Julio Cortázar: palabras de agradecimiento al recibir la Orden de la Independencia Cultural Rubén Darío. Managua, 1983
1 abril, 2013
Rendimos homenaje al cronopio mayor Julio Cortázar, cuyo centenario de nacimiento celebraremos el año entrante, al cumplirse los 50 años de la publicación de Rayuela, aparecida por primera vez en 1963, una novela sin la cual no puede pensarse en la literatura hispanoamericana contemporánea. La manera de rendir este homenaje es reproduciendo las palabras que Julio pronunció en Managua en febrero de 1983, hace 30 años, al recibir la Orden de la Independencia Cultural «Rubén Darío» que le fue conferida por el gobierno revolucionario, siendo Ministro de Cultura Ernesto Cardenal.
Bruselas, 26 de Agosto de 1914. De padres argentinos. Llegó a la Argentina a los cuatro años. Paso la infancia en Bánfield, se graduó como maestro de escuela e inició estudios en la Universidad de Buenos Aires, los que debió abandonar por razones económicas. Trabajó en varios pueblos del interior del país. Enseño en la Universidad de Cuyo y renunció a su cargo por desavenencias con el peronismo. En 1951 se alejó de nuestro país y desde entonces trabajó como traductor independiente de la Unesco, en París, viajando constantemente dentro y fuera de Europa. En 1938 publicó, con el seudónimo Julio Denis, el librito de sonetos ("muy mallarmeanos", dijo después el mismo) Presencia. En 1949 aparece su obra dramática Los reyes. Apenas dos anos después, en 1951, publica Bestiario: ya surge el Cortázar deslumbrante por su fantasía y su revelación de mundos nuevos que irán enriqueciéndose en su obra futura: los inolvidables tomos de relatos, los libros que desbordan toda categoría genérica (poemas-cuentos-ensayos a la vez), las grandes novelas: Los premios (1960), Rayuela (1963), 62/Modelo para armar (1968), Libro de Manuel (1973).
El refinamiento literario de Julio Cortázar, sus lecturas casi inabarcables, su incesante fervor por la causa social, hacen de él una figura de deslumbrante riqueza, constituída por pasiones a veces encontradas, pero siempre asumidas con él mismo, genuino ardor. Julio Cortazar murió en 1984 pero su paso por el mundo seguirá suscitando el fervor de quienes conocieron su vida y su obra.