» Homenaje a Claribel: Claribel Alegría, su canto

1 abril, 2010

El Día Mundial de la Poesía 2010, por el capítulo de Nicaragua, fue dedicado a Claribel Alegría, a través de una jornada poética realizada del 15 al 20 de marzo. El siguiente texto fue leído a los invitados que asistieron a la celebración.


No necesita que la nombren como referente o canon literario. Ya lo es y no gracias a los académicos, sino a la gente que busca su poesía por estricta necesidad. En una ocasión Julio Cortázar la llamó “mi jefita querida”, el guatemalteco y Premio Nobel de Literatura, Miguel Ángel Asturias, la llamó “poeta por los cuatro costados del cielo” y finalmente el intelectual y político mexicano José Vasconcelos la bautizó como “Claribel”. En Nicaragua los lectores, los seres humanos de la vida cotidiana que buscamos sus palabras para embalsamar heridas, la hemos llamado “Su Majestad”. 

La poesía cuando es buena se vuelve mito y es lo que ocurre con la obra de Claribel Alegría, una mujer que en su búsqueda escribe y reflexiona sobre los desasosiegos de nuestro tiempo, sobre el amor y temas perturbadores como la muerte y la otredad, imagen que busca en el espejo porque es el único que la entiende, según reza uno de sus versos. También nos habla sobre las injusticias, el American Way of Death, los guetos,  las favelas, las guerras, la gente humilde y acerca de “Santa Ana a oscuras”, ciudad que la vio crecer en El Salvador.

Del 15 al 20 de marzo, tras dedicarle a Claribel el Día Mundial de la Poesía, por el capítulo de Nicaragua, y como iniciativa del Centro Nicaragüense de Escritores, recorrimos varios institutos públicos y Universidades. La pregunta que hacen los niños, adolescentes y jóvenes es de quién se trata este homenaje.

Además de la descripción que brinda la poeta y escritora sobre sí misma en Datos personales donde dice tener “metro cincuenta de estatura” y “ojos color castaño”, para poder responder leímos su obra poética en diversos lugares.  Un tema que ella trata con ahínco, y que nos acompañó en esta jornada, fue el amor. En uno de los poemas Claribel pronuncia: “Quiero hablarte de amor / de nuestro amor / de los diversos hilos / de su trama / del amor que se toca / y es herida / y que también es vuelo /  y es vigilia”.

Estas líneas fueron escritas en las cercanías de la Catedral de Notre-Dame de París, dedicados a Bud, su esposo, en una revelación que luego tituló “Aunque dure un instante”. Otro verso melancólico refiere: “Digo amor y me lacera el cuerpo el desamparo”. También llega a confesarle a Bud que “Todos los que amo /  están en ti /  y tú  / en todo lo que amo”. La autora de “Saudade” también revela su búsqueda cuando dice: “Son altas las columnas de mis sueños” y en el mismo poema Datos personales, tras sus palabras, nos imaginamos a unos agentes de aduanas revisando su equipaje, quitando sellos, candados y analizando sus documentos con rayos equis. Uno de los agentes -quien posiblemente jamás ha recibido un abrazo, y eso uno lo sabe por la forma rígida en que saludan los seres humanos-, acerca su oído a una de las maletas y escucha el sonido de una rama o algo que se desprende de una rama. Levanta sus malogradas cejas y dice: “Aquí algo anda mal, señora”. Con la certeza que está a punto de revelar algo insólito y seguramente lo ascenderán de puesto por su descubrimiento, mira a su compañero y pregunta una vez más qué será. Tras muchas horas de incertidumbre abren las maletas y ahí está, agitándose, lleno de colores, altivo y subiendo en espiral. Es un canto insondable que penetra en la mirada de aquellos hombres tristes. El canto perturba a los agentes y éstos no saben qué hacer. Entonces, derrotados, sabiendo que no existen trámites para las extravagancias, lo dejan salir, lo dejan ir. Hoy Claribel Alegría está con nosotros, su equipaje es su corazón. Su poesía es su canto. Leamos atentamente, algo quiere decirnos.

POEMAS DE CLARIBEL ALEGRÍA

Aunque dure un instante
                                                                             
A Bud

Ahora
mientras el río de obsidiana
nos refleja
quiero hablarte de amor
de nuestro amor
de los diversos hilos
de su trama
del amor que se toca
y es herida
y que también es vuelo
y es vigilia.
Sin él
el verde de las hojas
no tendría sentido
ni el farol de la calle
iluminando el agua
ni la imagen ondeante
de la iglesia.
Mi amor es la escudilla
en la que tú dejaste una moneda
la moneda tañéndome que existo
la trenza que forjan las palabras
el vino
el mar desde la mesa
los malentendidos
los días
en que nos damos cuenta
que ya no somos uno
que estamos alejados
irremediablemente.
Ayer
desde mi exilio
inventé que llegabas.
Salí del hielo
espanté pingüinos
desplacé a las estrellas
acechando tu desembarco.
Quería ayudarte a plantar banderas
celebrar de rodillas
el milagro.
Ahí quedé
con mis señales.
¿Te sorprende mi vértigo?
Estoy hablando de eso:
de la alegre punzada
de saber que sí
que de pronto es verdad
que no estoy sola
que estamos juntos bajo el árbol
con mi mano en tu mano
que nos refleja el río
que ahora
en este instante
en este ahora
aunque dure un instante
estás conmigo.

De “Vía única” (1965)

Son altas

Son altas las columnas de mi sueño,
van hacia el canto con los pies descalzos
del fondo de mí misma se levantan
y suben por el viento en espirales.

A veces las sorprendo entre las nubes
en la tarde dorada, en las estrellas
en todo lo que es bello se detienen
y siguen en su viaje iluminadas.

Qué finas las columnas de mi sueño
casi se me confunden con la niebla
no las puedo ver más, angustia,  sombra
qué miedo de que caigan y se quiebren.

No, no pueden caer, van hacia el canto
hacia el canto que es suyo y las espera.
Del fondo de mí misma se levantan
y suben por el viento en espirales.

De “Anillo de Silencio” (1948)

Este espejo me entiende

Voy a llegar de noche,
después que hayan corrido los cerrojos.
después de las tertulias y los rezos.
Conozco bien las calles
las recuerdo,
con su olor a verano
y mansedumbre.
No he podido cumplir
mi cita con la ceiba
y ya esta soledad
me llega a las rodillas
y las dobla.
Desde mi puerta veo
procesiones de sombras
y las voces son ecos
y el viento se perfila
obtuso en las esquinas.
Volveré a mi ciudad
donde los rostros simples de las casas
nos invitan a entrar.
Este espejo me entiende.
Voy a buscar mi imagen
en las cosas de allá.

De “Acuario” (1955)

Autorretrato

Malogradosos los ojos.
Oblicua la niña temerosa,
deshechos los bucles.
Los dientes, trizados.
Cuerdas tensas subiéndome del cuello.
Bruñidas las mejillas
sin facciones.
Destrozada.
Sólo me quedan los fragmentos.
Se han gastado los trajes de entonces.
Tengo otras uñas
otra piel.
¿Por qué siempre el recuerdo?
Hubo un tiempo de paisajes cuadriculados
de gentes con ojos mal puestos
mal puestas las narices.
Lenguas saliendo como espinas
de acongojadas bocas.
Tampoco  me encontré.
Seguí buscando
en las conversaciones con los míos
en los salones de conferencia
en las bibliotecas.
Todos como yo
rodeando el hueco.
Necesito un espejo.
No hay nada que me cubra la oquedad.
Solamente fragmentos que me hieren
reflejando un ojo
un labio
una oreja.
Como si no tuviese rostro
como si algo sintético
movedizo
oscilara en las cuatro dimensiones
escurriéndose a veces en las otras
aún desconocidas.
He cambiado de formas
y de danza.
Voy a morirme un día
y no sé de mi rostro
y no puedo volverme.

De “Huésped de mi tiempo” (1961)

The American Way of Death

A Erik

Si arañas día y noche la montaña
y acechas detrás de los arbustos
la mochila-fracaso va creciendo
abre grietas la sed en la garganta
y la fiebre del cambio
te devora)
si eliges la guerrilla
ten cuidado
te matan.

Si combates tu caos
con la paz
la no violencia
el amor fraternal
las largas marchas sin fusiles
con mujeres y niños
recibiendo escupidas en la cara
ten cuidado
te matan.

Si tu piel es morena
y vas descalzo
y te roen por dentro las lombrices
el hambre
la malaria:
lentamente te matan.

Si eres negro de Harlem
y te ofrecen canchas de fútbol
con el suelo de asfalto
un televisor en la cocina
y hojas de marihuana:
poco a poco te matan.

Si padeces de asma
si te exaspera un sueño
-ya sea en Buenos Aires
o en Atlanta-
que te impulsa de Montgomery
hasta Memphis
o a cruzar a pie la cordillera
ten cuidado:
te volverás obseso
y sonámbulo
y poeta.

Si naces en el ghetto
o la favela
y tu escuela es la cloaca
o es la esquina,
hay que comer primero
luego pagar la renta
y con el tiempo que te sobra
sentarte en el andén
y ver pasar los coches.

Pero un día te llega la noticia
corre la voz
te la da tu vecino
porque tú no sabes leer
o no tienes un cinco
para comprar el diario
o el televisor se te ha jodido.
De cualquier modo
te llega la noticia:
lo han matado

te lo han matado.

Mi Paraíso  de Mallorca

Todas las noches
en mi paraíso de mallorca
surgen nuevos fantasmas:
oscuras quejas enredadas
al canto de los ruiseñores
llantos de niño
miradas de veinte años
ya marchitas
que me opacan el cielo.
Es verano
y el mar está tibio
y huele a algas
y hay deseo en las cuencas
de tus ojos
y otro oleaje verde
de otro mar
de mi infancia
me golpea en el pecho
un veintidós de febrero por la tarde
al otro día de morir Sandino
y yo no sabía
quién era Sandino
hasta que mi padre
me explicó
mientras saltábamos sobre las olas
y yo nacía.
Fue entonces que nací.
Como Venus
vi por primera vez la luz
entre la espuma.
Antes era una hierba
una espiga alocada
que flotaba en el viento
un par de ojos incontaminados
y vacíos.
Salí del mar
-mi mano entre la mano de mi padre-
odiando al ministro yanqui
y a Somoza
y esa misma noche
hice un pacto solemne
con Sandino
que no he cumplido aún
y por eso me acosa
su fantasma
y llega hasta mí el hedor
a represión
y no sólo es Sandino
hice también un pacto
con los niños pobres de mi tierra
que tampoco he cumplido.
Cada cinco minutos
muere de hambre
un niño
y hay crímenes
y ghettos
y más crímenes
que a título del orden
se cometen
de la ley y del orden
y aunque el mar esté tibio
y yo te ame
mi paraíso de Mallorca
es un cuarto cerrado
y todas las noches se puebla de fantasmas.

De “Pagaré a cobrar” (1973)

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Estelí, Nicaragua 1977 - Managua, 31 de diciembre de 2010.
Realizó estudios de poesía bajo la tutela de su mentora, la poeta nicaragüense Claribel Alegría, discípula del Nobel español Juan Ramón Jiménez.

Ha publicado el poemario “Alguien me ve llorar en un sueño” (Premio Internacional Ernesto Cardenal de Poesía Joven 2005). También publicó “Retrato de poeta con joven errante”, antología poética de su generación con prólogo de Gioconda Belli. Su poesía aparece en las antologías “La poesía del siglo XX en Nicaragua” (Editorial Visor, España 2010); Antología de poesía nicaragüense: Los hijos del minotauro (1950-2008) (Revista TRILCE, 2009) y en la Antología del IV Encuentro Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer (Trilce, Villahermosa, 2008). Poemas suyos aparecen además publicados en las revistas “Karavan” (Suecia, 2006); Revista Oliverio (Argentina, 2005); Revista Maga (Panamá, 2005); Revista “Lichtunten” (Alemania, 2009); Revista Nómada dirigida por Jorge Boccanera (Argentina, 2008); Revista Prometeo (Medellín, Colombia, 2008) y en la memoria poética del Encuentro “El vértigo de los aires”: Poesía Iberoamericana (México, 2009) y las memorias del I, II, III, IV y V Festival Internacional de Poesía de Granada (Nicaragua).

Asistió como invitado a diversos Encuentros y Festivales poéticos internacionales, entre los que figuran: V Festival “La poesía tiene la palabra”, Casa de América (Madrid, España, 2005); IV Festival Internacional de Poesía de El Salvador (San Salvador, 2005); XXII Festival Internacional de Poesía de La Habana (Cuba, 2007); Fiesta Literaria de Porto de Galinhas, Estado de Pernambuco (Brasil, 2007); XVIII Festival Internacional de Poesía de Medellín (Colombia, 2008); IV Encuentro Iberoamericano de Poesía Carlos Pellicer (Villahermosa, México, 2008); Festival Internacional de Poesía de Costa Rica (San José, Costa Rica, 2009); Encuentro Iberoamericano de poetas en el Centro Histórico 2009: El vértigo de los Aires (México, 2009); VII Festival Internacional de Poesía de Granada (España, 2010).

Su poesía ha sido elogiada por célebres poetas y escritores como Jorge Boccanera, Waldo Leyva, Sergio Ramírez y Ernesto Cardenal. Según el crítico peruano Julio Ortega, Ruiz Udiel se cierne como uno de los herederos de la poética latinoamericana y según el crítico francés Norbert-Bertrand Barbe, "de todos los nuevos poetas de Nicaragua, Udiel es sin duda uno de los que tiene mayor voz propia".

En 2004, junto al escritor nicaragüense Ulises Juárez Polanco, fundó Leteo Ediciones, proyecto sin fines de lucro que promueve la literatura joven de su país. Entre las publicaciones como co-editor se encuentran: Memoria poética: Poetas, pequeños Dioses (Managua, 2006); Sergio Ramírez: Perdón y olvido, Antología de cuentos (1960-2009), (Managua, 2009); Claribel Alegría: Ars Poética (Managua, 2007); Missael Duarte Somoza: Líricos instantes (Managua, 2007) y Víctor Ruiz: La vigilia perpetua (Managua, 2008).

Antes de su prematura muerte trabajó como editor de Caratula, revista cultural centroamericana dirigida por Sergio Ramírez.

También era periodista colaborador de la sección Variedades de El Nuevo Diario, de Nicaragua, y laboró como relacionista público del Centro Nicaragüense de Escritores.

Era miembro de la Red Nicaragüense de Escritores y Escritoras (RENIES); miembro de la Red Internacional de Editores y Proyectos Alternativos (RIEPA) y miembro del PEN INTERNACIONAL por el capítulo de Nicaragua.