» Homenaje a Francisco: Adiós hermano, adiós…
1 febrero, 2011
* Chrisnel Sánchez Argüello, escritora nica-colombiana, fue una amiga cercana de Francisco. Juntos fundaron El Círculo de Lectores en la Universidad Centroamericana (UCA) de Managua, y posteriormente Literatosis.
Tuvieron que pasar algunos días después del fatal golpe que me dio la muerte de Francisco Ruiz Udiel, para que pudiera escribir estas letras, que recogen el cariño y la admiración que sentía por mi amigo Frank.
Mientras escribo estas palabras me encuentro en Bogotá, Colombia, ciudad donde recibí la trágica noticia de su muerte. Cuando lo supe brotaron mis lágrimas con desparpajo, esas mismas que aún hoy no me abandonan.
Frank, más allá de sus logros como poeta, era una persona con grandes cualidades humanas, razón por la cual era muy fácil quererlo. La primera vez que nos vimos fue en la Universidad Centroamericana, donde ambos estudiábamos. Nos unió el gusto por la lectura, pues fue en aquella época que fundamos el Círculo de Lectores, que más adelante daría origen a la revista literaria Literatosis.
En aquellos tiempos ambos estábamos dando nuestros primeros pasos en la literatura y juntos hacíamos un gran equipo. Recuerdo la ocasión en los inicios de Literatosis, cuando los muchachos del grupo acordaron detener la publicación de más números de la revista por falta de financiación. Yo, obstinada, quise seguir adelante y pregunté si alguien se sumaba: Frank fue el único que estuvo dispuesto. Desde entonces, conocí a un Francisco incansable luchador de las causas en las que se comprometía, siempre dispuesto a seguir adelante, siempre valeroso.
Luego venían las fiestas de diciembre, esas que hoy se lo llevaron y entonces, Frank era bienvenido en mi casa, donde se ganó el cariño de mi familia. Eran días de escuchar música, ver películas, caminar por la ciudad.
Después vendrían los viajes a Centroamérica, donde me protegía como un hermano mayor. Recuerdo, por ejemplo, un chico guatemalteco que quería tan sólo un momento a solas conmigo y Frank nunca lo permitió, pues estuvo pegado a mí todo el tiempo, como un ángel protector.
También estaban los viajes de vacaciones a la playa, Las Peñitas, ese lugar donde me acompañó tantas veces. El último proyecto que realizamos fue pintar la casa de la playa que siempre nos prestaban, esa casa que hoy guarda la voz de Francisco y su guitarra, al calor de una fogata y de los buenos amigos.
Años después me vendría para Colombia, donde tuve el placer de su visita, que aunque corta, me dejó con ganas de repetir y es por esto que estaba gestionando que lo invitaran a un festival de poesía nuevamente. En el último correo que me escribió, dijo que ojalá sucediera el viaje a Colombia, un “ojalá” que nunca llegó.
La última vez que hablé con él fue por teléfono, para el día de su cumpleaños en octubre, cuando se encontraba con los amigos en medio de una fiesta y estaba sonriente, como siempre, con ese rostro hermoso que nunca voy a olvidar.
Y ahora mi Managua ya no será la misma sin él. ¿Quién me va a encontrar en el aeropuerto y tomará cerveza conmigo mientras esperamos que me recojan?, ¿quien congregará a los amigos para reunirnos cada vez que llego?, ¿quién me motivará a escribir…? ¿Quién?
¿Por qué te fuiste tan rápido, mi hermano, por qué? Sólo te deseo un buen viaje y que hayás encontrado esa paz que tanto necesitabas. Managua te va a extrañar, la poesía te va a extrañar, tus amigos te vamos a extrañar. Adiós, hermano, adiós.
Chrisnel Sánchez Argüello (Colombia-Nicaragua) Nació en Managua en 1979. De padre colombiano y madre nicaragüense, su vida ha transcurrido entre Colombia y Nicaragua. Comunicadora social de profesión, Magíster en Literatura Hispanoamericana en Bogotá, donde actualmente reside. Escribir literatura es el mayor delirio que la acompaña desde joven.