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Entrevista a Rafael Fernández

1 octubre, 2013

Dan las cinco de la tarde en Madrid. En los alrededores de la boca del metro de Cusco una decena de transeúntes rodea a un melenudo. Tiene un libro en la mano y lo está blandiendo como si fuera un cuchillo. A sus pies yace una manta  sembrada de libros. Pregona su última novela. Luego se calla. Sucede un silencio incómodo. La masa no se decide. De repente, un hombre de traje le alcanza veinte euros. Le sigue otro. El resto se va.  El melenudo recoge su manta y el sobrante de mercancías, cuenta su dinero y me invita un café.


1) ¿Cómo surge la vocación de escritor?

Nunca he sentido la vocación de ser escritor, sólo de contar historias. Creo que cada historia tiene un formato ideal para ser contada. Cuando pueda, haré cine, dibujos animados, teatro y también me subiré a un cajón en un parque a vociferar los cuentos que se me ocurran.

No hay un hecho o fecha que me marcara. Aunque suene pedante,  la verdad es que nací siendo un “contador de historias”.

De niño tenía la necesidad de contar historias. Para entretener a mi primo pequeño me valía de juguetes  como  los “Master del Universo” y le representaba las historias de acción. En el bus del colegio  contaba historias de humor y chistes sexuales a mis compañeros, que formaban grandes corrillos a mi alrededor para escucharme. Cuando regresaba a casa, al portero de mi edificio le contaba y representaba historias de un superhéroe que me había inventado: “Superpollo”.

En el colegio  también hice una revista que se llamaba “Los locos sin remedio” y llegó al número siete. Vendí un ejemplar a casi todos los alumnos. Fue un éxito tremendo y ya me decían por aquella época lo mismo que me dicen los lectores ahora: “que se les había hecho corto y querían más páginas”. Recuerdo que dejé de escribirla por culpa de mi profesor de matemáticas, Don Juan. Una mañana me hizo una crítica en público y me dejó en ridículo. Me hundió la revista porque su curso iba a sacar una, y supongo que no quería competencia. ¡Increíble que un adulto se cargue el trabajo de un niño! ¡Menudo psicópata pedagógico!

A los quince años mientras leía un relato de Gabriel García Márquez, “Blacaman el bueno, vendedor de milagros”, me di cuenta que la escritura era la mejor forma para contar historias. Era la primera vez en mi vida que la lectura me producía tanta emoción y nervios. Además sentí su estilo. Envidié la manera en que contaba sus historias y decidí convertirme en escritor. Me centré en ello al 100%.

2) Has trabajado de animador infantil, dependiente, empaquetador de maletas, estibador, recepcionista, barman, redactor en un periódico, etc.  ¿Cuándo abandonas los trabajos alimenticios y te dedicas de lleno al trabajo literario?

Todos esos trabajos convivían con mi escritura. Uno de ellos lo tomé para poder escribir sobre las vivencias que experimentaría en su desempeño. De ahí saqué el material  que compuso mi blog-novela “Diarios secretos de sexo y libertad”. Miles de lectores me siguieron al crear mi sitio web, ezcritor.com, donde publicaba gratis los capítulos de la novela.  En el 2006  gané el premio al mejor blog en castellano convocado por el periódico “20 minutos”.  No fue el  primero que recibí, pero sí fue la primera vez que un premio me regalaba la oportunidad de vivir de la escritura.

No lo digo mucho pero les estoy muy agradecido. Cuando gané yo estaba trabajando en la recepción de un hotel de cinco estrellas en Canarias, y tenía un contrato indefinido con muy buen sueldo. Los del periódico me ofrecieron 800 euros al mes por escribir un blog, casi la mitad del dinero que ganaba en la recepción. Pero era mi oportunidad para poder dedicarme al 100% a la escritura. Hice las maletas y me mudé a Madrid. En seis meses era el bloguero con mayor éxito del periódico y estaba ganando más dinero que en el trabajo que había abandonado.

Los del periódico me exigían publicar cinco veces a la semana. Yo me exigí publicar hasta diez veces a la semana para aprender del efecto que mis post e historias causaban entre la gente que los leía, y  así desarrollar mi escritura lo mejor posible.

 3) ¿Cómo nace la idea de Cabeza editorial, y  cuál es el papel de los lectores mecenas en la publicación de tus libros?

Tras escribir “Diarios secretos de sexo y libertad” y ganar el concurso, algunas grandes editoriales me tantearon sopesando publicar el libro.

Todas me ponían una condición: había que quitar algunas fotos obscenas del libro y algún capítulo que aunque no podía meterlos en problemas legales, sí los metía en un terreno demasiado comprometido. Me negué a que quitaran nada: ni una página ni una foto. Es más, quería publicar el libro tal como lo escribí, incluso con las faltas de ortografía que cometía.  Me parece que todos los escritores deberían publicar sus libros con sus limitaciones, sin editores ni filólogos de por medio. Por supuesto, las editoriales salieron corriendo, espantadas. Nunca más supe de ellas. Cuando volví a contactarlas me ignoraban.

Reconozco que si hubiera sido más listo habría tenido que decir que sí. Pero, sinceramente, en esa época me daba igual publicar o no. Estaba otra vez centrado en acostarme con mujeres y en escribir posts en el blog del periódico que atrajeran a más mujeres a mi cama. Cuanto más éxito tenían mis posts, más mujeres llegaban a mi cama. El resto de mi vida era un lío que sucedía a mi alrededor y que no me interesaba mucho. De esto trata mi novela “20 Polvos”.

Todo lo que relato en “20 Polvos” precede al piloto de la serie «Californication». Cuando esa serie se hizo popular mis lectores no paraban de escribirme diciéndome que los de esa serie me habían plagiado. Hasta pusieron de protagonista a uno que se parecía a mí. No digo que me hayan plagiado, pero es acojonante el parecido de la primera temporada con mi vida en ese entonces.

En su momento, los lectores de mi blog me habían dado unos dos mil euros para que publicara los “Diarios de sexo y libertad” pero en aquella época reconozco que era bastante irresponsable y estúpido. Me gasté todo ese dinero en alcohol y en salir con chicas para llevármelas a la cama (dinero mucho mejor empleado desde otro punto de vista).

Pasaron casi 7 años. Me casé.

Volví a sentir que tenía una historia que contar. Mi esposa me animó a que publicara.
Escribí la novela “20 Polvos”. Como me reformé y ya no tenía la suficiente caradura para volver a pedir dinero a mis lectores saqué los 2.000 euros de donde pude y auto edité la novela en mi propia editorial que creé para ese fin. Para no gastar más dinero aprendí a maquetar libros por mi cuenta.  El libro fue un éxito. Entonces saqué los “Diarios secretos de sexo y libertad”, sin censura y tal como prometí a mis lectores. Yo ya me había convertido en un tío serio, pero hasta que no hice eso no sentí que mis lectores estaban enterados de mi cambio. A partir de ahí cada libro que voy a escribir lo pongo primero en la zona de preventa de mi blog. Los lectores que lo desean, compran el libro en preventa y se convierten en mecenas. Al final de cada libro que saco aparece la lista de los lectores-ángeles que lo han comprado en preventa y que, por lo tanto, me han ayudado a escribir y publicar esa novela. Ya nunca les fallo y trato siempre de darles más de lo que recibo. De cada novela vendo unos 1.000 ejemplares pero a lo largo de todo un año.  Después se sigue vendiendo pero muy poco a poco.

Sin las preventas, sin el mecenazgo de mis lectores yo no podría vivir enfocado sólo en escribir. Hay lectores que deciden ayudarme mucho más: no sólo comprando los libros sino dándome dinero directamente para que pueda hacer impresiones de mis libros o pagar las facturas del supermercado. Desde aquí quiero dar las gracias a Pedro María Aliseda Cerrato (el número 1 de mis mecenas), Santiago Segura, Yolanada, el farmacéutico y Ed Cross.

Como no hago publicidad por ningún lado ni nadie me suele entrevistar (gracias Jesús por esta oportunidad) los lectores nuevos van llegando a cuenta gotas a mi blog, y hasta que deciden pagar más de 20 euros por una de mis novelas, suele pasar casi un año. Pero una vez que lo hacen, el 99% repite y compra todas las novelas que he publicado hasta entonces.

4)¿Cuál es la deuda de “Diarios de sexo y Libertad” con las extravagantes noches de canarias mientras trabajabas de barman?

Hasta entonces me había centrado en el relato o la novela corta fantástica.  Al comenzar a escribir y publicar las vivencias que me habían ocurrido cuando trabajaba de barman en una discoteca en el sur de Gran canaria descubrí que el realismo le llegaba más a mis lectores. Como suele decirse “la realidad siempre supera a la ficción”. Me centré en escribir de esa manera y me fue muchísimo mejor. Aquel trabajo de barman hizo que me convirtiera en escritor profesional.

5) Camilo José Cela sostenía que una de sus metas en literatura era escribir sin la cataplasma de la retórica. Me parece que sigues ese camino. Tus novelas presentan escenas de alto contenido sexual y violencia sin ningún tipo de anestesia. Es más, con frecuencia aparecen acompañadas por fotografías que las exacerban. ¿Por qué son tan recurrentes el sexo, la violación y  el desprecio por la mujer?

Porque yo despreciaba mucho a la mujer y me fascinaba la violencia. Esa discoteca sacó lo peor de mí. Ese trabajo daba mucho poder sexual. Se lo daba a cualquiera que trabajara allí y no fuera un monstruo físicamente. Un poder sexual que yo nunca había tenido antes ni que soñé conseguiría jamás. Como no tengo familia y estaba solo en el mundo no tenía ningún reparo en escribir las peores cosas que pensaba o hacía. Eso fascinó al lector, harto de la hipocresía y la falsedad de lo políticamente correcto. Resolví dejar la discoteca porque si seguía allí, iba a terminar en la cárcel o convirtiéndome en un psicópata. Necesité años para curarme y dejar de ver a la mujer como un objeto al cual manipular y usar.

6) Con tu  tercera novela “Un bebé”, cuya trama cuenta el escalofriante crimen de Sagawa ocurrido en París en 1986, te aventuras en el género del horror. Además te vales de ilustraciones de comic que complementan ingeniosamente la narración. ¿Qué te motivó a explorar este nuevo género?

Tras escribir dos novelas realistas protagonizadas por Sig, mi alter ego en la discoteca, me apetecía cambiar de registro antes de escribir la tercera aventura de Sig. Había aprendido que el realismo era muy importante para enganchar al lector. Así que decidí hacer todo lo que estuviera en mi mano para convertir en “realista” la imposible y fantástica historia de terror de “Un bebé”. Utilicé y describí crímenes que realmente habían ocurrido y mezclé a los personajes de la novela con personajes históricos como Michael Jackson o Ronald Reagan. Para los pasajes más fantásticos pedí ayuda a tres grandes dibujantes, Mónica, Rocío Galindo y Yeray Fuentes, para que me ayudaran a contar algunos capítulos en formato de cómic. Así quedó la novela: mitad prosa, mitad comic. Estoy orgulloso de ella, pronto me pondré a escribir la segunda parte.
 
7) ¿Crees que un buen escritor debe ser despiadado, en el sentido que nada debe importar más que la ejecución de la obra? ¿El orgullo y la decencia se deben ir por la borda?

Por supuesto. Si quieres llegar al corazón y a las tripas del lector, sin estafarle o sin falsos sentimentalismos, debes ser despiadado contigo y con toda la gente que te rodea. Vivimos en un mundo donde la gente es mala y falsa por naturaleza, pero hay unos pocos que son buenos y maravillosos y andan aterrados, caminando entre los malvados y siendo testigos de sus hechos. A esas personas buenas son para las que escribo. Son los únicos que entienden la violencia y pornografía de mis libros. La obra lo justifica todo. Me da igual a quien pueda molestar o lo que me pueda pasar. Lo importante, es escribir libros honestos que definan la época en la que vivo. Lo demás me importa muy poco.

8) ¿Cuánto le debe la literatura que escribes a tu temprana orfandad?

Supongo que todo. Si mi padre no nos hubiera abandonado y mi madre no hubiera muerto cuando yo tenía 10 años no sería como soy, no habría vivido miles de cosas que me marcaron para siempre ni me hubiera atrevido a escribir las cosas que escribo. Pero a lo mejor hubiera sido más feliz y equilibrado. O no. Porque hay cada madre y padre por ahí fuera… En resumen: me hubiera gustado que mi madre no hubiera muerto.  Aún la echo de menos. Pero también adoro mi vida actual y aunque he de mejorar algunos aspectos de mi persona, y ser más equilibrado estoy encantado de quién soy ahora mismo gracias a todo lo que me pasó.

9) Inspiración o disciplina

Disciplina. Pienso que la inspiración surge trabajando. La inspiración no es nada sin el trabajo. Tengo la teoría de que Dios o los dioses o los espíritus lanzan ideas sobre nuestras cabezas, y esas ideas se nos ocurren a todos. Si no las utilizas buscan a otro para que las saque a la realidad.

10) Futuros proyectos

Antes de enero de 2014 sacaré dos novelas: una infantil y otra de ciencia ficción. También el primer número de una revista. En ese mismo año saldrá la segunda parte de “Un bebé” y la cuarta aventura de mi álter ego, Sigmundo. Luego creo que me va apetecer escribir una novela con Conan el Bárbaro como protagonista.

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Lima, Perú, 1975.
Cursó estudios de Derecho y Letras en la Universidad Católica del Perú. Obtuvo la licenciatura en Literatura Comparada en La Universidad de California, Los Ángeles, en la que actualmente estudia el doctorado en Lengua y Literaturas Hispánicas.

Desde el 2004 trabaja como traductor independiente, profesor de español y corrector de ensayos académicos.