Historia del cine en 25 carteles: Cartel #23. Colonialismo, des-colonialismo y el afianzamiento de la identidad: «La noir de…» (Black Girl), de Ousman Sembene

1 agosto, 2014

Franklin Caldera, en su historia del cine en 25 carteles, nos regala esta vez un cartel de «La noir de…»(Black Girl, 1966) del director senegalés Ousman Sembene. Demostrando que el arte del cartel refleja la magia y encanto del cine, acompaña cada cartel con una crónica de la película en menos de 500 palabras y nos brinda una rápida mirada a la historia del cine. El uso en la revista de estos carteles es exclusivamente cultural y educativo y en ningún momento se espera obtener beneficios comerciales.


Senegal es uno de los países más prósperos y con una cultura democrático-representativa más arraigada en el África subsahariana. Durante sus primeros 20 años de vida independiente (1960-80), el país fue gobernado por el poeta Léopold Sédar Senghor.

El cineasta senegalés Ousmane Sembene (1923-2007), proveniente de una familia de pescadores, es considerado el padre del cine africano. Durante la segunda guerra mundial fue miembro de los Tiradores Senegaleses del Ejército de la Francia Libre; después del conflicto se trasladó a Marsella, donde se incorporó al Partido Comunista francés. Su novela El estibador negro (1956), describe sus experiencias en los muelles de esa ciudad. En 1961 estudió en el Instituto de Cine de Moscú (VGIK).

Su primer largometraje, La noire de… (1966), ganador del premio Jean Vigo, narra las desventuras de Diouana (M’Bissine Thérèse Diop), joven senegalesa contratada en una calle de Dakar para trabajar como mucama en Francia. El filme, en blanco y negro y con influencia de la nouvelle vague, es una alegoría del colonialismo. Aunque la trama se desarrolla en la época post-colonial, la joven siente en carne propia las actitudes racistas inconscientes de sus empleadores, a quienes les resulta difícil comprender el silencio desafiante de Diouana (su voz en off fue doblada por la actriz haitiana Toto Bisssainthe).

La máscara africana que sirve de leitmotiv al filme, simboliza la pérdida de la identidad bajo el dominio colonial y a través de la emigración. Otras referencias visuales sugieren la lucha por el afianzamiento de esa identidad (cartel del líder congolés Patrice Lumumba).

Dos filmes de Sembene, Mandabi (El giro postal, 1968), hablado en wolof (idioma natal del realizador), y Xala (Impotencia temporal, 1974), denuncian la sumisión de la nueva clase dominante del país al capital extranjero, como forma velada de neocolonialismo. Xala tiene el estilo de cine «mal hecho» adrede, utilizado con frecuencia por cineastas independientes y tercermundistas con fines políticos. Ceddo (1977), narra la lucha de un pueblo africano contra la influencia europea y la hegemonía musulmana.

Destacan dentro del cine subsahariano, Djbril Diop Mambéty (senegalés), realizador de Touki Bouki (1973), uno de los primeros filmes avant-garde africanos; el maliense Souleymane Cissé, cuyo filme Yeelen (La luz, 1987) promueve a través de una leyenda bambara (el viaje iniciático de un joven), la asimilación de los valores ancestrales (incluyendo el elemento mágico) como medio para contrarrestar la alienación; y Gastón Kaboré, de Burkina Faso, realizador de Wend Kuuni (El regalo de Dios, 1983), sobre un viajero que encuentra a un niño desamparado.

Forman parte del cine africano, algunos cineastas europeos radicados en ese continente, como Claire Denis, nacida en París, criada en Burkina Faso, Camerún, Somalia y Senegal. Su filme Beau Travail (1999), sobre legionarios franceses en Yibuti (Djibouti), es una versión libre de Billy Budd de Herman Melville. Con relación a este filme, el historiador de cine irlandés Mark Cousins citó la frase de Godard de que la historia del cine es la historia de chicos filmando a chicas, agregando que Beau Travail es todo lo contrario.

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Poeta, ensayista, traductor y crítico de cine. Es abogado. Desde 1968 publica en La Prensa Literaria poemas, críticas literarias y de cine y traducciones de poesía en lengua inglesa. Fue uno de los asiduos de la cafetería La India, el emblemático sitio de reunión de los poetas y pintores de la Generación del 60 y leyó sus poemas en La tortuga morada, la primera discoteca de la Managua de antes del terremoto.
Desde temprana edad tuvo gran afición por el cine y junto con Ramiro Arguello es uno de los auténticos y últimos cinéfilos y contadores de películas de nuestro tiempo. Ha escrito numerosas críticas y crónicas en revistas nicaragüenses e internacionales y ha participado en seminarios junto a cinéfilos de la talla de Guillermo Cabrera Infante y Manuel Puig.
En 1983 escribió con a Ramiro Arguello, Datos útiles e inútiles sobre cine; en 1996, Luces cámara acción: cien años de historia del cine. Guarda un libro de poesía a la espera de publicación. Es co-editor, con Ligia Guillén, de la revista “Poesía Peregrina”. Reside en la Florida desde 1985, donde goza de los constantes reestrenos de películas noir. Es miembro del equipo de Carátula y colaborador permanente de su sección de \”Cine\”.