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» Homenaje a Francisco: Querido Fran

1 febrero, 2011

Querido Fran.

Hay sobre mi mesa un libro azul, luminoso. Tiene un dibujo, como si fuera pintura primitivista, lleno de chocoyos y colebríes. Se titula Me gustan los poemas y me gusta la vida. Ese es un verso de Ibis Palacios, una niña de ocho años que murió de cáncer en 2008, con el que Ernesto Cardenal quiso titular el libro del taller de poesía de niños con cáncer del hospital La Mascota de Managua. Me he acordado mucho hoy de cuando me llevaste allí, con Claribel. He vuelto a ver las fotos de aquel día, las fotos en las que estamos los tres, felices, rodeados de chavalos. A mí se me caía el alma al suelo cada vez que uno de ellos sonreía. Se me hacía difícil comprender esa alegría espontánea en unos niños acostumbrados al dolor.

Me he acordado mucho estos días de los muchachitos de la Mascota. Seguramente algunos, como Ibis Palacios, ya no vivan. Pero seguro que los que aún están, he pensado, tienen las mismas ganas de vivir de Ibis, a pesar de todo.

Querido Fran, yo pensaba que a ti, como a estos niños, además de los poemas, también te gustaba la vida. No podía imaginarlo de otra manera. He repasado mucho desde que arrancó este año, que ya para siempre será maldito, algunos de los momentos que compartimos. Sólo soy capaz de encontrar ilusión en cada uno de ellos. Y han sido muchos, tantos que ya ni recuerdo el primero, del que seguramente hace seis años, cuando llegué por primera vez a Nicaragua para reinventar mi vida.

Dos semanas después del primero de enero miro fotos, releo correos electrónicos, me asaltan conversaciones telefónicas, vuelvo a leer tus poemas. Y a pesar de Sexton, Plath y Pizarnik, tus poetas suicidas, a pesar de que escribiste que querías morir en un poema y nunca levantarte, sólo encuentro vida en todos los recuerdos. Por ejemplo aquella mañana que nos recorrimos todos y cada uno de los medios de comunicación de Nicaragua para promocionar un recital en el Garabato de Managua, aquel en el que se te ocurrió rodearme de mujeres poetas, entre ángeles que decías tú. O las conversaciones en casa de Claribel con un roncito en la mano y Sabrina, la gata, paseando entre nuestras piernas. O inventando tu viaje a Granada, la de acá, que al final pudo ser. Qué días tan felices pasamos también aquí, ¿verdad, Fran? Y aquel año en el que raro fue el día, para mí la noche, que no te tenía que molestar para que me ayudaras en esa antología de poesía nicaragüense que tantos quebraderos de cabeza nos dio, y que sirvió para que al final acabásemos hablando de cualquier cosa menos de poetas nicas. 

Estuvimos hablando a final de diciembre, pocos días antes del 31. Te veía tan ilusionado con nuestro nuevo proyecto. Jamás noté la incertidumbre en tu voz al otro lado del teléfono. Quedamos emplazados a una nueva cita para la primera semana del año.

Nunca tuvimos la oportunidad de discutir agriamente, cargándonos de razones opuestas. Pero hoy Fran, y aunque no estés para argumentarme lo contrario, y tal vez por eso no sea justo, tengo que decirte que irte así, sin avisar, sin dar la oportunidad a nadie de convencerte para que te quedaras, ha sido una cabronada. Y ahora, querido amigo, más que en ti pienso en Claribel, en la Tania, en Ulises, en Blanquita, en Sergio, en todos, y son tantos, los que te querían. Hoy, Fran, más que nunca, el verso de Ibis Palacios lo hago mío. “Me gustan los poemas y me gusta la vida”. Ojalá tú también lo hubieses hecho.

Daniel Rodríguez Moya
Granada (España), 15 de enero de 2011.

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Granada, España, 1976.
Escritor y periodista español especializado en historia de Nicaragua del siglo XX. Su tesis doctoral, con la que obtuvo la calificación de Sobresaliente Cum laude, está dedicada a las implicaciones culturales y educativas de la Revolución Sandinista en Nicaragua.

En su faceta literaria, fue elegido por cerca de 100 universidades (Harvard, Oxford, Princeton, Columbia, La Sorbone...) uno de los autores más relevantes de su generación para el volumen El canon abierto: última poesía en español. Su obra literaria ha sido publicada en varios países y traducida a diferentes idiomas.