Inmigrantes de segunda

1 abril, 2023

Carátula ofrece un adelanto del poemario Inmigrantes de Segunda, ganador del XXXVIII PREMIO DE POESÍA HIPERIÓN, y que estará disponible a inicios de mayo en todas las librerías de España.


  • ACTA DEL JURADO

Reunido en Madrid el jurado del XXXVIII Premio de Poesía Hiperión el 20 de marzo de 2023, aniversario del nacimiento de Friedrich Hölderlin, primer día de la primavera y víspera del Día Mundial de la Poesía, tuvo una larga deliberación en torno a los 16 libros preseleccionados de entre los 219 originales presentados al premio, y tras numerosos intercambios de opiniones y sucesivas deliberaciones, ha acordado por mayoría declarar ganador de dicho premio el libro Inmigrantes de segunda de William Alexander González Guevara.  

En Inmigrantes de segunda, insiste y amplía su temática en el mundo de los desposeídos, y muy en especial de las desposeídas, mujeres inmigrantes con las que convivimos sin prestarles apenas atención y cuyas vidas no tienen eco en el mundo de la poesía. Y el poeta acepta ese reto centrando su atención y su buen hacer en esas mujeres, entre las que se encuentra su propia madre. Poesía necesaria, porque nace de la necesidad de dar voz para hacer visibles a quienes quedan en el ángulo muerto de nuestra mirada satisfecha. Poesía necesaria en un tiempo en el que aún es necesaria una poesía social que no nace de la mala conciencia de los señoritos de nacimiento, como poetizaba Gil de Biedma, sino de la clara conciencia de haber nacido de quien ha nacido.


MASACRE VISUAL

En Pozuelo de Alarcón, zona más rica de España

Me ven, las veo. Puedo distinguirlas.
Otras tantas me ignoran.
Caminan como zombis, van cansadas,
recansadas, se nutren de fatiga.
Por sus frentes brillantes se deslizan
tatuajes de sudor recién pintados.
Espalda chueca, voz de vidrio frágil.
Expertas en el arte de limpiar,
cuidar bebés e hijos de señores
adinerados, grandes empresarios,
incluso señoritos del Estado.
Allí las veis cargando su desgracia,
señoras extranjeras que divagan
por los grandes jardines del imperio.
Aquí donde los nombres de las calles
son colocados dentro de edificios.
El rico y sus ventajas —elegir
el nombre y dónde colocarla bien—.
Me cruzo con sus vistas abatidas
al subir escaleras, ascensores.
Les pesa el alma, diría un poeta.
—No te equivoques. Nos pesa la vida,
le diría mi madre.

PREJUBILACIÓN

Los huesos de mi madre se derrumban.
En su currículum figuran décadas
limpiando casas por las zonas más
pudientes de Madrid: Las Rozas, La Moraleja,
El Barrio Salamanca, Mirasierra.
El médico pregunta por su edad,
—Cincuenta, le contesta.
El médico le explica que sus huesos
están envejeciendo más rápido que ella.
Quizá por los esfuerzos que conlleva
haber tenido más de tres trabajos.
Le recomienda que se cuide mucho,
adelantar la prejubilación.
Acción inviable, pues lo cotizado
no cubriría un sueldo digno para vivir.
Mi madre no posee patrimonios
y tampoco segundas residencias.
Me dice que antes de morir anhela:
que yo termine la carrera a tiempo,
que mis hermanas cambien de trabajo
(abandonen por siempre la limpieza).
Al rico solo le interesa el brillo
del suelo exuberante que camina.
Decidme: ¿a quién le importan
los huesos de mi madre envejecidos?

PAN BENDITO

El barrio es una nube de sueños apagados.
Payos, gitanos e inmigrantes viven,
conviven y malviven. Se apuñalan
si se rompen las leyes acordadas,
los códigos de un barrio sumergido
en oleajes de impureza ácida.
En zonas conflictivas como estas,
la policía es un adorno más
como farolas, coches deshuesados,
un robo a mano armada mañanero
o desérticas pistas de fútbol donde yonquis
quedan para pincharse jeringas de heroína.
Levitan las ausencias inocentes,
los curas guardan hórridos secretos
de asesinos que intentan limpiar crímenes
y pecados en los confesionarios,
monjas rezan a vírgenes de mármol,
gitanas de tercera edad se cuentan
sus pasados conflictos delictivos.
Señores estudiantes acudiendo al CEPA
a por su título de secundaria
antes de fallecer por un infarto.
Solo la muerte corta las ganas de aprender.
Venid aquí, miradnos. Observadnos.
Nos debemos a vastas podredumbres.

CONTÁNOSLO, POETA

                               Para Daniel Rodríguez Moya

Dime, por qué. ¿Por qué te interesaste
por ese triangulito abandonado?
¿En qué lado conservas tus costumbres?
Decime, ¿qué te llamó la atención
de esa galaxia de hambrientos liróforos,
de ese suelo celeste, blanquecino,
tortilla de maíz, rugido de volcán?
¿Con cuántos alfabetos aprendiste a decir:
“Añoro Nicaragua siempre libre”?
Decime, ¿qué viste más allá del polvazal?
Contame, ¿recordás el petricor
nicaragüense, olor a tierra húmeda,
verso caliente, tibio pinolillo?
Vení, vení. Contame, granadino:
¿cómo empezó vuestra historia folclórica?
¿Dónde la conociste? ¿Cuándo oíste
su nombre por primera vez? ¿Por qué
te impresionó su blanca tez, carácter
violentamente dulce? ¿Cómo os despediréis?
El amor se acaba, sí. ¿La nostalgia prosigue?
Dime, por qué. ¿Por qué te interesaste
por ese triangulito abandonado?
Vení, vení. Contame, por favor:
¿Qué melodía te gustaría que entonaran
al unísono los guardabarrancos
en tu juicio final cuando fenezcas?
Decinos qué querés que pongamos en tu tumba.
¿Acaso un verso de tu querido Cardenal?
¿Acaso un verso de tu querida Claribel?
Contánoslo, poeta ahora que estás vivo
porque las voces de los mortales cuando mueren
son como indescifrables jeroglíficos.
Contánoslo, poeta. Te oirán
las calles pinoleras que pisaste.
Contánoslo, por fin:
¿en qué momento decidiste que mi tierra
también fuera tu tierra?
Vení. Vení, acercate,
yo sé que a vos te gustan
las cosas que se dicen en voz baja.

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Managua, Nicaragua, 2000.
Es estudiante del Doble Grado de Lengua y literatura más periodismo de la Universidad Rey Juan Carlos. Reside en España desde los 11 años. Actualmente, escribe en la sección de cultura de elDiario.es. Ha publicado Los nadies (Hiperión, 2022) galardonado con el XXV Premio de Poesía Joven Antonio Carvajal. Me duele respirar (Valparaíso, 2023), IV Premio de Poesía Hispanoamericana Francisco Ruiz Udiel. Con Inmigrantes de segunda (Hiperión, 2023) ganó el XXXVIII Premio Hiperión de Poesía, convirtiéndose en el primer centroamericano en conseguirlo desde 1986.