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Historia del cine en 25 carteles – Cartel No.19: Los amores de una rubia, de Milos Forman

1 diciembre, 2013

Franklin Caldera, en su historia del cine en 25 carteles, nos regala esta vez Los amores de una rubia, de Milos Forman. Demostrando que el arte del cartel refleja la magia y encanto del cine, acompaña cada cartel con una crónica de la película en menos de 500 palabras y nos brinda una rápida mirada a la historia del cine. El uso en la revista de estos carteles es exclusivamente cultural y educativo y en ningún momento se espera obtener beneficios comerciales.


Después de la Segunda Guerra mundial los aliados reconfiguraron un mundo dividido en bloques: el socialista (liderado por la URSS) y el capitalista (liderado por EE.UU.). 

Durante la guerra, los movimientos partisanos antifascistas (mayoritariamente de izquierda) lograron popularidad en la Europa del Este, lo que facilitó la formación de gobiernos socialistas orientados hacia Moscú (excepto en Yugoslavia, donde el Mariscal Tito desarrolló una vía al socialismo independiente).

En 1968, Alexander Dubcek, Primer Secretario del Partido Comunista checo, animado por la desestalinización promovida por Jrushchov en la URSS, dio un giro hacia un «socialismo con rostro humano» (la Primavera de Praga). Pero la URSS percibió las reformas como un peligro para la pureza ideológica del bloque socialista e invadió Checoslovaquia (como había ocurrido en Hungría en 1956).

En esos años de inquietudes políticas, el cine de la Europa del Este tuvo su Nueva Ola, caracterizada por la experimentación formal y una actitud antiautoritaria, revestida de cierta ambigüedad.

Las margaritas (Sedmikrásky, 1966), farsa feminista, anarco-dadaísta checa de Vera Chytilová, podía interpretarse como una celebración nihilista en un entorno políticamente congestionado o como una sátira del consumismo capitalista. Las autoridades optaron por la primera interpretación y el filme estuvo prohibido varios años.

Los amores de una rubia (1965) del checo Milos Forman, sensación en la Mostra de Venecia, arranca con el envío de un destacamento de reservistas cuarentones a un pueblito industrial donde los hombres escasean. El filme se centra en los amores frustrados de la joven obrera Andula (Hannah Brejchová) y un pianista aficionado a las faldas y el alcohol.

Forman creó durante el rodaje una atmósfera de camaradería que permitió a sus actores desarrollar a sus personajes con la espontaneidad del cinéma vérité y la profundidad psicológica del cine de ficción.

Radicado en Estados Unidos después de la invasión soviética, dos de sus películas estadounidenses ganaron Oscar: One Flew Over the Cuckcoo’s Nest (Atrapado sin salida, 1975) según novela de Ken Kesey (con Jack Nicholson como McMurphy); y Amadeus (1984) según pieza de Peter Shaffer, inspirada en Mozart/Salieri de Pushkin, rodada en la República Checa y Austria (con Tom Hulce y F. Murray Abraham).

Andula y McMurphy son jóvenes iconoclastas que luchan por dar sentido a sus vidas, respectivamente, dentro del totalitarismo marxista-leninista (el «Big Brother» orwelliano) y el fascismo «fragmentado» de la sociedad de consumo (representado por el hospital psiquiátrico kafkiano donde internan al protagonista).

 En Polonia Andrzej Wajda dirigió Cenizas y diamantes (1958), filme político de múltiples lecturas (con Zbigniew Cybulski, «el James Dean polaco»). En Francia rodó Danton (1983; protagonizado por Gérard Depardieu), que establece una analogía entre el conflicto Danton/Robespierre y el conflicto Lech Walesa (líder del sindicato Solidaridad)/Jaruzelski (último líder comunista de Polonia). Wajda se había ocupado de las luchas por la libertad sindical de Solidaridad en El hombre de hierro (1981).

El húngaro Miklos Jancsó realizó Salmo rojo (1972), con planos prolongados y elocuentes desplazamientos de cámara, estilo que según Bazin, ofrece más opciones de interpretación que la manipulación ideológica del montaje de atracciones.

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Poeta, ensayista, traductor y crítico de cine. Es abogado. Desde 1968 publica en La Prensa Literaria poemas, críticas literarias y de cine y traducciones de poesía en lengua inglesa. Fue uno de los asiduos de la cafetería La India, el emblemático sitio de reunión de los poetas y pintores de la Generación del 60 y leyó sus poemas en La tortuga morada, la primera discoteca de la Managua de antes del terremoto.
Desde temprana edad tuvo gran afición por el cine y junto con Ramiro Arguello es uno de los auténticos y últimos cinéfilos y contadores de películas de nuestro tiempo. Ha escrito numerosas críticas y crónicas en revistas nicaragüenses e internacionales y ha participado en seminarios junto a cinéfilos de la talla de Guillermo Cabrera Infante y Manuel Puig.
En 1983 escribió con a Ramiro Arguello, Datos útiles e inútiles sobre cine; en 1996, Luces cámara acción: cien años de historia del cine. Guarda un libro de poesía a la espera de publicación. Es co-editor, con Ligia Guillén, de la revista “Poesía Peregrina”. Reside en la Florida desde 1985, donde goza de los constantes reestrenos de películas noir. Es miembro del equipo de Carátula y colaborador permanente de su sección de \”Cine\”.