Entrevista a John Rechy

1 junio, 2014

John lleva unas gafas grandísimas y ultramodernas. A sus ochenta y tres cualquiera sospecharía que desentonan con su experimentada cara, pero no. Se presenta y explica: no es una cuestión de pose, tampoco intento disimular mi edad, es sólo que a través de ellas la realidad se aprecia mucho mejor.


1) Tus padres abandonaron México durante la revolución y emigraron al sur de Texas. De niño, en la escuela primaria te enviaban a un aula especial para corregir tu pronunciación, pues los profesores sostenían que estaba infectada por el español, tu lengua materna. Cómo te sientes de haber crecido en un ambiente afectado por la discriminación, y luego haberte convertido en un escritor de lengua inglesa tan influyente? No es acaso en la canción L.A Woman donde Jim Morrison repite doce o trece veces el título de tu primera novela City of Night?

Sí, es verdad lo de Jim Morrison. Hay varios artistas que han declarado púbicamente que mi trabajo ha influido el suyo: Bob Dylan, Paul Bowie, Tom Waites, Soft Cell, the Village People, entre otros. Y con respecto de la discriminación en ese entonces era algo que aunque ofendía lo aceptabas. Era el esquema social de la época. Lo de la corrección del acento en el aula no era tan grave, había situaciones aún peores. En el pre-escolar a los niños mexicanos los separaban del resto y les inspeccionaban la cabeza para ver si tenían piojos. Y por supuesto que me alegra sobremanera haber podido superar esos odiosos obstáculos.

2) En el Paso del Norte (1958), uno de tus primeros cuentos, denuncias los abusos cometidos por los defensores de la supremacía blanca y el abierto racismo imperante en el sur de Texas. Un sector de la crítica considera el relato como el punto de partida de la literatura y el movimiento chicanos que sucedieron su publicación. ¿Lo concebiste como una forma de crítica social?

No, o por lo menos no lo recuerdo así. Sin embargo, me complace y sorprende que actualmente la revista literaria Evergreen Review considere uno de mis primeros trabajos como el punto de partida de la literatura chicana. A pesar de haber escrito muchos cuentos en la misma línea de “El Paso del Norte” y que el narrador en primera persona de mis novelas siempre es un mexicoamericano, nunca  antes me habían clasificado como escritor mexicoamericano. Sospecho que la reticencia a admitirme de algunos miembros del círculo literario chicano obedecía a prejuicios en torno a mi homosexualidad.

3) Tu interés por lo marginal no sólo se circunscribe al ámbito racial, sino que se extiende a otras manifestaciones de éste.  En City of Night (1963) exploras el modus operandi de un joven prostituto y su interacción con travestís, transexuales, y otros jóvenes que ejercen la prostitución. Muestras un mundo que hasta entonces ningún otro autor americano se había atrevido a abordar. ¿Por qué lo marginal cobra tanta importancia en tu literatura?

No es un asunto político. Simplemente me hallaba en ese mundo de marginados.  Vivía esa vida. Experimenté su singular emoción y sus terribles peligros: redadas, arrestos, asaltos a  establecimientos ilegales; y creo que he escrito con empatía sobre esos marginados, sí con empatía, y  a veces, con admiración  por su descarada temeridad.

4) Un gran logro de City of Night es el acercamiento a la jerga asociada a la prostitución masculina. ¿Cómo conseguiste reproducir exitosamente su lenguaje?

Vivía entre la gente de la cual posteriormente escribí. No se trataba de un lenguaje elaborado sino de ciertas palabras y frases que sólo se usan en ese medio. A veces algún extraño a la profesión, impulsado por su curiosidad, nos preguntaba por tal o cual palabra. Luego la articulaba en su discurso y sonaba mal, ridículo. Muchos grupos marginales desarrollan su propio lenguaje y con el tiempo algunos vocablos migran hacia el lenguaje de la sociedad convencional. Los ejemplos abundan: black folk, punkers, etc.

5) En City of Night nos presentas a un personaje fascinante, el profesor neoyorquino que paga por un acto de mera contemplación. Disfruta observar al joven prostituto hablando y leyendo. ¿Es este comportamiento una suerte de reflexión sobre la soledad, entendida como un padecimiento de las grandes ciudades?

No creo haber reparado en eso.  No concibo a mis personajes como principalmente simbólicos. El profesor era un personaje más moldeado a partir de la gente con la que trataba.

6) Otro personaje llamativo es Miss Destiny, un drag queen de la ciudad de Los Ángeles. A través de una prosa muy ágil consigues representarlo como un ícono de la feminidad. ¿Crees que la belleza femenina es una construcción que trasciende el concepto de género?

No lo sé. Admiro la belleza en cualquier forma, y hay una infinita variedad de ésta. Cada género tiene estándares individuales de belleza, y cada género ofrece variaciones. Ciertamente, un transexual posee una belleza que va más allá de cualquier imitación de una mujer; no una parodia de ésta, no, simplemente un individuo mostrando su naturaleza única.

7) En The Miraculous Day of Amalia Gomez (1991), la trama gira en torno al indicio de que Amalia le ha sido infiel a su esposo. Este hecho la atormenta durante todo el día que dura la narración, pero el grado y los detalles de la infidelidad son matemáticamente dosificados al lector a lo largo de la novela para mantener el suspenso. ¿Decidiste usar esta técnica  antes de contar la historia o se te ocurrió a medida que la ibas contando?

Antes de contarla. En los talleres literarios que he dirigido, insisto muchísimo en que el suspenso no se crea reteniendo la información, sino revelándola gradualmente. El éxito de la construcción del misterio depende de su gradualidad. Esta técnica la uso en mis obras y la aprendí viendo  viejas series de televisión como Flash Gordon. Un episodio termina en la cúspide del peligro: un bloque de concreto a punto de aplastar al protagonista; el siguiente episodio revelará una ruta de escape hasta entonces desconocida para el protagonista y el televidente. El misterio se crea revelando constantemente pistas. Pero, ¡cuidado!, hay una gran diferencia entre crear suspenso e irritar al lector.

8) La miseria de Amalia Gómez y sus hijos, todos de origen mexicano, parece estar gobernada por una especie de determinismo social del cual es imposible escapar. Crees que el origen racial y social constituyen todavía un impedimento significativo en la realización del hombre en la sociedad americana?

Claro que sí. Las barreras sociales han disminuido, pero aún existen. En Estados Unidos hay miles de inmigrantes ilegales cuyo futuro está restringido por la falta de “papeles”. Por tanto, se ven atrapados en trabajos de baja categoría. Es sin duda una situación desgarradora.

9) Presentes o futuros proyectos:

Actualmente, estoy escribiendo dos libros al mismo tiempo. Ambos se basan en experiencias personales ocurridas hace unas cuantas décadas. El que ya está casi terminado se titula Island! Island!, lo llamo una ficción verdadera, pues relato un verano que pasé en una isla privada junto con gente fantástica. Ni bien lo acabe me pondré a trabajar en el segundo libro,  The X-World, un viaje de Nueva York al Caribe en compañía de un hombre sumamente enigmático. También estoy preparando la posible publicación de la primera novela que escribí cuando tenía dieciocho años. Se titula Pablo y está basada en un mito maya.

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Lima, Perú, 1975.
Cursó estudios de Derecho y Letras en la Universidad Católica del Perú. Obtuvo la licenciatura en Literatura Comparada en La Universidad de California, Los Ángeles, en la que actualmente estudia el doctorado en Lengua y Literaturas Hispánicas.

Desde el 2004 trabaja como traductor independiente, profesor de español y corrector de ensayos académicos.