» Homenaje a Francisco: Francisco Ruiz Udiel, presente
1 febrero, 2011
Estamos en Morelia y nadie nos sueña entre sollozos o llantos. Aunque sea por un instante logramos ser felices. Javier Narváez se ha empeñado en retratar esa alegría. Tú te pones mi chaqueta blanca. Quieres una foto elegante para la solapa de tu próximo libro. Después nos hacemos otra con Luis. ¿Sabes que a Sergio le parece que Luis en esa fotografía es como nuestro padre? Han pasado sólo unos días pero ya me apetece contarte algunas cosas, aunque hablásemos de vez en cuando, aunque nos viéramos poco. Así de sucia es la muerte, recorta los caminos del dolor y hace intransitables, tan largos como imposibles, los de la alegría. Era así, ¿no lo recuerdas?
Me va a doler Managua ya sin ti. Me va a doler aún más el dolor de Dani y el de tantos amigos, la foto de Claribel que salió en la prensa, en la primera fila, con un rostro que parece cansado de estar vivo.
Dice Jorge Boccanera que tenías amigos y de muchos lugares pero que estabas solo. Yo digo que tenías la tristeza clavada en esos ojos verdes, aunque te estuvieras riendo. También sé que quisieras que ahora estuviera hablando de tus poemas, de lo buen poeta que eres, de lo mucho que vamos a escribir sobre ti, de la inmortalidad, de la literatura… Pero no pienso darte ese gusto, porque creo que existen cosas más importantes que la literatura. Porque tanto dolor no justifica un solo verso, un solo personaje.
Ahora te recuerdo entre Víznar y Alfacar, junto a la tumba de Federico García Lorca, con los ojos curiosos, con la complicidad de quien busca un espejo en un armario. O en la otra Granada, el día que nos conocimos. Me hiciste una entrevista en la Casa de los Tres Mundos. Hablamos de Darío, de tu país, de política, de periodismo… Qué profesión esa, ¿verdad? Periodismo. Qué desengaño tan grande, Fran, cuántos cobardes y serviles. “Sólo se puede en la literatura. El periodismo no sirve, se nos ha estropeado”, decías animoso, mientras reíamos y alabábamos a nuestros colegas mexicanos, que se jugaban la vida por una noticia, como si fueran de otro mundo o tuvieran otra piel.
También puedo verte paseando por Pátzcuaro, la “puerta del cielo” o el lugar donde comienza la espesura. Faltaba una semana para el día de muertos y una magia fúnebre se percibía en la ciudad. En la Plaza de Vasco Quiroga charlamos de todo aquello, de aquel culto a la muerte que no entendíamos muy bien. Yo no sabía de tu gusto por las poetas suicidas. Lo supe después, cuando me mandaste aquellos poemas para la antología que habíamos estado preparando con tanta ilusión, convencidos de que la poesía tenía sentido, de que podía ser útil frente a la incertidumbre.
Teníamos una cita en mayo, Fran. Iban a estar Dani, Ana, Andrea, Alí, Raquel y Jorge. Íbamos a pasear otra vez por Granada, a beber Flor de Caña, a imaginarnos un mundo mejor. Íbamos a estar vivos, Fran, aunque fuera ante la incertidumbre, aunque se intuyera un abismo. No puedo entender que no hayas querido estar, amigo. Tampoco puedo entender esa obsesión tuya, ese querer morirte al filo del día uno del uno del once. Con esa soledad tan propia de un número impar. Desde hace tiempo odio los números impares, Fran. Me lo enseñó la persona a la que más quiero en el mundo. Íbamos a ser ocho, porque a Dani le jodía el nueve y los novísimos. Vamos a seguir siendo ocho, porque tu poesía está viva, le inyectaste la misma vida que te sacaste luego. Eres bueno, cabrón. Muy bueno. Cuando digan tu nombre alguno de nosotros te imitará la voz para decir “¡presente!”. Te vamos a echar mucho de menos. Y vamos a llorar recordándote, pero tú sabes que nos vamos a reír también mucho. Nos va la vida en ello.
Granada, España, 1980.
Publicó con veinte años Viento favorable en la colección Juan Ramón Jiménez. Madrugadas y Razones para huir de una ciudad con frío (Visor, 2004) fueron sus siguientes libros.
Con Los ojos del pelícano (Visor, 2010) obtuvo el prestigioso Premio Emilio Alarcos del Principado de Asturias.
A lo largo de su trayectoria ha sido reconocido con distintos premios entre los que destacan el Federico García Lorca o el Fray Luis de León.
Doctor en Filología Hispánica y licenciado en Filología Románica, es periodista cultural del diario El País y co-dirige el Festival Internacional de Poesía de Granada (España).