La Universidad ante la crisis

27 mayo, 2018

“Voy a seguir creyendo aun cuando la gente pierda la esperanza; voy a seguir construyendo, aunque otros destruyan; voy a seguir hablando de paz aun en medio de la guerra”. (M. Gandhi).


Universidad Centroamericana (UCA)

Las universidades nicaragüenses han sido el escenario principal de las protestas que se han venido dando desde el pasado 18 de abril. Aunque las protestas que fueron reprimidas brutalmente por la policía utilizando antimotines y fuerzas parapoliciales se enfocaron inicialmente en el rechazo a un decreto sobre reformas al seguro social, éstas rápidamente se cristalizaron en una crítica masiva hacia el régimen opresivo de Daniel Ortega.

A nadie debería sorprender que hayan sido los universitarios los que encendieran la chispa de esa rebelión cívica que vive actualmente Nicaragua en busca de la democratización del país. La protesta estudiantil es sin duda también la expresión de inconformidad de los estudiantes con lo que sucede al interior de las universidades que les afecta directa e indirectamente.

La autonomía universitaria alcanzada en Nicaragua hace 60 años (decreto del 27 de marzo de 1958), venía siendo transgredida sistemáticamente por el gobierno desde 2007, resultando en el atropello del derecho de organización y funcionamiento. En una avanzada antidemocrática que desde sus inicios suprimió la libertad de expresión y de manifestación pacífica, la dictadura buscaba derruir también el rol de transformación social. y de formación de pensamiento crítico al seno de las universidades.

La injerencia se expresa en la intervención del partido de gobierno en las decisiones internas de las universidades sean de orden académico o administrativo. Es bien sabido que muchos rectores no poseen la suficiencia académica necesaria para estar al frente de las universidades, sino que son utilizados por el partido de gobierno para someter y fustigar a docentes y estudiantes, y reprimir cualquier intento de disidencia. Eso explica por qué ningún rector de las universidades públicas defendió a sus estudiantes frente a la barbarie a la que fueron sometidos en la rebelión de abril y mayo que, según informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dejó como resultado más de 75 personas asesinadas, decenas de prisioneros torturados y cientos de estudiantes heridos. La UCA fue la única universidad que condenó la violencia policial y, a través de un pronunciamiento, llamó a defender la vida de los estudiantes.

El gobierno controla las organizaciones estudiantiles corrompiendo a sus líderes y utilizándolos como fuerzas de choque para reprimir las manifestaciones. De modo que, en condiciones de subordinación partidaria, las universidades han venido despeñándose más como dependencias ministeriales que como instituciones académicas.

En ese contexto difícil, la Universidad Centroamericana, UCA, a pesar de sufrir también múltiples amenazas, condicionamientos y ataques al campus, ha sabido permanecer firme como uno de los pocos bastiones de resistencia entre las instituciones de educación superior. Atendiendo su función de constituir la conciencia crítica de la sociedad, la UCA ha simbolizado la plataforma ideal de discusión de diversos pensamientos y propuestas sobre la realidad nacional. Esto lo viene realizando a lo largo de su historia no solo por medio de la docencia en el aula de clase sino también a través de seminarios, foros y debates organizados por sus institutos de investigación como herramientas indispensables para el pensamiento crítico y a fin de contribuir a los grandes procesos de transformación de la realidad nacional.

Siendo que el contexto actual, surgido a partir de las protestas, demanda una efectiva refundación del Estado nicaragüense y sus institucionales, seguramente no habrá asunto de mayor trascendencia para el país que la evolución de sus universidades. A tono con esta nueva realidad social y para responder a las exigencias de la modernidad, cuya esencia radica en la importancia creciente de la generación y difusión del conocimiento en el desempeño de las sociedades actuales, la UCA ha venido impulsando desde inicios del año una reingeniería del sistema de investigación científica que incluye la creación de una vicerrectoría de investigación e innovación. En ese mismo esfuerzo se han creado dos nuevos institutos interdisciplinarios que, al reunir a todos los investigadores estimulándolos a colaborar, contribuyen al estudio de la realidad social, humana y natural de manera holística lo que apunta a una mayor pertinencia e incidencia.

En su dedicación a la conservación ambiental, el Instituto Interdisciplinario de Ciencias Naturales (IICN) en asociación con otras instituciones nacionales y extranjeras formula propuestas para atender los problemas productivos y de desarrollo económico y social. Así mismo, el nuevo Instituto Interdisciplinario de Ciencias Sociales (IICS) reúne a profesionales de diversas disciplinas de las ciencias sociales, estimulándolos a desarrollar investigaciones más profundas, de mayor impacto social y con una visión más interdisciplinaria de las problemáticas sociales.

Construyendo sobre los logros anteriores y buscando mejorar la calidad académica de la universidad, junto a los nuevos institutos, se potenciará el trabajo de proyección social que realizan los institutos más antiguos, algunos de los cuales cuentan con una valiosa trayectoria de más de tres décadas. Considerado por Andrés Pérez Baltodano como un milagro institucional, el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, IHNCA, viene consolidando su trabajo de difusión de la historia, así como de la preservación y gestión del patrimonio documental y audiovisual. Se modernizará su infraestructura, ampliando auditorios, salas de exposiciones y de proyección, salas de lectura y de depósitos documentales, permitiendo el acceso de mayor número de visitantes, posibilitando que todo el acervo cultural con que se cuenta esté a disposición no solo de profesionales y estudiosos sino también del público en general como tarea indispensable para popularizar el acceso.

Con estos emprendimientos la UCA empieza una nueva etapa en su propio desarrollo que requerirá el mejor empeño no solo de la comunidad universitaria, sino también de la sociedad a la que se debe, fomentando lo que Carlos Tünnermann Bernheim llama el flujo de doble vía, universidad-sociedad, y manteniéndose como una institución sensible a las preocupaciones sociales, especialmente de las personas más pobres y necesitadas.

En la refundación del Estado se hace imprescindible que las universidades vuelan a ser recintos de pensamiento y debate, en donde confluyan distintas visiones que aporten al engrandecimiento del patrimonio material, cultural y espiritual de la Nación. Solo así podrán contribuir en la conformación de un nuevo modelo de desarrollo integral y sostenible, cimentado en las ansias colectivas de justicia social y ambiental, como lo ha inspirado la naciente revolución cívica nicaragüense.

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Fundador y Director del Centro de Biología Molecular de la Universidad Centroamericana (CBM-UCA). Recibió su doctorado en Bioquímica/Biología Molecular en un programa conjunto de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, y la Universidad de California de San Francisco, EE.UU. El Dr. Huete fue galardonado con una beca de postdoctorado de la prestigiosa Fundación Pew para investigaciones en parasitología molecular en la Universidad de California de San Francisco, en donde condujo investigaciones hasta el año de 1998.