexiones relativas a qué significa o qué implica hablar de la violencia desde la literatura y desde la poesía; qué aporta la literatura al tema de los desaparecidos; cómo son estos textos y qué mecanismos utilizan para representar a los ausentes; cuáles son sus efectos o sus resultados; […]” (Llorente 17). Por ejemplo, el capítulo “Apropiación, intervención y reescritura” examina cómo ciertos textos ya mencionados utilizan la apropiación, la intervención y la reescritura como estrategias desapropiativas. El capítulo destaca el impacto de Internet y las redes sociales en estas técnicas literarias, enfocándose en cómo se mezclan y adaptan textos de diferentes fuentes. Además, analiza la relación entre la literatura testimonial y estos mecanismos, destacando cómo esta forma de escritura responde a la realidad social y política actual, especialmente en el contexto de la violencia y el narcotráfico en México. Otro capítulo que me gustaría mencionar para mostrar el uso de necroescritura es “Desapropiación y necroescritura. El cuerpo del texto y los cadáveres textuales. La escritura como contramonumento” toma como concepto central la desapropiación, propuesta por Cristina Rivera Garza. Explora cómo esta práctica se relaciona con la necroescritura, donde los textos son reconstruidos dialogando con otros ya existentes, lo que resulta en una obra colectiva que desafía las nociones tradicionales de autoría y originalidad. El análisis se centra en Coreografía del miedo, de Sthephanie Alcantar, el poema “La reclamante”, de Cristina Rivera Garza y Antígona González de Sara Uribe, y Llorante concluye que:
La pluralidad de voces que caracteriza a estas escrituras comunitarias y desapropiadas se señala muchas veces mediante el uso de una tipografía diferente para los fragmentos de distinta procedencia –alternancia de redondas, cursivas y negritas–, aspecto que podría verse también como marca material y visible de esas huellas y heridas del cuerpo textual. Con esto, la superficie del texto adquiere una textura variable y llena de relieves que deja ver, en sus suturas, la hechura de su composición múltiple y polifónica. (Llorente 210)
La necroescritura y la desapropiación responden a una propuesta ética y estética producida y pensada en el contexto de la violencia en México, resultado de un episodio histórico conocido como la guerra contra el narcotráfico. De igual manera son categorías utilizadas para analizar textos literarios producidos en ese contexto y que buscan mediante las estrategias escriturales con las cuales fueron escritos referir sobre esa realidad histórica, especialmente, pensando las víctimas y sus familiares.
Escritura geológica
Luego el pensamiento escritural de Rivera Garza emprende una deriva que aparece en su libro Escrituras geológicas (2022). De manera general diría que esta deriva se relaciona con la preocupación de científicos, artistas, activistas, políticos y académicos que han repensado la relación que tenemos los humanos con la tierra y todas sus formas de vida. Por ejemplo, en el 2018 el Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona convocó a un ciclo de debates, llamado El mundo que necesitamos, con especialistas de alto nivel como Vandana Shiva, George Monbiot y Dona Haraway, dicho encuentro también fue acompañado de una exposición titulada Después del fin del mundo, centrada en el cambio climático. La iniciativa del colectivo Fictilis1, crearon el Museo del Capitalismo, que muestra la conexión de las artes, ciencias y economía para reflexionar sobre la situación del planeta, es otro ejemplo, de estas propuestas y preocupaciones.
A primera vista hablar de escritura y geología resulta extraño. Relacionar dos prácticas, dos saberes, dos métodos de trabajo diferentes podría resultar un experimento complicado; sin embargo, Cristina Rivera Garza ofrece dicha relación. La Escritura Geológica aparece, desde mi análisis, en cuatro libros, que fueron publicados entre el 2016 y 2022. En el orden cronológico Había mucha neblina o humo o no sé qué (2016), Autobiografía del algodón (2020), El invencible verano de Liliana (2021) y Escrituras geológicas (2022), estos libros podrían representar el concepto y la práctica de escritura geológica que propone Cristina Rivera Garza. Salvo el último libro, que corresponde a una colección de ensayos, donde reflexiona sobre la escritura geológica y examina varios autores con dicho concepto; los otros libros corresponderían a lo que tradicionalmente llamamos ficción.
La deriva de Cristina Rivera Garza consiste en dejar la necroescritura e incorporar la materia, la Tierra2 y todas sus formas de vida, como preocupación ética y estética. Comienza diciendo que “[…]en la Tierra que nos sostiene sobre huellas de otros, no hay tabula rasa. Si algo puede ser escrito ahora es porque ha sido escrito, seguramente de otra forma, antes, y será reescrito, con algo de suerte después”(Rivera Garza; Escrituras Geológicas 15). De la violencia del Estado mexicano y el narcotráfico se ubica y nos ubica en la Tierra, y desde ahí articula este concepto. Por otro lado, argumenta que esta forma de escritura “[…] tiene un énfasis en el territorio y una vocación de escarbar verticalmente sobre capas de material lingüístico con el afán de desidementar” (Rivera, (206) Conferencia Magistral “El Drama Del Desierto: Una Escritura Geológica de José Revueltas” – YouTube 24:05-17). La presencia del territorio, entendido literalmente como la tierra que pisamos, más la idea escarbar con el lenguaje los “sedimentos textuales que nos toca auscultar y levantar, interrogar y subvertir, en ese recorrido vertical y descendente” (Rivera, Escrituras geológicas 14), es central en el pensamiento geológico de Rivera. La Escritura Geológica, sigue argumentando Rivera Garza, estrecha más su relación con la geología en la media que esta nos recuerda que somos tiempo y mediante este conocimiento y tecnología podemos conocer las experiencias de dolor, opresión y sufrimiento que están en la Tierra. En palabras de Sergio Villalobos, la geología tiene como tarea “des-enterrar los secretos de la acumulación y hacer posible la pregunta por la justicia” (Villalobos-Ruminott 213). Por otro lado, la geología no ha sido un saber neutro, se extiende más allá de su marco científico tradicional para abarcar aspectos históricos y humanos, particularmente aquellos relacionados con el colonialismo y el racismo. La forma en que los humanos han clasificado y utilizado los recursos naturales, incluyendo la tierra y las rocas, ha sido profundamente influenciada por contextos de poder y conflictos históricos. Rivera Garza (Escrituras Geológicas 11, 12), apoyándose en los argumentos de Kathryn Yusoff[3], sostiene que los orígenes de la geología como ciencia están intrínsecamente ligados a actos de violencia y desposesión. Así también, plantea que la geología, además de ocuparse del estudio de la materia, también ha sido parte de procesos más amplios de colonialismo y racismo. Desde este enfoque la geología ha contribuido a desplazamientos forzados de comunidades indígenas y a la esclavitud de personas negras y nativas, tratándolas en algunos contextos como si fueran recursos naturales, en consecuencia, desde la escritura geológica, una característica central de esta, consiste en la “[…] desedimentación [que es] el proceso a través del cual es posible ‘poner al descubierto la vida social de la geología’- en tanto lenguaje y en tanto práctica de acumulación y racionalización- ‘y sus gramáticas de violencia’” (Rivera, Escrituras geológicas 12). Es decir, que este proceso se encamina a desentrañar las capas de significado e historia que se ha acumulado en torno a la geología, particularmente, en los contextos de colonialismo, esclavitud y racismo. Sin embargo, Rivera Garza se aleja de la propuesta de Kathryn Yusoff, en cuento a centrar la geología en el contexto de colonialismo, esclavitud y racismo y examina, por ejemplo, los proyectos modernizadores emprendidos por Lázaro Cárdenas en el norte de México durante los años treinta. Diseñados y ejecutados para el beneficio de grandes poblaciones que no tenían tierra, así por ejemplo la reforma agraria, la creación de condiciones(presas de agua) para la siembra de algodón y crear una economía de pequeños productores, son proyectos que fueron elaborados dentro de una lógica de beneficio social; sin embargo, en la medida que los intereses del Estado mexicano y la banca privada, que fueron parte de la dinámica económica en la producción de algodón, se centraron en la producción de tributos y utilidades, desarticularon ese proyecto modernizador. Autobiografía del algodón, ofrece un desedimentación de los procesos históricos, sociales, económicos que ocurrieron en el norte de México en torno al algodón. Había mucha neblina o humo o no sé qué es un texto en el que examina el fenómeno económico conocido como el Milagro Mexicano. Desde la escritura geológica este libro evidencia las afectaciones y prejuicios de la modernidad mexicana contra las comunidades indígenas y el desplazamiento que ocurre por estos proyectos en el sur de México, resultado de la construcción de la presa Miguel Alemán. Por ejemplo, sobre los prejudicios CRG cita documentos oficiales de la Secretaría de Recursos Hidráulicos “No solo era Oaxaca la zona ‘menos familiarizada con el progreso’ , sino que incluso, en este extremo sur de la cuenca, ‘aislado, sin caminos y despoblado, habitaban los indios mixes sobre las faldas del Zempoaltepec [sic]…que, por su modo de vida miserable y casi olvidado del resto del mundo, se diría que no sale aún de la edad de piedra’”(Rivera Garza, Había mucha neblina o humo o no sé qué 103). En mitad del siglo XX, la modernidad mexicana parece enfrentada a prejuicios o visiones erradas que se plantearon en el siglo XIX, como el binomio civilización/barbarie, por ejemplo, que promovió Domingo Faustino Sarmiento, con Facundo o Civilización y barbarie en las pampas argentinas (1845). Dicho de otra manera, con esta categoría escritural (Escritura geológica) CRG busca evidenciar las relaciones del Estado y el capital privado en el interés de generar riqueza y progreso, a costos humanos y de la naturaleza elevados. Desapropiativamente, ambos textos siguen estrategias escriturales similares. Autobiografía del algodón, sigue los pasos de José Revueltas en el norte, Había mucha neblina o humo o no sé qué, sigue los pasos de Juan Rulfo; Autobiografía del algodón destaca por su fusión de técnicas literarias, como la yuxtaposición y el collage. Por otro lado, el análisis desapropiativo, evidencia la reinterpretación de las obras de Juan Rulfo, especialmente El llano en llamas y Pedro Páramo, Rivera Garza utiliza la reescritura, no solo como un homenaje, sino también como una herramienta escritural para expandir los límites del género novelístico y crítica el progreso emprendido en México. También, desde esta categoría, de la escritura geológica, evidencia cómo la ideología del liberalismo ha organizado la sociedad mexicana, partiendo de que el liberalismo como partido político, con sus diferentes nombres, desde su fundación como Partido Nacional Revolucionario (PNR) en 1929 por Plutarco Elías Calles hasta convertirse en el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y gobernara México hasta el año 2000, representa setenta años en el ejercicio del poder en la historia republicana de México.
En El invencible verano de Liliana, como sabemos centra la historia en el feminicidio de su hermana Liliana. Sin embargo, también cuestiona las instituciones jurídicas mexicanas, elabora una historia económica y social de la delegación de Azcapotzalco (espacio donde ocurre el feminicidio). Del trabajo de archivo de José Revuelta y Juan Rulfo, Rivera Garza trabaja con el archivo íntimo de su hermana como estrategia escritural. Al igual que en Autobiografía del algodón y Había mucha neblina o humo o no sé qué, la voz de lapropiaautora se entre teje con la historia mexicana; sin embargo, con El invencible verano de Liliana continúa buscando justica para su hermana. Por otro lado, En Autobiografía del algodón y Había mucha neblina o humo o no sé qué la autora se plantea explorar el daño infligido a la Tierra en nombre del progreso y la ganancia. Estas tres obras de CRG las leo como un collage tríptico, que examinan todo el territorio mexicano duarante el siglo XX, que va del norte hacia al centro y luego al sur de México.
Conclusión
La necroescritura de Rivera Garza aparece como una respuesta ética y estética a la violencia de la guerra contra el narcotráfico en México, proponiendo una literatura que no solo representa la muerte y el sufrimiento, sino que también cuestiona y redefine el papel del autor y del lector en este contexto. A través de la desapropiación y la reescritura, la autora sugiere una forma de literatura que es a la vez colectiva y dialógica, que busca incluir las voces de los otros (especialmente las víctimas y sus familiares) y evitar la subordinación de los materiales literarios a la esfera del autor. La propuesta desafía las convenciones literarias y también ofrece una forma de resistencia y reflexión crítica sobre el papel de la literatura en tiempos de violencia.
En la escritura geológica, Rivera Garza amplía su proyecto literario para abordar los problemas de la Tierra dentro de los estudios materiales. Al conectar la literatura con la geología, la autora explora las experiencias humanas en relación con la Tierra y también revela cómo estas interacciones están relacionadas con el poder y la violencia. En conjunto, la necroescritura y la escritura geológica de Rivera Garza presentan una propuesta literaria que desafía las fronteras tradicionales de la literatura y ofrece nuevas formas de entender y representar la realidad sociopolítica, histórica y ambiental contemporánea de Latinoamérica.
Bibliografía
De Cunzo, Lu Ann, y Catharine Dann Roeber. Suitcases, Selfies, and the Global Environment: Material Culture, Materiality, and the New Materialism.The Cambridge Handbook of Material Culture Studies, editado por Lu Ann De Cunzo y Catharine Dann Roeber, Cambridge University Press, 2022, pp. 1-23.
Llorente, María Ema. La patria en fuga. Violencia, memoria y desaparecidos en la literatura mexicana actual. Bonilla Artigas Editores; Universidad Autónoma del Estado de Morelos, 2020.
Rivera, Cristina. (206) Conferencia magistral “El drama del desierto: una escritura geológica de José Revueltas” – YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=etXXohyvtgY&ab_channel=InstitutodeInvestigacionesEst%C3%A9ticasUNAM. Consultado el 23 de noviembre de 2022.
—. Escrituras geológicas. Primera edición, Iberoamericana Editorial Vervuert, 2022.
—. Los muertos indóciles. Necroescrituras y Desapropiación. DEBOLSILLO, 2019.
Rivera Garza, Cristina. Había mucha neblina o humo o no sé qué. 2da reimpresión, Penguin Radom House, 2017.
Villalobos-Ruminott, Sergio. Heterografías de la violencia: Historia Nihilismo Destrucción. Ediciones La Cebra, 2016.
Notas
1 Para más información www.fictilis.com
2 En términos más precisos ubicaría este pensamiento de Cristina Rivera dentro de la cultura material entendida como como la referencia a la totalidad de objetos, cuerpos vivos y muertos, y sus partes, extendiéndose a edificios, paisajes, textos, e incluso aspectos de la biosfera. La cultura material no se limita a elementos tangibles, involucra la interacción de sustancia, ideas, creencias, diseño y forma que conforman nuestro mundo construido. En ella, los objetos poseen poder, representando no solo su presencia física, sino también sus cualidades icónicas y simbólicas, y su capacidad para ser reinterpretados en diversos contextos. Los estudios de la cultura material abarcan enfoques estéticos, económicos, sociales, políticos y ecológicos, entre otros, y buscan comprender la relación entre los aspectos materiales e inmateriales de nuestro mundo. Este campo también considera el impacto de la digitalización y la naturaleza política de la cultura material contemporánea, donde la crítica se centra en el dominio humano y la interacción con formas no humanas de existencia. La cultura material, con raíces en el siglo XIX y una evolución significativa en el siglo XX, está profundamente entrelazada con disciplinas académicas y tiene implicaciones ambientales y políticas, resaltando la importancia de entender cómo los objetos y sus significados son parte integral de nuestra herencia cultural y ambiental (De Cunzo 2–4).
3 Kathryn Yusoff es una académica y teórica reconocida por su trabajo interdisciplinario en geografía, filosofía y estudios ambientales. Sus investigaciones se centran en la intersección de la geología, la política y la ontología, explorando la influencia de la materia y los procesos geológicos en las estructuras sociales y políticas. Entre sus publicaciones destacadas se encuentra A Billion Black Anthropocenes or None (2018), donde examina el concepto de Antropoceno desde una perspectiva crítica de raza.
Poeta y crítico literario. Ha publicado los poemarios Líricos instantes (Leteo, 2007), Lienzos de la otredad (Foro Nicaragüense de Cultura, 2010) y Canvas of the Otherness (Leteo, 2012, edición bilingüe) y Cuerpo fragmentado (Lector Disléxico, 2024). Merecedor de una beca del Programa de Residencias Artísticas para Creadores de Iberoamérica y Haití en México y becario del Programa de Movilidad Cultural para Profesionales Iberoamericanos de la Cultura, de la Organización de Estados Iberoamericanos para la Ciencia, la Educación y la Cultura, (OEI). Tiene una Maestría en Escritura Creativa por la Universidad de Texas El Paso y completó un doctorado en literatura y estudios culturales en Texas Tech University.
Fotografía: Nilo Jiménez