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In memoriam: José Emilio Pacheco. Hasta siempre poeta (1939-2014)

1 febrero, 2014


La sorpresa fue inevitable, violenta: José Emilio Pacheco falleció el domingo 26 de enero de este recién 2014 a las 6.45 de la tarde, en una fecha que ahora sí debemos nombrar. Apenas si se había informado de la caída que sufrió en su casa el día anterior, asimismo la internación al hospital, y si bien dijeron estaba grave, nunca se pensó, al menos quienes hemos sido sus lectores, que se avistaba la fatalidad.


La noticia de su desaparición física dada por Laura Emilia su hija, corrió por todos los rincones del país después de la siete de la noche.

“Murió en la raya y tranquilo” abundó la doliente hija.

Hasta hoy que escribo estas notas, sencillamente no me la creo, pareciera que al día siguiente seguiré leyendo en el periódico, que el mundo sigue completo con la escritura y la posición ética de su presencia.

La realidad es tajante, no permite digresiones, el poeta calló su voz en domingo, en fiesta de guardar, en el descanso de la semana.

El último lustro ha sido particularmente dramático para la literatura, al menos latina. En pocos años hemos resentido la ausencia de José Saramago, de Carlos Montemayor, de  Alí Chumacero, Carlos Monsiváis, Álvaro Mutis, de Carlos Fuentes, de Juan Gelman más recientemente, y ahora José Emilio Pacheco, es decir figuras señeras del testimonio humano por intermedio de las palabras escritas. Tal pareciera que se estuviera cerrando un ciclo de creadores dueños de un conocimiento integral de las cosas, y a quienes se les recordará como detentadores de una prodigiosa memoria, ya muy rara en estos nuestros tiempos que nos abandonamos a la memoria externa, a la “memoria alquilada”.

“Me voy como llegué; no perdí el tiempo”, reza su expresión última en la portada de un diario mexicano. “Así es”, le contestamos, has dejado un valioso legado que debemos valorar y aplicar. Sabemos, como lo ha expresado de manera fehaciente Javier Aranda: “Ya es tiempo de hacer el inventario de las deudas que tenemos con José Emilio… sus poemas han continuado y renovado nuestra tradición poética… sus crónicas literarias han sido una ventana para reinventar a nuestros clásicos… ¿Cuántos poetas, novelistas y ensayistas debemos a su generosidad?… Resultaría impensable comprender la literatura de los siglos XIX y XX de este atribulado México sin su mirada crítica, tan rica en análisis multidimensionales”, quien esto escribe agregaría: comprometido con su mirada y la manera de expresarse, para poner a la vista de todos, las barbaridades que como humanos cometemos.
Yo diría que José Emilio Pacheco después de creador literario fue un hombre político, quizá sin intenciones para serlo ¡ah! pero de esos que con su intelectualidad muestran los pormenores de una visión diáfana del espectáculo terrorífico de la injusticia, de nuestro tiempo violento, de los horrores de la miseria:

“No quiero nada para mí:
sólo anhelo
lo posible imposible:
un mundo sin víctimas.
Cómo lograrlo no está en mi poder;
escapa a mi pequeñez, a mi pobre intento
de vaciar el mar de sangre que es nuestro siglo…”

Primero poeta, después narrador. Cómo olvidarnos de la Mariana de Las batallas en el desierto, supongo que todo adolescente se habrá enamorado de ella al leer esa prodigiosa novela que nos acompañó en los años mozos.

Poeta siempre joven, su decir convocaba a miles de muchachos que se congregaban a su alrededor mientras leía poemas.

Narrador de todos. Cronista agudo. “Observador apasionado y lúcido, pesimista y gozoso de la plenitud del mundo”, expresa Vicente Quirarte.

Militante de la ética, en sus textos se recupera un tanto la dignidad perdida por los aviesos menesteres de personajes carentes de buena levadura, y en su expresión literaria deja asomar una ironía fina, sutil pero contundente:

https://www.youtube.com/watch?v=f1DmwMPYYo0
Poema Alta traición
de No me preguntes cómo pasa el tiempo
Voz: Oscar Chávez

“No amo mi patria,
 su fulgor abstracto
            es inasible.
Pero (aunque suene mal)
            daría la vida
por diez lugares suyos
            cierta gente,
 puertos, bosques de pinos,
            fortalezas,
una ciudad deshecha,
            gris, monstruosa,
varias figuras de su historia,
            montañas
-y tres o cuatro ríos.”

Irreductible en sus creencias mantenía una saludable distancia  de la parafernalia mediática y obsequiaba su presencia sólo cuando sentía que tenía algo por decir.
Radical, persistente y perfeccionista en su escritura, rascaba y rascaba hasta encontrar el manantial:

“Escribo unas palabras
y al minuto
ya dicen otra cosa
significan
una intención distinta
son ya dóciles
al Carbono 14
Criptograma
de un pueblo remotísimo
que busca
la escritura en tinieblas.”

Buscó, buscó, halló. Poeta definitivo. De indoblegable creatividad delineó contornos, centros, de una dura realidad no siempre justa para sus congéneres y en su ciudad: México, D.F., a la que amó entrañablemente, y fustigaba, cuando observaba las pequeñas y grandes tragedias diarias, tornándose de momento en conciencia crítica de la comunidad. Sus pares le mostraron el respeto que se ganó a pulso desde que se definía como hombre de letras en la justa dimensión del concepto. Transparente, sencillo, enciclopedia ambulante le decían.

Cuánta falta hará en su país. Cuánto vacío dejará en las letras, no solamente locales sino en los ámbitos donde el español impera.

México y el mundo literario e intelectual está de duelo, se nos ha ido un gran escritor, autor de todos y de muchas generaciones.

Hasta siempre José Emilio.
Hasta siempre poeta.

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Chichigalpa, Nicaragua, 1953.
Poeta, escritor, crítico literario. Reside en Puebla, México, donde estudió Ing. Química (BUAP). Mediador de Lectura por la UAM y el Programa Nacional Salas de Lectura. Fue editor y colaborador sección de Crítica, de www.caratula.net. Es Mediador de la Sala de Lectura Germán List Arzubide. Ha publicado: Reconocer la lumbre (Poesía, 2023. Sec. de Cultura, Puebla). Ámbar: Espejo del instante (Poesía, 2020. 3 poetas. Ed. 7 días. Goyenario Azul (Narrativa, 2015, Managua, Nic.). ahora que ha llovido (Poesía, 2009. Centro Nicaragüense de Escritores CNE y Asociación Noruega de Escritores ANE). Miscelánea erótica (Poesía colectiva 2007, BUAP). Fue autor de la columna Libros de la revista MOMENTO en Puebla (1997- 2015).